Notas“Compartir” (309) Preguntas y respuestas de 17-10-2021.
PREGUNTA:
El hecho de hablar, no de resurrecciones colectivas, sino de la resurrección de una sola persona, algo que era impensable en el siglo primero en Israel, ¿le da al relato de la resurrección de Jesús una credibilidad sin precedentes es un indicio al menos para dudar? RESPUESTA: El hecho de la resurrección de una sola persona, y no de todas inmediatamente antes del Juicio Final era ciertamente muy raro como creencia entre las gentes del Israel del siglo I. Lo demuestra el siguiente texto del Evangelio de Lucas 18,31-34. Pero, como veremos, no se consideraba imposible. “Y tomando a los Doce, les dijo: –Mirad, subimos a Jerusalén y se cumplirá todo lo escrito por los profetas para el Hijo del hombre, pues será entregado a los gentiles, escarnecido, ultrajado y escupido, y después de azotarlo, lo matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos no entendían nada de esto, y este lenguaje estaba encubierto para ellos, y no sabían lo que se les decía. Mi comentario: Lucas siguiendo a Mc 10, 32-34, con retoques y añade un complemento importante al final, que insiste en la ignorancia e incomprensión de los discípulos (aunque la idea está también presente en Marcos, por ejemplo, 6,52). La crítica es unánime en considerar esta predicción –al igual que su triple modelo marcano: 8,31; 9,31; 10,33– como una profecía ex eventu, es decir vulgarmente “a toro pasado” sin valor histórico alguno. Posteriormente, en el relato de la pasión, Lucas no menciona los salivazos y la flagelación que aquí se predicen. Eso de “no entendían”… “este lenguaje estaba encubierto…, y no sabían lo que se les decía”: es esta una manera teológica lucana de justificar la huida de los discípulos tras el prendimiento de Getsemaní (22,54), y su increencia inicial en la posible resurrección del Maestro. Esta incomprensión es tanto más notable e inexplicable cuanto que Lucas piensa que los anuncios de la pasión están especialmente reservados para los discípulos, no para la gente en general (véase, por ejemplo, 9,43 y 17,22: en los dos casos se lee «dijo a sus discípulos»). Estos comprenderán tan solo tras la resurrección a base de recordar y entender, por fin, realmente las Escrituras (24,32.45). Así pues el texto no tiene validez histórica alguna, salvo para indicar que esa concepción de la resurrección de un muerto aislado era bastante rara. Por otro lado, el que sea raro –como dije arriba– no era único. Lo prueba el siguiente pasaje de Lucas 9,7-9: “Herodes, el tetrarca, oyó todo lo sucedido y estaba confuso porque algunos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros decían que Elías había aparecido, y otros que se había levantado un profeta de los antiguos. Pero dijo Herodes: Yo hice decapitar a Juan; pero ¿quién es éste de quien oigo tales cosas? Y trataba de verlo”. Mi comentario al respecto es: Los judíos del siglo I creían que para que resucitara una persona sola antes del Juicio Final tendría que ser alguien muy importante, por ejemplo, Elías o Juan Bautista, ya decapitado. Por ello, cuando la gente pensaba de Juan Bautista que este se había “levantado, como un profeta de los antiguos”, hay que entender que creían que Juan Bautista había resucitado y que de algún modo (jamás explicado) se había como reencarnado en Jesús. De aquí deduce la crítica que la impresión que causaba Jesús en las gentes, al menos hasta este momento, era la de ser un profeta como Juan Bautista o Elías, pero no el mesías. Eso sería solo al final de su vida (y no siempre: 24,19, y en Jerusalén. Jesús se denominaba con gusto a sí mismo «profeta» Lucas 4,24; 7,16: 13,33). Además en el Evangelio de Mateo 27, 50-51 se cuenta lo siguiente: “Jesús dio de nuevo un alarido y entregó el espíritu. Y he aquí que el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo, la tierra tembló y las rocas se escindieron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron, y después de la resurrección de él salieron de sus tumbas, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a mucha gente”. Comenta al respecto Josep Montserrat: Los versículos 27,52-53, propios de Mateo, son algunos de los más enigmáticos de todo el evangelio. Los justos resucitan antes de Jesús, en virtud pues de su muerte, no de su resurrección. Esto contradice a Pablo, pues Jesús ya no es «la primicia» de los resucitados (1 Corintios 15,20). Mateo dice un tanto incomprensiblemente que permanecieron en sus tumbas hasta después de la resurrección de Jesús, casi dos días. Luego entraron en Jerusalén, cosa que el Jesús redivivo se guardará de hacer (véase 28,7). Y concluye: “El que fraguó esta extraña leyenda creía evidentemente que el fin del mundo ya se había iniciado, para lo cual podría apoyarse en los anuncios de Jesús acerca de la inminencia del fin, véase Mt 10,23; 16,28; 24,34”. Por tanto estamos en un terreno pantanoso históricamente, de leyenda… ¿Cómo me va a suponer para mí un momento de duda? Yo diría que esta duda se disipa si se estudian detenidamente los pasajes evangélicos en los que se apoya Saludos cordiales de Antonio Piñero www.trotta.es/libros/los-libros-del-nuevo-testamento/9788413640242/
Domingo, 17 de Octubre 2021
Comentarios
Notas“Compartir” (308) Preguntas y respuestas de 16-10-2021.
El texto completo en el que se enmarca la pregunta es el siguiente:
1 Corintios 15,1-11 1 Os hago saber, hermanos, el evangelio que os proclamé, que recibisteis y en el que estáis firmes, 2 por el cual también os salváis, si lo guardáis en el sentido en el que os lo proclamé, salvo que hayáis creído en vano. 3 Pues os transmití en primer lugar lo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; 4 que fue sepultado y que fue resucitado al tercer día, según las Escrituras; 5 que se apareció a Cefas y luego a los Doce; 6 después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte permanecen hasta ahora y otros durmieron. 7 Luego se apareció a Jacobo; más tarde, a todos los apóstoles. 8 Y en último lugar se me apareció también a mí, como a un abortivo. 9 Pues yo soy el menor de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. 10 Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha quedado vacía en mí, sino que trabajé más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios [que] está conmigo. 11 Así pues, tanto ellos como yo así proclamamos y así creísteis. El texto clave es: “Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte permanecen hasta ahora y otros durmieron” Confieso que este texto es dificilísimo para un historiador. ¡Nada menos que a quinientos! La noticia pertenece tanto a Pablo como a la tradición sobre Jesús que él ha recibido. Como no tengo explicación ninguna, y un historiador no trata lo sobrenatural, he hablado sobre este pasaje con un psiquiatra amigo mío, de la Real Academia de Doctores de España, Dr. D. Pedro Rocamora. Y lo que me dijo es que las alucinaciones colectivas son totalmente corrientes en psiquiatría, que están muy bien descritas en la literatura médica, y que en torno al 10% de las personas normales han tenido o tienen alucinaciones alguna vez en su vida. Por tanto, él califica este hecho como tal. Aquí pues no me meto a juzgar este texto. ¿Para dudar al menos? Para quien sea creyente, es un pasaje fortalecedor. Para mí es un texto casi inexplicable, salvo la aclaración médica. A mí personalmente no me hace dudar. Pero no afirmo nada más. Saludos cordiales de Antonio Piñero Pongo hoy un enlace a la presentación virtual de “Los libros del Nuevo Testamento” realizada por el Museo de la Biblia de Méjico capital. Se lo agradezco muchísimo. Personalmente me ha parecido interesante: https://www.youtube.com/watch?v=5LH8hsPLPnM Saludos de nuevo
Sábado, 16 de Octubre 2021
Notas“Compartir” (307) Preguntas y respuestas de 15-10-2021.Finalmente vayamos a lo esencial: ¿hubo de “convertirse” Pablo desde su judaísmo esencial a un judeocristianismo ya bien formado? Desde luego que no. Téngase en cuenta que la “conversión / llamada” de Pablo tuvo lugar poco tiempo después de la muerte de Jesús, quizás un par de años o tres. Inmediatamente fue acogido en la comunidad de Damasco y salió (¿a predicar? ¿a meditar?), también de modo inmediato, hacia Arabia. Así pues, no sabemos qué hizo allí. A Pablo no le había dado tiempo más que para aceptar los puntos de vista sobre Jesús que albergaban los judeocristianos de Damasco, que suponemos quizá “helenistas” es decir, judíos cuya lengua materna era el griego, y por tanto parecidos a los del grupo de Esteban (cuya única fuente de información son los Hechos de los apóstoles…, libro poco fiable en ocasiones en mi opinión). De cualquier modo la teología judeocristiana no se diferenciaba esencialmente del punto de vista judío, teológico, del momento. Si el viaje a Arabia de Pablo era para meditar y reflexionar, fue en ese momento donde empezó a madurar sus ideas sobre Jesús que en lo que sabemos históricamente proclamo de manera rotunda en el llamado “tercer viaje misionero”…, por tanto en la tercera etapa de su vida, cuando tenía unos 50 años, o más. Por tanto, podemos decir que Pablo no pudo “convertirse”, en estricto sentido, en un evento repentino a ningún cristianismo plenamente formado. La teología cristiana se estaba constituyendo entonces; él mismo la estaba formando…, y desde luego él es el “responsable” de la teología que tiene hoy el cristianismo… La otra teología, la judeocristiana, murió de inanición. Empezó a declinar con el triunfo del paulinismo, y parece que en el siglo IV es ya historia pasada. He insistido en que Pablo está convencido de que él y sus convertidos a Jesús-Cristo siguen siendo verdaderos israelitas. Por tanto, volvemos a afirmar que Pablo no pudo “convertirse”, en estricto sentido, a ningún cristianismo plenamente formado. No sé si ha quedado claro mi pensamiento. Pero una cosa creo que es cierta: no niego por empecinamiento y sesgo mío la “conversión” de Pablo, sino que mantengo que debe entenderse bien el término y que el Apóstol prefería denominarla “llamada” / “vocación”, evento visionario en el que Dios mismo le revela cómo es en verdad su Hijo. En síntesis: lo que dije ayer ¡No hubo caída del caballo! Saludos cordiales de Antonio Piñero
Viernes, 15 de Octubre 2021
Notas“Compartir” (306) de 14-10-2021. Preguntas y respuestas.
Sigo con el tema que publiqué ayer, y mañana terminaré, según espero
Los recién llegados a Galacia afirmaban en consecuencia que no había “justificación”, es decir, “absolución del pecador” completa ante el tribunal de Dios si no se sumaba al bautismo cristiano el cumplimiento de la ley de Moisés completa. Eran esos predicadores consecuentes con la sentencia de Jesús de Mt 5,17: “No penséis que he venido a abolir la ley y los Profetas. No he venido a abolirlos, sino a darles su cumplimiento. Os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes de que una i o un ápice de la Ley haya dejado de cumplirse” También estaban de acuerdo esos predicadores con la idea, correcta a mi parecer, de que Jesús no había roto con la ley de Moisés, o se había salido del marco de lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento / Biblia hebrea. El apóstol Pablo contraataca y sostiene dos cosas: 1. Él ha sido “llamado” por 'el Señor' para la misión especial de predicar la fe en Jesús (= la salvación ante el hecho del pronto final del mundo). Esa llamada lo constituye en verdadero “apóstol”. Aunque pudo haber conocido a Jesús “según la carne” (2 Cor 5,16), ello tiene una importancia secundaria frente a la “llamada” directa de Dios (y de Jesús). Lo explico: El inicio de Gálatas, de 1 Corintos y de Romanos –y de las otras cartas –véanse, por favor– es revelador. Son así: “Pablo, apóstol, no de parte de los hombres ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo y Dios Padre, que le resucitó de entre los muertos” / “Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y Sóstenes, el hermano” / “Pablo, apóstol por vocación, no de parte de los hombres ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo y Dios Padre, que le resucitó de entre los muertos” 2. La “llamada” (= “vocación”: latín vocatio, sustantivo del verbo vocare, “llamar”) tenía, además, como contenido una revelación: “Revelar en mí a su Hijo” (Gálatas 1,16). ¿Qué era eso exactamente? Por el conjunto de la Epístola a los Gálatas, sobre todo este mismo capítulo 1, se trata sin duda de cómo hay que entender correctamente la figura y la misión de Jesús mesías. Esta revelación divina se le hizo a él directamente: Gálatas 1,11-12: “Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, 12 pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”. Y tal revelación constituye el contenido del “evangelio” que él predica, a saber, que la muerte y resurrección de Jesús mesías, entendidos como sacrificio vicario y asumidos por la fe, constituyen la salvación. Como consecuencia directa, probablemente, de otra o de la misma revelación, Pablo recibe de Dios que la ley de Moisés ha cumplido su misión. Era el “pedagogo hacia Cristo”; ahora que Jesús-Cristo ha venido al mundo, esta Ley queda sustituida por la “ley del amor” que trae el mesías. Así pues, me parece bastante claro que Pablo preferiría que en vez de “conversión” se denominara “vocación” o llamada” de Dios a aquel evento que lo hizo cambiar –parcialmente- de mentalidad, adoptando las ideas que acabo de exponer sintéticamente. ¡No hubo caída del caballo! Saludos cordiales de Antonio Piñero
Jueves, 14 de Octubre 2021
Notas“Compartir” (305) de 13-10-2021. Preguntas y respuestas.Escribía ayer que Pablo era muy atrevido comparándose nada menos que con el profeta Jeremías y que semejante atrevimiento se debió a las circunstancias en las que se compuso la Carta a los gálatas. El motivo para escribirla fue un hecho muy doloroso para el apóstol Pablo: esta comunidad se había dejado seducir por otros predicadores del Evangelio y se había apartado de sus enseñanzas. Y más doloroso porque de Gálatas 4,13 se deduce que Pablo había sido el fundador de la comunidad, que ahora se siente traicionado. Probablemente había establecido Pablo una serie de pequeñas comunidades domésticas (es decir, se reunían en la casa más espaciosa entre los conversos) en el llamado segundo viaje misionero cuando pasó por aquella región según Hechos de Apóstoles 16,6 (“Atravesaron Frigia y la región de Galacia…”). En la Carta a los Gálatas habla Pablo de “falsos hermanos” que le negaban el título de apóstol. ¡A él nada menos! Argumentaban que él no pertenecía a los Doce; que no era seguidor inmediato de Jesús y que por tanto no era “apóstol” en sentido estricto (por cierto: éste es también el punto de vista de Lucas en los Hechos de apóstoles donde designa a Pablo con el título de apóstol solo una vez, si no me equivoco: Hch 14,14 y a la misma altura que Bernabé). Esos adversarios eran muy probablemente misioneros itinerantes judíos, judeocristianos podrían denominarse, procedentes de Palestina, quizá de Jerusalén. Aunque defendían una concepción diferente del judeocristianismo, sus ideas debían sonar muy plausibles, ya que obtuvieron un éxito rápido entre los gálatas (1,6). Sostenían que la información de Pablo seguramente procedería de alguna información humana, es decir, del contacto con otros judeocristianos que le hubieran adoctrinado erróneamente. Según la imagen que he ofrecido en tantas ocasiones sobre el Jesús de la historia, hay que confesar que estos judeocristianos defendían una teología que se acercaba mucho más a la del Jesús histórico que a la de Pablo en el punto crucial del valor que tenía la ley de Moisés como camino de salvación. Y que Pablo ciertamente se había “convertido” a esa fe (en ese momento totalmente judía) en el mesías de Israel, Jesús. No hay otra conversión e insisto en que aún no había “cristianismo” digno de ese nombre. ::::::::::::::::::::::::: Hoy les transcribo el enlace a una entrevista que me pareció sorprendentísima, al menos para mí. No conocía de nada a la entrevistadora. Y por cierto no sé ni siquiera su nombre, porque firma con pseudónimo. Pero me pareció que al leer ella mi explicación sobre la suscripción/preventa de “Los libros del Nuevo Testamento”, la entrevistadora interpretó por su cuenta exactísimamente la “filosofía” de fondo que ha regido el proyecto. Ahí va el enlace y ustedes juzgarán si exagero o no. repito: No la conocía de nada… https://www.youtube.com/watch? Saludos cordiales de Antonio Piñero
Miércoles, 13 de Octubre 2021
Notas“Compartir” (304) de 12-10-2021. Preguntas y respuestas.Queridos amigos: Como la denominada “conversión” de Pablo aparece continuamente en las preguntas que se me hacen, intentaré explicar este tema “tomando el agua desde el principio del río”. Brevemente, mi tesis es: si entendemos por “conversión” lo que un hablante griego de la época del Apóstol, a saber, metánoia, sustantivo del griego metá-noéo, “cambiar de mente”, no cabe duda de que desde este punto de vista puede denominarse modernamente “conversión” al cambio de punto de vista teológico de Saulo/Pablo sobre Jesús, cuando se hizo creyente fervoroso en él. Aunque sea este cambio aparentemente repentino, opino (también es muy discutido) que Pablo conocía ya a Jesús personalmente. Así me lo parece a partir de una lectura llana de 2 Corintios 5,16: “Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así”. Opino que esta frase críptica ciertamente tiene mejor sentido si lo conoció, que lo contrario. La cuestión es que Pablo no utiliza para sí mismo ese vocablo, “conversión”, y sospecho que no le gustaría en absoluto. Habla de este cambio en Gálatas 1,15-16. Él era ciertamente un judío observante, perseguidor encarnizado de los judeocristianos, y en muy poco tiempo ciertamente se convirtió en ardoroso propagandista de la fe en Jesús. Pablo se expresa así: "Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles…” Pablo compara audazmente su “llamada” (la que provocó el cambio de mente) a la vocación de uno de los profetas más estimados del judaísmo, Jeremías (1,4-5): “Entonces me fue dirigida la palabra de Yahvé en estos términos: antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí…” ¡Pablo es bien atrevido! Semejante atrevimiento se debe a las circunstancias en las que se compuso la carta a los gálatas. Ahora bien, ciertamente no pudo convertirse a ningún cristianismo, porque este aún no existía. En todo caso sintió la llamada para convertirse en profeta, judío, del mesías Jesús a cuyos seguidores perseguía. Continuaré. Saludos cordiales de Antonio Piñero NOTA Como me siguen llegando algunos correos manifestando que tienen a veces cierta dificultad para entrar en página web de la editorial Trotta, vuelvo a recordar, y perdonad de nuevo que sea un pesadito, que la suscripción/preventa de la obra “Los libros del Nuevo Testamento. Traducción y comentario”, puramente histórico se logra fácilmente entrando (pinchando) sucesivamente: 1. www.trotta.es 2 .“Novedades” 3 .“Los libros del Nuevo Testamento” (aparece una foto) 4 .Seguir las instrucciones de la página. Y si hay alguna dificultad, escribiendo a Javier Manso: comercial@trotta.es Ese libro intenta responder desde el punto de vista histórico a la mayoría de las preguntas que se me hacen por correo electrónico. Las peticiones que lleguen antes del 24 de octubre irán firmados por mí. Posteriormente el libro será más caro, y naturalmente no podré firmarlo. Saludos de nuevo
Martes, 12 de Octubre 2021
Notas“Compartir” (302) de 9-10-2021. Preguntas y respuestas.Queridos amigos: Lo que sigue es la continuación de lo que escribí ayer: 3. La oposición Jesús-su familia se fue suavizando con el tiempo por razones que no sabemos, quizá por el prestigio ganado por Jesús. 4. En alguna ocasión sus hermanos -¿y hermanas?- debieron quizás de acompañar a Jesús en los viajes propios de su ministerio, aunque ningún texto lo diga expresamente: solo una leve insinuación en Jn 2,12 (Jesús invitado a las bodas de Caná junto con su madre, sus hermanos y sus discípulos) 5. Sobre todo su madre hubo de permanecer relativamente cerca de su hijo y quizás lo acompañó a distancia en el trance de la cruz. Desde luego no al pie de la cruz, porque es absolutamente inverosímil en una crucifixión colectiva (tres reos sediciosos contra el Imperio) en Pascua y en Jerusalén: Evangelio de Juan 19,25) 6. Tras la muerte de Jesús y la creencia generalizada entre sus seguidores de que había resucitado, los hermanos de Jesús se unieron entusiásticamente, olvidando cualesquiera posibles rencillas, a esta causa y contribuyeron a extender lo que creían que había sido la misión de Jesús. A pesar de la inmediatez de la formación del primer grupo de seguidores de Jesús en Jerusalén, según Hch 1,13-14, quizá el lapso de tiempo de su formación fue más amplio: dio tiempo al acercamiento completo de su familia al grupo de discípulos. 7. Sus hermanos fueron pronto dirigentes de la comunidad “hebrea” de Jerusalén, que mantenían una teología más judía, más cercana al pensamiento del Jesús histórico, opuesta a la teología paulina, mucho más helenizada y que suponía ciertamente un salto cualitativo respecto al pensamiento teológico de Jesús. En esta facción judeocristiana se explica muy bien que la dirección de la comunidad pasara al hermano de Jesús. Era típicamente judío en los movimientos “revolucionarios” el concepto de mando según una dinastía familiar, como ocurrió por ejemplo con el “bandido” (revolucionario antirromano) Ezequías que fue liquidado por Herodes el Grande. Su hijo, años más tarde, encabezó el grupo renovado de resistencia antirromana 8. El fracaso del movimiento paulinista de ganar para su causa a los judíos de Galilea y la oposición comunidad cristiana de Jerusalén/comunidades paulinas explica las referencias hostiles a Nazaret y a sus ciudadanos que se leen en los Evangelios. Éstas se extienden también a su familia. Tal hostilidad queda plasmada en los Evangelios, porque sus autores siguen de algún modo la línea paulinista. El enfrentamiento entre las dos comunidades cristianas principales fue muy serio, pues suponía dos visiones muy diferentes de Jesús y de sus consecuencias, la teología del cristianismo. 9. El resultado literario de la pugna dibuja con tintes más negros de los debidos la oposición familia carnal de Jesús / familia espiritual = oposición judeocristianismo carnal de Jerusalén / cristianismo espiritual paulino. Por tanto, no creo que la conversión de Santiago sea una prueba ulterior de la resurrección de Jesús. Sí es una prueba de la absoluta y forme creencia de los seguidores de este: ¡Había resucitado!... pero nada más. Saludos cordiales de Antonio Piñero
Lunes, 11 de Octubre 2021
Notas“Compartir” (302) de 9-10-2021. Preguntas y respuestas.La base de la no creencia de Santiago, el que estimo –con muchos comentaristas independientes del Nuevo Testamento y recientemente no pocos católicos– es sin duda Marcos 3,20-21: “ Jesús vuelve a casa. Se aglomera otra vez la muchedumbre de modo que no podían comer. Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de él, pues decían: “Está fuera de sí”. Es decir, Jesús estaba más o menos “loco” quizás por dejar su trabajo (¿y su familia, como Pedro, Andrés, Juan y Santiago el Mayor?). En realidad no lo sabemos Su cambio de mentalidad se refleja en Hechos 1,14: “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos”. ¿Cómo pudo ser entonces la auténtica situación familiar? Parto de la idea de que, en mi opinión, hay que modificar la exagerada pintura de los evangelistas en el tema de la oposición familia carnal/familia espiritual en Jesús, y obtener algunas consecuencias de esta corrección. La verdadera situación pudo quizás desarrollarse de una manera diferente. Se trata de una mera hipótesis, como pasa casi siempre en el cristianismo primitivo, y yo no puedo asegurar que sea totalmente cierta. Para no aburrir dividiré entre hoy y mañana los nueve puntos de mi respuesta. 1. Al principio, cuando Jesús dejó todo y se lanzó a predicar el Reino, hubo cierta oposición entre él y su familia, que lo consideró un exaltado, un “fuera de sí”. 2. No queda claro si su familia se unió en bloque al rechazo hacia Jesús manifestado por sus paisanos de Nazaret, según Mc 6,1-4: “Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joseto, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio»” (algo parecido pero más duro ya que quieren despeñar a Jesús ocurrió en Nazará según Lucas 4,16-29). Saludos cordiales de Antonio Piñero
Domingo, 10 de Octubre 2021
Notas“Compartir” (301) de 9-10-2021. Preguntas y respuestas.Hago una primera síntesis: según lo dicho, el que Jesús anunciara su propia resurrección es sumamente improbable desde el punto de vista de la historia. Añado: en mi opinión, el relato de la tumba vacía hace decir a los judíos, lo que los discípulos mismos no habían entendido, según el Evangelio de Marcos 10,30-32: “Tras marchar de allí iban caminando a través de Galilea y no quería que nadie lo supiera, pues enseñaba a sus discípulos con estas palabras: «El Hijo del Hombre será entregado a manos de hombres y lo matarán, y una vez muerto, resucitará después de tres días». “Compartir” (301) de 9-10-2021. Preguntas y respuestas. Concluyo por ahora el tema de la resurrección de Jesús. Pero ellos no entendieron lo dicho y temían preguntarle”. Mi comentario: El pasaje que acabo de transcribir parece totalmente una construcción marcana, es decir, del evangelista. Como los anteriores, es igualmente poco verosímil que este anuncio de la pasión proceda del Jesús histórico, y la razón es la misma: los discípulos actúan luego como si la muerte de Jesús les cogiese de improviso. Pero si aceptamos lo del relato de la tumba vacía (que como digo es sumamente inverosímil), nos encontramos con la idea de que los adversarios de los discípulos de Jesús temían que estos robaran el cadáver según dice Mateo 27,63: “Señor (hablan los jefes de los judíos a Poncio Pilato), nos acordamos que aquel engañador, viviendo aún, dijo: Después de tres días resucitaré”. ¿Es posible esto? Argumentando con nociones anteriores es igualmente poco verosímil que enterraran a Jesús en una tumba de un hombre rico y que los discípulos –que no creían en la resurrección– robaran un cadáver. Y ahora argumento con nociones del autor que cité el otro día, Javier Alonso López, en su libro “La Resurrección” de Arzalia Ediciones, 2017: Solo hay dos soluciones: 1. Jesús resucitó / 2. Alguien robó el cadáver. Comento: 1. El que Jesús resucitara es un artículo de fe, manifestado por primera vez históricamente por Pablo en 1 Corintios 15,1-4: “Os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras”. Este tema de la resurrección no puede tratarse por un historiador, sino por un teólogo, y en ese campo no me creo competente. 2 ¿Alguien tenía interés en robar el cadáver de Jesús? También es muy improbable desde el punto de vita de la historia aunque ya lo defendiera el famosísimo Hermann Samuel Reimarus: no podemos pensar en saqueadores de tumbas, ni en órdenes del supremos Tribunal, el Sanedrín, ni en los familiares o discípulos de Jesús, ni en nadie… sobre todo si volvemos a considerar que no pudo ser enterrado en una tumba de ricos por sus propios enemigos, que o habían liquidado…No me parece posible y estas razones la explica muy bien a Javier Alonso López a cuya obra vuelvo a remitirme Por todo esto mi resumen total es: La historia de la tumba vacía en un relato apologético en defensa dela resurrección, que los cristianos fabricaron una vez que sus enemigos les atacaran diciendo que ellos habían robado el cadáver. No vale para probar la resurrección de Jesús. No es un indicio para dudar de la postura escéptica de la investigación independiente que como mínimo se abstiene al hablar de la resurrección de Jesús. Saludos cordiales de Antonio Piñero www.trotta.es/libros/los-libros-del-nuevo-testamento/9788413640242/
Sábado, 9 de Octubre 2021
NotasLa respuesta parece clara a tenor de lo que leemos tres veces en el Evangelio de Marcos (8,31; 9,31; 10,32). Transcribo la primera 8,31-32: 31 Comenzó a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre sufriera mucho y fuera rechazado por los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los escribas, que fuera asesinado y que resucitara después de tres días; 32 y hablaba con franqueza de todo esto. Creo que he escrito ya muchas veces que esta sección del primer Evangelio es claramente un añadido de Marcos, y que manifiesta ya una teología cristiana sobre la pasión, muerte y resurrección del mesías, manifestación contraria a la tradición normal judía sobre el mesianismo. Más tarde la incrementará el evangelista con una precisión, a saber, el sentido de sacrificio expiatorio de esa muerte en pro de la humanidad (10,45). No puede atribuirse esta concepción nueva del mesianismo sufriente al Jesús histórico. Lo más probable, en el caso de que Jesús se sintiera el mesías ya en este momento (muchos estudiosos lo dudan), es que tuviera una concepción del mesianismo en el sentido que supone Pedro en lo que viene a continuación, al mesías le compete la victoria terrenal, no la derrota de la muerte. En todo caso, como profeta, Jesús podría prever, o barruntar, su muerte en Jerusalén, como la de otros profetas, si su misión fracasaba, pero el evangelio da a entender que Jesús no fue a Jerusalén expresamente para morir. Y ya he escrito también muchas veces que el comportamiento general de los discípulos tras la muerte de su maestro –su huida– indica además que no contaban en absoluto con el fracaso de la cruz y la resurrección. Su comportamiento es inexplicable si estas predicciones de la pasión (más las de 9,31y 10,32) provinieran del Jesús histórico. Saludos cordiales de Antonio Piñero
Viernes, 8 de Octubre 2021
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Editado por
Antonio Piñero
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Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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