CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

Notas

El Testimonium Flavianum (III)
Hoy escribe Fernando Bermejo

La semana pasada ofrecí algunos ejemplos de autores que han abogado recientemente, sea por considerar que el Testimonium Flavianum es falso (no proveniente de Josefo) en su totalidad, sea por sostener íntegramente su carácter auténtico.

El hecho de haber comenzado facilitando algo de bibliografía sobre dos opiniones minoritarias y mutuamente contradictorias no significa en modo alguno que quien escribe estas líneas se oponga a la idea mayoritaria según la cual el textus receptus es básicamente de Josefo, con la excepción de algunas interpolaciones posteriores. En modo alguno, pues yo comparto en este caso –como en su momento argumentaré – lo básico de la opinión mayoritaria.

El motivo es un caveat, no por elemental menos necesario: el de advertir que, en el examen del TF, conviene tener mucho cuidado con las precomprensiones al uso. De hecho, como veremos, uno de los aspectos que genera las discrepancias es la pretensión, por parte de algunos autores, de que ciertos segmentos del texto no dicen lo que parecen querer decir (son paradigmáticos, a este respecto, trabajos como los de Ulrich Victor o Serge Bardet). En este sentido, y solo en este, conviene a mi juicio comenzar prestando atención a los argumentos esgrimidos por los defensores de las opiniones minoritarias.

Por lo demás, debe tenerse en cuenta que adoptar la opinión mayoritaria (texto original de Josefo + interpolaciones posteriores) no implica en modo alguno haber llegado al final de la discusión. En efecto, existen dos posiciones encontradas en la investigación: la de quienes opinan que el texto original (no retocado) de Josefo era hostil hacia Jesús, y la de quienes sostienen que ese presunto texto original tenía una visión “neutral” sobre el predicador galileo.

Esta última subhipótesis es hoy en día la opinión mayoritaria sobre el texto. Después de que diversos autores muy respetados (Geza Vermes, John P. Meier, Gerd Theissen…) la hayan sostenido, se ha convertido en algo parecido a una nueva ortodoxia, repetida por doquier. Entre los trabajos clásicos de esta posición pueden citarse los siguientes:

C. Martin, “Le ‘Testimonium Flavianum’. Vers une solution définitive?”, Revue Belge de Philosophie et d’Histoire 20 (1941), 409-465.

G. Vermes, “The Jesus Notice of Josephus Re-Examined”, Journal of Jewish Studies 38 (1987), pp. 1-10.

J. P. Meier, “Jesus in Josephus: A Modest Proposal”, Catholic Biblical Quarterly 52 (1990) 76-101. Las posiciones de Meier son retomadas en el volumen I de su Un judío marginal.

G. Theissen – A. Merz, Der historische Jesus. Ein Lehrbuch, Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht 1996; traducción castellana en Sígueme, Salamanca).

En su momento examinaremos sus argumentos.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo

Miércoles, 26 de Junio 2013


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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