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Blog de Tendencias21 sobre las implicaciones sociales del avance científico, tecnológico y biomédico.
Durante los últimos años se está produciendo un cambio epistemológico en el ámbito geográfico. De hecho, desde la concepción objetivista kantiana en la que el paisaje es algo objetivo y externo al ser humano, esta visión se ha visto transformada en un paradigma mas subjetivista y sociológica.
El paisaje en el que viven las personas en sociedad ha visto transformada su conceptualización. De una consideración objetivista de este, en el que el paisaje es independiente de la sociedad que vive en él, se ha ido cambiando a un paradigma subjetivista en el que son las sociedades las que se adaptan a él y éste modifica, a su vez, al propio paisaje.
En este sentido, podemos afirmar que nuestro entorno medioambiental es parte de nosotros mismos convirtiéndose en un artefacto social. En este sentido, y sin lugar a duda, los avances tecnológicos que está desarrollando sociedades tales como la nuestra están estableciendo lo que podríamos denominar como un paisaje tipo cyborg.
Los aerogeneradores, las placas solares, así como las transformaciones más convencionales del paisaje, artefactualizan el entorno humano cambiando sus usos e incluso su estética. De ahí que los procesos de percepción estéticos positivios (aquello considerado socialmente como bonito) también pueden traer consigo nuevas imágenes bellas y que podrían ser disfrutadas con la misma intensidad que las imágenes convencionales.
El problema con el que nos encontramos ahora proviene de los aspectos éticos. Es decir, pese a que esta cyborgización del paisaje es evidente, aunque todavía en menor medida, esto no quiere decir que podamos realzar cualquier tipo de actuación paisajística sin que ello comporte posibles efectos nocivos a nivel ético. Este es el caso del llamado feismo, tan clásico en regiones rurales.
No obstante, este mismo feismo también puede ser expresión de una reutilización francamente interesante de nuestros artefactos, así como ejemplo de procesos de alter-funcionalidad.
En este sentido, podemos afirmar que nuestro entorno medioambiental es parte de nosotros mismos convirtiéndose en un artefacto social. En este sentido, y sin lugar a duda, los avances tecnológicos que está desarrollando sociedades tales como la nuestra están estableciendo lo que podríamos denominar como un paisaje tipo cyborg.
Los aerogeneradores, las placas solares, así como las transformaciones más convencionales del paisaje, artefactualizan el entorno humano cambiando sus usos e incluso su estética. De ahí que los procesos de percepción estéticos positivios (aquello considerado socialmente como bonito) también pueden traer consigo nuevas imágenes bellas y que podrían ser disfrutadas con la misma intensidad que las imágenes convencionales.
El problema con el que nos encontramos ahora proviene de los aspectos éticos. Es decir, pese a que esta cyborgización del paisaje es evidente, aunque todavía en menor medida, esto no quiere decir que podamos realzar cualquier tipo de actuación paisajística sin que ello comporte posibles efectos nocivos a nivel ético. Este es el caso del llamado feismo, tan clásico en regiones rurales.
No obstante, este mismo feismo también puede ser expresión de una reutilización francamente interesante de nuestros artefactos, así como ejemplo de procesos de alter-funcionalidad.
Miércoles, 27 de Abril 2011
Perfil
Juan R. Coca
JUAN R. COCA Profesor Contratado Doctor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (España). Actualmente es director de la Unidad de Investigación Social y Enfermedades Raras de la Universidad de Valladolid.
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