|
Blog de Tendencias21 sobre las implicaciones sociales del avance científico, tecnológico y biomédico.
Como seres humanos somos nuestro propio cuerpo porque a través de él sentimos y procesamos (pensamos). En cambio, la idea de que la humanidad está cada vez más cerca de los cyborgs nos conduce a la senda de que somos, además, nuestro cuerpo electrónico: las máquinas que utilizamos para modificar nuestra percepción (ordenador, consola, gafas o visores) y los avatares que proyectamos de nosotros mismos. Se puede decir, entonces, que la realidad virtual es una realidad ampliada a la que accedemos gracias a “extensiones” electrónicas de nuestro cuerpo.
En el mundo en el que nos encontramos la tecno-ciencia se está convirtiendo en uno de los grandes mitos de progreso. Parece que sin un gran desarrollo tecnológico y científico nunca saldremos de las cuevas. Esta concepción del mundo hace que nuestro entorno sea visto como una estructura que tiene que ser modificada y alterada tecnocientíficamente, lo que implica que el mundo se va transformando paulatinamente en un entorno cybórgico. Este mismo entorno, además y en línea con lo dicho, se configura como normatividad futura al que se quiere tender tanto a nivel social como económico.
La pretensión política de incrementar el número de personas que tienen acceso a Internet es buena muestra de ello. Además, también se desea que las empresas españolas tenga una mayor visibilidad dentro de Internet puesto que se considera que la red de redes aporta un potencial beneficio económico que permitirá consolidar e implementar el sistema económico actual. No obstante, la máquina es repetitiva y carente de singularidad. Por esta razón, la cyborgización también puede traer consigo un grave problema hasta ahora desconocido, el hecho de eliminar la identidad, la diferencia, lo especial y singular.
La permanente inclusión de las TIC en todos los ámbitos humanos, y especialmente en regiones menos tecnológicamente desarrolladas como el mundo rural, hace que también sea posible afirmar que el desarrollo rural que se está llevando a cabo en la actualidad camine hacia una ciborgización de este mundo.
Pues bien, la concepción del desarrollo económico a la que hemos hecho mención también afecta al desarrollo rural, de tal manera que éste estará condicionado, en cierto modo, por una percepción del cybórgica del desarrollo rural: el desarrollo rural cybórgico (DRC). Este DRC se entreteje dentro del actual sistema productivo, el cual mantiene –en palabras de Castells– una dinámina de centralización y dispersión la cual estará estrechamente vinculada con la evolución del mundo rural. Es decir, con el tipo de proceso que va a ser fomentado dentro del ámbito rural, bien la incorporación de éste al mundo global, corriéndose el riesgo de desaparición de su identidad, bien fomentando los procesos dispersivos y singulares que potencien la identidad ante todo.
A nuestro juicio, en el desarrollo rural que estamos viendo, también se produce una dualidad en este lo virtual y lo corpóreo típica del cyborg. Es necesario tener presente que la dinámica social actual, y el mundo rural no es ajeno a este proceso, camina hacia la disolución del sujeto en lo virtual (en telépolis), hacia una sociedad en la que la autonomía del self está condicionada por una esfera de lo humano altamente restringida e ilusoria. En este contexto, la interfaz cuerpo-entorno está siendo concebido como un espacio no-cartesiano donde la distinción entre cuerpo y mente, o entre lo virtual y lo material, está evolucionando cada vez más hacia una mayor borrosidad
La pretensión política de incrementar el número de personas que tienen acceso a Internet es buena muestra de ello. Además, también se desea que las empresas españolas tenga una mayor visibilidad dentro de Internet puesto que se considera que la red de redes aporta un potencial beneficio económico que permitirá consolidar e implementar el sistema económico actual. No obstante, la máquina es repetitiva y carente de singularidad. Por esta razón, la cyborgización también puede traer consigo un grave problema hasta ahora desconocido, el hecho de eliminar la identidad, la diferencia, lo especial y singular.
La permanente inclusión de las TIC en todos los ámbitos humanos, y especialmente en regiones menos tecnológicamente desarrolladas como el mundo rural, hace que también sea posible afirmar que el desarrollo rural que se está llevando a cabo en la actualidad camine hacia una ciborgización de este mundo.
Pues bien, la concepción del desarrollo económico a la que hemos hecho mención también afecta al desarrollo rural, de tal manera que éste estará condicionado, en cierto modo, por una percepción del cybórgica del desarrollo rural: el desarrollo rural cybórgico (DRC). Este DRC se entreteje dentro del actual sistema productivo, el cual mantiene –en palabras de Castells– una dinámina de centralización y dispersión la cual estará estrechamente vinculada con la evolución del mundo rural. Es decir, con el tipo de proceso que va a ser fomentado dentro del ámbito rural, bien la incorporación de éste al mundo global, corriéndose el riesgo de desaparición de su identidad, bien fomentando los procesos dispersivos y singulares que potencien la identidad ante todo.
A nuestro juicio, en el desarrollo rural que estamos viendo, también se produce una dualidad en este lo virtual y lo corpóreo típica del cyborg. Es necesario tener presente que la dinámica social actual, y el mundo rural no es ajeno a este proceso, camina hacia la disolución del sujeto en lo virtual (en telépolis), hacia una sociedad en la que la autonomía del self está condicionada por una esfera de lo humano altamente restringida e ilusoria. En este contexto, la interfaz cuerpo-entorno está siendo concebido como un espacio no-cartesiano donde la distinción entre cuerpo y mente, o entre lo virtual y lo material, está evolucionando cada vez más hacia una mayor borrosidad
Miércoles, 13 de Julio 2011
Perfil
Juan R. Coca
JUAN R. COCA Profesor Contratado Doctor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (España). Actualmente es director de la Unidad de Investigación Social y Enfermedades Raras de la Universidad de Valladolid.
Últimas ideas publicadas
Archivo
Enlaces