EL ARTE DE PENSAR. Alfonso López Quintás







Blog de Tendencias21 sobre formación en creatividad y valores

Método tercero

El blog anterior terminaba mi exposición con este párrafo:

La belleza, para suscitar algún tipo de agrado, debe presentar ciertas condiciones, que la Estética ha ido descubriendo a lo largo del tiempo. La belleza causa alguna forma de agrado, pero no es causada por él: responde a la conjunción de varias cualidades, que hemos de precisar en cada nivel de realidad. Una realidad no es consideraba bella porque nos agrada al contemplarla. Más bien a la inversa: nos agrada porque reúne las condiciones de lo bello. Estas condiciones cambian de un nivel a otro; consiguientemente, hemos de ajustar nuestro concepto de agrado y de belleza al modo de ser de cada uno de los niveles.


LA BELLEZA QUE SALVA, II


1. Concepción relacional de la belleza

Dicho ajuste no responde a una concepción relativista de la belleza sino relacional, que es bien distinto. El relativismo concede la primacía al sujeto de la acción. El relacionalismo valora por igual al sujeto y al objeto que entran en relación, bien entendido que, en los niveles 2, 3 y 4, el objeto de conocimiento con el que nos relacionamos no es un mero objeto, sino una realidad abierta, donante de posibilidades.

Pensemos en una obra cultural ‒literaria, artística, musical...‒, una persona, una institución… Cuando un sujeto humano ‒una persona abierta al diálogo‒ asume las posibilidades que le ofrece una realidad abierta de su entorno, tiene lugar una experiencia reversible, en la cual ambos quedan enriquecidos.

2. Condiciones de la belleza según la estética griega

Antes de causar agrado, una realidad considerada como bella debe presentar ciertas condiciones que le otorguen excelencia. Destacamos algunas:

a) La armonía, la sensación placentera de ajuste entre las diversas partes de una realidad que se produce cuando hay proporción entre ellas y medida o equilibrio entre el conjunto de la realidad y una figura humana modélica. En el Partenón, por ejemplo, la altura de las columnas dóricas es proporcional al radio de la base; ha de ser 16 veces mayor. Si fueran jónicas, serían 18 veces mayores. Las de estilo corintio, 20. El edificio conjunto ha de ser «comedido»; ni demasiado grande ni demasiado pequeño en relación a la figura del hombre. Lo «desmesurado» era para el gusto heleno «bárbaro», propio de extranjeros, como los egipcios o los babilonios.

Los griegos intuyeron tempranamente que había una relación esencial entre los números, que dan la medida de las cosas, y la belleza que éstas irradian. De ahí que la estética griega y la romana, la patrística, la medieval y la renacentista estuvieran impulsadas, en buena medida, por la intuición de que los fenómenos estéticamente valiosos se ofrecen al hombre por dos vías: la intuitiva‒sensible y la intelectual‒matemática. A ello responde la importancia de los números en la estética de Aristóteles y San Agustín, como figuras señeras entre innumerables tratadistas.

Los números y las fórmulas generan proporción y, por tanto, unidad y orden, en el sentido positivo de ordenación. Una realidad bien configurada es luminosa, en el sentido de que patentiza lo que es con toda claridad. Tal patentización constituye su verdad. La verdad, la luminosidad y el orden van siempre unidos en la generación de belleza. Nada ilógico que la armonía –y las categorías que de ella se derivan‒ constituyan otras tantas fuentes de luz.


Alfonso López Quintás
10/12/2022

Facebook Twitter LinkedIn Google Meneame Pinterest

Editado por
Alfonso López Quintás
Alfonso López Quintás
Alfonso López Quintás realizó estudios de filología, filosofía y música en Salamanca, Madrid, Múnich y Viena. Es doctor en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático emérito de filosofía de dicho centro; miembro de número de la Real Academia Española de Ciencias Morales y Políticas –desde 1986-, de L´Académie Internationale de l´art (Suiza) y la International Society of Philosophie (Armenia); cofundador del Seminario Xavier Zubiri (Madrid); desde 1970 a 1975, profesor extraordinario de Filosofía en la Universidad Comillas (Madrid). De 1983 a 1993 fue miembro del Comité Director de la FISP (Fédération Internationale des Societés de Philosophie), organizadora de los congresos mundiales de Filosofía. Impartió numerosos cursos y conferencias en centros culturales de España, Francia, Italia, Portugal, México, Argentina, Brasil, Perú, Chile y Puerto Rico. Ha difundido en el mundo hispánico la obra de su maestro Romano Guardini, a través de cuatro obras y numerosos estudios críticos. Es promotor del proyecto formativo internacional Escuela de Pensamiento y Creatividad (Madrid), orientado a convertir la literatura y el arte –sobre todo la música- en una fuente de formación humana; destacar la grandeza de la vida ética bien orientada; convertir a los profesores en formadores; preparar auténticos líderes culturales; liberar a las mentes de las falacias de la manipulación. Para difundir este método formativo, 1) se fundó en la universidad Anáhuac (México) la “Cátedra de creatividad y valores Alfonso López Quintás”, y, en la universidad de Sao Paulo (Brasil), el “Núcleo de pensamento e criatividade”; se organizaron centros de difusión y grupos de trabajo en España e Iberoamérica, y se están impartiendo –desde 2006- tres cursos on line que otorgan el título de “Experto universitario en creatividad y valores”.





Tendencias de las Religiones


RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile