|
Noticias de Ingeniería
En esta segunda parte se describen los sucesivos concursos convocados para el acondicionamiento, climatización y modernización del Museo del Prado, con el fin de conseguir una mejor conservación de las obras de arte en él expuestas.
Posteriormente, y siendo José Manuel Pita Andrade (La Coruña, 1922-Granada, 2009), director del Museo del Prado, se desarrolló sustancialmente el Plan de Obras de Climatización y Reforma de Servicios e Iluminación del Museo.
En aquella época, eran las grandes empresas instaladoras las que definían el sector y su mercado, por lo que la administración no contrató previamente la redacción de un proyecto de diseño, ni menos aún un proyecto de ejecución. Se sacó a concurso la ejecución de la instalación, en base a unas someras especificaciones técnicas. Se trataba que el ofertante resolviese los graves problemas ambientales y de contaminación que se expresaban en esas especificaciones.
Por tanto, al concurso se presentaba tanto un presupuesto económico, como el propio proyecto que proponía la empresa instaladora concursante. La convocatoria había sido muy polémica, pero parecía que la resolución del concurso podría serlo aún más, dada la dificultad de establecer baremos comparativos.
Un ingeniero de la empresa alemana Linde en España, situada entonces en Barcelona, me vino a ver a mi despacho y me habló del concurso convocado, me comento que iban a iniciar la climatización del Palacio de la Zarzuela, y que deseaban que actuase como director de obra, ya que su oficina de Madrid era reducida, y no disponían del especialista adecuado, a lo cual accedí profesionalmente satisfecho.
A continuación me indico que estaba también autorizado, para proponerme la realización del proyecto de climatización del Museo del Prado, para incluirlo en su propuesta. Lógicamente me encontré desbordado ante aquella oferta de una gran empresa alemana, especialista en frio y climatización. Hablamos de los términos y condiciones en los que se podría realizar ese trabajo, llegando a un primer acuerdo de intenciones, a expensas de redactar un contrato.
Llegamos a un acuerdo final, con muy poco tiempo disponible para la redacción del trabajo. Desde el principio, exigí disponer de presupuesto para conocer personalmente lo realizado en museos equiparable del mundo. Quitando el Museo del Hermitage, pues en aquel momento podrían plantearse retrasos con el visado, visité la mayoría de las pinacotecas de Europa y América, buscando referencias y modelos de actuación para definir el proyecto solicitado. Fue realmente una etapa sugestiva y de aprendizaje, pero no existían instalaciones de referencia que pudieran entenderse como modélicas. La situación de los principales museos era semejante a la del Prado, y las recientes instalaciones realizadas en Londres o Paris no respondían a las mismas exigencias, especialmente por el clima y la aparente despreocupación por la contaminación. Realmente el concurso suponía un reto mundial en el ámbito de la climatización.
A lo largo del transcurso del tiempo de ejecución, advertí que la empresa contratista delegaba en mi criterio en cuanto al diseño del sistema y en la búsqueda de soluciones. Quise comentar el tema con algún especialista, como mi profesor el catedrático Francisco Vighi, pero este, me comentó que era miembro del jurado, y que lógicamente, no podían tener ningún contacto en relación con el concurso, al menos hasta después de la entrega de la propuesta.
Con todo ello, trabajamos duramente en el diseño y el presupuesto, y el día antes del plazo previsto, los ingenieros de Linde disponían ya de su proyecto y su presupuesto, realizado todo íntegramente en nuestro despacho de ingeniería. Linde presento en fecha su oferta.
Se presentaron muchas empresas instaladoras: Autoelectricidad, Burner; Linde, Sulzer, Airesa, Acoysa, etc…Siendo adjudicada la obra a esta última. Fuimos informados que nuestro proyecto no había sido formalmente aceptado, pues había sido administrativamente rechazado: La empresa instaladora alemana no se había registrado como Contratista del Estado Español. Parece ser que la oficina de Patrimonio, que era quien había contratado la ejecución de la instalación del Palacio de la Zarzuela, no exigía ese requisito para contratar.
La adjudicación de las obras se publicó en el Boletín Oficial del Estado en enero de 1976, año en que dieron comienzo las mismas, con un presupuesto inicial de 337 millones de pesetas. La primera fase de la climatización del palacio de Villanueva se estimaba que finalizaría en 1978, pero se concluyó la sala de máquinas en 1979, y se abrieron al público, en febrero de 1980 diez nuevas salas climatizadas, cerradas desde hacía años, y en octubre de 1980, comenzaron las obras de la segunda fase, que comprendía el arreglo de quince salas más, y el acondicionamiento de nuevos ámbitos destinados al taller de restauración, depósito de cuadros, espacio para embalaje y nuevos vestuarios y aseos del personal del Museo, (Moleón Gavilanes, Pedro, Proyectos y obras para el Museo del Prado. Fuentes documentales para su historia, Madrid, Museo del Prado, 1996).
En el presupuesto de 1986, todavía se incluyeron 500 millones de pesetas para estas obras de climatización. El hecho es que posteriormente poco se habló en los medios de esa instalación, lo que indica que funcionó satisfactoriamente durante los últimos casi, cuarenta años.
Acoysa había concebido una central térmica y un climatizador central para tratamiento del aire exterior, manteniendo en sobrepresión el edificio, para que no se produjesen filtraciones de aire exterior. Este climatizador alimentaba a otros cinco de área, estos a su vez, alimentaban a nuevos climatizadores zonales, con un total de 28 unidades zonales.
Posteriormente, y en la actuación correspondiente a la 3ª fase del Plan Director, ala de Goya-Velázquez, el arquitecto Francisco Rodriguez Partearroyo realizó un nuevo proyecto, para una superficie de 15.000 m2, y 50 salas. También la reforma de la zona de oficinas en los encañonados, y de las torres de enfriamiento del sistema de climatización, realizándose su traslado a la zona posterior del edificio. Como parte del proyecto se diseñó una nueva solución para la difusión de aire, en sustitución del existente, en esas zonas.
Con el paso del tiempo, y un adecuado mantenimiento, la instalación original mantenía sus prestaciones, pero requería de un profundo análisis y de ciertas mejoras, por lo que el despacho de ingeniería de Juan Travesí, ha sido contratado para realizar un Plan estratégico de modificación de las instalaciones de climatización del edificio histórico, en tres fases, con el objetivo de actualizar las instalaciones existentes de climatización, reducir el consumo de energía y mejorar la regulación del sistema. En la actualidad está ya definida y proyectada la primera fase de actuación.
En el proyecto, y posterior obra, de la ampliación, llevada a cabo por el arquitecto Rafael Moneo, las instalaciones de climatización fueron diseñadas por Úrculo Ingenieros. La central frigorífica y térmica existente fue reformada y ampliada en potencia, con el fin de dar servicio a los nuevos espacios de la ampliación (se sustituyeron los 4 grupos frigoríficos de condensación por agua por otros 4 de mayor potencia, se instalaron 4 nuevas torres de enfriamiento y, por último, se sustituyeron las 2 calderas existentes por otras dos nuevas de gasóleo de mayor potencia). Las nuevas torres de enfriamiento se ubicaron en el pabellón junto al acceso de Velázquez, integrándose en el mismo de forma ingeniosa.
Por otro lado, en el nuevo edificio de la ampliación se diseñaron sistemas de climatización por aire, con climatizadores exclusivos para cada zona (salas de exposiciones, salas de restauración, almacenes, salón de actos, vestíbulo, etc.). Por ejemplo, para el Claustro, que dispone de una superficie de 524 m2, se concibe un sistema específico de climatización para la conservación de bienes culturales.
Se aplicaron en el diseño, criterios estrictos para mantener condiciones en el aire interior de elevada pureza, y un control riguroso tanto de temperatura, como de la humedad relativa (condiciones establecidas por el departamento de restauración), lo que exigía un sistema de gestión centralizado de última generación. Este fue, quizás, uno de las mejoras más relevantes que se implementaron en el Museo, un sistema de control moderno y potente que permitiese captar información en tiempo real, con el fin de monitorizar la totalidad de los equipos del sistema de climatización con la fiabilidad y la rapidez exigidas. Realizó la instalación la empresa ATIL.
En la actualidad se está desarrollando el proyecto de ejecución de la nueva ampliación del museo, que comprende el edificio del Salón de Reinos, que anteriormente ocupaba el Museo del Ejército.
Esta nueva actuación es el resultado de un concurso internacional, adjudicado a los estudios de arquitectura de Norman Foster y Carlos Rubio en 2016, con los que Urculo Ingenieros está también colaborando, en el desarrollo de las instalaciones del nuevo edificio.
El proyecto fortalece y consolida la identidad del campus del Museo del Prado, mejorando la potenciación peatonal del eje Parque del Retiro – Paseo del Prado, a través de la calle Felipe IV.
El Salón de Reinos, fue parte integrante del desaparecido Palacio Real de Buen Retiro y como ya hemos comentado, antigua sede del Museo del Ejército. Actualmente está adscrito formalmente al Museo Nacional del Prado desde octubre de 2015.
Aunque estaba previsto que las obras se iniciasen en 2018, por problemas presupuestarios, su ejecución ha sido retrasada.
En el día de hoy, 19 de noviembre, se cumple el bicentenario de la creación del Museo del Prado, por lo que, en breve crónica, recordaremos los sistemas aplicados en estos doscientos años, para la protección de las obras de arte, mediante el tratamiento ambiental interior de sus recintos, que contienen un patrimonio cultural incuestionable.
Habiendo sido nombrado José Gabriel Silva-Bazán y Waldstein, X marqués de Santa Cruz, de Villasor y del Viso (1772-Madrid, 1839), director de la Galería Real de Pinturas (1817 a 1820), se produce la inauguración del Museo Real de Pinturas, posiblemente a instancia de la Reina, Isabel de Braganza. El Sr. Silva-Bazán padre, había tenído el mérito de haber conseguido convencer a Carlos IV para que depositara los «cuadros deshonestos» de las colecciones reales, en una sala reservada, en lugar de cumplir la voluntad de Carlos III, de quemarlos. (Beroqui, Pedro, «Apuntes para la historia del Museo del Prado», Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, año xxxviii, Madrid, 1930, pp. 33-48, 112-127, 189-203 y 252-266; año xxxix, 1931, pp. 20-34, 94-108, 190-204 y 261-274; año xl, 1932, pp. 7-21, 85-97 y 213-220, y Gaya Nuño, Juan Antonio, Historia del Museo del Prado (1819-1969), León, Everest, 1969).
Inicialmente, en 1819, fueron incorporadas al Real Museo de Pinturas 311 obras propiedad del Rey, posteriormente la colección fue incrementándose, hasta disponer hoy de 38.344, constituyéndose, desde 1868 en parte del Patrimonio Nacional.
Inauguración
El día de la inauguración, el 19 de noviembre de 1819, no hubo ceremonias oficiales. Incluso el rey Fernando VII no acudió al acto (Rumeu de Armas, Antonio, Origen y fundación del Museo del Prado, Madrid, Instituto de España, 1980 y Alcolea i Blanch, Santiago, Museo del Prado, Barcelona, Ediciones Polígrafa, 1991). No obstante, con ocasión de la inauguración, se ha escrito:
El piso del Museo era, en algunas salas, de losas de piedra, en otras, de baldosas de ladrillo y aún había determinados lugares en los que el suelo era simplemente de tierra batida. La calefacción consistía en tres braseros, uno en cada salón, que se encendían únicamente los días de visita pública. Para combustible, se disponía de 20 arrobas (algo más de 200 kg) de carbón al mes; si sobraba, se quemaba los demás días en beneficio de los sufridos copistas y estudiosos. (Fundación de amigos del Museo del Pardo:
https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/silva-bazan-y-waldstein-jose-gabriel-x-marques-de/8c8dacee-89bf-4434-af23-561a6c261df6?searchid=a51635b7-886b-afbe-ebf1-7b31d5ba196b).
Durante muchos años, el riesgo de incendio del edificio, con techumbre de madera, determinó la no realización de obras para la calefacción de la pinacoteca (Alcolea i Blanch, Santiago, Museo del Prado, Barcelona, Ediciones Polígrafa, 1991). Por ejemplo, antes de final de siglo, siendo de 1894 a 1896, director Vicente Palmaroli y González, (Zarzalejo, Madrid, 1834-Madrid, 1896): …la instalación de calefacción queda suspendida y en estudio, mientras no se produzca la sustitución de las cubiertas de madera por otras metálicas. Por su parte, para evitar incendios, Palmaroli propone la ampliación de los pabellones laterales de Jareño para trasladar allí las viviendas de empleados (Fundación de amigos del Museo del Pardo).
Calefacción
Por ello, tenemos registros de que, más de ochenta años después de su inauguración, siendo director del museo de 1901 a 1918, José Villegas y Cordero, (Sevilla, 1844-Madrid, 1921), es cuando se mejoran realmente las instalaciones del Museo del Prado: Otros capítulos, como la instalación en el edificio de una adecuada calefacción o una moderna dotación contra el fuego, también serán objeto de su preferente atención (Fundación de amigos del Museo del Pardo:
https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/villegas-y-cordero-jose/0169f7c9-53b5-4aff-aadc-36f101a6b5fa?searchid=dbb11f77-077f-4b26-b27a-a8af4c363eb8 ).
Se realiza en ese momento un sistema de calefacción convencional por agua caliente y radiadores, con combustión de carbón, que indudablemente suponía un grave riesgo para el edificio y para las obras de arte.
Posteriormente, y siendo desde 1952 José María Muguruza (Murcia, 1899-Madrid, 1984), el arquitecto conservador del Museo, se fueron sustituyendo sistemáticamente los materiales combustibles del edificio, y realizándose nuevas instalaciones contra incendios, calefacción y aire acondicionado, (Moleón Gavilanes, Pedro, Proyectos y obras para el Museo del Prado. Fuentes documentales para su historia, Madrid, Museo del Prado, 1996).
En cualquier caso, la pinacoteca era una constante preocupación en todos los niveles de la administración. Ya en los años setenta, la contaminación del Paseo de Recoletos, no solo debido a la circulación de vehículos, pero especialmente a las calefacciones, era una preocupación para los conservadores del museo.
En una visita técnica, personalmente pude comprobar que las ventanas de la parte superior quedaban siempre abiertas, entrando por ellas la contaminación. Pero al analizar los ribetes de hollín en los bordes de las ventanas y paredes próximas, era fácil deducir que ese hollín procedía del exterior, pero preferentemente, de las propias chimeneas de calefacción del museo, dada la ubicación de las mismas.
Climatización
Esa preocupación por la correcta conservación de la obra pictórica del museo, suscito la necesidad de afrontar el grave problema existente. Pero no con soluciones sencillas y económicas. Se estimó que era necesario un estudio de climatización y protección ambiental de la pinacoteca con un estudio integral. Fue acordado convocar un concurso público. Pudiera proponerse que aquel concurso de climatización del Museo del Prado, fue una referencia paradigmática para el sector.
El Ministerio de Defensa, a través del INTA, pondrá en órbita mini-satélites para participar en el control del cambio climático. De esta forma España dispondrá de herramientas espaciales para poder observar la incidencia del cambio climático en nuestro territorio.
Ya en febrero de 2018 puso en órbita un satélite de observación militar: PAZ (http://www.inta.es/WEB/paz-ciencia/en/).
Actualmente, el nuevo proyecto es lanzar al espacio constelaciones de varios mini-satélites, de un menor tamaño, que orbitarán a menor altura, y que tendrán aplicaciones de apoyo a la lucha contra el cambio climático.
ANSER, Advances Nanosatellites Systems for Earth observation Research, será la primera misión de observación y control de nuestro territorio, dentro del programa de Constelaciones de Pequeños Satélites que ha sido iniciado.
Dichos satélites no tendrán necesariamente, una misión, militar, pues servirán para vigilar y fiscalizar la calidad de las aguas continentales en la Península Ibérica, concretamente el agua de los embalses y pantanos de la España peninsular.
Consistirá en un equipo de cuatro satélites, un líder y tres seguidores, que operarán en distancias cercanas, con una separación máxima entre ellos de diez kilómetros, lo que se denomina Control de Vuelo en Formación.
Pero esta misión piloto, permitirá también adquirir más experiencia en la utilización de estas nuevas tecnologías de vigilancia aeroespacial, con el menor coste posible, y creando un Centro de Misión específico para el control y operación de una constelación de nano-satélites.
Se espera disponer de la misión ANSER de monitorización de embalses para 2021, y dos años después se iniciará el lanzamiento al espacio de la segunda misión: ANSAT.
Esta otra misión, a partir de 2023, operará otra constelación de pequeños satélites para la observación de la atmosfera, y realizar mediciones de gases atmosféricos, asociados al estudio de la calidad del aire, cambio climático y ozono polar.
Por último, la misión ANSAR, consistirá en la implementación de un Sistema de Observación SAR (Radar de Apertura Sintética) en una plataforma distribuida.
Estas plataformas, son satélites de reducido coste y dimensión, con un peso por debajo de los 10 kilogramos, que actualmente son objeto de experimentación en universidades e institutos tecnológicos, y que se están convirtiendo en una verdadera alternativa, a las tradicionales grandes misiones de satélites. Además, permiten reducir de forma drástica los tiempos y costes de desarrollo asociados a los sistemas espaciales.
Estos proyectos se basan en la utilización de una “constelación” de mini-satélites de pequeño tamaño, que operarían de forma coordinada, distribuyéndose las zonas de la superficie terrestre que cubren, como si fuesen un solo elemento espacial.
Inicialmente se utilizaran plataformas de sólo tres kilogramos de masa, en las que es difícil instalar un sistema de propulsión a bordo. Se intentará aprovechar la leve resistencia aerodinámica que existe en órbitas por debajo de 500 kilómetros, para mantener el control del vuelo en formación, con un reducido coste de explotación.
No obstante, se estima que los satélites posicionados en alturas iniciales por debajo de 500 kilómetros tienen como límite de duración tres años, y si llegan a orbitar por encima de 650 kilómetros, se convierten en basura espacial permanente si no disponen de un sistema de propulsión que lo precipite a tierra al final de su vida útil.
Posiblemente, el cambio climático constituye hoy el mayor reto medioambiental a la que se enfrenta la humanidad, por lo que conocer estos nuevos proyectos tecnológicos aeroespaciales, pueden generarnos cierto optimismo.
Otras agencias espaciales, como NASA han desarrollado ya numerosos proyectos en este ámbito. La NASA, en concreto, cuenta con más de una docena de satélites estudiando la Tierra, incluso ofrece un portal específico sobre el cambio climático:
https://climate.nasa.gov/
El lunes 14 de enero de 2019, el Instituto de la Ingeniería de España convocó una jornada en homenaje a María Teresa Estevan Bolea, con ocasión de haber sido galardonada con EL PREMIO MUNDIAL DE INGENIERÍA, de la Federación Mundial de Organizaciones de Ingenieros.
Con ocasión de su cincuenta aniversario, la FMOI convocó un congreso: el Global Engineering Congress, y en la sede de la Institution of Civil Engineers de Londres, el 22 de octubre de 2017 se hizo entrega del galardón WFEO GREE WOMEN IN ENGINEERING AWARD, concedido por la Federación Mundial de Organizaciones de Ingenieros, a la Ingeniera Industrial Española Maria-Teresa Estevan Bolea.
En el acto de entrega del galardón, el Presidente del Comité de Adjudicación, el Ingeniero Eléctrico nigeriano Mr. Mustafa B. Shehu, destacó que, entre las 20 candidaturas mundiales que concursaron a esta primera edición del premio, se había adjudicado el premio a la ingeniera española María Teresa Estevan.
En el acto celebrado el 14 de enero, el presidente del Instituto de la Ingeniería de España, Carlos del Álamo, recordó el reconocimiento internacional que supone ese premio mundial, a toda una vida de constante y duro trabajo.
Tras esas palabras de orgullo compartido y elogio, la homenajeada agradeció el reconocimiento que le otorgaba este premio, destacando que en su opinión, era una distinción para toda la Ingeniería Española, para todos aquellos ingenieros e ingenieras que gracias a su esfuerzo, trabajo y dedicación, han conseguido situar a la ingeniería española en la vanguardia mundial. También tuvo palabras de agradecimiento expresas para todos los que habían participado en su candidatura, destacando que la ingeniería española está muy bien valorada y posicionada a nivel mundial, gracias al esfuerzo, al trabajo y la constancia de todos los que cada día trabajamos por conseguir un mundo mejor mediante la ingeniería.
A continuación, la galardonada hizo una amplia exposición de los problemas medioambientales y energéticos con los que se enfrenta las sociedades. En relación con el cambio climático, destaco dos factores a tener en cuenta: la acción humana con emisiones constantes de CO2, pero también expresó que no pueden olvidarse también los desastres por cusas naturales.
Recordó la importancia del carbón y de la energía nuclear, considerando a esta como la más limpia, más segura y más barata. Para finalizar, quiso resaltar la dificultad que tienen las mujeres para alcanzar puestos directivos, afirmando que: …las mujeres tienen que trabajar tres veces más que los hombres y no pueden cometer ni un solo fallo. Felicitando a sus compañeras ingenieras presentes en el acto, al haber conseguido superar esas dificultades en su vida profesional.
Breve Biografía
María Teresa Estevan Bolea es Ingeniera Industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Barcelona (1968), y Diplomada en Alta Especialización en Soldadura e Ingeniería Ambiental. Pertenece al Cuerpo de Ingenieros Industriales del Estado por ingreso mediante oposición. Ha trabajado en empresas de Ingeniería, de Construcción y de Montaje de fábricas de Cemento, Plantas Químicas, Refinerías, Centrales Térmicas, Oleoductos y Gasoductos.
2001-2006 Presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear.
2000-2001 Consejera de la Comisión Nacional de Energía.
1999-2000 Presidenta del Consejo Superior de Industria y Energía. Ministerio de Industria y Energía.
1994-1999 Diputada del Parlamento Europeo. Miembro y Portavoz de las Comisiones de Energía, Investigación y Desarrollo Tecnológico, y Medio Ambiente.
1987-1993 Diputada por Madrid en el Congreso de los Diputados, durante dos legislaturas y miembro de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Igualdad de Oportunidades de la Mujer.
1983-1987 Ingeniera Jefe del Gabinete de Estudios del Consejo Superior del Ministerio de Industria y Energía.
1977-1982 Directora General del Medio Ambiente y Secretaria General de la Comisión Interministerial del Medio Ambiente, en el MOPU (1979- 1982) y Subdirectora General en el MOPU (1977-1978).
1976-1977 Coordinadora en el CIFCA.
1968-1975 Ha trabajado en la Dirección General de la Energía: Secciones de Hidrocarburos, Gas y Subdirección de Planificación Energética del Ministerio de Industria y Energía, y en la Secretaría General Técnica, Subdirección de Contaminación Industrial del Ministerio de Industria y Energía.
1962-2000 Directora Técnica de Proyectos, Inspecciones y Construcciones Metálicas, S.A. (1962-1967); Directora General de SITESA INGENIEROS, S.A. (1990-2000) y Consejera-Delegada de ECO CONSULT, Ingeniería del Medio Ambiente, S.A. (1988-1990). Directora de los Planes de Saneamiento Atmosférico de Madrid, Bilbao, Huelva y Avilés y del Inventario Nacional y Plan Director de Plantas Depuradoras de aguas residuales y municipales.
Ha sido autora de numerosas publicaciones relacionadas con el Medio Ambiente y con la Energía, Envase y Embalaje y Calderería.
Profesora en cursos de post-grado en materias medioambientales y de Energía en diversas Universidades e Instituciones españolas e iberoamericanas.
Es Miembro del Capítulo Español del Club de Roma, del Comité Español del Consejo Mundial de la Energía, del Colegio de Ingenieros de Madrid, de la que fue Decana (2013-2016), de la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid, de la que fue vocal de la Asociación (2010-2014), de la Fundación Europea de la Energía, del Foro de la Industria Nuclear, de ATEMA, Fundación Joaquín Costa, Fundación Cánovas del Castillo, FUNDES, Fundación Europea de la Energía y otras Instituciones.
María Teresa Estevan Bolea fue la tercera mujer en obtener el título de Ingeniera Industrial en España, en 1968, y la primera mujer en ingresar por oposición en el Cuerpo de Ingenieros Industriales del Estado.
El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid en 2007 le otorgó la Mención Honorífica a su Trayectoria Profesional. Es gran amante de la música clásica, y confiesa que dedica gran parte de su tiempo a impartir clases de Matemáticas, Física y Química a sus nietos.
Más información puede encontrarse en:
https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Teresa_Estevan_Bolea
Publicaciones
Además de publicar numerosos artículos, ponencias y estudios, ha editado los siguientes libros:
- Aspectos [e] instrumentos económicos de la gestión ambiental. Master en gestión ambiental. Editor Instituto de Investigaciones Ecológicas, 38 pp. 1993.
- Implicaciones económicas de la protección ambiental de la CEE: repercusiones en España. Volumen 9 de Informes del Instituto de Estudios de Prospectiva. 2ª edición ilustrada de Secretaría de Estado de Economía, Ministerio de Economía y Hacienda, 538 pp. 1991.
- Evaluación del impacto ambiental. Editor MAPFRE, 609 pp. ISBN 8471001381; 1984.
- Impacto ambiental de centrales nucleares. Volumen 6 de Cuadernos del Centro Internacional de Formación en Ciencias Ambientales (España). Editor CIFCA, 123 pp. 1978.
- Las evaluaciones de impacto ambiental. Volumen 2 de Cuadernos del Centro Internacional de Formación en Ciencias Ambientales, Centro Internacional de Formación en Ciencias Ambientales. 2ª edición de CIFCA, 100 pp. 1977.
- El medio ambiente y el sector forestal: (tiempo de actuar). Comisiones de Estudio de Alianza Popular. Editor Publicaciones de Alianza Popular, 270 pp. Coautora con Joaquín Siso Cruellas. 1984.
En una profesión, como es la ingeniería, en la que escasean las vocaciones femeninas, el hecho de que a nivel mundial, nuestra compañera María Teresa Estevan Bolea, haya sido galardonada con EL PREMIO MUNDIAL DE INGENIERÍA, de la Federación Mundial de Organizaciones de Ingenieros en 2018, es un honor y una satisfacción para la ingeniería y para todos los españoles.
La incorporación de España a la Comunidad Europea, pero especialmente, la reciente crisis económica y financiera, ha tenido un impacto muy negativo en el sector industrial, originando la desaparición de industrias y sectores que, lamentablemente, nunca regresarán a su situación anterior e, incluso en algún caso, podrían llegar a desaparecer.
Esta dinámica puede generar desasosiego y preocupación, pero no es comparable a la situación económica de la España de los años cincuenta. En aquel momento, comparativamente, no salíamos de una crisis, si no que estábamos inmersos y sumidos en un estado de subdesarrollo y pobreza.
Para los nuevos ingenieros que habían terminado su formación en los años sesenta del pasado siglo, las opciones de introducirse en un mundo industrial, en el que podrían participar y desarrollar su futuro, generaba anhelos e ilusiones de juventud.
Pensábamos en aquel momento en que tendríamos oportunidades de acción, en puestos de trabajo en los que nuestra responsabilidad se pudiera manifestar, con la capacidad de administrar y gestionar recursos, de producir y de vender esos productos, en un mercado competitivo, de un país todavía entonces, marcadamente agrícola y en desarrollo económico.
Actualmente, la incidencia de la crisis en los diferentes sectores productivos ha sido muy variable. Pero en la etapa anterior de bonanza, la construcción y las obras públicas, con la industria de sus productos afines, y los servicios, especialmente ligados al turismo o al ocio, habían venido desplazando a la industria convencional, que para mantener su posición competitiva, requería de un continuo proceso de mejora, formación, promoción comercial, investigación y desarrollo.
Por lo que, tras la crisis económica de 2008 a 2014, la incidencia de la industria en el PIB apenas llega al 15%, y son muchas las voces que proclaman como, de nuevo, es necesaria la puesta en marcha de medidas para una urgente reindustrialización del país.
El preámbulo de la referida Ley de 20 de julio de 1957, a la que nos hemos referido en textos anteriores, sobre ordenación de las enseñanzas técnicas expresaba: Un amplio programa de industrializacıón, y una adecuada ordenación económica y social, sitúan a nuestro país en una excepcional coyuntura de evolución y progreso y exigen, para su realización, el concurso de aquel número de técnicos dotados de la sólida formación profesional que el ejercicio de la moderna tecnología requiere.
Existía una clara convicción, en los años cincuenta del pasado siglo, de la necesidad de modernizar España por la vía de su industrialización, para lo que eran necesarios más ingenieros, y por tanto, un nuevo método de selección y formación de estos nuevos ingenieros.
Si el rol del ingeniero estaba valorizado en la sociedad española, esta nueva Ley inducia a pensar que esta profesión tendría muchas oportunidades laborales, y también, sociales.
OPORTUNIDADES DE TRABAJO
Nos proponemos realizar una descripción de las actividades individuales realizadas por los ingenieros de aquellas promociones del Plan 57, en los últimos cincuenta años. No vamos a seguir una metodología concreta, ni métodos definidos, sino una simple narrativa de experiencias.
Aunque la antropología es una ciencia que estudia al hombre en la sociedad, con un determinado entorno cultural, recordando a Ortega, es él y su circunstancia, por lo que no puede evitar ser el resultado de ambas. No intentaremos aquí un desarrollo científico de los distintos modos de adaptación y comportamiento social del ingeniero ante el mercado laboral, pero si recordar las oportunidades existentes en aquellos años.
La Praxeología es la unidad mínima de análisis del estudio de la estructura lógica de la actividad humana (praxis), mediante métodos como el individualismo metodológico y principios, como por ejemplo, suponer que el hombre es un ser de racionalidad perfecta, obteniendo, en consecuencia supuestos razonamientos elementales sobre ese comportamiento, que permiten analizar el proceso de la acción humana.
Por ejemplo, una aplicación de esta teoría, son las apreciaciones y aspiraciones del consumidor, quien actuaría conforme a sus necesidades, desagrados, y a su propia escala de valores. Combinando y entrelazando estas excitaciones, y las escalas de valores de todos los individuos de un mercado concreto, se generaría una pauta para conocer el comportamiento humano de la oferta y la demanda de ese mercado, incluso en el ámbito laboral.
Las instituciones, son las organizaciones sociales estables que enmarcan la actividad humana. En el caso de la ingeniería, han sido los Colegios profesionales y las Asociaciones quienes han representado a estas profesiones. No obstante, el devenir diario de los ingenieros se realiza gracias a otras instituciones que les facilitan los posibles recursos necesarios que ponen a su disposición. Estos recursos, materiales e intelectuales, han sido adquiridos, o se han venido produciendo previamente, a lo largo de los procesos de enfrentamiento a situaciones problemáticas, y en un marco de recursos escasos, hasta permitir afrontarlos y resolverlos con regularidad y eficacia.
Empleado público
La Administración Pública, en cualquiera de sus ámbitos, incluso en la enseñanza, ha sido una garantía de estabilidad para el empleado. En el caso de los ingenieros adscritos a la Administración, lógicamente los puestos son del mejor nivel laboral.
Pero el ser empleado público conlleva una serie de particularidades, que con el tiempo se han ido fortaleciendo, haciendo que estos trabajos se diferencien claramente de los de los empleados de una empresa privada.
Se ha sugerido que la Administración debe parecerse lo más posible a una empresa privada; lo cual es imposible por mucho interés que tenga el legislador, y por muchos intentos que haga el político de turno. En cualquier caso, quien prevalece en el tiempo es el funcionario, el político puede cambiar con cada legislatura o, incluso antes. Por ejemplo, se ha sugerido que:
1. Que los sueldos de los funcionarios estén equiparados a los de la empresa privada. La realidad es que la evolución del mercado laboral no coincide con los niveles de retribución de la Administración Publica, generalmente deficitaria, pero en estos casos el empleado público sabe compensar esa diferencia.
2. Una mejor organización del trabajo administrativo, con cometidos claros y concretos.
3. Una reducción de la burocracia y eliminación de puestos de trabajo no claramente productivos. Pero los puestos de la administración no resultan de una necesidad productiva, normalmente se requieren por mandato legal, que obliga a la referida administración a realizar determinadas funciones que no pueden evaluarse por un valor añadido o una producción concreta
4. El sistema de acceso a la función administrativa es difícil de evaluar. En los últimos siglos se ha llegado al convencimiento de que el concurso-oposición es el sistema menos malo. En este procedimiento selectivo, varias personas concurren para ocupar una misma plaza, y un jurado independiente selecciona y decide, pudiendo evitar el nepotismo. Han sido ensayados otros sistemas, evitando costes adicionales a la administración, sin resultados evidentes.
5. Absentismo. En lo que muy poco se ha adelantado es en un sistema riguroso para impedir el absentismo o la falta de productividad del empleado público. En este asunto, los funcionarios siempre se han comportado como un sindicato celoso de sus derechos.
No deberían existir garantías de que el derecho a un puesto de trabajo sea vitalicio en la administración; incluso protocolos definidos de la perdida de la condición de empleado público, simplemente por no disponer de los niveles suficientes de resultados, por falta de productividad, por no asistencia o por incumplimiento de objetivos. Pero, incluso esta opción, ha sido imposible de aplicar en la práctica,
6. Otra cuestión es la carrera personal del funcionario. En los antiguos cuerpos se definían escalas con derechos diferenciados, y los ascensos se producían automáticamente por antigüedad. En el caso de los Notarios, caso muy específico e interesante, desde hace muchos años, existía una opción alternativa de examen u oposición para acceder a vacantes por la vía de oposiciones restringidas.
Es impracticable un procedimiento que permita el ascenso como premio arbitrario o que pierda su nivel mediante un simple expediente. En la carrera judicial se han regulado estos procedimientos, pero con un carácter extraordinario, y en ciertos casos, han sido aplicados indebidamente por razones políticas.
Es para todos un deseo el conseguir una Administración profesionalizada, pero la función pública española, aunque muchos no lo crean, es merecedora de nuestro agradecimiento, y de un nivel de seriedad y eficacia encomiable, preferentemente gracias a su sentido de la honestidad personal.
Muchas veces, las críticas se deben más a un claro desconocimiento de la función del empleado público, y de las características y peculiaridades de esa función. El hecho es que con la crisis se ha exigido la necesaria reforma de la Administración, pero poco se ha realizado y poco se ha cambiado, a pesar de que estábamos en una clara situación de crisis.
Fue durante veinte años funcionario del Ministerio de Hacienda, como Inspector de Finanzas del Estado, Subdirector del Centro de Proceso de Datos del Ministerio de Hacienda, Inspector Jefe de Madrid y fundador y presidente de la Asociación profesional de Inspectores de Hacienda, representativa del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado (Actualmente: Inspectores de Hacienda del Estado: IHE).
Posteriormente causó baja como funcionario, y fue fundador y presidente de diversas empresas, de asociaciones no lucrativas y de fundaciones, actuando como presidente de las mismas, ex-Presidente de la Federación de Ingenieros Industriales de España y ex-Vicepresidente del Instituto de la Ingeniería de España, Gabriel Barceló ha sido consultor en ingeniería de la edificación y asesor fiscal.
Desde hace más de treinta y seis años desarrolla un proyecto de investigación científica sobre dinámica rotacional. Autor de numerosos libros, destacando: “Nuevo paradigma en Física” (editado en inglés y español, en dos tomos), y ha publicado más de cien artículos.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850