¿Quién es?
Rafael Alberto Pérez
Autor de referencia en comunicación estratégica, conferenciante y consultor. Es consejero de The Blueroom Project - TBP Consulting para temas de turismo y ocio
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
En la actualidad divide su actividad entre impartir Seminarios- invitado por más de 170 Universidades y empresas de 14 países- y ejercer como consultor estratégico.
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
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Propuesta No.6
Flexibilizar la jornada laboral mediante 2 días de teletrabajo en el propio domicilio
Por Rafael Alberto Pérez
Si solo acudiéramos tres de los 5 días laborables a la oficina y los dos restantes trabajásemos en casa en el ordenador, la sociedad en su conjunto obtendría al menos 3 beneficios que entiendo importantes: reducción del consumo de carburantes en torno a un 30% durante la semana laboral; la consecuente mejora de la contaminación urbana y una mayor fluidez del tráfico. En lo que a los trabajadores se refiere tendrían una mayor flexibilidad de su tiempo para organizarse y repartir la jornada laboral; los padres podrían pasar más tiempos con sus hijos, y mejorar así la formación en valores de los mismos; la familia en su conjunto podría estar más horas junta, etc.
Pues bien, esta enorme revolución solo necesita cumplir tres simples requisitos para que sea viable: (1) que las empresas asignen dos de los días laborales para posibles reuniones (por lo que sobre los tres restantes cada uno elegiría aquellos dos que mejor le conviniesen); (2) que equipen a sus empleados con ordenadores que permitan controlar el nº de horas trabajadas y en general su productividad; (3) y que durante las horas laborables los trabajadores se comprometan a dejar sus teléfonos abiertos por si hubiese alguna urgencia que se pudiese aclarar telefónicamente (uso excepcional).
Bueno, realmente haría falta un cuarto requisito: mentalización. Del mismo modo que hace años la jornada flexible parecía una utopía y hoy son numerosas las empresas en que se ficha con un margen de conveniencia y es el trabajador el que se preocupa de cumplir el total de horas reguladas. El teletrabajo durante dos de los días laborables también puede parecernos ahora una utopía. Y es necesario perderle el miedo.
Personalmente pienso que es una buena medida para la España de hoy, en un momento en que se pretende ahorrar y flexibilizar. Solo tiene un problema, que no sirve para todo tipo de trabajo, solo para oficinas y similares. Y no para el personal de cara al público. Con todo la cifra de beneficiarios sería muy alta. ¿Alguien querría cuantificar los beneficios?
Si solo acudiéramos tres de los 5 días laborables a la oficina y los dos restantes trabajásemos en casa en el ordenador, la sociedad en su conjunto obtendría al menos 3 beneficios que entiendo importantes: reducción del consumo de carburantes en torno a un 30% durante la semana laboral; la consecuente mejora de la contaminación urbana y una mayor fluidez del tráfico. En lo que a los trabajadores se refiere tendrían una mayor flexibilidad de su tiempo para organizarse y repartir la jornada laboral; los padres podrían pasar más tiempos con sus hijos, y mejorar así la formación en valores de los mismos; la familia en su conjunto podría estar más horas junta, etc.
Pues bien, esta enorme revolución solo necesita cumplir tres simples requisitos para que sea viable: (1) que las empresas asignen dos de los días laborales para posibles reuniones (por lo que sobre los tres restantes cada uno elegiría aquellos dos que mejor le conviniesen); (2) que equipen a sus empleados con ordenadores que permitan controlar el nº de horas trabajadas y en general su productividad; (3) y que durante las horas laborables los trabajadores se comprometan a dejar sus teléfonos abiertos por si hubiese alguna urgencia que se pudiese aclarar telefónicamente (uso excepcional).
Bueno, realmente haría falta un cuarto requisito: mentalización. Del mismo modo que hace años la jornada flexible parecía una utopía y hoy son numerosas las empresas en que se ficha con un margen de conveniencia y es el trabajador el que se preocupa de cumplir el total de horas reguladas. El teletrabajo durante dos de los días laborables también puede parecernos ahora una utopía. Y es necesario perderle el miedo.
Personalmente pienso que es una buena medida para la España de hoy, en un momento en que se pretende ahorrar y flexibilizar. Solo tiene un problema, que no sirve para todo tipo de trabajo, solo para oficinas y similares. Y no para el personal de cara al público. Con todo la cifra de beneficiarios sería muy alta. ¿Alguien querría cuantificar los beneficios?
Rafael Alberto Pérez
Viernes, 30 de Diciembre 2011
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Blog sobre comunicación estratégica
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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