¿Quién es?
Rafael Alberto Pérez
Autor de referencia en comunicación estratégica, conferenciante y consultor. Es consejero de The Blueroom Project - TBP Consulting para temas de turismo y ocio
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
En la actualidad divide su actividad entre impartir Seminarios- invitado por más de 170 Universidades y empresas de 14 países- y ejercer como consultor estratégico.
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
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22/11/2024 17:54 - Pablo Javier Piacente
Acababa de despedir en esta misma sección a Gustavo Hoyos cuando los diarios de la mañana me daban otra mala noticia: el fallecimiento de James Buchanan a los 93 años de edad.
James Buchanan durante su visita a España con Rafael Alberto Pérez
La vida nos da a veces el privilegio de conocer y tratar a personas de una talla intelectual y moral excepcionales y de enriquecernos en esa relación. Cuando se van, la importancia de su legado, nos hace olvidar que el ser humano, el maestro, el amigo, el conocido se ha ido para siempre. Su talante, sus anécdotas son irremplazables.
Hoy me toca recordar a uno de esos grandes hombres. James Buchanan, Premio Nobel de Economía del 1986, dejó huella con sus libros: “El cálculo del Consenso” y sus ideas: la teoría de la Elección Pública (Public Choice). Los obituarios después de su muerte dieron constancia de la importancia de su legado, pero yo prefiero hacer un homenaje al hombre y recordar su estilo directo, su campechanería y su peculiar sentido (a lo Eugenio) del humor.
Estilo directo: Mi primer encuentro con James Buchanan fue en 1979 en el lobby del Hotel Princesa Husa de Madrid. Acudí a la cita con Jose Antonio Aguirre por aquel entonces era el vicepresidente en el Centro de Estudios y Comunicación Económica, entidad de la que yo era Director General. Fue allí donde le propusimos la creación de la sección Española de la Public Choice Society. La idea le gustó y gracias a su apoyo en 1981 se procedía a su constitución. Su primer presidente sería el exgobernador del Banco de España, José Ramón Álvarez Rendueles. De ese primer encuentro retengo de Buchanan la forma directa y franca de tratar los temas y su porte fuerte y sureño.
Campechanería: Entre 1978 y 1980 tuve la oportunidad de organizar varias intervenciones suyas en el Instituto de Estudios Fiscales, que por aquel entonces presidía Cesar Albiñana. Uno de esos seminarios “El sector Público en una economía de mercado” terminó siendo un libro de la colección de Pensamiento Económico Moderno que yo co-asesoraba en Espasa Calpe. En una de esas ocasiones vino acompañado por su esposa. Recuerdo que disfrutó del programa para acompañantes y muy especialmente de la cena de clausura en el hoy desaparecido restaurante “Las Lanzas”. “James, si algún día Rafael viene a Estados Unidos llévale al mejor restaurante de la ciudad” Y Buchanan lo cumplió. La oportunidad la brindó el meeting de la Public Choice Society de San Francisco en marzo de 1980. Buchanan nos invitó a los tres españoles que asistíamos al Encuentro- Salvador Barberá, Emilio Albi y yo mismo- a uno de los mejores, pero también a uno de los más rancios restaurantes de San Francisco. Lo de rancio viene a cuento porque se me ocurrió pedir un plato de almejas y ante mi desasosiego los camareros comenzaron a ponerme como cubiertos toda una batería de pinzas y bisturíes, más propios de un cirujano a punto de intervenir a un paciente que de un pacífico comensal. Aquellos que me conocen saben que me gusta comer las almejas con las manos, como suelo hacer cuando las pido en mi tierra gallega, y aquellos utensilios tan rebuscados estaban a punto de arruinarme ese momento. A pesar de todo agarré aquellas dichosas pinzas y después de varios intentos pude comerme ¡al fin! una almeja. En ese momento se oyó la voz grave de Buchanan “No, no, Rafael así no, esto se come así”. Alargó el brazo, cogió una de las almejas con su mano y sin más miramientos se la zampó. Aquel gesto campechano me ayudó a concetrarme en la conversación y a olvidarme de los protocolos.
Humor: No volví a verlo hasta 1985 en que le pedí que me escribiese un texto sobre la relación entre la comunicación y la economía [1] para publicarlo en la memoria anual de la que era mi nueva empresa: el Instituto de la Comunicación Pública. Pocos meses después en 1986 la Real Academia Sueca de las Ciencias le concedía el Nobel de Economía “por su desarrollo de las bases contractuales y constitucionales de la teoría de los derechos económicos y políticos de toma de decisiones”. Recuerdo que a comienzos de 1987 pasó por Madrid para dar una charla coloquio para periodistas organizada por el IEE. Y lo primero que me dijo: “Rafael olvídate por ahora de tu artículo, imposible, el primer año de un Nobel no te dejan sosiego, vives en una agenda. Más adelante tal vez te lo escriba”. Lo entendí resignado. Cuál no sería mi sorpresa al recibir el artículo por correo solo una semana después. Lo había dejado escrito antes de salir de viaje para que su secretaria lo mecanografiase y me lo enviase. No pude agradecérselo personalmente pues ya había salido hacia su nuevo destino. Y me quedé pensando en que todo aquello había sido una muestra de su sentido del “humor con gesto adusto”. Un estilo que Jerome K. Jerome, calificó de británico en “Tres hombres en una barca… y además un perro” (1989) y que en España practicaba Eugenio. Para aquellos que no lo hubiesen conocido Eugenio fue un famoso humorista catalán que contaba los chistes con gesto tan serio que parecía que le molestaban las risas que el mismo provocaba.
Tal como previsto publiqué el artículo en la memoria corporativa del Instituto de la Comunicación Pública. Creo recordar que también lo publicó el diario económico “5 Días”. Dos años más tarde le pedí permiso para volver a publicarlo en mi libro “Estrategias de comunicación” (Ariel, 2001). Me respondió que lo había escrito para mí y que lo podía usar como estimase oportuno, pero, eso sí, me sugirió que pusiese la fecha dado que los autores con los años van cambiando su pensamiento. Así hice, y así lo publiqué como Tribuna del Capítulo 6. Hoy, haciendo uso de sus palabras me permito reproducirlo una vez más pero en esta ocasión como homenaje póstumo a su persona y a su obra.
Descanse en paz,
James, M. Buchanan, 1987
Center for Study of Public Choice
George Mason University
Premio Nobel de Economía
Hoy me toca recordar a uno de esos grandes hombres. James Buchanan, Premio Nobel de Economía del 1986, dejó huella con sus libros: “El cálculo del Consenso” y sus ideas: la teoría de la Elección Pública (Public Choice). Los obituarios después de su muerte dieron constancia de la importancia de su legado, pero yo prefiero hacer un homenaje al hombre y recordar su estilo directo, su campechanería y su peculiar sentido (a lo Eugenio) del humor.
Estilo directo: Mi primer encuentro con James Buchanan fue en 1979 en el lobby del Hotel Princesa Husa de Madrid. Acudí a la cita con Jose Antonio Aguirre por aquel entonces era el vicepresidente en el Centro de Estudios y Comunicación Económica, entidad de la que yo era Director General. Fue allí donde le propusimos la creación de la sección Española de la Public Choice Society. La idea le gustó y gracias a su apoyo en 1981 se procedía a su constitución. Su primer presidente sería el exgobernador del Banco de España, José Ramón Álvarez Rendueles. De ese primer encuentro retengo de Buchanan la forma directa y franca de tratar los temas y su porte fuerte y sureño.
Campechanería: Entre 1978 y 1980 tuve la oportunidad de organizar varias intervenciones suyas en el Instituto de Estudios Fiscales, que por aquel entonces presidía Cesar Albiñana. Uno de esos seminarios “El sector Público en una economía de mercado” terminó siendo un libro de la colección de Pensamiento Económico Moderno que yo co-asesoraba en Espasa Calpe. En una de esas ocasiones vino acompañado por su esposa. Recuerdo que disfrutó del programa para acompañantes y muy especialmente de la cena de clausura en el hoy desaparecido restaurante “Las Lanzas”. “James, si algún día Rafael viene a Estados Unidos llévale al mejor restaurante de la ciudad” Y Buchanan lo cumplió. La oportunidad la brindó el meeting de la Public Choice Society de San Francisco en marzo de 1980. Buchanan nos invitó a los tres españoles que asistíamos al Encuentro- Salvador Barberá, Emilio Albi y yo mismo- a uno de los mejores, pero también a uno de los más rancios restaurantes de San Francisco. Lo de rancio viene a cuento porque se me ocurrió pedir un plato de almejas y ante mi desasosiego los camareros comenzaron a ponerme como cubiertos toda una batería de pinzas y bisturíes, más propios de un cirujano a punto de intervenir a un paciente que de un pacífico comensal. Aquellos que me conocen saben que me gusta comer las almejas con las manos, como suelo hacer cuando las pido en mi tierra gallega, y aquellos utensilios tan rebuscados estaban a punto de arruinarme ese momento. A pesar de todo agarré aquellas dichosas pinzas y después de varios intentos pude comerme ¡al fin! una almeja. En ese momento se oyó la voz grave de Buchanan “No, no, Rafael así no, esto se come así”. Alargó el brazo, cogió una de las almejas con su mano y sin más miramientos se la zampó. Aquel gesto campechano me ayudó a concetrarme en la conversación y a olvidarme de los protocolos.
Humor: No volví a verlo hasta 1985 en que le pedí que me escribiese un texto sobre la relación entre la comunicación y la economía [1] para publicarlo en la memoria anual de la que era mi nueva empresa: el Instituto de la Comunicación Pública. Pocos meses después en 1986 la Real Academia Sueca de las Ciencias le concedía el Nobel de Economía “por su desarrollo de las bases contractuales y constitucionales de la teoría de los derechos económicos y políticos de toma de decisiones”. Recuerdo que a comienzos de 1987 pasó por Madrid para dar una charla coloquio para periodistas organizada por el IEE. Y lo primero que me dijo: “Rafael olvídate por ahora de tu artículo, imposible, el primer año de un Nobel no te dejan sosiego, vives en una agenda. Más adelante tal vez te lo escriba”. Lo entendí resignado. Cuál no sería mi sorpresa al recibir el artículo por correo solo una semana después. Lo había dejado escrito antes de salir de viaje para que su secretaria lo mecanografiase y me lo enviase. No pude agradecérselo personalmente pues ya había salido hacia su nuevo destino. Y me quedé pensando en que todo aquello había sido una muestra de su sentido del “humor con gesto adusto”. Un estilo que Jerome K. Jerome, calificó de británico en “Tres hombres en una barca… y además un perro” (1989) y que en España practicaba Eugenio. Para aquellos que no lo hubiesen conocido Eugenio fue un famoso humorista catalán que contaba los chistes con gesto tan serio que parecía que le molestaban las risas que el mismo provocaba.
Tal como previsto publiqué el artículo en la memoria corporativa del Instituto de la Comunicación Pública. Creo recordar que también lo publicó el diario económico “5 Días”. Dos años más tarde le pedí permiso para volver a publicarlo en mi libro “Estrategias de comunicación” (Ariel, 2001). Me respondió que lo había escrito para mí y que lo podía usar como estimase oportuno, pero, eso sí, me sugirió que pusiese la fecha dado que los autores con los años van cambiando su pensamiento. Así hice, y así lo publiqué como Tribuna del Capítulo 6. Hoy, haciendo uso de sus palabras me permito reproducirlo una vez más pero en esta ocasión como homenaje póstumo a su persona y a su obra.
Descanse en paz,
James, M. Buchanan, 1987
Center for Study of Public Choice
George Mason University
Premio Nobel de Economía
El economista de EEUU, James M. Buchanan falleció el miércoles 6 de enero de 2013 a los 93 años de edad. El profesor Buchanan fue el padre de la teoría de la elección pública a la que contribuyó con obras como “El cálculo del consenso” y “Liberty, Market and State”. La Real Academia Sueca de las Ciencias le concedió en 1986 el Nobel de Economía “por su desarrollo de las bases contractuales y constitucionales de la teoría de los derechos económicos y políticos de toma de decisiones” . Buchanan era un distinguido profesor del Centro para el Estudio de la Elección Pública en la Universidad George Mason en Fairfax en Virginia
[1] Debo aclarar que eran unos años en que los economistas solo hablaban de información
Rafael Alberto Pérez
Jueves, 7 de Febrero 2013
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Blog sobre comunicación estratégica
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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