¿Quién es?
Rafael Alberto Pérez
Autor de referencia en comunicación estratégica, conferenciante y consultor. Es consejero de The Blueroom Project - TBP Consulting para temas de turismo y ocio
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
En la actualidad divide su actividad entre impartir Seminarios- invitado por más de 170 Universidades y empresas de 14 países- y ejercer como consultor estratégico.
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
En la actualidad divide su actividad entre impartir Seminarios- invitado por más de 170 Universidades y empresas de 14 países- y ejercer como consultor estratégico.
Tendencias Estratégicas
-
La microbiota intestinal ha provocado que el cerebro humano sea tan grande
25/12/2024 18:26 - Pablo Javier Piacente -
La microbiota intestinal ha provocado que el cerebro humano sea tan grande
25/12/2024 18:26 - Pablo Javier Piacente -
El pensamiento humano es más lento de lo pensado
24/12/2024 18:22 - Pablo Javier Piacente
Firmas Invitadas
Sobre el X Congreso FISEC en Rep. Dominicana
Por: Carlos Manuel Sánchez
Presidente de FISEC España
Escribía Goethe en su novela “Afinidades electivas”, que “hay elementos químicos que unen a otros que por sí solos no lo están”. Esa frase del capitán, ante Charlotte y Edouard, tan profundamente coincidente con aquella sentencia del I Ching que advierte de que “hay fuerzas ocultas que unen a los que tienen que estar unidos”, fue quizás la que más veces reverberó en mi cabeza durante la celebración del X Congreso de FISEC, celebrado en Santo Domingo (República Dominicana), el pasado julio.
Porque en esa frase se condensa el quinto principio de la NTE (Nueva Teoría Estratégica) acerca del paso de la economía a la comunicación. No es que la economía haya dejado de tener sentido, aunque su paso de ancilla a Señora del sentido de las cosas públicas y privadas dejará una memoria doliente, sino que la Comunicación, como disciplina, está madurando como el mejor modelo de gestión de acciones, también las económicas. Superando la realidad bifronte de la Comunicación: toda comunicación es acción, toda acción comunica, la Comunicación está fructificando un nuevo objeto disciplinar: la mediación conectiva que convoca a las partes a un sentido (significado) mayor.
Más allá de la transmisión de mensajes, más allá de la sintaxis de acciones significativas, la Comunicación empieza a ejercer su, quizá, mayor razón de ser: la conectividad como patrón de gestión. En términos económicos esto se traduce en que hay que dejar de poner el foco en el quehacer de las empresas y trasladarlo a las conexiones de esas empresas con aquellos (personas físicas o jurídicas) con quienes comparte un lugar y un momento en nuestro mundo. Los organigramas han de cambiar. Deben dejar de ser una red de áreas de actividad, para pasar a ser una organización de nodos, un gráfico que represente los centros de conexión/desconexión en las organizaciones, desde donde se gestionen las elecciones preferenciales o afinidades electivas. Va la perdurabilidad en ello.
A nadie se le escapa que conectividad implica interdependencia, flujo en doble dirección, intercambio. Por ese motivo, en ese camino de transición de la economía a la matriz comunicacional, es fundamental la localización de campos de significación compartida entre las organizaciones y sus públicos interesados. Y ahí es donde aparecen las palabras-alma (words from the soul), como elementos medulares del relato asumido por los grupos intervinientes en las conversaciones corporativas.
Esta investigación en curso la compartí con mis queridos y admirados colegas de los múltiples Fisec latinoamericanos que se dieron cita en República Dominicana. Cada uno de ellos encaró ese quinto paso desde perspectivas interesantísimas. Desde la visión sistémica de Francisco Serra (FISEC Portugal) hasta la ¡taoísta! de Miguel Antenaza (FISEC Perú). Desde la fluidez siempre brillante de Sandra Massoni (Argentina) a la enseñanza eficiente de los nuevos profesionales de Comunicación de Antonio Roveda (FISEC Colombia). Desde la aplicación práctica de la NTE en el sector político de Dino Villegas (FISEC Chile), a las necesidades de profundización en la práctica comunicacional de la Presidenta de FISEC, Kathy Matilla. Inolvidable la aportación de Jesús Galindo (FISEC México), con quien tanto se aprende. Habló Galindo (Ricardo y Adam Smith por medio) de cómo la economía no es sino una parte de las ciencias de la comunicación. Más que sugerente: profético. La lista es demasiado larga para reproducirla completa ( más info en www.fisec.es ).
Pero no podría finalizar estas líneas sin referirme a Manuel Quiterio, (FISEC República Dominicana), quien encarnó la capacidad mediadora de la Comunicación en su persona y su equipo. La experiencia dominicana demuestra que la gestión adecuada (en un mismo sentido y con re-actuaciones constantes colaborativas) de las conectividades diversas consigue alcanzar los objetivos propuestos. Y, cómo no, no me gustaría que Rafael Alberto Pérez, Presidente de Honor de FISEC, quedara al margen de un congreso que vió en República Dominicana, acaso, la pista de aterrizaje de toda la teoría que preconiza desde hace más de una década. Todo ello se vivió en República Dominicana. Y lo más importante de todo: mis queridos amigos, el juego continúa.
Presidente de FISEC España
Escribía Goethe en su novela “Afinidades electivas”, que “hay elementos químicos que unen a otros que por sí solos no lo están”. Esa frase del capitán, ante Charlotte y Edouard, tan profundamente coincidente con aquella sentencia del I Ching que advierte de que “hay fuerzas ocultas que unen a los que tienen que estar unidos”, fue quizás la que más veces reverberó en mi cabeza durante la celebración del X Congreso de FISEC, celebrado en Santo Domingo (República Dominicana), el pasado julio.
Porque en esa frase se condensa el quinto principio de la NTE (Nueva Teoría Estratégica) acerca del paso de la economía a la comunicación. No es que la economía haya dejado de tener sentido, aunque su paso de ancilla a Señora del sentido de las cosas públicas y privadas dejará una memoria doliente, sino que la Comunicación, como disciplina, está madurando como el mejor modelo de gestión de acciones, también las económicas. Superando la realidad bifronte de la Comunicación: toda comunicación es acción, toda acción comunica, la Comunicación está fructificando un nuevo objeto disciplinar: la mediación conectiva que convoca a las partes a un sentido (significado) mayor.
Más allá de la transmisión de mensajes, más allá de la sintaxis de acciones significativas, la Comunicación empieza a ejercer su, quizá, mayor razón de ser: la conectividad como patrón de gestión. En términos económicos esto se traduce en que hay que dejar de poner el foco en el quehacer de las empresas y trasladarlo a las conexiones de esas empresas con aquellos (personas físicas o jurídicas) con quienes comparte un lugar y un momento en nuestro mundo. Los organigramas han de cambiar. Deben dejar de ser una red de áreas de actividad, para pasar a ser una organización de nodos, un gráfico que represente los centros de conexión/desconexión en las organizaciones, desde donde se gestionen las elecciones preferenciales o afinidades electivas. Va la perdurabilidad en ello.
A nadie se le escapa que conectividad implica interdependencia, flujo en doble dirección, intercambio. Por ese motivo, en ese camino de transición de la economía a la matriz comunicacional, es fundamental la localización de campos de significación compartida entre las organizaciones y sus públicos interesados. Y ahí es donde aparecen las palabras-alma (words from the soul), como elementos medulares del relato asumido por los grupos intervinientes en las conversaciones corporativas.
Esta investigación en curso la compartí con mis queridos y admirados colegas de los múltiples Fisec latinoamericanos que se dieron cita en República Dominicana. Cada uno de ellos encaró ese quinto paso desde perspectivas interesantísimas. Desde la visión sistémica de Francisco Serra (FISEC Portugal) hasta la ¡taoísta! de Miguel Antenaza (FISEC Perú). Desde la fluidez siempre brillante de Sandra Massoni (Argentina) a la enseñanza eficiente de los nuevos profesionales de Comunicación de Antonio Roveda (FISEC Colombia). Desde la aplicación práctica de la NTE en el sector político de Dino Villegas (FISEC Chile), a las necesidades de profundización en la práctica comunicacional de la Presidenta de FISEC, Kathy Matilla. Inolvidable la aportación de Jesús Galindo (FISEC México), con quien tanto se aprende. Habló Galindo (Ricardo y Adam Smith por medio) de cómo la economía no es sino una parte de las ciencias de la comunicación. Más que sugerente: profético. La lista es demasiado larga para reproducirla completa ( más info en www.fisec.es ).
Pero no podría finalizar estas líneas sin referirme a Manuel Quiterio, (FISEC República Dominicana), quien encarnó la capacidad mediadora de la Comunicación en su persona y su equipo. La experiencia dominicana demuestra que la gestión adecuada (en un mismo sentido y con re-actuaciones constantes colaborativas) de las conectividades diversas consigue alcanzar los objetivos propuestos. Y, cómo no, no me gustaría que Rafael Alberto Pérez, Presidente de Honor de FISEC, quedara al margen de un congreso que vió en República Dominicana, acaso, la pista de aterrizaje de toda la teoría que preconiza desde hace más de una década. Todo ello se vivió en República Dominicana. Y lo más importante de todo: mis queridos amigos, el juego continúa.
Equipo CINTE
Martes, 14 de Agosto 2012
Comentarios
Los lectores opinan
Blogs Amigos
Archivos
Rafael Alberto Pérez
Blog sobre comunicación estratégica
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
Blog sobre comunicación estratégica
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850