NotasFoto Joachim Jeremias Escribe Antonio Piñero Sigue James Dunn enumerando algunas respuestas a la “Crítica/Historia de las formas”, y le parece que la más brillante entre las primeras no fue la de ninguno de los discípulos de Bultmann, como Ernst Käsemann del que ya hemos escrito, sino de un investigador de fuera de la escuela: Joachim Jeremias. Era este un teólogo luterano, nacido en Dresde en 1900 y muerto en 1979, que estuvo bastantes años en Jerusalén en donde se formó no solo en hebreo y arameo, sino también en otras lenguas orientales. Fue sin duda, un adepto de la “historia de las formas”, pero dio un nuevo impulso al estudio del Jesús histórico abordando la consideración del contexto arameo de las palabras de Jesús, siguiendo los pasos de su maestro Gustaf Dalman. Es cierto que la retroversión al arameo de las palabras de Jesús transmitidas en griego es insegura (casi diría que no hay dos retroversiones iguales de cualquier sentencia un tanto larga de Jesús, puestos que los estudiosos difieren en cómo era exactamente el arameo galilaico del siglo I). Sin embargo, J. Jeremias no se arredró y empleó el sistema en la reconstrucción de las sentencias de Jesús centrándose especialmente en las parábolas. Publicó un libro con este título, Die Gleichnisse Jesu: “Las Parábolas de Jesús”) en 1947, que se ha traducido a todas las lenguas cultas occidentales. Si Bultmann y Käsemann habían empleado el “criterio de desemejanza” para obtener algún dicho de la que se pudiera decir que era absolutamente genuino de Jesús (“La forma más primitiva de un dicho de Jesús puede considerarse tal y genuina si su contenido presenta desemejanzas respecto a concepciones claramente expresadas por el judaísmo de su época o el cristianismo posterior), Jeremias hizo hincapié en que este criterio era muy restrictivo, ya que –aunque en teoría no afirmaba que SOLO eran genuinas las palabras de Jesús que cumplieran con ese criterio– en la práctica era así, con lo que la doctrina de Jesús que se presentaba al lector quedaba mermada, mutilada en verdad, ya que muchas de las ideas genuinas del Nazoreo eran nociones judías de su época, comunes a todos lo piadosos, y muchas de ella pasaron sin duda al “cristianismo posterior”, ya que esta al fin y al cabo era una secta judía en sus comienzos. Jeremias avanzó destacando que el estudio del contexto arameo de las palabras de Jesús podría contribuir muchísimo a tener seguridad respecto a su autenticidad y en concreto de las parábolas, independientemente de que su mentalidad en conjunto fuera bastante reaccionaria, como lo demostró atacando injustamente la obra de H. S, Reimarus, tachándolo de odiador teológico, lo cual es evidentemente falso. Esto es cierto (aunque hoy en el elenco de los diez criterios de autenticidad, el criterio del “estilo, sabor arameo, retroversión” ha sido devaluado al cuarto o quinto lugar y se le concede el título de “confirmador” más que de “atestiguador” no puede rechazarse como una ayuda buena. En el entretanto, y también tarde, Norman Perrin (en su obra “Rediscovering the Teaching of Jesus”, SCM, Londres 1967; un libro que influyó mucho en mí, y del que no sé si se ha traducido al español) había introducido otros criterios que duran hasta hoy, a pesar de las críticas. Estos era el de “Coherencia” (“Todo lo que sea coherente con lo descubierto sobre Jesús con ayuda de múltiples criterios –por lo menos dos– debe ser considerado genuino”) y el de “Atestiguación múltiple” (“Para que algo sobre Jesús pueda ser declarado auténtico ha de estar atestiguado por lo menos por dos fuentes diferentes, que no dependen una de la otra”). Perrin abordó también el estudio del criterio de Desemejanza y juzgó que era estrechísimo, pues presentaba solo de Jesús aquello que fuera raro o único, y lo cambió por el de “Dificultad” (aunque Perrin todavía no lo llamó así, sino más bien J. P. Meier). Reza así: “Es genuino un dicho o hecho de Jesús si choca con, va en contra de, es difícil de aceptar por lo que la creencia cristiana o judía posterior consideraba como normal”. Así que en Alemania, y ciertamente en España (en donde dos libros de Jeremias tuvieron bastante éxito, además del mencionado “Las Parábolas”, el de “Jesús en tiempos de Jesús”; reimpresión de 2017 en Ediciones Cristiandad) mucha gente interesada en el tema quedó un tanto aliviada de la sensación de impotencia que aplastaba a menudo a los que estudiaban deseando saber algo seguro sobre Jesús. En lo que sigue James G. D. Dunn (en el mencionado libro ”Jesús recordado” de Verbo Divino) hace un catálogo de la discusión de los “criterios de autenticidad” sobre hechos y dichos de Jesús, catálogo que es difícil de resumir o parafrasear; ya veremos si tenemos que casi transcribirlo entero. Saludos cordiales de Antonio Piñero http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html
Jueves, 12 de Marzo 2020
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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