CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Escribe Antonio Piñero
 
Los Apócrifos del Antiguo Testamento / Biblia hebrea (colección de Ediciones Cristiandad, Madrid) reflexionaron según el siguiente esquema: el mal es, en su conjunto, superior al hombre y no se puede explicar siempre por el simple libre albedrío; pero tampoco se debe a Dios, que es bueno; se deberá, por tanto, a otros poderes suprahumanos distintos del hombre y Dios.
 
1. En el ya comentado pecado de los ángeles con las hijas de los hombres se explica el origen del mal moral y físico: se debe a los ángeles que se han deturpado y vuelto malvados y a su descendencia.
 
2. Otra explicación del origen del mal es el pecado del primer hombre, Adán incitado por La serpiente / demonio.
 
Así lo vemos en el libro de los Jubileos 3,17-35, que resumo pues el pasaje es larguísimo:
 
“Y a Adán dijo Dios: Porque has escuchado la voz de tu mujer y has comido de este árbol, del que te ordené no comer, será maldita la tierra por tu causa, produciéndote espinas y abrojos… En aquel día quedaron mudas las bocas de todas las bestias, animales, pájaros,  sabandijas  y  reptiles, pues  hablaban  todos,  unos  con  otros,  en  un  mismo  lenguaje  e idioma. Dios expulsó del Jardín del Edén  a todo mortal que allí había: todos fueron dispersados, según sus especies y naturaleza, hacia el lugar que se les había creado”.
 
En la Vida de Adán y Eva versión griega 11.19 hay un diálogo entre Satanás y Eva que explica la causa del primer pecado también al modo bíblico:
 
E insistió la serpiente: «Júrame que vas a dar también a tu marido». Pero yo le repliqué: «No sé con qué juramento voy a jurarte, pero lo que sé te lo digo: Por el trono del Señor, por los querubines y el árbol de la vida, que daré también a comer a mi marido». En cuanto me tomó el juramento, se adelantó, subió al árbol y puso el veneno de su maldad, es decir, de su deseo, en la fruta que me dio a comer -pues el deseo es el principio de todo pecado-. Incli­né la rama hacia la tierra, tomé la fruta y comí. En ese preciso momento  se abrieron mis ojos y supe que estaba desprovista  de  la  justicia  que  me  cubría.
 
Testamento de Leví 18,10-12: da por supuesto que el origen del mal y del pecado está en el lapso o caída del Paraíso, que será eliminado en los momentos finales del mundo en el tiempo del sacerdocio de Leví:
 
Durante su sacerdocio se eliminará el pecado,
y los impíos cesarán de obrar el mal.
El abrirá ciertamente las puertas  del paraíso
y apartará de Adán la espada amenazante.
A los santos dará a comer del árbol de la vida,
y el espíritu de la santificación estará sobre ellos .
El  atará  a  Beliar = Belial = el Diablo,
y dará poder a sus hijos para pisotear a los malos espíritus.
 
Apocalipsis de Abrahán 23-24 (presento un extracto):
 
23 1 “Mira aún en la imagen que ves quién es el que sedujo a Eva y cuál es el fruto del árbol; sabrás lo que será y aquello que sucederá a tu descendencia entre las gentes al fin de los días del siglo (de esta dad = el fin del mundo).
 
El fruto de ese árbol tenía el aspecto de un racimo de uvas. 5 Debajo del árbol estaba de pie (un ser) con figura como de serpiente, pero que tenía brazos y piernas como un hombre, y alas en sus hombros, seis a la derecha y seis a la izquierda. 6 Sujetaba en la mano un racimo del árbol y embaucaba a los dos que vi abrazarse (Adán – Eva = símbolo natural de la humanidad entera)
24 1 Me dijo:
Así (está) cerca para las naciones por tu causa y por causa de las gentes de tu raza que después de ti han sido puestas aparte, pues verás en la imagen las penalidades (que pesan) sobre ellos… 3 Miré y vi allí ante mí lo que había sido en la creación. 4 Vi a Adán y a Eva, que estaba con él, y al Enemigo malo; a Caín que se había pervertido por causa del Enemigo, y a Abel asesinado, y el homicidio perpetrado contra él por el perverso. 5 Vi el adulterio y a aquéllos que lo desean, su vileza y el ardor de quienes lo practican, y el fuego de su corrupción en las regiones inferiores de la tierra. 6 Vi allí el latrocinio y a los que se dedican a él y el designio de su retribución. 7 Vi hombres desnudos frente a frente y su vergüenza, el perjuicio que (se causaban) unos a otros, y su retribución.8 Vi allí la concupiscencia y en sus manos el principio de toda iniquidad.
 
Apocalipsis siriaco de Baruc 23,4 (A); 48,42.43 (B); 56,5.6 (C);
 
A) Pues cuando pecó y se decretó la muerte para aquéllos que habrían de nacer, entonces se enumeró la multitud de los que nacerían, y se les preparó un lugar para que habitaran los vivos y se custodiaran los muertos.
 
B) Al orar y pronunciar estas palabras me quedé muy debilitado, 26 y (Dios, por medio de un ángel) me respondió diciéndome… Y yo repliqué y dije: Adán, ¿qué les has hecho a los que han nacido de ti? ¿Qué se le dirá a Eva, que fue la primera en obedecer a la serpiente? 43 Pues toda esta multitud se encamina a la corrupción y es incontable el número de los que el fuego devora.
 
C) Vi aguas negras que descendieron sobre la tierra: ésa es la transgresión que cometió Adán, el primer hombre. 6 Pues al hacerlo, apareció la muerte –que no existía en su tiempo-, se dio nombre al luto, se preparó la tristeza, se creó el dolor, se cumplió la fatiga en el trabajo, el orgullo comenzó a establecerse, el Úeol deseó renovarse con la sangre (de los hombres) y tomó a (sus) hijos, se creó el ardor de los padres, la majestad de la humanidad fue humillada y la bondad se marchitó. 7 ¿Qué puede ser más negro y tenebroso que eso?
 
Libro IV de Esdras
 
En 3,28-36 el autor subraya especialmente la responsabilidad del pecado de Adán. ¿Cómo Dios -se pregunta-, siendo justo y bueno, puede permitir el mal en el mundo y, sobre todo, el mal en Israel, que, con ser pueblo infiel, no es tan perverso como las naciones gentiles?
 
Y se responde: Porque Adán se dejó llevar de una parte de su corazón malvada que a pesar de haber sido creado por Dios tenía inclinaciones congénitas perversas. «Oh Adán, ¿qué es lo que has hecho? Aunque tú pecaste, la caída no fue tuya solamente, sino también de nosotros, que somos tus descendientes» (IV Esdras 7,118).
 
Este texto del año 100 de nuestra era parece como la fundamentación judía del pecado original… Pero el judaísmo nunca extrajo esta conclusión. Fue más bien idea de san Agustín (La ciudad de Dios, libro XIII) apoyándose en Pablo Romanos 5, quien tampoco la formuló claramente.
 
El judaísmo de la época de Jesús y el actual propone lo siguiente:
 
El origen del mal está ciertamente en el pecado de Adán. Pero este no es un “pecado original”. Es un error describirlo así. Lo que ocurrió es que en la creación del ser humano por Dios (misteriosamente, pero con el deseo de dar al hombre libertad incluso para hacer el mal) puso en el corazón del ser humano dos tendencias: la “buena tendencia” y la “mala tendencia”. El pecado de Adán consolidó la “mala tendencia” del corazón humano. Pero eso NO es un pecado original.
 
Véase el libro Cristianismos derrotados (Madrid EDAF 2009 con múltiples reimpresiones) la disputa entre san Agustín y el monje británico Pelagio, que defendía la no existencia de un pecado original propiamente dicho. Pero venció san Agustín.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Enlace a una entrevista a propósito de la novela “Herodes el Grande” de Penguin Random House
 https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=lMHHiUMengM
 

Martes, 10 de Diciembre 2024


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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