Notas
Hoy escriben Antonio Piñero/Florentino García Martínez
Tema: A propósito de la publicación del tomo VI, "Apocalíptica", de la colección "Apócrifos del Antiguo Testamento", Editorial Cristiandad, Madrid, 2009. Recordemos de la postal anterior (del domingo 16-08-2009) cómo el discípulo de Bultmann, Ernst Käsemann, cuyas ideas sobre Jesús y la apocalíptica estamos exponiendo, y luego criticaremos, opinaba –al modo del filósofo Hegel- que la historia del cristianismo primitivo en este punto se había movido por un impulso de “tesis/antítesis/síntesis” Entre los elementos apocalípticos del judeocristianismo primitivo que son profundamente reinterpretados por la “religión estusiástica de Corinto” (que es la ”antítesis”), Käsemann señala, por ejemplo, los siguientes (lo que sigue está tomado del artículo “Thema”, de Käsemann --señalado anteriormente al principio de esta serie-- en las pp. 272-278; el lector tiene que leer la Primera carta a los corintios de Pablo para entender bien lo que sigue): - El tema de “los dos eones”, que se suceden temporalmente, es decir, el mundo presente y el mundo futuro es comprendido por los cristianos “entusiastas de Corinto” como una contraposición atemporal de los dos mundos; - El tema del paso de un mundo al otro es reinterpretado por los entusiastas en términos antropológicos, concentrándose en las diferencias entre el “hombre nuevo” –aportado por Cristo, y el “hombre viejo”, la mentalidad que tiene el ser humano antes de convertirse al cristianismo- más que en las diferencias entre el tiempo presente y el tiempo futuro. - Esta pérdida de temporalidad afecta igualmente a la noción de “ser salvado”; la salvación se concibe como un drama propio de los cultos mistéricos con distintas fases: la encarnación de Cristo es vista como una humillación (el ser divino se humilla haciéndose humano), y la Preexistencia (de Jesús, quien como Dios que es existe antes de encarnarse) es considerada como el comienzo del proceso de salvación al cual el creyente en Cristo es asociado y en cuyas distintas fases participa. - La concepción de Jesús como cristo/mesías elevado al cielo y sentado a la diestra de Dios tras su muerte y resurrección (concepción propia del judeocristianismo) es transformada por los entusiastas en la concepción del “Cristo exaltado”, entronizado como Señor del mundo y que ha sometido a sí mismo todas las potestades del universo, es decir, a todos los ángeles que lo controlan; la comunidad, como Cuerpo de Cristo, debe extenderse por el mundo entero, como una nueva creación, para expresar este señorío de Cristo. - En un contexto propio de una religión mistérica, el bautismo es visto como un hecho central salvífico y toda la existencia terrena es comprendida como una representación temporal de la existencia celeste. El bautismo es radicalmente interpretado: los salvados han muerto con Cristo y con él han sido entronizados. La resurrección de los muertos es algo que se considera ya sucedido; en cuanto participantes en la crucifixión de Cristo, los creyentes participan igualmente en su resurrección y entronización y se hallan así ya librados del poder de la muerte e introducidos en el Reino de Cristo. - El dualismo de la apocalíptica es transformado en un dualismo metafísico de corte antropológico que permite separar a los salvados de los que no lo han sido y comprender la recepción del Espíritu como una nueva creación, y puesto que esta nueva creación es de origen celeste, elimina todas las diferencias: ¡ya no hay griego ni judío, siervo ni libre, hombre ni mujer! - Pero la transformación más profunda se ha operado a nivel de la escatología; la escatología futura de la apocalíptica ha sido transformada en una escatología presente en sentido estricto. Para los corintios entusiastas, el final de la historia ya ha llegado. La comunidad de Corinto interpretó tan radicalmente la experiencia bautismal de muerte y resurrección con Cristo, que se considera a ella misma ya partícipe de la vida celeste en el tiempo presente. La espera de la parusía, el tema central de la apocalíptica postpascual, ya no tiene sentido para estos entusiastas. Escribe Käsemann: “Aquí radica la más profunda diferencia entre el entusiasmo postpascual y el de Jos corintios, que piensan haber vencido todas las tribulaciones, que se glorían de haber alcanzado un estado igual al de los ángeles y que lo practican de. múltiples maneras. Para los corintios, había llegado el final de la historia” (Anfänge 183). “De este modo tan radical interpreta el entusiasmo helenístico la afirmación que tiene su fundamento en el bautismo, a saber: que los redimidos han resucitado con Cristo y que han sido entronizados con él en el cielo. La esperanza en un final que comporta la parusía resulta así sin sentido, ya que todo lo que espera aún la apocalíptica aparece como ya realizado” (Thema 178). Seguiremos el próximo domingo viendo cómo –según Käsemann- la “síntesis” que es la teología paulina, logra unir y a la vez superar al judeocristianismo y a la teología de los entusiastas de Corinto. Saludos cordiales de Antonio Piñero. ………….……………
Domingo, 23 de Agosto 2009
Comentarios
NotasHoy escriben Antonio Piñero/Paolo Sacchi He aquí el texto, prometido en la nota anterior, de lps Salmos de Salomón, que afecta directamente a nuestro tema del mesianismo en la ´poca de Jesús: Señor, tú eres nuestro rey por siempre… Nosotros esperamos en Dios nuestro salvador, porque el poder de nuestro Dios es eterno y misericordioso; Su reinado y sus sentencias se mantienen siempre sobre los pueblos. Tú, Señor, escogiste a David como rey sobre Israel; Tú le hiciste juramento sobre su posteridad, de que nunca dejaría de existir ante Ti su casa real. Por nuestras transgresiones se alzaron contra nosotros los pecadores; aquellos a quienes nada prometiste nos asaltaron y expulsaron, nos despojaron por la fuerza y no glorificaron tu honroso Nombre. Dispusieron su casa real con fausto cual corresponde a su excelencia, dejaron desierto el trono de David con la soberbia de cambiarlo. Pero Tú, oh Dios, derríbalos y borra su posteridad de la tierra, suscitando contra ellos un extraño a nuestra raza. Según sus pecados retribúyelos, oh Dios… Míralo, Señor, y suscítales un rey, un hijo de David, en el momento que tú elijas, oh Dios, para que reine en Israel tu siervo [También es posible la traducción “para reinar sobre Israel, tu siervo”]. Rodéale de fuerza, para quebrantar a los príncipes injustos, para purificar a Jerusalén de los gentiles que la pisotean, destruyéndola… para quebrar el orgullo del pecador como vaso de alfarero, para machacar con vara de hierro todo su resistencia, para aniquilar a las naciones impías con la palabra de su boca. Reunirá un pueblo santo al que conducirá con justicia… no permitirá en adelante que la injusticia se asiente entre ellos… El extranjero no habitará más entre ellos; juzgará a los pueblos y a las naciones con justa sabiduría. Obligará a los pueblos gentiles a servir bajo su yugo; glorificará al Señor a la vista de toda la tierra, y purificará a Jerusalén con su santificación, como al principio… No confiará en caballos, jinetes ni arcos; ni atesorará oro y plata para la guerra, ni el día de la batalla acrecentará sus esperanzas la multitud de sus guerreros. El Señor es su Rey. Su esperanza es la del fuerte que espera en Dios y pondrá a todas las naciones ante él con temor… Conducirá a todos en la rectitud, y no habrá en ellos orgullo para oprimir a los demás… El Señor es nuestro Rey para siempre jamás” (SalSl 17, passim). Comenta Paolo Sacchi (pp. 292-293 de su Historia del judaísmo en la época del Segundo Templo, Trotta, Madrid, 2004: El contenido de este salmo muestra cómo en Judea existía gente que fue obligada a abandonar su propia tierra y a huir al desierto. Allí esperaban un varón descendiente de David, que habría de venir para instaurar el reino de Israel, prometido por la divinidad: el reino de Dios. Ello ocurrirá algún día, pero siempre sucederá por obra del ungido (el término aparece varias veces en este salmo), cuya verdadera fuerza estará en el apoyo que recibirá de Dios. Él eliminará además todas las injusticias sociales. Esta gente, que había abandonado su tierra y vivía como podía fuera de las ciudades, representaba una masa inquieta y dispuesta a acudir a las armas cuando alguien la convocara, pero no era dócil con el primer aventurero que surgiera. Al menos es esto lo que afirma el autor del SalSl 17: él mismo no desea participar en una batalla sin sentido, sino que quiere ser guiado por el hijo de David, el ungido de Dios. Un problema grave concierne a esta última pretensión. ¿Cómo podían esperar al “hijo de David” si por siglos su estirpe parecía desaparecida, tanto que no se tenían ya noticias de descendientes de Zorobabel? Al menos hasta el siglo III a.C. existían listas genealógicas de los davídidas (cf. 1 Cro 3); después se han perdido para nosotros, pero es probable que alguno las siguiera conservando. En efecto, es difícil que el texto del salmo se pueda entender en sentido alegórico: mencionar a un “descendiente de David” para que se entendiera como un “rey justo”. El autor habla de usurpación del trono y del mesías esperado que es verdaderamente el ungido de la casa de David. Es un tono muy distinto al de los manuscritos del Mar Muerto que esperan de modo más general al ungido de Israel. Quien aguarda al ungido de Israel no pone condiciones preliminares para aceptarlo; le basta que se presente como tal. Quien espera al ungido descendiente de David presupone una limitación muy precisa. Seguiremos comentando este texto. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… • Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Promesa de resurrección e inmortalidad a los devotos del Salvador” • Información sobre la película acerca de Jesús de Nazaret, titulada “El discípulo”: www.eldiscipulofilm.com Saludos de nuevo.
Viernes, 21 de Agosto 2009
Notas
Hoy escribe Gonzalo del Cerro
La Biblia en los Hechos Apócrifos de los Apóstoles HECHOS APÓCRIFOS DE PEDRO 1. Hechos bíblicos. - Caída de nuestros primeros padres: Gén 3; HchPe 38 (Mart. 9). - Actitud del Faraón frente a Moisés: Éx 5-12,36; HchPe 8. - Dios envía a su Hijo: Mt 10,40 par.; Lc 10,16; Jn 3, 16-17; etc.; HchPe 7. - Endurecimiento del corazón de Herodes: Mt 2,3-8; Lc 23,8-12; HchPe 8. - Nace el Niño por obra del Espíritu Santo: Mt 1,18.20; HchPe 24. - Nace de la Virgen María: Mt 1,18; Lc 1,35; 2,7-8; HchPe 7. - Tentaciones de Cristo: Mt 4,1-11 par.; HchPe 26. - Sermón de la montaña: Mt 5-7; HchPe 10; 38. - Jesús impone a Simón el nombre de Pedro: Mt 16,18; HchPe 23. - Dejarlo todo para seguir a Cristo: Mt 4,20-22 par.; HchPe 27. - Postura de Jesús sobre el sábado: Mt 12,1-8; Lc 13,10-17; HchPe 1- - Parábola del Buen Pastor: Jn 10,11ss; HchPe 10. - Parábola del grano de mostaza: Mt 13,31-32 par.; HchPe 10. - Parábola de la oveja perdida: Mt 18,12-14 par.; HchPe 10. - El escándalo y la piedra de molino: Mt 18,6 par.; HchPe 6. - La transfiguración: Mt 17,1-9 par.; HchPe 20. - Jesús camina sobre las aguas: Mt 14,25; Mc 6,48; Jn 6,19; HchPe 7. - Miedo de Pedro al caminar sobre las aguas: Mt 14,28-31; HchPe 10. - Los apóstoles titubean: Mc 16,14: HchPe 10. - Jesús come y bebe con sus discípulos: Mt 11,19; Hch 10,41; HchPe 20. - El consejo de Caifás: Jn 11,49-50; HchPe 8. - Jesús promete la paz a sus discípulos: Jn 14,27; HchPe 10; cf. 5. - Traición de Judas a instigación del diablo: Mt 26,14-16 par.; HchPe 8. - Escena de Getsemaní: Mt 26,36-56 par.; HchPe 20. - Negaciones de Pedro: Mt 26,69-75 par.; HchPe 7.20.28. - Lágrimas de Pedro: (ibid.). - Los judíos matan a Cristo: Mt 22,25; Jn 19,6-15; HchPe 32 (Mart. 3). - Jesús crucificado, muerto, resucitado al tercer día: Mt 27-28 par.; HchPe 7;20. - El camino de Emaús; Lc 24,13-35; HchPe 24. - Curaciones hechas por Pedro: Hch 5,15-16; HchPe Pap. Copto 128. - Pablo perseguidor de los cristianos: Hch 9,1-2; HchPe 2. - Simón Mago, la “fuerza de Dios”: Hch 8,10; HchPe 31 (Mart. 2). - Simón y su gesto simoníaco: Hch 8,18-24; HchPe 23. - Pablo disputa con los judíos en Roma: Hch 28,17ss; HchPe 1. - Pablo predica en Roma con libertad: Hch 28,30-31; HchPe 1. - Viaje de Pablo a España: Rom 15,24.28; HchPe 3- 2. Personajes bíblicos. - El Faraón: HchPe 10. - Moisés: HchPe 10. - Jesús: passim. - La Virgen María: HchPe 7. - Simón Pedro: passim. - Los hijos de Zebedeo: HchPe 20. - Pablo: passim, especialmente en HchPe 1-3. - Bárnabas (Bernabé), compañero de Pablo: HchPe 4. - Narciso: Rom 16,11; HchPe 3. - Cuarto: Rom 16,23; HchPe 1. - Timoteo, discípulo de Pablo: HchPe 4. - Los de la casa del César: Flp 4,22; HchPe 3. - Judas el traidor: HchPe 8. - Herodes: HchPe 8. - Caifás: HchPe 8. - Simón Mago: passim, esp. HchPe 17. - Satanás o el diablo: passim, pero cf. HchPe 2, 5; 6; 7; etc. (Icono de Pedro. Sinaí s. VI) Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
Jueves, 20 de Agosto 2009
NotasHoy escriben Antonio Piñero/Paolo Sacchi Hemos dicho anteriormente que el Testamento de los XII Patriarcas -que estamos citando abundantemente- es un apócrifo del Antiguo Testamento, muy importante, pero de fecha incierta. Pero entre los estudiosos que creen que es posible eliminar las interpolaciones de los escribas cristianos y quedarse con una base que es totalmente judía, se opina que su fecha de composición oscila entre el siglo I a.C. y el siglo I después. Pues bien, en estos "testamentos" que dan un realce cierto al complemento del mesías sacerdotal se percibe cómo el cambio de la situación que se vive en el presente, siempre mala y pecadora, se hará de ello gracias a la intervención divina por medio del mesías davídico o de Judá. Lo vemos en el texto siguiente del Testamento de Judá: Los reyes serán como monstruos marinos, que engullen hombres como peces… El Señor llevará contra ellos divisiones de unos con otros y habrá en Israel guerras continuas. Mi reino terminará por obra de extranjeros, hasta que llegue la salvación de Israel, hasta la parusía del Dios de justicia, para que Jacob y todos los pueblos vivan en paz. Él custodiará la fortaleza de mi reino por siempre, porque con juramento me (a Judá) ha jurado el Señor no quitar el reino a mi descendencia por siempre (Testamento de Judá 21,7 y 22,1-3). Hacia la mitad del siglo I a.C. se escribe una obra que es un testimonio impresionante del renacimiento del mesías de la estirpe de David: los llamados Salmos de Salomón. Con este título se nos ha transmitido hasta hoy una colección de 18 (o 19) salmos compuestos al estilo de los himnos del Salterio. La atribución al hijo de David es secundaria e imposible, porque el autor, o autores, menciona o alude a hechos y circunstancias históricas de su tiempo y que reconocemos claramente: pertenecen esos hechos a lo pasaba en Israel hacia la mitad del siglo I a. C., cuando el país judío estaba dominado por el rey Hircano II (un monarca descendiente de los Macabeos) que había sido recolocado, o sostenido, en su trono por los romanos, en concreto por Pompeyo el Grande. Como Hircano II gobernaba por medio de un valido suyo, Antípatro, que era idumeo, es decir, que no era judío de sangre pura, y además tenía que agradecer a Roma su puesto, a los ojos de los más piadosos de Israel la situación del país era lamentable: en realidad la tierra de Dios estaba gobernada por extranjeros..., impuros. El autor de estos Salmos de Salomón –que probablemente era un fariseo- interpreta teológicamente todo lo que está pasando en Israel, sobre todo en la Jerusalén de su tiempo, desde la perspectiva de una alianza de Dios con el pueblo de Israel. Insiste en la alabanza de la divinidad, en la justicia del hombre como resultado de la observancia de la Ley, en el castigo ejemplar de los pecadores y en la esperanza de una era mejor, presidida por el rey-mesías, llena de venturas espirituales y materiales. Ahora bien, en esta época -medidos del siglo I antes de Cristo- había una rama del fariseísmo que al parecer no propugnaba otra cosa que retirarse de la política y vivir una vida apartada cumpliendo lo mejor posible la ley de Dios. El dirigente de esta facción farisea era el famoso rabino Shemaya. Se dice que con este rabino comienza un distanciamiento de la vida política, entendida como compromiso con el mundo y con los mismos medios de éste, que caracterizará al fariseísmo sobre todo después del desastre del 70 d.C. Entre las enseñanzas de Shemaya el tratado de la Misná llamado Pirqé Abot (“Dichos de los Padres”) transmiten lo siguiente, que a su autor debería parecerle interesante: "Ama el trabajo manual, odia la grandeza y no te des a conocer ante la autoridad" (Pirqé Abot 1,10). Comenta Sacchi que el problema fundamental en la interpretación de este pasaje es el valor que deberíamos dar a la expresión "odia la grandeza, y no te des a conocer ante la autoridad", interpretada como una exhortación a la humildad, a la renuncia a los honores y en definitiva al poder. Otros indican que el sentido central del pasaje es una invitación a no descuidar el trabajo manual. En este caso el hombre debería estar lejos de los cargos públicos para tener más tiempo para dedicarse al trabajo manual. Sin embargo, debe notarse que el verbo “odiar” es muy fuerte y sobre todo la última invitación a no darse a conocer a la autoridad es sorprendente. Parece una abierta invitación a aceptar exclusiva¬mente la autoridad de la Ley y por tanto del sanedrín, y a oponerse incluso pasivamente a toda otra autoridad. El autor de los Salmos de Salomón, por el contrario, cree en la lucha y espera la salvación sólo de la victoria. Frente a la superpotencia romana no ve otro camino de salvación que un caudillo excepcional que combata en nombre de Dios y sea enviado por Él mismo. Este caudillo deberá ser de la estirpe de David y por ello un ungido. Así se reafirma la filiación davídica del mesías al lado de la más genérica que hablaba de su descendencia de la tribu de Judá. Seguiremos citando en concreto los textos más importantes sobre el mesías de estos Salmos de Salomón, apócrifos, pro un documento precioso para conocer parte al menos de la mentalidad judía de época muy cercana a Jesús. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… • Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Redención por el sufrimiento y muerte del Salvador”. • Información sobre la película acerca de Jesús de Nazaret, titulada “El discípulo”: www.eldiscipulofilm.com Saludos de nuevo.
Miércoles, 19 de Agosto 2009
NotasHoy escribe Antonio Piñero/ Paolo Sacchi Así como el mesías davídico puede aparecer como figura única en los textos judíos de la época de Jesús o inmediatamente anteriores, el mesías sacerdotal aparece siempre como complemento o acompañante del mesías guerrero/político. He aquí un texto tomado del Testamento de Neftalí en el que se observa mejor esta compleja correspondencia entre mesías y salvación en todos los aspectos: Ordenad a vuestros hijos que se mantengas unidos a Leví y a Judá, porque por ellos [manuscritos: “por él”] surgirá la salvación para Israel, y en ellos será bendito Jacob. Por ellos aparecerá Dios en la tierra para salvar a la estirpe de Israel, [manuscritos: “habitando entre los hombres”] y para congregar a los justos de entre los gentiles (8,2-3). Comenta Paolo Sacchi (p. 427): El texto así presentado está reconstruido, eliminando las interpolaciones de los escribas cristianos: los manuscritos presentan la reelaboración cristiana que ha sustituido un “por ellos” por un “por él” que pretende centrar toda la atención en Judá, que está claramente en un segundo plano (teniendo en cuenta que –a la vez- se piensa en Jesús Cristo, que es descendiente de David/Judá. La frase “habitando entre los hombres” es ciertamente también una interpolación, porque está fuera del ritmo hebreo que consiste en un paralelismo de frases (el denominado técnicamente "paralelismo de miembros", típico de la poesía hebrea: repetición de una misma idea pero con palabras distintas): los dos miembros paralelos son “salvar la estirpe de Israel” y “congregar a los justos”. Pero no es una interpolación necesariamente cristiana porque, como hemos visto, existían también otras corrientes universalistas en el judaísmo Aunque la salvación vendrá por medio de los descendientes de Leví y de Judá para los que mantienen la idea de un mesianismo doble, sólo se cumplirá cuando Dios mismo aparezca al final de los tiempos para realizar la esperanza mesiánica. En cualquier caso, mientras esperan la gran parusía del sumo sacerdote ungido, los hijos de Israel deben seguir la halakah (es decir la interpretación de la Ley) establecida por los hijos de Leví: Se dice en el Testamento de Leví: Por esto yo os ordeno que escuchéis a Leví, porque éste conocerá la ley de Dios y dará instrucciones respecto al juicio, hará sacrificios en Israel hasta el cumplimiento de los tiempos, hasta que venga el sumo sacerdote ungido indicado por el Señor (Testamento de Rubén 6,8). Y con mayor claridad aún: El Altísimo ha oído tu oración para apartarte de la injusticia y para que llegues a ser un hijo para Él, siervo y ministro de su Faz. Tú brillaras en Jacob con la luz del conocimiento, serás como un sol para toda la estirpe de Israel. A ti se te dará la bendición y a toda tu estirpe, hasta que el Señor visite a todos los pueblos con su misericordia para siempre (Testamento de Leví 4,2-4). En cualquier caso, el sacerdote actual tiene la misma dignidad que los ángeles más altos (los que están ante la faz de Dios) y mientras el pueblo espera que llegue la gran intervención divina, sólo a él le corresponde proclamar la justa interpretación de la Ley. Obsérvese cómo el mesianismo que expresan estos textos está totalmente ligado -en Israel- a un estado político-social en el que prima la observancia de la ley mosaica, la creación de unas circunstancias en que ella sea la norma suprema. No puede pensarse dentro del judaísmo ningún tipo de mesías que no sea, por un lado, un mero hombre y, por otro, que no tenga como interés primario que, en la nueva situación de la tierra durante la paz mesiánica, la Ley sea como la constitución religiosa-política de ese nuevo Israel ideal. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… • Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del tema "Pedro en los Hechos apócrifos de los apóstoles". • Información sobre una película acerca de Jesús de Nazaret que va a rodarse, titulada “El discípulo”, de la que hablaremos otro día: www.eldiscipulofilm.com Saludos de nuevo.
Lunes, 17 de Agosto 2009
NotasHoy escriben Antonio Piñero/ Florentino García Martínez A propósito de la publicación del tomo VI, “La apocalíptica” de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento”, de Editorial Cristiandad, Madrid 2009, seguimos con la publicación del artículo de F. G. M., cuyo título es idéntico al de esta comunicación. Tiene la palabra Florentino: Recordemos que el tema anterior concluía con una afirmación seria: “Los orígenes de esta apocalíptica postpascual no serían otros que la interpretación y recreación por los discípulos de la profunda experiencia pascual mediante las categorías heredadas de la apocalíptica judía” B) Los “entusiastas” de Corinto El desarrollo posterior de la apocalíptica postpascual –tan distinta del pensamiento de Jesús según Käsemann- lo describe esta autor con un esquema que toma de la filosofía de Hegel: la historia avanza por medio de un triple movimiento: tesis, antítesis y síntesis. Recordemos las nociones básicas: La tesis es una proposición afirmativa; la antítesis es el siguiente movimiento histórico que se fundamenta negando esa proposición (de ahí anti-tesis). Pero la historia, por medio de la síntesis logra superar la tesis y la antítesis creando una proposición o movimiento que une lo mejor de los anteriores superándolos a la vez. Pues bien: · La tesis era la escatología postpascual, todo un “invento” de los cristianos -a base de ingredientes de la apocalíptica judía sobre el pensamiento de Jesús- forzados por su creencia en la inmediata venida de Cristo como mesías triunfante. · La antítesis -para Käsemann- es la religión mística, llena de trances proféticos y extáticos de uno de los grupos que Pablo describe en su Primera Epístola a los corintios: la de los que se creían espirituales y superiores a los demás. Käsemann, junto a otros teólogos alemanes, describe este movimiento como “entusiasmo” o religión entusiástica. En esta descripción el vocablo “entusiasmo” está tomado etimológicamente: “lleno de Dios” (griego enthousiasmós, término cuyo núcleo está formado por la palabra theós = Dios). Así pues el “entusiasmo helenístico” está tipificado en una de lasa facciones, los "entusiastas" de la Iglesia de Corinto. · Y como síntesis, cree Käsemann que actúa el pensamiento de auténtico del apóstol Pablo. En efecto, como veremos, en el pensamiento paulino hay parte de los dos elementos anteriores (1: de la apocalíptica; 2. de la religión entusiástica), que en parte son recuperados de nuevo por él. En efecto, la tesis va a incitar que se produzca la antítesis en el seno de la Iglesia cristiana: Vistas las características de la apocalíptica postpascual, su crecimiento quedó por fuerza limitado al ámbito de influjo de las creencias mesiánicas de origen palestino; en definitiva, se trataba de una flor que no admitía trasplantes. Una vez que la Iglesia se abrió a los gentiles, la posición de la apocalíptica quedó condenada a ser cada vez más minoritaria. Fuera del ámbito palestino, el cristianismo no fue comprendido como apocalíptico, sino como una religión mistérica, y la teología de la apocalíptica postpascual o fue negada o fue reinterpretada de manera diferente. El próximo día veremos cuáles son los elementos de la apocalíptica y de la “religión entusiástica que son recogidos por Pablo, pero que a la vez son profundamente reinterpretados Seguiremos, pues, el próximo domingo. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com ………….…………… En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es el mismo, pues estamos comentando en los dos este libro.
Domingo, 16 de Agosto 2009
NotasHoy escriben Antonio Piñero/ Paolo Sacchi Hay un buen número de investigadores que opinan que en concreto el apócrifo Testamento de los XII Patriarcas procede de una mano cristiana. Es decir y en concreto, tendría una base judía…, pero tan débil que casi ha quedado sepultada por la falsificación cristiana posterior. Estaría redactado en el siglo II d.C. o más tarde. Por tanto, no valdría para reconstruir la prehistoria del cristianismo y los influjos que éste hubiere recibido. Otros, por el contrario, opinan que es fácil eliminar las interpolaciones cristianas, con lo que queda un texto que puede considerarse totalmente judío…, y que es anterior al cristianismo. Por tanto, sería un texto importante para reconstruir el ambiente en el que nació el cristianismo y qué influyó en ese nacimiento Comenta P. Sacchi (p. 426) al respecto: »Aun sin defender la tesis que sostiene que este texto (que citamos en la nota anterior = Testamento de Simeón 7,1-2) ha sido redactado completamente por mano cristiana, hay investigadores que eliminan en sus ediciones todo el pasaje siguiente “Porque el Señor suscitará de Leví ‘como’ un sumo sacerdote, y de Judá ‘como’ un rey [Dios y hombre]; éste (lectura variante “así”) salvará a todas las gentes y al pueblo de Israel” por considerarlo cristiano. No estoy de acuerdo con ello. La frase “Dios y hombre” es obviamente cristiana, pero albergo muchas dudas de que un cristiano pueda haber escrito en el siglo II d.C. que esperaba un sumo sacerdote de Leví y un rey de Judá. Si algo hay de cristiano en esta parte, creo que debe buscarse en los dos “como” añadidos antes de “sacerdote” y de “rey” justamente con el objeto de matizar un concepto inaceptable. Para los cristianos la frase tenía sólo sentido si se interpretaba metafóricamente de modo que quedara claro que mesías hay uno solo, Jesús, el Cristo, que tiene la función de rey y de sacerdote, y que ante todo es descendiente de David: al mesías davídico se agrega la expresión “Dios y hombre”. También la ultima parte del texto “que salvará a todas las gentes y al pueblo de Israel” podría ser cristiana, pero podría también pertenecer a una fase del judaísmo que se iba abriendo en sentido universalista, como documentan los Salmos de Salomón por ejemplo en 17,30-31, donde se dice que el mesías dominará todos los pueblos y que todos vendrán, según antiguas profecías, a rendirle honor en Jerusalén. Sin embargo, el universalismo ya había aparecido antes entre los piadosos judíos en el llamado Libro de los Sueños (una parte del hoy llamado 1 Henoc y que hemos visto ya), y posteriormente reaparecerá en el Libro de las Parábolas (también recogido en 1 Henoc y que hemos citado muchas veces al hablar del mesías como Hijo del Hombre). A favor de la hipótesis de que el texto -que estamos comentando, del Testamento de Simeón- como ahora lo tenemos no haya sido compuesto por manos cristianas sino sólo reelaborado o retocado por ellas, está la variante “así”, en lugar de “éste”, que hemos señalado al transcribir el pasaje más arriba. “Así” representaría al texto todavía en fase judía, en la cual el sujeto de “salvará” es claramente Dios según un esquema que aparece también en otras partes del libro: los dos mesías son funciones de la salvación que sólo Dios da efectivamente a los hombres. Los cristianos habrían cambiado un “así” por un “éste” haciendo que el sujeto de “salvará” sea el mesías davídico = Jesús. Se trata de un trabajo bastante sutil, pero siempre perceptible. Y al ser perceptible podemos detectar cuando entran en acción los copistas cristianos, por lo que eliminamos sus interpolaciones y nos quedamos –con bastante seguridad- con un texto judío auténtico y anterior al cristianismo. Seguiremos en este punto. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Resurrección, inmortalidad y confirmación de la divinidad del salvador” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. …….................................... Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla Véase postal de 26-06-2009 Enlace de Internet para obtener más información: http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp Saludos de nuevo. b[
Viernes, 14 de Agosto 2009
Notas
Hoy escribe Gonzalo del Cerro
HECHOS APÓCRIFOS DE JUAN 1. Hechos bíblicos. - Anunciación e imposición del nombre de Jesús: Lc 1,29-38; 2,21; HchJn 109. - Jesús, el enviado por el Padre: Jn 1,1ss; 4,34; 5,36s; 6,29.57; Mt 10,40 par.; 15,24; Lc 4,18.43; HchJn 96. - Vocación de los Apóstoles en general: Mt 4,18-22 par.; 10,1-4 par.; HchJn 88. - Vocación de Pedro y Andrés en particular: Jn 1,35-42; HchJn 88. - Vocación de Juan y Santiago: Mt 4,21-22 par.; HchJn 88. - Sermón de la montaña: Mt 5-7; HchJn 22.34.109. - Parábola del sembrador: Mt 13,3-9 par.; HchJn 108. - El Buen Pastor: Jn 10,11-16; HchJn 100. - El rico insensato: Lc 12,15-21; HchJn 36 y 67. - El rico epulón: Lc 16,19-31; HchJn 35. - La transfiguración: Mt 17,1-9 par.; HchJn 21 y 90. - Discurso en la sinagoga de Cafarnaún: Jn 6; HchJn 92. - La cena en casa del fariseo: Lc 7,36-50; HchJn 93. - La escena del “podemos” (possumus) con los hijos de Zebedeo: Mc 10,39 par.; HchJn 95 y 96. - El juicio final: Mt 25,35-46; HchJn 36. - La última cena: Mt 26,17-29; HchJn 91. - Juan se reclina sobre el pecho de Jesús: Jn 13,23; HchJn 89. - El traidor: Mt 26,23 par.; Jn 13,21-27;L HchJn 96. - El himno después de la cena: Mt 26,30; HchJn 94. - La pasión en general: Mt 26,46.27,66; HchJn 94-97. - El prendimiento en Getsemaní: Mt 27,47-56 par.; HchJn 94. - Jesús entregado a los judíos: Mt 27,3-4; HchJn 94. - Sueño de los Apóstoles y huida en Getsemaní: Mt 26,36-46; HchJn 97. - Crucifixión, hora sexta, tinieblas: Mt 27,35-50 par.; HchJn 97. - La caña: Mt 27,29 par.; HchJn 97. - La hiel; Mt 27,34; HchJn 97. -La lanzada: Jn 19,34; HchJn 97. - Las turbas junto a la cruz: Mt 27,39-56 par.; HchJn 100. - La resurrección, atestiguada por los cuatro evangelistas y por Pablo (1 Cor 15): HchJn 109. - Orden de predicar el Evangelio: Mt 25,18-20; Mc 16,15-16; HchJn 112. - Palabras de Jesús sobre Juan: Jn 21,22; HchJn 115; cf. 89 y 113. - Ascensión: Mc 16,19; Lc 24,50-51; HchJn 102. - Juicio de Pablo ante Félix: Hch 24; HchJn 84. - Rapto de Pablo hasta el tercer cielo: 2 Cor 12,2-4; HchJn 106. - Ritos litúrgicos: Hch 2,37-47; 8,12.37; 9,18; 10,47s; HchJn 106-110; cf. HchJn 46 y 84. 2. Personajes bíblicos. - Jesús: passim. - Los Apóstoles en general: HchJn 88. - Pedro: HchJn 88. - Juan: HchJn 88. - Andrés: HchJn 88. - Santiago: HchJn 88. - El fariseo anfitrión: HchJn 93. - Los judíos a quienes es entregado Jesús: HchJn 94. - Satanás; HchJn 89; 112; 114. - Judas el traidor: HchJn 96. - La turba delante de la cruz: HchJn 100. - Los efesios: HchJn 19; 22; 39; etc. - Los plateros de Éfesoy los devotos de Ártemis (Diana): Hch 19,23ss; HchJn 37-44. - (Tértulo): Hch 24,1-2; HchJn 31ss. (Biblia de San Luis de la Catedral de Toledo) Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
Jueves, 13 de Agosto 2009
NotasHoy escribe Antonio Piñero/ Paolo Sacchi Comenta P. Sacchi en su Historia de Israel en tiempos del Segundo Templo(p. 425): »Este sacerdote del futuro –del que habábamos en la nota anterior- no tiene nada en común con el sacerdocio histórico de Israel, ni siquiera con el más auténtico. Será un sacerdocio nuevo, de naturaleza excepcional. Se lee en el TestLev 18,1-12: Cuando el Señor se haya vengado de ellos…, entonces hará surgir un sacerdote nuevo a quien se revelarán todas las palabras del Señor (estará por tanto en capacidad de enseñar la halakah verdadera). Juzgará rectamente en la tierra durante muchos días. Brillará como el sol en la tierra y hará desaparecer toda tiniebla bajo el cielo; habrá paz en toda la tierra. En sus días los cielos exultarán, y las nubes se alegrarán… Se pronunciará sobre él la gloria del Altísimo, y el espíritu de inteligencia y de santidad reposará sobre él… Transmitirá la grandeza del Señor a sus hijos, en verdad y para siempre, y no tendrá otro sucesor de generación en generación y para siempre… Durante su sacerdocio desaparecerá el pecado… y dará de comer del árbol de la vida a los santos… Atará a Beliar"… Como se ve estamos claramente en un mundo mesiánico. En conjunto se tiene la impresión de que el autor de los Testamentos de los Doce Patriarcas esperaba un mundo distinto que debía ser instituido por el mesías de Leví y por el mesías de Judá. Es interesante que, aunque haya desaparecido el nombre de David al ser sustituido por la denominación más amplia de Judá, el autor espera sin embargo la restauración del reino de Israel sobre la base de las profecías del antiguo mesianismo davídico (es decir, la promesa de Dios a David a través del profeta Natán de que jamás faltará sobre su trono un descendiente = 2 Samuel 7,9-14. Aparentemente aquí poco tiene que ver el mesías guerrero…, pero no es así; su presencia y su obra son necesarias: se lee en el Testamento de Judá 22,2-3: Mi reino acabará por obra de extranjeros (o bien: entre gentes extranjeras), hasta que venga la salvación de Israel, hasta la parusía del Dios de justicia, para que Jacob y todos los pueblos vivan en paz. Él (el descendiente de Judá) custodiará la fortaleza de mi reino por siempre, porque con juramento me ha jurado el Señor no quitar el reino a mi descendencia por siempre. Particular atención merece el siguiente pasaje del Testamento de Simeón 7,1-2: Obedeced a Leví y a Judá y no os levantéis contra estas dos tribus, porque de ellas surgirá la salvación de Dios. Porque el Señor suscitará de Leví como un sumo sacerdote, y de Judá como un rey [Dios y hombre]; éste salvará a todas las gentes y al pueblo de Israel. Este pasaje puede considerarse un ejemplo típico de los problemas de crítica textual que rodean a los apócrifos del Antiguo Testamento, que son textos judíos, y de algunos de siglos antes del nacimiento del cristianismo, pero que han sido trasmitidos por ambientes cristianos. ¿Hasta qué punto el escriba cristiano puede haber adaptado el texto a su propia fe? Es decir, al copiarlo, ¿no ha podido añadir algo -que no estaba en el texto que debía copiar- para que el pasaje en cuestión fuera como una profecía judía de lo que luego iba a ocurrir con la venida de Cristo y el cristianismo? Probablemente algo haya de esto, pero quizá no mucho. Seguiremos en este punto. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “La muerte violenta del salvador divino” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. …….................................... Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla Véase postal de 26-06-2009 Enlace de Internet para obtener más información: http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp Saludos de nuevo.
Miércoles, 12 de Agosto 2009
NotasHoy escribe Antonio Piñero/ Paolo Sacchi Hemos tocado muy levemente este punto del mesías sacerdotal cuando –hace ya días, en la nota que lleva el número 2-27-28 abordábamos el tema de que en los Manuscritos del mar Muerto se veía claramente cómo los esenios tenían una concepción doble del mesianismo, el guerrero, o el mesías de Judá, y el sacerdotal, o mesías de Aarón/Leví. Ahora, de la mano de P. Sacchi -que he escrito muy sensatamente sobre este tema en su Historia del judaísmo en la época del Segundo Templo (Trotta, Madrid, 2004, pp. 424ss)- nos detenemos un poco más en la figura de éste “mesías puramente sacerdotal”, que es para algunos cristianos un concepto un tanto extraño. Pero así era en el siglo en el que vivó Jesús y en el fondo no es etraño en absoluto, ya que el tiempo mesiánico es el momento por antonomasia en el que se cumplirá totalmente la ley de Moisés. Comenta P. Sacchi, al que parafraseo un tanto por mor de una mayor claridad: »Mientras que en los textos esenios (del Mar Muerto) la superioridad del mesías de Aarón/Leví sólo puede deducirse del hecho de que este mesías tiene la preferencia frente al de Israel, en los Testamentos de los Doce Patriarcas (un apócrifo importante del Antiguo Testamento, cuya fecha es discutida, quizá del siglo I a.C.; el texto que ha llegado hasta nosotros sin embargo, ha sido manipulado por los escribas cristianos) el tema está más desarrollado. Leemos en el Testamento de Judá 21,4 con referencia a los tiempos futuros o mesiánicos: “Como el cielo es más alto que la tierra, así el sacerdocio de Dios es más alto que el reino terreno”. También en el Testamento de Rubén 6,8 se dice: “Por ello os ordeno” –habla Rubén en su lecho de muerte a sus sucesores- que prestéis oídos a Leví, porque él conoce la ley del Señor. Él formulará las instrucciones precisas para los juicios y para los sacrificios por todo Israel hasta la consumación de los tiempos”. El mesías sacerdotal no sólo tendrá la tarea de dar la interpretación definitiva de la ley en todos los casos en los que se produzca incertidumbre sobre la halakah (literalmente “camino” = las normas sobre el recto “caminar” o cumplimiento de la Ley, por tanto sobre cómo hay que comportarse), sino que tendrá además la tarea de atar a Satanás (“Beliar será atado por él”: TestLev 18,12). El TestLev, 18,2 dice : “A Leví (y por tanto al mesías sacerdotal, su sucesor), serán reveladas todas las palabras del Señor”. Los piadosos judíos la necesidad de una revelación particular para conocer la verdadera halakah. Los esenios así lo pensaban igualmente: No se apartarán de ningún consejo de la Ley para caminar en la obstinación de su corazón, sino que serán gobernados por las ordenanzas primeras (por la ley antigua que aclaró el Maestro de justicia y sus seguidores al frente de la secta): 1QS 9,10-11. Satanás tiene en estos textos una importancia que no posee en la Biblia canónica. El mundo, como en el esenismo, está dividido en dos grandes partes, dos goralim en hebreo, la de Luz y la de las Tinieblas; una guiada por el ángel de la Luz, generalmente interpretado como Miguel, y la otra bajo la égida del ángel de las Tinieblas, al que puede denominarse con nombres muy distintos, pero que siempre es el diablo. Leemos en la Regla de Qumrán 1QS 3,17-21: Dios creó al hombre para dominar el mundo y puso en él dos espíritus para que camine por ellos hasta el tiempo de su visita: son los espíritus de la verdad y de la falsedad. Del manantial de la Luz provienen las generaciones de la verdad, y de la fuente de las Tinieblas provienen las generaciones de la falsedad. En manos del Príncipe de las Luces está el dominio sobre todos lo hijos de la justicia; ellos marchan: ellos marchan por caminos de luz. Y en manos del Ángel de las Tinieblas está el dominio sobre los hijos de la falsedad: ellos marchan por caminos de tinieblas. Así pues, el sumo sacerdote (más tarde, sumo sacerdote mesiánico o mesías sacerdotal) tendrá una función altísima y salvífica que culmina en liberar al mundo de Satanás, es decir del mal y de esas tinieblas y su poderoso influjo que hemos visto en el pasaje que acabamos de citar. Y veremos cómo ese sacerdote es muy especial. En él se estarán reflejando lo que luego se verá con más claridad en el mesías futuro. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Pedro en la literatura apócrifa, en los Hechos del Pseudo Marcelo (II)” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. …….................................... Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla Véase postal de 26-06-2009 Enlace de Internet para obtener más información: http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp Saludos de nuevo.
Lunes, 10 de Agosto 2009
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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