CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

1248- 05/07/2022


¿Qué es el hombre interior?

Hoy escribe Antonio Piñero 
 
Pregunta difícil, pues para responder debemos suponer que Pablo está pensando como un hombre cultivado del mundo grecorromano influido por concepciones platónicas, pero simplificadas y vulgarizadas.
 
Pablo piensa que el ser humano está compuesto de alma superior, la razón, la parte lógica e intelectiva, y alma inferior, que a su vez está dividida en dos partes: deseos y pasiones razonables que corresponden  a las necesidades del cuerpo, que son buenas, y deseos y pasiones no razonables, la “carne” según el vocabulario paulino, que engloba todo aquello puramente material, mundano, bajo, vergonzoso, opuesto al mundo de la razón /espíritu.
 
La tesis principal del pasaje sería así: el Pecado representa el dominio despótico de la parte irracional, la «carne», que habita en el interior del yo (v. 20). El yo (el hombre genérico), al sentirse esclavo del poder tiránico del Pecado, se define como «vendido como esclavo al poder del Pecado». Entonces, la mente/razón (hombre interior), vencida, «obra aquello que en el fondo odia» (vv. 15.19). Puede decirse que el yo casi completo se sitúa intelectualmente del lado de la razón, por lo que no tiene más remedio que alabar a la Ley «y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Ley en que es buena» (v. 16).
 
Así pues, desde los vv. 15 al 23 Pablo dibuja una situación en la que el Yo está dividido entre el “querer” y el “obrar”, ambos antagónicos.  He aquí el texto:
 
“No entiendo lo que hago; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que odio. 16 Y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Ley en que es buena; 17 pero entonces ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí. 18 Pues sé que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien está a mi disposición, mas el obrarlo, no: 19 pues no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero. 20 Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí. 21 Descubro, pues, esta ley: que aun queriendo hacer el bien es el mal el que está a mi lado. 22 Pues me complazco en la ley de Dios según el hombre interior, 23 pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi mente y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros”.
 
La expresión típica está el v. 19: “Pues no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero”. Exactamente igual que Platón en la República (589A), Pablo describe el Yo que está a favor de la Ley y su cumplimiento como “el hombre interior”. El texto completo: “Pues me complazco en la ley de Dios según el hombre interior, pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi mente y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros”.
 
En conclusión:  el hombre interior es la parte del alma que se rige por la razón (= está de acuerdo con cumplir a Ley), que se opone a la parte inferior, cuya sede está en la “carne”, representada aquí por los miembros del cuerpo, que se rige por lo externo, lo material (no desea cumplir a Ley porque le fastidia).
 
Esta lucha interna es tan común en el ser humano que fue recogida incluso por los dramaturgos griegos. Se ha señalado que el Apóstol podría estar pensando en el dilema expresado por Medea, en la obra del mismo título de Eurípides, vv. 1077-1080: “Abrumada estoy por los males. Sé que lo que voy a hacer es producto de mi pasión (griego thymós); pero ésta es más fuerte que mi reflexión guiada por el razonamiento (griego boúleuma), que es la causa de los mayores males entre los mortales”.
 
Igualmente es también posible que Pablo esté dentro de la especulación judía helenística muy interesada en mostrar cómo el poder de la razón, ayudado por la reflexión y el estudio de la Ley, puede controlar todas las pasiones, aunque ese control esté pleno de luchas (tesis del apócrifo del Antiguo Testamento: Libro 4º Macabeos: texto en la colección “Apócrifos del Nuevo Testamento”: vol. III, Madrid Edit. Cristiandad).
 
Finalmente Pablo, entristecido por esta situación real y diaria, acabaría el párrafo con un poderoso lamento y un deseo (versículos 24 y 25): “¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, ciertamente, soy yo mismo quien con la mente sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado”.
 
En síntesis: en contra de lo que piensan algunos, Pablo no expresa cargo alguno contra la ley de Moisés en general, salvo que su hombre interior es incapaz a menudo de controlar la situación humana completa (también “carne”) inclinada al mal. Y con esto el Apóstol piensa que cuando pensaba con el hombre exterior (estaba en la “carne”), sus  pasiones (= inclinación a pecar) vencían a los preceptos de la Ley.
 
Pero cuando opera el hombre interior sirve a la ley de Moisés y la cumple. Pero con una precisión: el pagano convertido a la fe en el Mesías cumple la parte de la Ley que le compete, como pagano (la ley natural: el Decálogo y las normas morales genéricas que se derivan de él). Pero los judíos, al seguir siendo judíos a pesar de creen en Jesús como mesías, tienen que seguir cumpliendo la ley de Moisés al completo, aunque parezca injusto ya que tiene muchos preceptos… ¡pero para eso son el pueblo elegido y tienen otras ventajas!
 
Ahora bien, los judíos en la época mesiánica ya presente cumplen esa ley de Moisés completa con un nuevo espíritu: el Mesías muda el espíritu antiguo del cumplimiento de  la Ley (que tanto judíos como paganos sentían que la podían cumplir resistiendo el poder del hombre exterior (“carne” = “pecado”) por medio de la óptica nueva, mesiánica,  en esos momentos tano el judío como el pagano se sienten arrastrados la observancia de la Ley por el amor, la fe y el espíritu. El pagano completa también el Decálogo con la ley del amor o del Mesías (Gálatas 6,2= los demás preceptos para en ningún caso hacer daño al prójimo).
Entonces, para los judíos, la Ley podrá cumplirse completa. Y para los gentiles igualmente. Estos se salvan como gentiles por lo que hay una parte de la Ley que no les compete. De este modo, y esto importa mucho para la intelección del pensamiento completo de Pablo,  el judío puede y debe cumplir la ley de Moisés completa, pero con otras perspectivas mentales: es la misma Ley, pero renovada y transformada también en “la ley del Mesías”.
 
Y para el pagano, la nueva mentalidad respecto a la Ley, según las indicaciones del hombre interior, se ve obligado a cumplir el Decálogo (cuyo primer mandamiento le obliga a dejar de creer en los dioses) y las demás obligaciones  de la “ley del amor o del Mesías”.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
 
Martes, 5 de Julio 2022
Escribe Antonio Piñero
 
Me preguntan:
 
¿Qué quiere decir Romanos 2,29: "El verdadero judío lo es en su interior, y la circuncisión no es la literal sino la espiritual, la del corazón. El que es judío de esta manera es aprobado, no por los hombres, sino por Dios." ¿DE NUEVO CONTRA LOS DOGMAS JUDÍOS?
 
RESPUESTA:
 
Léase el párrafo completo: Romanos 2,26-29
“Pues la circuncisión, en verdad, es útil si cumples la ley; pero si eres un transgresor de la ley, tu circuncisión se vuelve incircuncisión.
 Mas si el incircunciso guarda las prescripciones de la ley ¿no se tendrá su incircuncisión como circuncisión?
 Y el que, siendo físicamente incircunciso, cumple la ley, te juzgará a ti, que con la letra y la circuncisión eres transgresor de la ley.
 Pues no está en el exterior el ser judío, ni es circuncisión la externa, la de la carne.
 El verdadero judío lo es en el interior, y la verdadera circuncisión, la del corazón, según el espíritu y no según la letra. Ese es quien recibe de Dios la gloria y no de los hombres.
 
Por tanto la respuesta de Pablo  no es como dice el preguntante: “Pablo ¿De nuevo contra los dogmas judíos?

¡De ningún modo!

El contexto –muy importante para comprender cualquier pasaje de Pablo y de otros autores del Nuevo Testamento y de la literatura en general– es la disputa entre Pablo y los judíos creyentes en Jesús acerca de si el pagano que cree en Jesús como mesías, se arrepiente de su vida anterior, abandona a los dioses falso y gracias a que cree que Dios ha obrado la redención de toda la humanidad en el sacrificio de la cruz, , no solo de  los judíos sino de todos los hombres potencialmente, NO tiene que convertirse además en judío para lograr la salvación completa. Ya que convertirse en judío significaría, para el varón, circuncidarse y la obligación de cumplir la ley de Moisés completa, es decir, además de la circuncisión, habría de observar las leyes sobre la pureza/impureza de los alimentos y las normas sobre la pureza ritual.

Y eso es una tontería, piensa Pablo por dos razones: A. Si se convirtiese en judío, no se cumpliría la promesa completa de Dios a Abrahán, como diré más abajo. B. Al no hacerse judío no tiene que cumplir esa parte de la Ley que es solo para los judíos.
 
Para entender esta idea, ayuda también leer también 1 Corintios 7, 18-20:

“Que fue uno llamado siendo circunciso? No rehaga su prepucio. ¿Que fue llamado siendo incircunciso? No se circuncide.
 La circuncisión es nada, y nada la incircuncisión; lo que importa es el cumplimiento de los mandamientos de Dios.
Que permanezca cada cual tal como le halló la llamada de Dios.”
 
Teniendo en cuenta estos pasajes, la respuesta de Pablo es, pues, la siguiente en donde insisto en unos aspectos expuestos más arriba:
 
1. Dios NO EXIGE al pagano que se convierte a la fe en Jesús mesías que se haga judío. La razón básica es que si se convierte en judío cada pagano que crea en Jesús, Abrahán será padre en verdad de un solo pueblo, el judío, pero nunca se cumplirá la tercera parte de la promesa de Dios a él que decía que sería “padre de numerosos pueblos” (Génesis 17,4).
 
2. Dios NO QUIERE que los paganos injertados en Israel se  hagan judíos, sino que sigan siendo “paganos” ( = no judíos de nacimiento, pero paganos entre comillas ya que no creen en los dioses falsos y sí en Jesús como mesías), de modo que estos paganos se injerten en Israel, de acuerdo con Romanos 11,25-29:
 
“Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios: el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: Vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades. Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados. En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres. Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables”.  
 
Cumplido este requisito, el injerto de cierto número de paganos en el Israel verdadero y único, llegará el fin del mundo y los predestinados se salvarán. Los demás irán al infierno o serán aniquilados.
 
Por tanto Pablo sostiene que los paganos, que cumplen la ley de Moisés (la que a ellos les compete; no las partes de la Ley que son solo para los judíos (= circuncisión / alimentos / pureza ritual) son “judíos” en su corazón y en realidad.
No judíos físicos, hijos naturales de Abrahán, sin judíos espirituales con una circuncisión espiritual, igual de valiosa que la física.
Y eso se confirma con el siguiente pasaje de Filipenses 34,2-3:
“Atención a los perros; atención a los obreros malos; atención a los falsos circuncisos.
Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne”.
 
Los “perros” y los obreros malos son los judíos creyentes en Jesús que quieren que os paganos creyentes igualmente en Jesús “rematen la faena”, se hagan judíos y se circunciden. Pero Pablo responde: No. Dios no quiere que se hagan judíos, sino que sigan siendo “ex paganos”, que sean los representantes de los paganos que se convierten a la fe en Jesús, que sigan siendo paganos, que no tienen obligación de cumplir la parte de la Ley que es solo para os judíos, y que se salvarán igual que estos. Lea circuncisión espiritual (fe en Jesús y cumplir la ley del Mesías o la Ley del amor los hace judíos espirituales. Y eso basta.
 
NOTA:
 
Toda esta larga respuesta sería innecesaria, ya que todo lo tengo escrito en mi obra “Guía para entender a Pablo de Tarso. Una interpretación del pensamiento paulino”, de la Edit. Trotta, 2ª edición de 2019.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
Viernes, 1 de Julio 2022

Notas

“Ser despertado y levantarse”, eso es lo que Pablo y el primer cristianismo expusieron como descripción de que un difunto volvía a la vida. Y, para acabar de entender la resurrección, al menos básicamente, es necesario atender a quién resucita, quién vuelve a la vida.

Hoy escribe Eugenio Gómez Segura.


080. Resurrección (3).

Detalle de la Resurrección de Jesús, Iglesia de San Salvador de Cora, Estambul. Seleccionado de aquí.

En 1 Tes 4 y 1 Cor 15 encontramos varios pasajes que desvelan, aun con sus dificultades de expresión, bastantes detalles sobre la idea que Pablo de Tarso, judío de la escuela farisea, pudo difundir sobre la vuelta a la vida de los difuntos (o “dormidos”). Si en 1 Tes 4 el motivo de la aclaración del de Tarso era asegurar que, tras morir, hay nueva vida en el mundo para quienes se unan al pueblo de Yahvé, en 1 Cor 15 las explicaciones parecen contrarrestar dudas no ya intuitivas sino razonadas. En efecto, el tenor de 1 Tes 4 parece más bien una aclaración a quienes no acaban de vislumbrar la posibilidad de que un esqueleto vuelva a tener carne, tendones, vísceras, vida “animal o animada”. El de 1 Cor 15 parece más bien ser la argumentación que se opone a otra argumentación, es decir, un acto de “filosofía”.
 

Con eso en mente, se puede reflexionar sobre el cariz de cada pasaje. 1 Tes 4 presenta sólo una exposición de la doctrina: “Jesús murió y se levantó… del mismo modo… los dormidos”. La divinidad llevará el caso a su término. En 1 Cor 15, en cambio, la argumentación exige ejemplos, lo que obliga a detallar más: hay que comparar a Adán con Jesús, pues ambos inician una creación, la primera el primero, la segunda el segundo. Ambos son la marca definitoria del carácter de cada una de las creaciones: la primera, que no atendió al espíritu de la voluntad de la divinidad manifestada en los diversos artículos de la Ley que Yahvé se vio obligado a promulgar; la segunda, que sí atenderá al espíritu de esa Ley universal que está detrás del comportamiento deseado por Yahvé.
 

Y el caso es que ambos textos se entienden correctamente sólo si los contemplamos desde un punto de vista meramente humano: tanto Jesús como los dormidos experimentan el proceso de pasar de dormidos a levantados gracias a la acción de Yahvé (1 Tes 4, 14: “pues si creemos que Jesús murió y se levantó, del mismo modo la divinidad llevará también consigo por medio de Jesús a los ya dormidos”. Los ejemplos que aporta Pablo en 1 Cor 15, Adán y Jesús, sólo son iguales, sólo son equivalentes, si ambos son humanos, si ambos parten de las mismas condiciones a la hora de atenerse al espíritu de la Ley / Voluntad de Yahvé.
 

De aquí se puede deducir que, para Pablo, Jesús volvió a la vida porque era humano, no dios. Por eso, también, en Gal y Rom pudo ser comparado con Abrahán, con otro humano: su comportamiento fue ejemplar a ojos de Pablo porque demostró que un humano podía atenerse a lo designado por Yahvé. Rom 6, 4-11 vuelve a utilizar un vocabulario que refleja la igualdad: “sepultados con él”, “al igual que el Ungido fue despertado”, “así también nosotros”, “injertados con él en una muerte semejante a la suya”, etc.
 

Por tanto, para Pablo, judío de formación farisea, el proceso de la resurrección presenta dos facetas: una, que hay que ser humano para experimentarla (hay que ser mortal para morirse), y eso incluye a Jesús el galileo entre los mortales; otra, que la divinidad desencadena el proceso que acaba en el volver a levantarse como muestra de que huesos con músculos y tendones vuelven a actuar según la vida animada mortal.
 

Pero quizá no fue esto mismo lo que pensó pocos años después el cristianismo.
 

Saludos cordiales.

Dejo un enlace a una entrevista que me hizo Carla Díaz para su canal Investigando la historia. Durante algunos minutos trato este tema.

https://www.youtube.com/watch?v=6cHllTcyKW0

Lunes, 27 de Junio 2022
Lugares indispensables en un viaje a Israel
Escribe Antonio Piñero
 
Estimados amigos:
 
El deseo de Valeria Sastre, que me escribe amablemente, de numerar diez destinos de viaje en Israel y numerarlos por orden de importancia, me parece imposible de cumplir. No creo posible que yo puede numerar por orden de importancia, por ejemplo entre Belén y Nazaret y concederle a uno u otro lugar un rango superior. ¿Y qué puntos concedo a Jerusalén?
 
Y ¿qué otra calificación a ciudades de la Galilea norte donde se desarrolló la mayor parte del ministerio público de Jesús? Y ¿qué me dirían sobre el presunto lugar donde Jesús fue bautizado por Juan, cuya importancia es capital para entender la mentalidad teológica de Jesús que sigue, al menos al principio, estrechamente la del Bautista?
 
No puedo hacerlo. Espero, amiga Valeria, que lo comprenda.
 
Así que enumero simplemente, sin orden de prioridad, los lugares que me parecen indispensables. Ahí van:
 
Monte Sinaí y Monasterio de santa Catalina; Jerusalén, que da para días y que vale por tres o cuatro lugares; Ruinas de Qumrán; Masada y Mar Muerto; el Herodion; Lago de Genesaret; algún kibutz (nosotros visitamos el de Ginosar Nof); Nazaret; Belén; Cafarnaún, aunque haya poco que ver, pero fue en parte el centro de la predicación de Jesús, y Cesarea Marítima.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
NOTA
 
Enlace a un debate en You Tube  sobre si la persona de Jesús en los Evangelios y en Pablo de Tarso tiene más de mitológico, que de histórico entre Irving Gatell y yo:
 
https://youtu.be/57Zv_FvqQjM
Martes, 21 de Junio 2022

Notas

(1245- 18 / 06 / 2022)


Viaje a Israel – Tierra Santa
Escribe Antonio Piñero   
 
Me envían por correo electrónico la siguiente pregunta:
 
Siempre he tenido el sueño, de hacer un viaje religioso de 12 días por Israel pero ¿Qué visitar? Y ya sabe que las agencias te venden cosas que luego no valen la pena en ocasiones. Así que ese viaje debería abarcar las 12 localizaciones más importantes que no me podría perder y ahora, tengo al mayor experto del mundo, para poderle preguntar. Soy una mujer con suerte.
¿Nos podría dar las 12 localizaciones indispensables en un viaje a Israel para rememorar los pasajes del nuevo testamento?
María Blanco
 
RESPUESTA:
 
Curiosamente la respuesta a esta pregunta se halla en el libro que acabamos de publicar, hace menos de un mes, Juan Eslava Galán y yo. Juan es Premio Planeta y autor en diversas editoriales (ante todo en Planeta) de unos cien libros: novelas, ensayos, alta divulgación histórica, viajes, gastronomía. Y a mí me conocéis de sobra.
 
Empleamos  la expresión “Tierra Santa” para referirnos de un modo amplio a los lugares relacionados con la religión cristiana que desempeñan un papel  en el Nuevo Testamento en torno a la figura no solo de Jesús de Nazaret, sino también de Pablo de Tarso, por tanto Israel, Turquía y Grecia. Por ello repetir detalladamente el itinerario podría cansar al lector. Desde luego no faltan –y nombrará unos pocos– el monte de la Ley o Sinaí, Jerusalén, Nazaret, Belén, el Lago de Genesaret y el entorno del Golán en Israel. En Grecia, Atenas y Corinto y la famosísima Eleusis, donde se iniciaron los cultos de “misterio” o salvación seguidos por el cristianismo y en Turquía la ruta de Pablo haciendo especial hincapié en Éfeso.
 
La figura de Jesús sigue fascinando porque se la ha sublimado, engrandecido, divinizado¸ magnificado y exaltado. Jesús, a partir de una lectura llana, simple, sencilla y acrítica de los Evangelio Jesús es una imagen ideal, lo que  tiene consecuentemente muchos seguidores. Ante estos se presenta su figura solo con los rasgos positivos.
 
Pongo un ejemplo: un Jesús muy atractivo como predicador únicamente del perdón de un Dios misericordioso. Nadie tiene tiempo para examinar el Evangelio de Mateo, y para caer en la cuenta de que el 40 % de este escrito bíblico está dibujando a un Jesús, cuyo Dios amenaza con un castigo tremendo, fuego eterno, si no se le otorga fe y asentimiento. Es un Dios más bien terrible. Y como digo no se asocia con este Jesús a quien se admira. Se presenta como la cara amable de Dios. Jesús se pinta como un modelo de persona ideal, defensor de los pobres y de todos los derechos humanos.
 
Pues bien, Viaje a Tierra Santa es un libro que informa de casi todo lo que uno podría preguntar. Y de un modo muy divertido, ameno, diálogos y descripciones bien hechas (creo), de modo que si un lector no se divierte leyéndolo, yo (en plan de broma) le diría a Planeta que le devolviera el dinero que le ha costado adquirir el libro.
 
Está a punto de agotarse la primera edición, sin apenas propaganda. Y me indica un amigo que compró el libro por Internet, que en Amazon estaba en el número 1 de la lista de libros más vendidos de “tema religioso”. Yo no le comprobado; pero si lo dicen…
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
Sábado, 18 de Junio 2022
La apariencia de Dios en el Antiguo Testamento  según algunas citas bíblicas
Escribe Antonio Piñero
 
Me preguntan sobre el siguiente elenco de citas:

Deuteronomio 5:4 Cara a cara habló Yahvé con vosotros.
Éxodo 33:11 y Deuteronomio 34:10: Yahvé hablaba con Moisés cara a cara,
Números 12:8: Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Yahvé.

¿Qué dice Jesús sobre el Dios del Nuevo Testamento? Que a su padre nadie le ha visto nunca.

Juan 17:25 Padre justo, el mundo no te ha conocido.
Juan 1:18: A Dios nadie lo ha visto jamás.
Juan 5:37: Nunca habéis oído la voz del Padre, ni habéis visto su aspecto.
Si Jesús dice que a su padre no le ha visto nadie nunca, ¿a quién estaban viendo en el Antiguo Testamento?
 
RESPUESTA:
 
Responderé de modo global:
 
La pregunta supone que hay que entender el Antiguo Testamento globalmente como un documento histórico fidedigno. Así es en parte en las secciones en las que se hablan de ciertos personajes, batallas, acontecimientos, etc., temas respecto a los cuales se puede encontrar algún documento que para contrastar la noticia, sea un texto histórico o algún documento arqueológico, en especial inscripciones (que deben también  interpretarse) o restos de palacios, fortificaciones, templos, casas, etc.
 
Pero otra grandísima parte del Antiguo Testamento es pura teología. Ya conocen Ustedes mi opinión, expresada con una frase de Jorge Luis Borges: “La teología pertenece al género literario de lo fantástico. Es la perfección del género”.
 
Por tanto no se puede tomar al pie de la letra lo que dice la Biblia  al respecto. Mi respuesta más clara y directa es Moisés no vio a nadie. En el caso de Moisés, personaje quizás histórico, pero mucho más deformado en su “biografía” que Jesús, no se puede creer nada de lo que de él se diga en el plano de lo teológico o sobrenatural.
 
Y respecto al Evangelio de Juan: reproduzco el juicio de mi colega Gonzalo Fontana, autor de la gran sección sobre los escritos de la comunidad johánica dentro de “Los Libros del Nuevo Testamento” (por cierto: del que la editorial Trotta anuncia la tercera edición para septiembre; hacerla en pleno verano parece inútil) que escribe:
 
« Una de las principales controversias sobre el cuarto evangelio es la relativa al de su valor histórico, cuestión respecto a la que cabe hacer una precisión metodológica de calado: por más que el relato esté centrado en la vida de Jesús, en él hemos de ver más bien un documento en el que se proyecta retrospectivamente la propia realidad en la que se desenvolvían sus autores y destinatarios. Frente a la exégesis de cuño conservador, que ha tratado de ver en Juan el relato minucioso de un testigo ocular, la crítica histórica ha desmentido tal planteamiento y, a cambio, ha profundizado en el análisis de la obra como testimonio de las vicisitudes del grupo en cuyo seno se gestó. Y es que los evangelios, más que de Jesús y sus discípulos históricos, hablan, en realidad, de los cristianos que los compusieron». P. 1307.
 
En consecuencia: Todas las frases a las que alude el preguntante se pueden responder con la afirmación de que  ninguna de ellas pertenece al Jesús de la historia. Y por otra parte que el cristianismo primitivo mantenía la tesis de que aunque Dios fuera «corpóreo», de “materia” sutilísima de modo que los que gozaran de la visión beatífica en el otro mundo, en el cielo, al igual que los ángeles (algunos de ellos siempre ante la faz de Dios), sin embargo, en la tierra Dios no es visible por nadie. Ni siquiera para los místicos.
 
Respecto al Jesús histórico, como profeta ante todo, es de suponer que –según los cánones de la teología judía contemporánea– jamás vio a Dios.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero

Nota
 
NOTA:
 
Enlace a un programa de la “La aventura del saber” de TV2. Entrevista a Juan Eslava Galán, Premio Planeta, sobre el libro “Viaje a Tierra Santa”, de la Editorial Planeta, del cual se anuncia una segunda edición antes de cumplirse un mes de su salida, el 25 / 2/ 2022. Este libro fue escrito por los dos después de un par de viajes a Israel, Turquía y Grecia (lugares de la predicación de Pablo).
Es ameno, divertido y contiene una gran cantidad de información sobre Tierra Santa y sobre el actual estada de la investigación acerca de Jesús de Nazaret y temas relacionados de los orígenes del cristianismo:
https://www.rtve.es/play/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-viajamos-tierra-santa-juan-eslava-galan/6595901/
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
 
 
Martes, 14 de Junio 2022
Escribe Antonio Piñero


Algunas de las preguntas que continuamente me hacen: 

I.
Números 31,1: «Yahvé habló a Moisés y le dijo:  "Ejecuta la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas"»
¿Observa usted este carácter vengativo en Jesús?
 
Esta pregunta está relacionada con las siguientes
 
II.

Dios quiere su parte de un botín de guerra y joyas.
Números 31,32-50: Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron como Yahvé mandó a Moisés el cual pide su parte de un botín de guerra.
Mateo 5:47 "Al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues."
 
¿Puede ser el Dios del Jesús que impele dar una túnica si tienes dos, del que dice que no pasara un rico al reino de Dios, el que exija su parte del botín de una guerra para hacerse rico?
 
III.

Dios muestra un odio sin compasión en el Antiguo Testamento. Así 1 Samuel 15,3
«El Señor ordena: “ve y mata a los amalecitas; destruye todo lo que tienen. No tengas compasión de sus hombres, ni de sus mujeres, y ni siquiera de sus bebes de pecho; ni de sus vacas, ovejas, camellos o asnos”».
¿Observa usted una falta de compasión a este nivel en el Dios del Nuevo Testamento?
 
RESPUESTA:
 
Ya he escrito múltiples veces que el Dios de Jesús no es solo el que ama y perdona, sino también  el que castiga eternamente, al que no presta oídos atentos a la proclamación de Jesús. Basta con mi afirmación de que el 40% del Evangelio de Mateo está compuesto de amenazas de castigo eterno. Léanse también las durísimas palabras de Jesús en Lucas 10,13-21 que corresponden a Mt 11,20-24:
13 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en vosotras, hace tiempo que hubieran hecho penitencia sentadas en saco y en ceniza. 14 Ahora bien, a Tiro y a Sidón se las tratará más benignamente en el Juicio que a vosotras. 15 Y tú, Cafarnaún, ¿acaso te levantarás hasta el cielo? Hasta el abismo bajarás. 16 El que os escucha me escucha a mí, y el que os rechaza me rechaza a mí, y el que me rechaza rechaza al que me ha enviado.
 
Léase mi comentario en “Los libros del Nuevo Testamento” p. 829, que sintetizo brevemente y donde afirmo que este pasaje aparte de revelar la autoestima de Jesús como enviado de Dios, muestra que Jesús (y el Dios de Jesús que es el mismo que el del Antiguo Testamento) no es solo el predicador del perdón divino (como afirman algunos estudiosos contrastándolo con la figura de Juan Bautista, predicador solo del juicio, en su opinión), sino también el de la condenación si no se escucha su mensaje. La figura de Jesús es ente pasaje es la de un hombre enérgico, en nada «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29)
 
Además el Dios del Antiguo Testamento es el producto humano, la representación humana de una divinidad que en su tiempo (con un trasfondo de unos treinta siglos) era igual a la de otros dioses, solo que Elohim /Yahvé era mucho más poderoso que los demás y, por tanto podía proteger mejor que otras divinidades a los pueblos que se ponían bajo su protección.
 
Es totalmente cierto que hoy día el concepto de Dios  y la cuestión dela posibilidad de su revelación ha cambiado totalmente. Pero este es otro tema.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
  
 
NOTA:

Envío el enlace a una entrevista, que me hizo Norma Lilia Ortega Coto, de México, que tenía como tema general si Jesús enseñó realmente a quebrantar la ley de Moisés.
Creo que es fácil adivinar mi respuesta.
 
https://youtu.be/kXcZ7dzDd6c
 
Viernes, 10 de Junio 2022

Notas

En la conocida como 1 Corintios aparece un importante pasaje de Pablo: “Pero alguno dirá: «¿Cómo son despertados los muertos? ¿Con qué cuerpo vienen?» (1Cor 15, 35)”. La respuesta no es fácil, máxime si atendemos a textos del siglo II.

Hoy escribe Eugenio Gómez Segura.


079. Resurrección (2).

Ignacio de Antioquía entre fieras, obra del s. XVI tomada de aquí.
 

En una ocasión anterior examiné la etimología de la palabra “resurrección” y su correspondiente griega “anástasis” (https://www.tendencias21.es/crist/076-Resurreccion-1_a2929.html). La etimología dejaba claro que se trata de un levantarse, y la pregunta que encabeza esta página indica terminantemente que uno se levantaba del dormir, de la muerte considerada como dormir.
 

El autor de Efesios nos dejó un texto que desarrolla las dos últimas y milagrosas fases del proceso (la primera y ordinaria es la muerte):

Despierta, (tú) que duermes,

y levanta de los muertos

y Cristo te iluminará”.
 

Este despertar y levantarse es lo que tradicional, y confusamente, se ha reunido en una sola palabra, “resurrección”, ese “volver a levantarse”. Pero el pasaje de Efesios, combinado con otras fuentes, es también revelador de otras peculiaridades. Por ejemplo, en 1 Tes 4, 14 tenemos la versión abreviada del proceso: “pues si confiamos en que Jesús murió y volvió a levantarse...” El texto nos suprime el paso intermedio, el despertar, cosa que las traducciones habituales no observan: frente al tradicional “y resucitó”, sin duda habría que traducir “y se levantó de nuevo”, porque, al no hacerlo, damos a entender que es un proceso propio que llevó a cabo Jesús, algo que, como detallaré a continuación, no estaba en la mente de Pablo.
 

Digo “proceso propio” pensando en lo siguiente: pasar del sueño a la vigilia puede ocurrir de dos maneras, la primera mediante un acto natural de la persona dormida; la segunda mediante la influencia de algo o alguien que provoque en la persona dormida el paso del sueño a la vigilia. Dicho de otra forma: uno es quien “hace el despertar”; un es a quien “le hacen” despertar (“Despierta y levanta” de Efesios).
 

El caso es que en español tenemos recogidas las dos posibilidades mediante un añadido morfológico: “despertar” (a alguien) y “despertarse” (uno mismo). Solemos decir frases del tipo: “ayer me desperté a las siete” (cada día más infrecuente “ayer desperté a las siete”) para indicar que el proceso es el natural y poco sobresaltado; y decimos “ayer me despertó a las siete un ruido” para indicar que no se ha tratado del proceso natural (suele martirizarnos el despertador).
 

Pues bien: la versión más frecuente en las cartas de Pablo es la forma que no reproduce el fenómeno natural sino el inducido, tanto en el caso de los creyentes en general como en el de Jesús: Dios despertó a Jesús (Rom 4, 24; 8, 11; 1Cor 15, 15; Gal 1, 1) o Jesús “fue despertado” por la divinidad (1Cor 15 en varias ocasiones). El caso es que no aparece que Jesús tuviera fuerza propia como para despertarse, es decir, el milagro de su resurrección se debería a Dios, no a Jesús.

Una muestra de esta idea aparece en los Hechos apócrifos de Tomás, cuando se dice “Levántate y despierta de tu sueño... y en cuanto me despertó con su llamada...” (Hch. Tom 110-111).
 

Pero el caso es que, si la idea de que la divinidad despierta a los muertos es correcta en Pablo y en Hechos de Tomás (del siglo II-III), no lo era para Ignacio de Antioquía, que a comienzos del s. II escribió lo siguiente:
 

al contrario, (lo hago) para que reboséis con el nacer, el sufrir y el levantarse que tuvo lugar durante el mandato de Poncio Pilato; realizado verdadera y fidedignamente por Jesús el Cristo, nuestra esperanza” (Ad Magn. XI). La expresión griega “realizado por Jesús el Cristo” (πραχθέντα ... ὑπὸ Ἰησοῦ Χριστοῦ) es una forma de explicar la voz pasiva. Esto quiere decir que refleja al autor de una acción, no a quien experimenta una acción. Para Ignacio de Antioquía el Cristo había realizado el proceso completo en su propia persona, ya no experimentaba el proceso.
 

Dado que Efesios y Hechos apócrifos de Tomás se refieren a un mortal sin más, es lógico que atribuyan a la persona del pasaje el experimentar “ser despertado” del sueño eterno; y como Ignacio de Antioquía se refirió al divino ser Jesús el Cristo sí es lógico que se atribuya al personaje la capacidad de “despertarse”. Pero esto contradice a Pablo.

 

Saludos cordiales.

www.eugeniogomezsegura.es

logos@eugeniogomezsegura.es

 

 

 

Lunes, 6 de Junio 2022

Notas

Agradecimiento y aclaración
Escribe Antonio Piñero
 
Agradezco muchísimo a José Manuel Grau Navarro su reseña de “Los Libros del Nuevo Testamento” (Madrid, Trotta, 20222) en Nueva Revista.net editada, por Funciva ediciones, de Madrid. Solo desearía aclarar un par de párrafos en los que el autor dice que  se “echa de menos una orientación bibliográfica” y en segundo lugar ese otro en el que somete a crítica una frase mía del Prólogo que dice lo siguiente “A pesar de la proliferación de versiones del Nuevo Testamento en el mercado, hasta la fecha no existe una interpretación meramente histórica y efectuada con criterios estrictamente académicos”.
 
Deseo indicar que en ediciones de la Biblia,  y como la justamente alabada “Biblia de Jerusalén”, por Grau Navarro, o en la edición del Nuevo Testamento, con comentario  de Senén Vidal, también justamente alabada por Xabier Pikaza y por mí mismo, no hay sección bibliográfica. En todos estos casos la razón es meramente de espacio y de impresión. Los cinco autores que hemos hecho “Los Libros del Nuevo Testamento” estuvimos de acuerdo en que si ya íbamos a tener graves problema para editar un libro tan voluminoso, si añadíamos notas bibliográficas, aumentaríamos de tal modo la edición que acabaríamos por comprometerla seriamente. No podría publicarse. Por tanto no es por falta de ánimo o por desidia de los autores, sino por razones prácticas. La información bibliográfica se encuentra fácilmente en el mercado en los “Comentarios” a cada uno de los libros del Nuevo Testamento.
 
Y respecto a la segunda crítica respondo que Grau Navarro tiene razón en que puede parecer pretenciosa. Pero estimo que no lo es si explicito el contenido de tal frase: naturalmente existen miles de publicaciones en las que hay explicaciones de cada uno de los versículos de las 27 obras del Nuevo Testamento desde una perspectiva histórica y crítica, pero no creemos que exista en el mercado un comentario conjunto a todo el Nuevo Testamento que sea, todo él, estrictamente aconfesional y laico.
 
Grau cita los siguientes: “En castellano, por citar solo unos pocos, están los trabajos de José María Bover y de José O’Callaghan, de Juan Mateos, de Luis Alonso Schökel, la Biblia de Jerusalén (con prestigio aconfesional reconocido), la traducción literal del griego al castellano de Francisco Lacueva, etc.”.
 
Ahora bien, todos los volúmenes publicados por estos autores tienen un sello marcadamente confesional; sus autores son estrictamente católicos. Todos son teólogos. Además la aportación de Lacueva se restringe a una traducción interlineal.
 
Nuestra obra no es un producto de teólogos, sino de historiadores y filólogos laicos, aunque respetuosos. Y otro lado, tanto en inglés como en alemán no conozco tampoco una publicación semejante en un solo volumen salvo la de Klaus Berger, Kommentar zum Neuen Testament, Comentario al Nuevo Testamento, de 2011… Curiosamente en la propaganda del libro de Klaus Berger, que traduzco del alemán, aparecen entre otras frases como las siguientes “Este volumen es único en su género por su brevedad”. “Sus informaciones muy discutibles están a la vanguardia de la investigación actual”. El autor “ofrece análisis de las cuestiones introductorias más importantes en cada sección, seguido de un comentario del texto”. Pero este autor ¡es totalmente confesional, ya que es un catedrático de teología!
 
Por cierto, esta obra no ha sido recogida en la Wikipedia, por lo menos en la española, salvo error por mi parte.
 
Y nada más. De nuevo agradecer a Grau Navarro su elogiosa crítica del 19 de mayo.
Ahí va el enlace: https://www.nuevarevista.net/antonio-pinero-los-libros-del-nuevo-testamento/
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero, en nombre de todos los colaboradores de la obra.
 
Jueves, 2 de Junio 2022

Notas

12votos

A propósito de la imagen del soporte de Ta´anach, el dibujo de Kuntillet Ajrud y esta representación ugarítica se plantea la pregunta sobre la antigüedad de Asherah.


Hoy escribe Eugenio Gómez Segura.


078. Preguntas.
Diosa Athirat de Ugarit (tomada de aquí)
Lilia de Luna pregunta lo siguiente:
(En su blog) “se habla de la representación de Ashera como una diosa flanqueada por cabras. Existe una representación de una diosa encontrada en Minet el Beida  siglo XIV a.C. aproximadamente (aquí adjunta) la cual está alimentando cabras. Me parece muy curioso que una de las inscripciones de kuntillet Ajrud (800 a.C. aproximadamente) sea de un árbol que está alimentando cabras. ¿Es posible que se hable de la misma diosa, Ashera? Eso dejaría al descubierto que Ashera es más antigua de lo que se cree. ¿Usted que opina?”
Para responder sigo el tratamiento que N. Wyatt hace sobre Aserah en el Dictionary of Deities and Demonds in the Bible, obra dirigida por K. Van der Toom, B. Becking y P. W. Van der Host, segunda edición de 1999.
Wyatt apunta los siguientes textos recogidos de la biblioteca de Ugarit, textos escritos entre 1230 y 1175 a. C., aunque ya estaban compuestos siglos antes pues se trata de la mitología básica de la religión cananea de aquella zona (costa norte de la actual Siria).
Asherah, que ugarítico aparece como Athirat(u), parece ser esposa del dios principal El. Se la conoce como madre de los dioses menores de panteón, los “Setenta hijos de Athirat”. En una tablilla aparece intercediendo ante El en favor de Baal y Anat. En alguna ocasión es denominada Athirat de los tirios y diosa de los sidonios, lo cual la coloca mucho más cerca de Israel, pues Tiro y Sidón son dos ciudades de Canaán sur, como los propios hebreos.
Por otra parte, otro fragmento permite leer apropósito del rey Keret que “beberá la leche de Athirat, que mana del pecho de la Virgen. Se identifica aquí un importante detalle respecto al papel de Athirat como diosa que casi diviniza a los reyes ofreciéndoles el pecho: madre de dioses, amamanta a un casi dios, el rey.
En cuanto a la arqueología, la diosa aparece en Tel Miqne / Ekron, un yacimiento filisteo: varias inscripciones sobre fragmentos cerámicos de jarras la mencionan. En Egipto la diosa se ha identificado con Qudshu (Qadesh), representada en ocasiones sobre un león, con una luna creciente sobre la cabeza y serpientes en las manos.
También la diosa aparece en textos acadios e hititas como Asratu(m), Asiratu, Asirtu. Una inscripción sumeria del siglo XVIII a. C. la describe como “Señora dela voluptuosidad y felicidad” y “Señora de paciente misericordia”. Parece que inlcuso tuvo un templo en Babilonia.
Asherah, por otra parte, fue sin duda la señora del cielo en el Antiguo Testamento y su representación como un árbol estilizado corresponde con la de la Athirat ugarítica. En 2 Re 23, 4 se lee:
El rey ordenó a Jilquías, al segundo de los sacerdotes y a los encargados del umbral que sacaran del santuario de Yahveh todos los objetos que se habían hecho para Baal, para Aserá y para todo el ejército de los cielos” trad. Cantera-Iglesias.
Aherah, por tanto, es una diosa común a todo el panteón cananeo, tanto del norte como del sur, desde, al menos, el siglo XVIII a. C.
 
Saludos cordiales
 
Martes, 31 de Mayo 2022
1 ... « 11 12 13 14 15 16 17 » ... 295


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





Tendencias de las Religiones


RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile