Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Estimado Profesor, Al hilo de San Juan 1:1, me gustaría conocer cuál es su interpretación de la palabra \"Logos\", en función de su etimología. En las más de 200 biblias que he podido consultar se suele traducir casi exclusivamente por \"Verbo\" o \"Palabra\" pero me gustaría saber si cabría también alguna traducción diferente, como por ejemplo: \"relación\", \"proporción\" o \"razón\". RESPUESTA: En razón de la etimología podría caber lo que Usted propone. Pero sería en el ámbito de la filosofía griega y tras un estudio de los léxica/diccionarios, tanto generales como filosóficos, o mejor, tras un estudio de todos los pasajes por medio de programas en lo que están todos los textos de la literatura griega como «Diogenes» y “Mousaios”. Además, si consulta Usted un buen comentario al Evangelio de Juan, como el Raymond E. Brown, verá abundante bibliografía sobre el tema. Otra fuente indispensable es el Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, del que hay versión italiana e inglesa, pero no española. Pero, en el caso concreto del Evangelio de Juan y el Prólogo, hay que rastrear el uso de Logos en la literatura judía del Segundo Templo (desde a destrucción del denominado Templo de Salomón en el 587 hasta la destrucción del templo de Herodes en el 70 d.C. Y ahí Logos es igual a Sabiduría o Palabra (Memrá en arameo y Hoqmáh en hebreo) de Yahvé. Por tanto hay que traducirlo como “Palabra” y no cabe lo que Usted propone. En castellano tiene Usted bibliografía en las obras de Domingo Muñoz León y del Agua Pérez (vea Usted Google). El Logos en el Evangelio de Juan es una derivación midrásica (a modo de comentario) de la Sabiduría divina de Génesis 1,1. Esa Sabiduría/Palabra divina, como mano derecha de Dios era concebida unas veces como algo real, otras como un mero modo de Dios (es decir, el mismo Dios actuando hacia fuera como Sabiduría o Palabra. Algunos rabinos posteriores pensaron que el Logos/Sabiduría era algo así una de las entidades que fueron creadas por Dios antes de la creación. Son en concreto siete: “La Ley/Torá, el arrepentimiento, el paraíso, la gehena o infierno, el Trono de Gloria, el templo celestial y el nombre (o esencia) del mesías” (Fuentes: Talmud de Babilonia Pesahim 54a; Nedrim 39b y Midrás Tehillim 8,72 y 90,2-3) Lo que hace Pablo es pensar, como el autor de 1 Henoc 48 que el “nombre” del mesías es preexistente y que luego se nombre/concepto (ya sea como “mano derecha de Dios o sabiduría de Dios) toma cuerpo en un hombre concreto, Jesús de Nazaret/ o el Nazoreo. Eso explica que en las cartas de Pablo el mesías, el Cristo, aparezca como preexistente (por ejemplo, 1 Corintios 10,4), pero a la vez sea un hombre (Romanos 1,3-5) y a la vez, después de la resurrección sea una entidad divina subordinada al Padre (como en 1 Cor 15,28), doctrina esta, el subordinacionismo que luego será condenada por la Iglesia. En el Evangelio de Jesús se da un proceso mental análogo. Pero hay una pequeña diferencia, al menos la impresión que da todo el Evangelio: el autor del Prólogo piensa que ese Logos preexistente existe junto a Dios Padre como entidad “consistente”, se encarna, toma carne en un hombre concreto Jesús, y ese Jesús queda como divinizado, hijo de Dios ya en su vida durante la tierra. Actúa como la Palabra divina encarnada y es divino aquí abajo, antes de la resurrección. De este modo se va abriendo la vía para los Concilios de Nicea y Calcedonia. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com P. S. Ayer, 1 de enero de 2016 fue un día pleno de “jaleo” y no pude felicitar a mis amigos lectores. Lo hago hoy, con un poquillo de retraso, deseando a todos algo para mí muy deseable y que repito con frecuencia: “Salud y Paciencia”. Si este año que ha comenzado nos concede ambas cosas, opino que casi todas las demás se nos darán por añadidura. Saludos muy cordiales de nuevo a todos.
Sábado, 2 de Enero 2016
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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