CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Escribe Antonio Piñero


Pregunta:


Algo que me ha llamado la atención en lo referente a temas bíblicos es lo relacionado a las "profecías", por ejemplo, las supuestamente realizadas o cumplidas en la vida de Jesús.
¿ como se explica por ejemplo las profecías del A:T sobre un hecho puntual de Jesus?
La profecía entra en el terreno fantástico o de la invención humana?



RESPUESTA:


Su pregunta es demasiado general para contestar en pocas palabras, ya que se han escrito innumerables libros sobre la profecía hebrea y la mántica-profecía pagana y sus posibles continuaciones en el Nuevo Testamento y el cristianismo primitivo en general.


La profecía entra dentro del terreno de lo fantástico para aquel que, tras madura reflexión, haya llegado a la conclusión de que la religión tradicional y en concreto la judeo-cristiana no es aceptable racional e históricamente. Pero si el punto de vista es el de la fe, la cosa cambia radicalmente, y la profecía es entonces la voz de Dios transmitida por los humanos por medios humanos. Escoja Usted su propia posición, u otra si hay intermedia.


En cuanto a cómo se aplican las profecías del Antiguo Testamento a Jesús: ahí toca Usted el punto decisivo para comprender la generación de toda la teología del Nuevo Testamento. Esta comienza por aclarar cuál fue la verdadera figura y misión de Jesús una vez pasada toda su vida y muerte, y –sobre todo—una vez que a través de las apariciones (cada uno que las explique como pueda; pero los primeros cristianos creían que eran auténticas, sin duda) llegaron al convencimiento de que Dios había resuictado a Jesús. Entonces se pusieron a releer toda la biblia hebrea buscando textos que pudieran parecerse a pasos de la vida y pasión de Jesús para confirmar su creencia de que la vindicación de Jesús tras su muerte, se había realizado por medio de su resurrección y exaltación al cielo: Dios Padre, había constituido a Jesús como “Señor y Mesías”.


Entonces hubo que encontrar la confirmación de estas convicciones en la Biblia, la palabra de Dios que tenían en sus manos. Y comenzó una relectura de toda la Biblia para encontrar pasajes que confirmasen la susodicha interpretación de la figura, misión y vindicación divina de la muerte de Jesús mesías en la cruz, es decir –repito e insisto en este punto capital— que Dios lo había hecho Señor y mesías tras su resurrección


Este proceso reinterpretativo no fue puramente fantasioso. Cada uno de los pasos y avances de la teología del Nuevo Testamento, que se plasma en los libros que ahora editamos, debió de basarse de algún modo en algo que dijo o hizo Jesús, sólo que ese algo fue visto o considerado desde una óptica distinta. Tal visión surgió a partir de la creencia en su resurrección, probada según sus discípulos por diversas apariciones. Tal creencia, y sobre todo la idea nuclear que tras su elevación al cielo Dios «lo había constituido Señor y Mesías» (Hechos 2,36), modificó radicalmente la percepción y el recuerdo de lo que fue Jesús en su vida sobre la tierra.

La reinterpretación de su figura no se hizo de modo puramente personal, sino a base del escrutinio de textos de la Escritura –considerada palabra de Dios-- que pudieran entenderse como referidos previamente a Jesús, en especial todos aquellos que parecieran servir de esclarecimiento al fracaso de la muerte en cruz del Mesías. Así –y esto es importante para la formación del Nuevo Testamento que son los textos que dan testimonio de este proceso--, un hecho o dicho de la vida de Jesús adquirió nueva luz precisamente por lo que se deducía del texto escriturístico a través del cual tal hecho se contemplaba. Se trató, pues, de un proceso circular. Por ello, el desarrollo de la ideología cristiana manifestada en los libros del Nuevo Testamento puede definirse como un «fenómeno exegético» o de interpretación de textos sagrados aplicados a la figura de un Jesús recordado por sus seguidores tras su muerte. Lo peculiar, dentro del judaísmo del siglo I, que nos manifiestan los libros del Nuevo Testamento nace de una reinterpretación de la figura del que sus autores consideraban el Mesías a partir de las Escrituras antiguas vistas con ojos nuevos.


Pregunta:


Que libros fueron descanonizados, es decir un grupo los acepto, pero al final no quedaron entre los canónicos. Por ejemplo la Didache El pastor de Hermas


RESPUESTA:


No fueron admitidos como canónicos el libro de la Sabiduría (sí dentro del canon ampliado del Antiguo Testamento, pero no en el del Nuevo Testamento, como curiosamente pretendía el desconocido autor del “Canon de Muratori”, hacia el 200 y en Roma [todo “probablemente]). Tampoco fueron admitidos el Evangelio de Pedro, el Apocalipsis de Pedro, la Epístola de Bernabé, Primera Clemente, Tercera Carta de Pablo a los corintios… no sé si alguno más. Por supuesto tampoco el Evangelio de Tomás gnóstico, del que tenemos fragmentos griegos del siglo II en los Papiros de Oxirrinco.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Domingo, 3 de Enero 2016


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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