CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
La invención del Dios cristiano. Comentario y crítica  (433-04)
Hoy escribe Antonio Piñero


Finalizo hoy el comentario al libro de Paolo Flores d’Arcais

En otros capítulos como “El Hijo y la Virgen” y “Herejías” me siento muy de acuerdo con el autor. El sintagma “Hijo de dios”, totalmente judío y aplicado a reyes y profetas, que ve en este “Hijo” un mero ser humano fue entendido de una manera muy distinta a la normal judía entre los judeocristianos helenísticos, no palestinos, y sobre todo entre los paganos convertidos al cristianismo, a saber, como un hijo de Dios auténtico, físico y real.

También estoy de acuerdo con Paolo Flores que esta teología divinizadora se expresa en el Nuevo Testamento en unas cristologías muy diversas y contradictorias. Pienso que la cristología inicial fue “adopcionista”, es decir Jesús es un mero ser humano, pero es adoptado como hijo de Dios ya en el bautismo (Marcos 1,9), ya en su resurrección (Pablo, Romanos 1,4).

Respecto a las herejías pienso que sostener que “existían tantos cristianismos como comunidades o iglesias locales sería exagerado, pero mucho menos exagerado que hablar de cristianismo en singular y de herejías como desviaciones y aberraciones respecto a una fuente de luz unitaria o respecto al cauce de una religión reconocible” (P.59).

Pienso, sin embargo, como he intentado demostrar en Los cristianismos derrotados, Madrid, Edaf, 2008, que la segunda hipótesis (procedencia unitaria de las doctrinas cristianas) se deduce clarísimamente del pensamiento de Lucas en los Hechos de los Apóstoles y que el “paulinismo” --el único modo de cristianismo que subsistirá con plenitud—fue ya una ortodoxia contundente mucho antes que “cuando el cristianismo se convierta en una religión del estado” (P.59: Me imagino que se refiere al decreto de Teodosio II del 380, cito de memoria).

Por último, estoy muy de acuerdo con la propuesta de Paolo Flores, que da cuerpo a una hipótesis ya abrazada por Hans Küng de que el Cristo humano y monoteísta estricto de Mahoma y el Corán depende del conocimiento por parte del Profeta de textos judeocristianos, que mostraban una interpretación básica del Jesús histórico mucho más acorde con la realidad que la paulina.

Unas palabras respecto a la traducción: ya saben que es uno de mis temas preferidos. Felicito a Trotta que por fin se haya decidido a dignificar plenamente la figura del traductor introduciendo su nombre en la cubierta y portada del libro. Otras editoriales como Sígueme y Verbo Divino, que traducen ampliamente, deben seguir este ejemplo.

La traducción de José Luis Sandoval es, en líneas generales, muy buena en cuanto legibilidad y concordia con la sintaxis castellana. Tendría algunos pequeños “peros” que no desmerecen mi valoración de conjunto, como la repetición de estáticas por extáticas dos o tres veces a lo largo del libro, por ejemplo p. 44, la incorrecta utilización del pasado compuesto por el simple, ej. Jesús no se “ha proclamado” jamás mesías por Jesús no “se proclamó” jamás mesías (= distinción castellana entre espacio cerrado o abierto reflejada en el uso del tiempo del verbo) y algunas otras pequeñas frases poco comprensibles, como por ejemplo p. 80 “los ebionitas son la filiación de la comunidad de Jerusalén”, obviamente por “descendientes o herederos”; p. 80 y p. 87 “Sigue un detallado enfrentamiento con cuanto Epifanio e Ireneo escriben sobre los nazoreos y ebionitas”, donde me parece casi evidente que “enfrentamiento” está por “confrontación”, contraste, analogía, etc.

En síntesis, y volviendo al contenido del trabajo de Paolo Flores d’Arcais: un libro muy breve, legible, bien informado y que nos ofrece un buen material de reflexión gracias al cual contrastamos ciertas inveteradas tradiciones incompatibles con el consenso de los historiadores acerca de lo que verosímilmente pudo ser la verdad histórica.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com



Sábado, 28 de Julio 2012


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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