NotasHoy escribe Antonio Piñero Seguimos retomando ideas sobre una posible y brevísima introducción a la gnosis de modo que podamos entender al menos en sus líneas generales los textos gnósticos, que estamos continuando citando, en especial los Evangelios gnósticos, como el de Tomas, María y Felipe. Al final, podemos volver a considerar algunas perspectivas básicas de estos evangelios gnósticos y entender por qué consideran y tratan, bien y mal, a la mujer. 5. Todo lo descrito hasta ahora (números 1-4 de notas anteriores) ocurre antes del tiempo, es decir, antes de que exista el mundo, y es una situación estable respecto a la Divinidad. Hasta aquí, Dios supertrascendente se ha “expandido” dentro de sí mismo “completando” lo que es Él en sí. La Divinidad nunca estuvo sola; con el Pleroma lo está aún menos (manera humana de hablar) Pero, en un “momento” dado, va a ocurrir un cambio que conducirá en último término a la creación del universo. En un “momento” que no podemos precisar uno de esos entes divinos del Pleroma, al que los gnósticos suelen llamar Sofía o Sabiduría, el último eón del Pleroma, comete una especie de error: pretende llegar antes de su justo momento al pleno conocimiento de la Divinidad (es decir, quiere ser “formada en cuanto al conocimiento” no en su debido momento, sino como con prisas), y además sola, sin su consorte (rompe la ley de ser y actuar con su pareja) y sin la gracia previa/consentimiento del Padre Trascendente Este deseo de Sabiduría sería recto si se hubiera producido de acuerdo con la voluntad del Padre; pero formulado antes de su justo momento, y sin el concurso de su pareja, deja de ser un deseo recto para convertirse en un error, que los gnósticos no dudan en llamar “lapso” o caída, es decir, un “pecado” (= existencia del pecado desde los orígenes y de algún modo permitido por la Divinidad). Al cometer este lapso, Sabiduría queda fuera, en un lugar intermedio, como expulsada automáticamente, del Pleroma divino. Un eón llamado Límite en los valentinianos, le impide volver al Pleroma. En otros sistemas no se explica tan claro. Lo cierto es que queda fuera del Pleroma. Entonces se convierte en “Sabiduría inferior”. Ahora bien, esta lapso aunque imperfecto es divino: afecta a una entidad divina, por lo que no puede quedar sin efecto y tendrá sus consecuencias. De ese lapso acabará por generarse la materia (más el que la maneja, que se llamará Demiurgo, como en el diálogo Timeo de Platón, y copiado de éste) que llevará a la postre a la creación del universo, del hombre y del mal, que es todo lo que la gnosis trata de explicar. Lo veremos en seguida en lo que seguirá. Pero antes tendremos que hacer un inciso necesario que explique todo esto, para muchos tan “rarito”. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com
Martes, 2 de Noviembre 2010
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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