CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

Hoy escribe Antonio Piñero


Este es el último paso tras los análisis precedentes, y presupone en el lector un conocimiento de textos semejantes con los que se pueda comparar el pasaje u obra que en concreto se analiza.

La clasificación de un texto neotestamentario por su tipo, género o subgénero literario no es tampoco tarea vana, ya que los antiguos se atenían con gusto a las normas de los géneros literarios que empleaban, es decir se acomodaban o se regían por las normas del género que empleaban.

Averiguar con seguridad a qué género pertenece un texto del Nuevo Testamento ayuda teóricamente para su recta comprensión, ya que se conocen así los mecanismos literario-retóricos que el autor puede emplear conforme al género que utiliza.

Por ejemplo: si determinamos por el análisis que la Epístola a los gálatas pertenece al género de la “diatriba forense”, se pueden analizar los argumentos que expone Pablo de acuerdo con lo que sabemos de ese tipo de género dentro de la retórica clásica.

La utilización de un preciso género literario se halla determinada en la mayoría de las casos por el "ambiente o contexto vital" ("Sitz im Leben" como término técnico en alemán, que ya conocemos bien), es decir, por los diversos entornos sociológicos de la vida de Jesús o de los primeros grupos de cristianos en el que se generó cada tipo de texto. Éstos “ambientes” fueron normalmente los siguientes:

• La actividad misionera.

• La polémica con otros grupos judíos por motivos de interpretaciones teológicas.

• Las necesidades apologéticas o de defensa de la fe; por ejemplo: la búsqueda de argumentos para justificar el fracaso en la cruz de Jesús.

• Discusiones con otros grupos de cristianos.

• Las necesidades de organiza¬ción dentro del grupo: vida comunitaria; necesidad de dictar normas morales.

• El culto litúrgico o la predicación en la ¬¬comunidad.

• Celebraciones eucarísticas y otros actos cultuales, por ejemplo: el bautismo o liturgias penitenciales, que precisen narraciones que los justifiquen.

• Actos de acomodación al entorno helenís¬tico pagano: catequética e iniciación de neófitos, etc.


Estas situaciones provocaron, entre otros, los siguientes tipos textuales:

• “Doxologías” o alabanzas a Dios por sus hechos.

• Confesiones de fe.

• Narraciones de milagros, aptas para la misión entre los judíos o los paganos.

• “Apotegmas” o breves historias con una moraleja concluyente.

• Dichos proféticos.

• Comparaciones, parábolas y metáforas.

• Dichos sapienciales o proverbiales.

• Diálogos polémicos intra o extracomunitarios. Por ejemplo la llamada “diatriba” o disputa en la que se defiende ante un interlocutor real o ficticio una idea (muchas veces por medio de citas e interpretación de la Escritura).

• Narraciones o leyendas cultuales, es decir, que expliquen el por qué de un culto (por ejemplo, el sentido paulino de la Eucaristía).

• Textos legislativos, en los que se dan normas de comportamiento comunitario.

• Exhortaciones morales o "cuadros" de deberes y vicios a evitar.

• Breves tratados teológicos a base de un encadenamiento de textos de la Escritura debidamente explicados.

La clasificación concreta de un texto determinado dentro de los tipos textuales generados por estos “contextos vitales” ha sido muy estudiada por la investigación del Nuevo Testamento.

Ni que decir tiene que la imaginación y la paciencia del lector interesado ayudarán sobremanera a descubrir y poner en práctica éstos y otros sistemas con la finalidad siempre de desentrañar lo más posible el texto que se estudia. El trato asiduo con textos antiguos de un mismo tipo textual conducirá poco a poco a que se desarrolle en el estudioso una especie de sexto sentido que le hará penetrar con facilidad en las dificultades y misterios del significado que para el recién llegado pueden ser herméticos.


Ya queda poco. Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com


Domingo, 12 de Diciembre 2010


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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