CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero


Hoy escribe Antonio Piñero


En el orden lógico, y si el texto es muy complicado, sobre todo en el ámbito de la narración, el paso siguiente en la aproximación al texto es el "análisis narrativo". Éste estudia un pasaje determinado, o la obra entera, teniendo en cuenta

• el perfil de las acciones y de la secuencia de actos narrados en él,

• de los “actantes” (personajes con una participación activa en la acción) que aparecen en ella y

• de las relaciones que entre ellos se establecen.

De este modo el lector atento puede captar con mayor exactitud los rasgos específicos del texto, en lo que concierne ya a la sucesión de las acciones en él descritas y a las fuerzas puestas en juego por la narración.

Los diversos métodos de análisis narrativo desarrollados por la lingüística actual son terreno bien sabido, sobre todo el llamado análisis estructural. El estructuralismo como método lingüístico es muy conocido y a la vez lo suficientemente complejo como para desbordar las posibilidades de explicación de un blog. Quien esté interesado en ver cuáles son los elementos básicos de este método, le remito a la obra El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos (en colaboración con J. Peláez del Rosal). Córdoba (El Almendro) 1995, ISBN: 84-8005-023-3, capítulo “Análisis estructural”.

El análisis “pragmático”

En algunos textos especialmente difíciles, como diversos pasajes de las cartas paulinas, los metodólogos aconsejan también al estudioso detenerse en lo que se denomina “análisis pragmático”. Éste se ocupa de la posible función dinámica del texto, es decir de las orientaciones o datos que ofrece al lector.

La pregunta clave que orienta el análisis es: ¿con qué fin o intención ha sido compuesto el pasaje que se estudia? En textos religiosos, con fines casi siempre misioneros, es más verdad aún el dicho que la intención del autor es "actuar en el ánimo del lector mediante la escritura". El análisis debe, pues, procurar distinguir entre el contenido del mensaje y el fin que pretende alcanzar.

Para este propósito ayuda formularse las siguientes cuestiones:

• ¿Ofrece el texto algunas indicaciones precisas, directas o indirectas, de su intención?

• ¿Qué problemas presenta, o qué valores propone al lector?

• ¿Indica expresamente qué tipo de lector presupone, o con el que simpatiza?

• ¿Manda el texto, aconseja o declara algo en particular?


Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com


Sábado, 11 de Diciembre 2010


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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