CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero

Algunas preguntas y respuestas:

Pregunta:

Algunos de los presente traían a la discusión textos apócrifos y gnósticos publicados por Usted que aportaban a la conversación sal y pimienta, pero no nos hacía profundizar en lo que nos convocaba por su dudosa credibilidad. Sirva de introducción lo escrito para futuras conversaciones, pero lo que nos interesa en esta ocasión es saber qué opinión le merece a usted el Diccionario Teológico Bíblico Leon Diffour.

Respuesta:

Hay que distinguir entre Apócrifos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. Los primeros son absolutamente necesarios para entender la teología cristiana y deben estudiarse a fondo. Recomiendo el primero volumen de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento” de Alejandro Díez Macho, Editorial Cristiandad, Madrid, para el estudio y el resto de los volúmenes de la colección para la comparación.

De los apócrifos del Nuevo Testamento se puede prescindir bastante, menos de algunos papiros y sobre todo los Evangelios de Pedro y de Tomás gnóstico.

Los textos gnósticos son fantasiosos y son muestra de un platonismo medio judeo- cristiano y son en extremo fantasiosos.

El Diccionario de León Dufour me parece bien. El autor es un buen conocedor de la Biblia. Pero yo prefiero, porque es más amplio de mente el “Diccionario enciclopédico de exégesis y teología bíblica de la Editorial Herder.
Y sería bueno también tener el Diccionario de Teología de la Editorial Trotta, el dirigido por J.J Tamayo.

Pregunta:

cuál fue el pecado de sodoma para ser exterminada? ¿Lo que hoy llamamos sodomía o faltar a la ley de la hospitalidad?

Respuesta:

Pienso que las dos cosas. Pero sobre todo el primero. Para un judío la sexualidad desviada, sobre todo homofílica, es el gran pecado. Pero no solo en sí mismo, porque rompe el orden de la creación, sino porque es la antesala de la idolatría.

Pregunta:

¿Qué motiva a Pablo (en realidad cristianismo helenístico) a "transformar o reinterpretar" a un Jesús muerto en cruz en función de su particular visión divina, considerando el riesgo de muerte que corría?

• ¿Cómo si hay dos comunidades primitivas judeocristianas: una en Jerusalén y otra en Galilea, y en cual estaría Pedro?
• ¿Porqué la presencia de María Magadalena, sin anuncio de origen ni nada, como testigo y canal de comunicación del acto más significativo del cristianismo, por lo menos para Pablo: la Resurrección.

Respuesta:

Había que darse prisa para lograr dos objetivos del plan divino sobre el final de los tiempos: a) Que todo Israel aceptara a Jesús como mesías; b) Que se completara cuanto antes el número de los gentiles predeterminado por la divinidad para integrarse en el verdadero pueblo o familia de Dios. ¡El tiempo que resta es muy escaso! Pronto, muy pronto, habrá de venir Jesús Mesías como juez definitivo de vivos y muertos.
Según su revelación recibida, Pablo está convencido de que Jesús no es solo mesías judío, sino el salvador universal destinado sobre todo para los gentiles.

Una mentalidad judía como la de Pablo no podía imaginarse que entre la resurrección del Mesías y su parusía definitiva hubiese habido un tiempo intermedio largo…, pero sí lo suficiente como para convertir a los gentiles que Dios hubiese estimado necesarios para que llegara el final para un Israel restaurado, completo. Y en ese momento se instauraría la soberanía absoluta de Dios. El plan de predicar masivamente a los gentiles no tenía socialmente precedentes en el judaísmo –el proselitismo era escaso y selecto--, pero era en sus motivaciones profundamente judío.

Pablo se sintió responsable de ejecutar la parte del plan divino prometido a Abrahán y en la Shemá aún no cumplido. Según la cronología de los judíos de la época, esa labor representaba para el Apóstol el peso sobre sus hombros de unos 1700 o 1800 años. Y como un titán se aprestó a emprender su urgente e ingente tarea, incluida su marcha hasta los que pensaba que eran los confines del orbe. Pablo había comenzado una nueva vida con la “llamada” y ahora se producía una aceleración en su tempo interior. ¡No hay que perder ni un segundo! Es posible que a Pablo le ocurriera algo parecido a lo que debió de sucederle a Jesús de Nazaret cuando –en lo que podemos sospechar que fue como una iniciación a su ministerio público cubierta con el manto legendario del relato de las tentaciones— sintió que su tiempo tranquilo se había acabado. Jesús se lanzó entonces a una loca carrera para proclamar sin descanso la inminente venida del Reino.

2. Pedro pertenece la iglesia de Jerusalén

3. Hay muchas teorías al respecto. pero lo importante que la primera aparición es dudosísima: A Pedro = (1 Cor Pablo); a los de Emaús: Lucas; A M. Magdalena (Ev Juan y finall espurio de Marcos). Por tanto, no sabemos. Además, Taambién dice lla tradición que se apareció a Santiago, su hermano, el primero (Ev de los hebreos)


Pregunta:

al leer el evangelio de Marcos hace unas semanas llamándome la atención una cosa sobre todas las demás: la batería de sanaciones y milagros curativos con las que arranca este primer evangelio de los canónicos. Si todos estos hechos médicos se asientan en algún tipo de base real ¿no sería Jesús de Nazaret, por encimas de otras muchas cosas, un fantástico sanador por medio de la imposición de manos u otras técnicas ancestrales propias de los curanderos que hoy en día aún existen, y de ese modo, es decir, con ese talentazo galeno como don natural, atraería consigo seguidores diversos en busca de curación, aprovechando paralelamente esta circunstancia para adjuntar proclamas proféticas y observaciones bíblicas diversas? ¿Sería descabellado pensar que las masas de gentes campestres de Galilea viendo como este Jesús curaba dolencias a diestro y siniestro, luego estuvieran rendidas a sus pies para atender y escuchar todos aquellos discursos religiosos que tuviera a bien comunicarles? ¿No sería en suma, esa gran virtud médica, la definitiva razón para aglutinar adeptos y seguidores y no el hecho de que anunciara o dejase de anunciar venidas de reinos y otras disquisiciones religiosas mediantes?

Podría, pues, establecerse la hipótesis de que el profeta Jesús el de Nazaret fuera en primerísimo lugar un curandero de talento absolutamente excepcional, como alguno que yo he visto en mi vida (dos en concreto mediante la imposición de manos), y que tal don (y los dones existen, como el de alguno que es capaz de memorizar 100 dígitos en diez segundos entre otras azañas impropias del 99,9% de los seres humanos), en un ambiente religioso claramente propiciatorio, se relacionara con atributos divinos por parte de seguidores y populacho diverso. Todo ello aderezado con un carisma dialéctico notable, podría darnos como resultado parte de lo que con el paso de los años se convertiría en un personaje divino por medio de sus diferentes seguidores.

Respuesta:

Estoy muy de acuerdo con esta perspectiva. Y, además, con el hecho de que Jesús predicaba a gentes que tenían una mentalidad como la suya en cuanto a otros temas, por ejemplo, la venida inmedita del Reino de Dios

Pregunta:

¿Hay algún indicio histórico que se hubieran considerado ilegítimos la concepción y nacimiento de Jesús?

Respuesta:

Sí los hay. Orígenes, Padre de la Iglesia, recoge en su obra Contra Celso (248 d.C.) una acusación de este personaje en un libelo contra los cristianos compuesto en el 178 d.C., con el título El discurso verdadero. Decía Celso que existía en su tiempo una tradición muy consolidada y que era la siguiente: José, el carpintero, había echado de casa a María, su esposa, había cometido adulterio con un soldado romano apodado Pantera. Era, pues una acusación contra Jesús corriente entre paganos, y también entre los judíos del siglo II d.C.

Hay en los Evangelios dos pasajes que podrían apuntar un leve indicio en el sentido del nacimiento ilegítimo. En el primero, Mc 6,3, preguntan los vecinos de Nazaret:

“¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joseto, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él”

Y en Jn 8,40-41: replica Jesús a los judíos:

“Tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre (el Diablo).» Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios”.

El primer texto supone que se nombra a Jesús “hijo de María”, por ser ilegítimo. Por ello se omite la mención del padre. El segundo, recoge la misma acusación al mencionar lo de “nacido de la prostitución”.

Mi opinión: los indicios no son probatorios en sí. Pero es posible que circulara ese rumor de ilegitimidad, y que los añadidos de los evangelios de Mateo y Lucas, lo dos primeros capítulos, compuestos después de terminados ambos escritos, fueran una réplica cristiana a tal acusación.

O también es posible que la acusación judía, recogida por Celso a finales del siglo II, sea una parodia burlesca de la afirmación cristiana del nacimiento virginal de Jesús.

No es fácil decidir.

Saludos cordiales

Martes, 9 de Septiembre 2014


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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