CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero


Hoy escribe Antonio Piñero

I 1 Cor 6,1-11

1 Cuando alguno de vosotros tiene un pleito con otro, ¿se atreve a llevar la causa ante los injustos, y no ante los santos? 2 ¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no sois acaso dignos de juzgar esas naderías? 3 ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? Y ¡cómo no las cosas de esta vida! 4 Y cuando tenéis pleitos de este género ¡tomáis como jueces a los que la Iglesia tiene en nada! 5 Para vuestra vergüenza lo digo. ¿No hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar entre los hermanos? 6 Sino que vais a pleitear hermano contra hermano, ¡y eso, ante infieles!

7 De todos modos, ya es un fallo en vosotros que haya pleitos entre vosotros. ¿Por qué no preferís soportar la injusticia? ¿Por qué no dejaros más bien despojar? 8 ¡Al contrario! ¡Sois vosotros los que obráis la injusticia y despojáis a los demás! ¡Y esto, a hermanos! 9 ¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios. 11 Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.


Como dijimos, el capítulo 6 trata de cosas, en este caso desórdenes sociales, que Pablo ha oído sobre los corintios. La desconfianza judía de Pablo respecto a los cánones de conducta del mundo pagano se refleja en su insistencia en que los pleitos se resuelvan ante cristianos que actúen como jueces en vez de acudir a tribunales paganos (6,1-8), y en la lista de los vicios en los que sucumbían anteriormente los cristianos de Corinto (6,9-11). Esto indica ya que la comunidad corintia no estaba compuesta sólo de pobres. Ni mucho menos. Ello me lleva a hacer una larga cita de Rodney Stark en su obra “La Expansión del cristianismo” (versión española. Editorial Trotta 2009), que comenté hace poco en estas páginas:

"Durante casi todo el siglo XX historiadores y sociólogos sostuvieron que el cristianismo, en su etapa de formación, fue un movimiento de desposeídos, un refugio para los esclavos de Roma y las masas empobrecidas.

"Friedrich Engels fue uno de los primeros en proponerlo, al afirmar que “el cristianismo fue originalmente un movimiento de gente oprimida: apareció como la religión de los esclavos y libertos, de gente pobre despojada de sus derechos, de personas subyugadas o dispersas por Roma” (Marx y Engels 1967, 316). Esta perspectiva parece que tuvo gran ascendencia en primer lugar entre los eruditos alemanes. Así, los estudiosos del Nuevo Testamento afirman que esta perspectiva está atestiguada ya en Adolf Deissmann (1908), mientras que los sociólogos apelan a Ernst Troeltsch ([1911] 1931), quien afirmaba que, de hecho, todos los movimientos religiosos son producto de los “estratos bajos” de la población.

"Los marxistas también dirigen su vista hacia Alemania durante el mismo período a causa de la elaborada ampliación de las perspectivas de Engels efectuada por K. Kautsky (1908), convertidas en un ortodoxo análisis del cristianismo como movimiento proletario, el cual –afirmaba Kautsky- llegó a ser incluso durante un breve lapso de tiempo un movimiento legítimamente comunista. Más aún, muchos estudiosos atribuyeron confiadamente esta concepción de los orígenes del cristianismo a Pablo, basados en su Primera carta a los corintios, en la cual recalcaba que la mayoría de los sabios, poderosos o nobles no eran llamados a la fe. Durante la década de 1930 esta perspectiva de los orígenes cristianos era mayoritariamente aceptada.

"El renombrado historiador de Yale Erwin R. Goodenough escribió lo siguiente, en un libro de texto que tuvo amplia repercusión: “Una indicación aún más obvia de lo indeseable que era el cristianismo ante los ojos de Roma era el hecho de que sus conversos procedían en una abrumadora mayoría de los estratos más bajos de la sociedad. Tanto entonces como ahora, las clases gobernantes se mostraron muy desconfiadas ante un movimiento que promovía una organización secreta, estricta y bien estructurada de los siervos y esclavos de la sociedad” (1931, 37).

"En décadas recientes, sin embargo, los historiadores que se ocupan de la época del Nuevo Testamento han comenzado a rechazar esta concepción de la base social del movimiento cristiano primitivo. E. A. Judge fue tal vez el primer estudioso importante de la generación actual en mostrar su vigoroso rechazo a esta idea. Comenzó por estimar como irrelevante la falta de nobles entre los cristianos:

"Si la afirmación común de que los grupos cristianos estaban constituidos por los estratos más bajos de la sociedad implica que no reclutaron sus fieles entre los estratos más elevados del sistema social romano, la observación es correcta pero irrelevante. En el Mediterráneo occidental era evidente que los miembros de la aristocracia romana no se adherían a una asociación de culto local… [Además], los nobles eran una fracción infinitamente pequeña del total de la población (1960, ).

"Después de un cuidadoso análisis del rango y de las ocupaciones de las personas mencionadas en las fuentes, Judge concluyó:

'Lejos de ser un grupo socialmente deprimido, ... los cristianos estaban dominados por una fracción con pretensiones sociales de entre la población de las grandes ciudades. Además atrajeron al parecer a un amplio espectro de gentes, que probablemente representaba a los miembros dependientes –siervos o esclavos- de las familias de los dirigentes de la sociedad…

'Ahora bien, los miembros dependientes de las principales casas de la ciudad estaban lejos de ser la fracción más degradada de la sociedad. Aunque carecían de libertad, tenían seguridad y una moderada prosperidad. El campesinado y los siervos de la gleba, las personas sujetas a la tierra, constituían las clases más degradadas de la sociedad. El cristianismo estuvo largo tiempo sin acercarse a esos estratos (The Social Pattern of Christian Groups in the First Century, Tyndale, Londres, 1960, p. 60).

"Judge notó además con gran perspicacia que el “texto probatorio” de 1 Cor 1, 26-28 había sido mal interpretado: Pablo no dice que entre sus seguidores no había ningún sabio, poderoso noble; simplemente dice que “no había muchos”, lo que significa que había algunos. De hecho, basándose en una inscripción encontrada en Corinto en 1929 y en referencias de Romanos 16, 23 y 2 Timoteo 4, 20, muchos estudiosos están de acuerdo hoy día en que entre los miembros de la iglesia en Corinto se contaba Erasto, el “tesorero de la ciudad” (Furnish 1988, 20). Los historiadores aceptan también que Pomponia Graecina, una mujer de la clase senatorial de quien Tácito afirma que fue acusada de practicar “supersticiones extranjeras” en el año 57 (Anales XIII, 32) era cristiana (Marta Sordi 1986). Tampoco era Pomponia un caso aislado, según esta investigadora:

"Sabemos por fuentes fidedignas que había cristianos entre la aristocracia [en Roma] en la segunda mitad del siglo I (Acilio Glabrio y los Flavios cristianos), y parece bastante probable que pueda decirse lo mismo para la primera mitad del mismo siglo, antes de la arribada de Pablo a Roma (1986, The Christians and the Roman Empire, Universidad. of Oklahoma Press, Norman, p. 28).

"Desde que Judge puso en jaque por vez primera la idea de una iglesia primitiva proletaria, se ha desarrollado un consenso entre los historiadores del Nuevo Testamento que afirma que el cristianismo se basó en las clases medias y altas (Scroggs 1980). Así, Jean Daniélou y Henri I. Marrou (1964) sostuvieron el papel prominente de los “benefactores ricos” en los asuntos de la iglesia primitiva.

"Robert M. Grant (1977) negó también que el cristianismo primitivo fuera “un movimiento proletario de masas”, argumentando que era “un conjunto relativamente pequeño de grupos más o menos densos, en su mayoría compuesto por miembros de la clase media”. Abraham J. Malherbe (1977) analizó el lenguaje y el estilo de los primeros escritores de la Iglesia, y concluyó que se dirigían a unos lectores cultos y educados.

"En su detallado estudio de la iglesia de Corinto en el siglo I, Gerd Theissen (1982) identificó a cristianos ricos, incluidos algunos miembros de “las clases altas”. Robin Lane Fox (1987) escribió acerca de la presencia de “mujeres de alto estatus”. Efectivamente, muy poco después de que apareciera el libro de Judge, el historiador marxista Heinz Kreissig (1967) rechazó la tesis proletaria. Kreissig señalaba que los primeros cristianos procedían de “círculos urbanos de artesanos bien situados, mercaderes y miembros de profesiones liberales”.

Hasta aquí Rodney Stark (pp. 37-40 del libro citado) que es quien verdaderamente ha escrito la nota de hoy.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

……………

En el otro blog de Religióndigital, “El blog de Antonio Piñero” el tema es:

“¿Qué significa el descubrimiento de las 'tendencias' de los evangelistas? (I-III)”.

De nuevo saludos



Lunes, 9 de Noviembre 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





Tendencias de las Religiones


RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile