CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

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Hoy escribe Fernando Bermejo

Como muchos de nuestros lectores ya sabrán, “Biblias de Sefarad” es el título de la excelente exposición que se puede ver hasta el próximo domingo 13 de mayo en la Biblioteca Nacional. Pensando en quienes no estaban al tanto de este evento introduzco este último toque de atención.

Esta es una excelente ocasión para conocer una serie de objetos –algunos, de gran belleza- muchos de los cuales no suelen ser expuestos. La exposición contiene tanto ejemplares del Tanak propiamente dichos como rollos (la Megillah de Ester, para la fiesta de Purim), objetos litúrgicos como lámparas de sinagoga, y otros escritos creados por los miembros de la tradición judía sefardí –como un ejemplar del Moreh nevukhim o “Guía de perplejos” de Maimónides (obra originalmente escrita en árabe en 1190, y de la que se expone una copia de la traducción al hebreo efectuada primeramente por el provenzal Samuel ibn Tibbon en 1204)– o por cristianos en el contexto de las polémicas antijudías (como el célebre Pugio fidei –Daga de la fe- de Ramon Martí).

El esmero puesto en la precisión de la copia y en la cuidada transmisión del texto hebreo hizo que copistas y estudiosos de la Biblia de distintas partes del mundo vinieran a la Península ibérica en busca de aquellas copias que se tenían por más correctas y fiables. Muchos de esos códices, algunos de los cuales se muestran en la exposición, son además de una factura exquisita, objetos suntuarios y lujosos.

Pero los judíos de Sefarad no sólo leían la Biblia en hebreo. Como era costumbre desde la antigüedad, acompañaban su lectura en la sinagoga de la traducción aramea o Targum. Entre las comunidades judías de Al-Andalus, término que designa el territorio peninsular bajo gobierno islámico, circulaban también traducciones de la Biblia al árabe. En las comunidades establecidas en los reinos cristianos peninsulares, empezaron a aparecer además versiones vernáculas conocidas como romanceamientos.

Una de las joyas de la exposición es precisamente una Biblia romanceada, en traducción (con glosas) de Moisés Arragel de Guadalajara, realizada entre los años 1422 y 1430/31 y magníficamente ilustrada. Fue encargada por Luis de Guzmán, maestre de la Orden de Calatrava, y actualmente pertenece a la Casa de Alba. De ahí el nombre por el que es más conocida: “Biblia de Alba”.

La exposición contiene también escritos destinados al aprendizaje de la lengua hebrea, como algunas de las gramáticas de hebreo bíblico más difundidas y estudiadas durante de la Edad Media (el Sefer mikhlol, de David Kimhi).

Quien no pueda acercarse a la Biblioteca Nacional, puede disfrutar de esta exposición de forma virtual, en el enlace creado con buen sentido a tal fin:

http://www.bne.es/es/Micrositios/Exposiciones/Biblias/

Saludos cordiales de Fernando Bermejo

Miércoles, 9 de Mayo 2012


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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