Bitácora
El cholo, el gringo y el feo
José Rodríguez Elizondo
La Segunda, 6.4.11
Los top five de las elecciones peruanas protagonizaron, el domingo pasado, una nueva versión de la táctica del murciélago. Colgados del travesaño y reventando las pelotas que les caían, cuidaron su base de votos y mostraron una profunda aversión al riesgo. Ni siquiera Luis Castañeda, ex alcalde de Lima, asumió la necesidad de mojar la camiseta, pese a que, según las encuestas, era su última oportunidad.
Desde esa fomedad, hubo señales estéticas subliminales y despistantes. Ollanta Humala, de correcto terno oscuro y corbata azul, lucía como un correcto supervisor de tienda miraflorina. Nada que ver con el temible etnonacionalista de polera bolivariana, que organizaba marchas belicosas hacia el Hito 1 de la frontera con Chile. Pedro Pablo Kuczynsky (PPK), con corbata a franjas rojas y blancas, parecía tener la bandera peruana anudada al cuello. Que no se dijera que su pasaporte gringo le había quitado pizcas de patriotismo. Keiko Fujimori, con cruz de oro sobre fondo negro, destacaba por su serenidad asiática. Ninguna mueca que recordara el estilo taimado de su encarcelado progenitor. Tampoco temía parecer extranjera. Ex Primera Dama de un mandatario con pasaporte japonés, ya había decodificado las sutilezas del nacionalismo peruano.
Aunque todos consultaron sus apuntes, Humala propinó una penosa sesión de lectura en cámara. Incluso leyó las “respuestas” a las preguntas que le hicieron de cuerpo presente. Quiso ignorar, así, los notorios esqueletos que guarda en su armario, entre los cuales su relación con Hugo Chávez, su fobia antichilena, su rechazo a la economía de mercado y su eventual responsabilidad en “la matanza de Andahuaylas” (de 2005, por la que sigue preso su hermano Antauro). Al parecer, sus asesores brasileños no creyeron que podía ser tan políticamente correcto como Lula.
Encuestológicamente hablando, la segunda vuelta será la definición entre Humala y uno de los tres candidatos que lo siguen. En ese cuadro, el susto es grande para quienes lo perciben como un lobo disfrazado de cordero, que juega a pasar gato por liebre y para quienes valoran el auge de la economía peruana en democracia. Su pesadilla tiene la forma de una segunda vuelta entre Humala y Keiko. Es decir, “entre el cáncer y el sida”, como graficara Mario Vargas Llosa.
Para esos peruanos de la democracia con mercado y paz, lo mejor sería una renuncia heroica que posicione, en primera vuelta, a quien pueda derrotar tácticamente a Keiko y estratégicamente a Humala. Según nomenclatura sajona, esto supondría desahuciar a quien luce como un descendente “pato cojo” (Toledo) y acumular apuestas en el supuesto “caballo oscuro” (PPK). Pero, para complicar la cosa, en el entorno humalista se teme mucho más al “cholo” que al “gringo”.
Esa acumulación del susto con la urgencia, hace que afloren los reproches reprimidos contra Alan García. En su egocentrismo, el Presidente habría dejado sin candidato a su histórico partido aprista y socavado el liderazgo, antes claro, de Toledo. Ensimismado en su postulación propia para 2016, sería el gran culpable de la antiopción en curso.
Sin embargo, más que a García, la acusación debiera apuntar a la crisis de representatividad del sistema político pues, desde el primer “fujimorazo”, Perú es el paraíso de los outsiders. De hecho, los cinco candidatos del domingo pasado lo son, pues surgieron fuera de las estructuras partidistas o bajo la sombra de papá.
Desde esa fomedad, hubo señales estéticas subliminales y despistantes. Ollanta Humala, de correcto terno oscuro y corbata azul, lucía como un correcto supervisor de tienda miraflorina. Nada que ver con el temible etnonacionalista de polera bolivariana, que organizaba marchas belicosas hacia el Hito 1 de la frontera con Chile. Pedro Pablo Kuczynsky (PPK), con corbata a franjas rojas y blancas, parecía tener la bandera peruana anudada al cuello. Que no se dijera que su pasaporte gringo le había quitado pizcas de patriotismo. Keiko Fujimori, con cruz de oro sobre fondo negro, destacaba por su serenidad asiática. Ninguna mueca que recordara el estilo taimado de su encarcelado progenitor. Tampoco temía parecer extranjera. Ex Primera Dama de un mandatario con pasaporte japonés, ya había decodificado las sutilezas del nacionalismo peruano.
Aunque todos consultaron sus apuntes, Humala propinó una penosa sesión de lectura en cámara. Incluso leyó las “respuestas” a las preguntas que le hicieron de cuerpo presente. Quiso ignorar, así, los notorios esqueletos que guarda en su armario, entre los cuales su relación con Hugo Chávez, su fobia antichilena, su rechazo a la economía de mercado y su eventual responsabilidad en “la matanza de Andahuaylas” (de 2005, por la que sigue preso su hermano Antauro). Al parecer, sus asesores brasileños no creyeron que podía ser tan políticamente correcto como Lula.
Encuestológicamente hablando, la segunda vuelta será la definición entre Humala y uno de los tres candidatos que lo siguen. En ese cuadro, el susto es grande para quienes lo perciben como un lobo disfrazado de cordero, que juega a pasar gato por liebre y para quienes valoran el auge de la economía peruana en democracia. Su pesadilla tiene la forma de una segunda vuelta entre Humala y Keiko. Es decir, “entre el cáncer y el sida”, como graficara Mario Vargas Llosa.
Para esos peruanos de la democracia con mercado y paz, lo mejor sería una renuncia heroica que posicione, en primera vuelta, a quien pueda derrotar tácticamente a Keiko y estratégicamente a Humala. Según nomenclatura sajona, esto supondría desahuciar a quien luce como un descendente “pato cojo” (Toledo) y acumular apuestas en el supuesto “caballo oscuro” (PPK). Pero, para complicar la cosa, en el entorno humalista se teme mucho más al “cholo” que al “gringo”.
Esa acumulación del susto con la urgencia, hace que afloren los reproches reprimidos contra Alan García. En su egocentrismo, el Presidente habría dejado sin candidato a su histórico partido aprista y socavado el liderazgo, antes claro, de Toledo. Ensimismado en su postulación propia para 2016, sería el gran culpable de la antiopción en curso.
Sin embargo, más que a García, la acusación debiera apuntar a la crisis de representatividad del sistema político pues, desde el primer “fujimorazo”, Perú es el paraíso de los outsiders. De hecho, los cinco candidatos del domingo pasado lo son, pues surgieron fuera de las estructuras partidistas o bajo la sombra de papá.
Editado por
José Rodríguez Elizondo
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.
Libros de José Rodríguez Elizondo
Últimos apuntes
Archivo
Enlaces
Tendencias21
-
Descubren en un lago de Noruega un naufragio ocurrido hace más de 700 años
23/11/2024 09:50 -
Descubren en un lago de Noruega un naufragio ocurrido hace más de 700 años
23/11/2024 09:50 -
Nuestro antiguo ancestro Lucy convivió con hasta cuatro especies protohumanas diferentes
22/11/2024 17:54 -
Nuestro antiguo ancestro Lucy convivió con hasta cuatro especies protohumanas diferentes
22/11/2024 17:54 -
Un aprendizaje rápido y social integró a los niños a las sociedades durante el 99% de nuestra historia
21/11/2024 17:58
Blog latinoamericano de Tendencias21
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850