Mundo clásico

 

La historiografía antigua ha suscitado pasión en muchos de los autores modernos y contemporáneos. Sería sorprendente comprobar cuántos sugerentes pasajes de la historiografía latina han pasado y quedado latentes en las mentes de los creadores literarios, aflorando después en bellos episodios narrativos. No sólo los antiguos historiadores, sino incluso los modernos son objeto de la ficción. Cortázar, García Márquez, Lezama Lima, Alejo Carpentier o Julio Ramón Ribeyro son sólo interesantes cabezas de este inmenso iceberg.
Publicado por Francisco García Jurado


LOS HISTORIADORES DE ROMA COMO PERSONAJES DE FICCIÓN
Vamos a repasar como ejemplo algunos sugerentes textos de Julio Cortázar y Julio Ramón Ribeyro. Julio Cortázar (1914-1984) da buena cuenta de su conocimiento de los historiadores romanos al referirse explícitamente en uno de sus cuentos nada menos que a Tácito, Suetonio, la Historia Augusta y Amiano Marcelino:

"Por fin, en el presente año, estudio paralelamente una antología de moderna poesía angloamericana de Louis Untermeyer, la historia del Renacimiento en Italia de John Aldington Symonds y -absurda complacencia- la serie de los Césares romanos desde el héroe epónimo hasta el último capítulo de Amiano Marcelino. Para esta tarea me traje -con la gentil aprobación de la bibliotecaria de la Escuela- Tácito, Suetonio, los escritores de la Historia Augusta y Marcelino. En el momento de escribir este relato he llegado a conocer en detalle la vida de los emperadores hasta Probo; pegada a la pared de mi habitación hay una gran hoja de cartulina y ahí registro uno por uno los nombres de aquellos romanos y las fechas de sus reinados (...)"

Todavía resulta más curioso otro fenómeno derivado, como es ver que son, precisamente, los historiadores modernos de Roma, en concreto Theodor Mommsen y Jérôme Carcopino, los que hacen su aparición en la ficción literaria. De esta forma, y aunque los datos son imprecisos, nos da la impresión de que Julio Cortázar está aludiendo a la figura del historiador alemán Theodor Mommsen en el cuento titulado "Sabio con agujero en la memoria", compuesto precisamente mediante retazos de célebres frases latinas, a la manera de un mensaje telegráfico, y donde hace participar también en la acción nada menos que al mismísimo emperador Caracalla:

"Sabio eminente, historia romana en veintitrés tomos, candidato seguro al Premio Nobel, gran entusiasmo en su país. Súbita consternación: rata de biblioteca a full-time lanza grosero panfleto denunciando omisión Caracalla. Relativamente poco importante, de todas maneras omisión. Admiradores estupefactos consultan Pax Romana qué artista pierde el mundo Varo devuélveme mis legiones hombre de todas las mujeres y mujer de todos los hombres (cuídate de las Idus de marzo) el dinero no tiene olor con este signo vencerás. Ausencia incontrovertible de Caracalla, consternación, teléfono desconectado, sabio no puede atender al Rey Gustavo de Suecia pero ese rey ni piensa en llamarlo, más bien otro que disca y disca vanamente el número maldiciendo en una lengua muerta."

A pesar de la vaguedad intencionada, sí podemos encontrar dos referencias dentro del pequeño relato que pueden hacernos pensar en Mommsen: el historiador alemán fue, en efecto, Premio Nobel en 1902 y su Historia de Roma tan sólo abarcó el periodo de la República, hasta el punto de que Gilbert Highet dedica unas páginas encaminadas a valorar por qué no quiso terminar su obra más conocida . Por el contrario, Carcopino sí aparece explícitamente citado e involucrado como especialista de la Historia Antigua en un cuento del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro (1929) titulado "Terra Incognita". El cuento, escrito precisamente en París en 1975, tiene como protagonista a un erudito en Historia Griega, el doctor Álvaro Peñafiel, amigo y colega en la ficción del profesor Carcopino:

"El doctor Álvaro Peñaflor interrumpió la lectura del libro de Platón que tenía entre las manos y quedó contemplando por los ventanales de su biblioteca las luces de la ciudad de Lima que se extendían desde La Punta hasta el Morro Solar. Era un añochecer invernal inhabitualmente despejado. Podía distinguir avisos luminosos parpadeando en altos edificios y detrás la línea oscura del mar y el perfil de la isla de San Lorenzo.
Cuando quiso reanudar su lectura notó que estaba distraído, que desde esa galaxia extendida a sus pies una voz lo llamaba. Habituado a los análisis finos escrutó nuevamente por la ventana y se escrutó a sí mismo y terminó por descubrir que la voz no estaba fuera sino dentro de él. Y esa voz le decía: sal, conoce tu ciudad, vive. (...)
Pero la soledad tenía muchos rostros. Él había conocido únicamente la soledad literaria, aquella de la que hablaban poetas y filósofos, sobre la cual había dictado cursillos en la universidad y escrito incluso un lindo artículo que mereció la congratulación de su colega, el doctor Carcopino. Pero la soledad real era otra cosa. (...)
Cuando estuvo frente al volante quedó absolutamente absorto. Él tenía un conocimiento libresco pero perfecto de las viejas ciudades helenas, de todos los laberintos de la mitología, de las fortalezas donde perecieron tantos héroes y fueron heridos tantos dioses, pero de su ciudad natal no sabía casi nada, aparte de los caminos que siempre había seguido para ir a la universidad, a la biblioteca nacional, a la casa del doctor Carcopino, donde su madre. Por eso, al poner el carro en marcha, se dio cuenta que sus manos temblaban, que este viaje era realmente una explicación de lo desconocido, la terra incognita (...)"

Vemos, pues, cómo en un sillón de cuero de la biblioteca de Álvaro Peñaflor, Carcopino contaba a éste sus últimas lecturas de historia romana. Carcopino, cuya obra acerca de la vida cotidiana en Roma ha servido de tanta inspiración para los cultivadores de la novela histórica, y tan amigo de estudiar las relaciones entre la historia y la literatura, se ve involucrado ahora, aunque sin participar directamente en el trasunto del cuento, en esta particular ficción tan irónica con respecto a la erudición libresca.

Francisco García Jurado
Universidad Complutense
Domingo, 20 de Septiembre 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Domingo, 20 de Septiembre 2009 a las 13:27
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Artículos

Nuestro imaginario popular sobre los profesores de latín sigue estando apegado, curiosamente, a la figura negra y enjuta del dómine Cabra de Quevedo. Cuesta a los no iniciados pensar en posibles relaciones entre el latín y la modernidad, pero aquí vengo hoy dispuesto a mostraros dos ejemplos realmente curiosos que ligan el recuerdo de la enseñanza de la lengua latina a la estética surrealista y a la literatura de creación verbal.
Publicado por Francisco García Jurado


LATÍN Y SURREALISMOS
No es aventurado afirmar que el aprendizaje del latín ha dejado innumerables huellas en los recuerdos y la creación literaria de nuestros más reputados escritores. Antonio Muñoz Molina, sin ir más lejos, nos lo evoca de la siguiente manera:

“Con el paso del tiempo, de lo que uno se arrepiente sobre todo es de las cosas que no hizo cuando tuvo ocasión. Yo me arrepiento ahora de no haber aprendido latín, de no poder sumergirme como en un continente de maravillas y prodigios en los hexámetros de la Eneida, en los epigramas amorosos de Catulo, en la prosa de Tácito.”

Esta impronta del las letras latinas en los escritores modernos irá cambiando (mejor dicho, disminuyendo), a medida que los planes educativos vayan dejando cada vez más mermado el contenido destinado a estas materias. Es intereante que leamos dos curiosos testimonios, uno de comienzos del siglo XX y otro de finales, donde el recuerdo del latín se conjuga con las modernas estéticas de cada momento.

En primer lugar, tenemos a Rafael Alberti también pasó, como James Joyce o Ramón Pérez de Ayala, por un colegio de jesuitas, como podemos leer en esta inesperada evocación de la gramática :

“NOMINATIVO: la nieve
GENITIVO: de la nieve
DATIVO: a o para la nieve
ACUSATIVO: a la nieve
VOCATIVO ¡oh la nieve!
ABLATIVO con la nieve
de la nieve
en la nieve
por la nieve
sin la nieve
sobre la nieve
tras la nieve

La luna tras la nieve
Y estos pronombres personales extraviados por el río
Y esta conjugación tristísima perdida entre los árboles

BUSTER KEATON”

Observamos cómo la estética moderna, en este caso el surrealismo y el cine mudo, se combina sorprendentemente con la latinidad, y se pone fin al poema con el nombre de un gran actor de cine mudo, a quien se atribuyen los recuerdos del propio Alberti. No de manera diferente, el novelista madrileño Juan García Hortelano supo utilizar sus conocimientos de latín, recibidos de los escolapios, para adentrarse en nuevos caminos literarios llenos de imaginación e ironía. Admirador de Virgilio, sin su aprendizaje del latín ahora no podríamos disfrutar de los complicados e irónicos nombres latinos que muestran muchos de sus personajes, tanto los de sus cuentos como los de los niños que aparecen en su novela Gramática Parda (1982), tales como “Fabulae Centum, Virtus Deserta, Bonus Eventus, Venus Carolina Paula, Boni Mali, Miseria Honorata, Corcordia et Salus, Omnia Quibus, Laetitia Rubicunda, Armis et Litteris, Vtrumque Tempus, Dotes Corporis, Dotes Animi, Sine Vivere, Orbem Terrarum, Spe tantum Relicta, Arma Virumque, Ignorantia Destra, Parthenope Horrida...”, nombres extraordinarios que dejan boquiabierto al desprevenido lector, haciendo del nominalismo un arte irónicamente culto , como podemos ver en este pasaje donde se pasa lista a los niños:

“-Orbem Terrarum...
-Servidor y presente -respondió Orbem Terrarum.
-Spe Tantum Relicta...
-Servidora y presente -respondió Spe Tantum Relicta.
-Bonus Eventus...
-Servidor y presente -respondió Bonus Eventus.
-Arma Virumque...
-Cano -respondió Arma Virumque (...)”

Estamos, por tanto, ante dos notables recuerdos literarios del paso por las clases de latín. Me pregunto cuántos recuerdos de este tipo nos deparará nuestra literatura en el futuro.

Francisco García Jurado

Sábado, 12 de Septiembre 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Sábado, 12 de Septiembre 2009 a las 19:03

Este verano canicular he estado leyendo a Antonio de Torquemada -siguiendo una relectura de Mª Rosa Lida de Malquiel- y aquí os presento dos textos divertidos. Dicen así...


HERODOTO, libro II, 111

A la muerte de Sesostris-me dijeron los sacerdotes, heredó el reino su hijo Ferón, que no llevó a cabo ninguna expedición militar, sufriendo, en cambio, la desgracia de quedarse ciego por elsiguiente motivo: bajaba el Nilo, a la sazón, en una de sus mayores crecidas, hasta el extremo de que alcanzó dieciocho codos de altura e inundó los labrantíos; y, al soplar el viento, el río levantó oleaje. Y cuentan que, entonces, el susodicho rey, presa de insensata temeridad, tomó una lanza y la arrojó en medio de los remolinos del río; y poco después enfermó de los ojos quedándose ciego. Durante diez años estuvo, pues, ciego; pero, el año undécimo, le llegó de la ciudad de Buto un oráculo según el cual se había cumplido el tiempo de su castigo y recobraría la vista, si se lavaba los ojos con orina de una mujer que sólo hubiera mantenido relaciones con su marido y no conociera a otros hombres. El probó primero con su propia mujer y después, al no recobrar la vista, fue probando sucesivamente con muchas; y cuando al fin recuperó la vista, reunió a las mujeres con las que había hecho la prueba (salvo a aquella con cuya orina se había lavado recobrando la vista) en una ciudad que en la actualidad se llama Tierra Roja; y, una vez congregadas allí, prendió fuego a esa ciudad con todas ellas dentro...

ANTONIO DE TORQUEMADA lo relata de esta manera:i (Coloquios satíricos, p. 485-486 de la edición de Lina Rodríguez Cacho, Madrid: Fundación de Castro):

Y fue que uno llamado Ferón, hijo de un rey de Egipto que llamaron Sosis, tubo una rezia y muy grande enfermedad de la cual vino a quedar del todo ciego, que fue para el la mayor persecución y trabajo que le podía venir en el mundo, tanto que no la tenía en menos que la muerte. Y haziendo por su parte todas las diligencias posibles para saber si podría tornar a cobrar la vista que tenía perdida, y no hallando en los médicos consejos que le aprovechase, acordó de consultar con grandes sacrificios los oráculos de sus dioses, los quales le dieron por respuesta que después que ubiese sacrificado con gran devoción a un dios que estonces era reverenciado y servido en la ciudad de Eliópoli, porque dezian ellos que hazía grandes milagros en aquel tiempo, que pusiesse los ojos en una muger tan casta que no ubiese tenido pendencia sino con solo su marido, y que luego sería sano del mal que en ellos tenía. Ferón cumplió luego lo que los dioses le dixeron sin faltar nada, y teniendo confianza en su propia muger, trayéndola delante de sí para cobrar por ella la salud que le faltaba, quedó como de antes sin ver ninguna cosa. Y luego hizo traer todas las principales mugeres del reyno de Egipto, las quales no le aprovecharon más de lo que su muger avía hecho. Y viéndose por esto affligido y fatigado, perdiendo del todo la esperanza de cobrar la vista, començó a provar de poner los ojos en todas las mugeres comunes sin que le aprovechase, hasta que le traxeron una muger de un hortolano, y poniéndolos en ella, tornó luego a ver de la manera que de antes, como si no ubiera tenido mal alguno. Y haziendo quemar por esto a su muger con otras muchas de las más principales, se casó con esta. Aunque no faltaron maliciosos que dixeron que en aquel mismo día que la avían traýdo se avía casado con el hortolano, y que si esperaban a otro día, por ventura Ferón no viera ni tuviera la salud tan deseada, porque no turra en ella la castidad tanto tiempo.



Como buen leonés, Torquemada (a quien no debemos confundir claro está con el famoso Inquisidor)
intercala su texto de algunos leonesismos, lo cual no impide que le podamos seguir en su lectura.

Sabrosas son especialmente las tres últimas líneas que añade Torquemada a su relato.

Seguiremos otro día. Saludos
Martes, 8 de Septiembre 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Martes, 8 de Septiembre 2009 a las 17:54

Ya conoce mi amigo y maestro Antonio Guzmán lo que me gusta hablar de las "historias no académicas" de la literatura antigua en las letras modernas. Hoy quiero referirme a un "clásico" del género, precisamente a un autor guatemalteco que pasó buena parte de su vida en México, Augusto Monterroso, en su faceta de recreador de viejas fábulas latinas. Publicado por Francisco García Jurado


¿QUIÉN LEE HOY FÁBULAS? AUGUSTO MONTERROSO Y EL LATINO FEDRO
Nos resulta difícil pensar que haya alguien, incluidos los niños, que no supieran darnos su versión de una fábula como la de la cigarra y la hormiga. Con razón dice Gérard Génette que la "fábula es casi íntegramente un género hipertextual y paródico", hipertextual porque de manera indeleble subyace el texto clásico, ya sea de Esopo, Fedro, o La Fontaine (por no recordar nuestros fabulistas hispanos Iriarte, Samaniego y Hartzenbusch), y paródico porque siempre tenemos la posibilidad de reconvertir el asunto de la fábula a nuestro gusto, actualizándola o convirtiéndola en arma de doble filo. Estamos también de acuerdo con Genette cuando afirma que el éxito de la fábula viene dado por su brevedad y su notoriedad, condiciones necesarias para que sea un género tan popular. Esa brevedad o concisión, precisamente, tan acorde con el gusto por la breuitas en la literatura latina, convertida en una obsesión en los tiempos del Imperio, va a ser una de las metas de ciertos maestros del relato breve de nuestro siglo, entre quienes debemos destacar el autor en el que vamos a centrarnos en este capítulo, el guatemalteco exiliado en México Augusto Monterroso (1921), recreador irónico de fábulas, un eslabón más, el más moderno quizá, de la larga cadena que constituye este género, y autor de cuentos tan breves como el titulado "El dinosaurio", que es como sigue:

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí."
(Obras completas (y otros cuentos), incluido en el volumen Cuentos, fábulas y lo demás es silencio, México, Alfaguara, 1996, p.69)

Precisamente, a la brevedad dedica nuestro autor las breves líneas siguientes, no exentas de sabor clásico:

"Con frecuencia escucho elogiar la brevedad y, provisionalmente, yo mismo me siento feliz cuando oigo repetir que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Sin embargo, en la sátira I,1, Horacio se pregunta, o hace como que le pregunta a Mecenas, por qué nadie está contento con su condición, y el mercader envidia al soldado y el soldado al mercader. Recuerdan, ¿verdad?
Lo cierto es que el escritor de brevedades nada anhela más en el mundo que escribir interminablemente largos textos, largos textos en que la imaginación no tenga que trabajar, en que hechos, cosas, animales y hombres se crucen, se busquen o se huyan, vivan, convivan, se amen o derramen libremente su sangre sin sujección al punto y coma, al punto.
A ese punto que en este instante me ha sido impuesto por algo más fuerte que yo, que respeto y que odio." ("La brevedad", en Movimiento perpetuo, recogido en Cuentos, fábulas..., p.144)

A esta misma brevedad alude Gayo Julio Fedro (ca. 15 a.C.-ca. 55 p.C.) en los senarios que abren su libro segundo de fábulas. Monterroso es un cultivador consumado del relato breve y, quizá por ello, también un fabulista. Una suerte de alter ego literario de Augusto Monterroso es Eduardo Torres, quien en un ficticio ensayo titulado "De animales y hombres" se dedica a hacer una crítica literaria de la obra fabulística de su propio creador, Monterroso, concretamente de su libro titulado La oveja negra y demás fábulas. El Monterroso fabulista ha sabido captar perfectamente el tono y lenguaje de un Esopo o de un Fedro, adaptándolos a los tiempos y circunstancias modernos, no desprovisto de ironía con respeto al propio género, como es el reconocimiento a diversos especialistas de ciencias naturales al comienzo de la obra. Veamos un ejemplo significativo a partir de la fábula de Fedro titulada "La vaca, la cabra, la oveja y el león" (Phaed.1,5), que reproducimos primero en su versión original latina para facilitar la comparación:

VACCA, CAPELLA, OVIS ET LEO

Numquam est fidelis cum potente societas:
Testatur haec fabella propositum meum.
Vacca et capella et patiens ouis iniuriae
Socii fuere cum leone in saltibus.
Hi cum cepissent ceruum uasti corporis,
Sic est locutus partibus factis leo:
«Ego primam tollo, nominor quoniam leo;
Secundam, quia sum fortis, tribuetis mihi;
Tum, quia plus ualeo, me sequetur tertia;
Malo adficietur, siquis quartam tetigerit».
Sic totam praedam sola inprobitas abstulit.

Añadamos, además, esta traducción anónima recogida por Menéndez Pelayo:

LA VACA, LA CABRA, LA OVEJA Y EL LEÓN.

Nunca con el potente
Fue fiel la compañía.
La fábula mía
Confirma mi propuesta claramente.
La Vaca y la Cabrilla, y la paciente
Oveja, compañeros del León fueron
En los bosques, y un Ciervo muy crecido
Entre todos cogieron,
El cual en cuatro partes dividido,
El león engreído
Habló de esta manera:
Me llaman León, me tomo la primera.
De aquesta misma suerte
Me daréis la segunda, pues soy fuerte;
También, porque más puedo,
Seguirá la tercera mi denuedo;
Nadie la cuarta toque;
Muy mal lo pasará quien lo provoque.
Con esto la maldad y la insolencia
Toda la presa entrega a su violencia.

La recreación y variación que hace Monterroso sobre la fábula de Fedro precisa en buena medida del texto subyacente que acabamos de leer para su perfecta comprensión. No en vano, como el mismo Monterroso reconoce, la conoce de memoria, como fruto de una más que especial relación con el latín a la que luego aludiremos. La nueva fábula, por lo demás, bien podría haber sido escrita por un Fedro actual, dado su respecto a las normas del género y su contenido crítico con el poder:

"La Vaca, la Cabra y la paciente Oveja se asociaron un día con el León para gozar alguna vez de una vida tranquila, pues las depredaciones del monstruo (como lo llamaban a sus espaldas) las mantenían en una atmósfera de angustia y zozobra de la que difícilmente podían escapar como no fuera por las buenas.
Con la conocida habilidad cinegética de los cuatro, cierta tarde cazaron un ágil Ciervo (cuya carne por supuesto repugnaba a la Vaca, a la Cabra y a la Oveja, acostumbradas como estaban a alimentarse con las hierbas que cogían) y de acuerdo con el convenio dividieron el vasto cuerpo en partes iguales.
Aquí, profiriendo al unísono toda clase de quejas y aduciendo su indefensión y extrema debilidad, las tres se pusieron a vociferar acaloradamente, confabuladas de antemano para quedarse también con la parte del León, pues, como enseñaba la Hormiga, querían guardar algo para los días duros del invierno.
Pero esta vez el León ni siquiera se tomó el trabajo de enumerar las sabidas razones por las cuales el Ciervo le pertenecía a él solo, sino que se las comió allí mismo de una sentada, en medio de los largos gritos de ellas en que se escuchaban expresiones como Contrato Social, Constitución, Derechos Humanos y otras igualmente fuertes y decisivas." (La oveja negra, p. 208)

Nótese la fina ironía, sobre todo en la intencionada translación al presente, con términos como Derechos Humanos, o Constitución, que nos vuelve a mostrar un texto de inquietudes sociales y políticas. El texto latino de Fedro, aunque presupuesto en la fábula ("enumerar las sabidas razones"), aflora esporádicamente en los adjetivos "paciente" -patiens- ("la paciente Oveja"), o "vasto" -uastus- ("el vasto cuerpo"). El respeto a las convenciones del género es escrupuloso, haciendo hincapié siempre en el carácter universal de los protagonistas, frente a la posibilidad del personaje individual propio de un cuento, lo que refuerza, además, con alusiones a otras fábulas, como la de la hormiga. La historia no acaba aquí, pues, como si de una ironía del destino se tratara, el libro de Monterroso donde se contiene esta fábula ha sido traducido al latín por Tarsicio Herrera Zapién, con el título de Ouis nigra atque caeterae fabulae. El mismo Monterroso nos comenta ante este hecho: "¿Cómo podía imaginar allá lejos que algún día mis propias fábulas estarían traducidas al idioma que me abrió las puertas a las maliciosas expresiones de Aristófanes por uno de estos sabios peripatéticos, concretamente por Tarsicio Herrera Zapién, traductor de Horacio y de Tibulo? Sólo se cumple lo que no se ha soñado".

Francisco García Jurado
Universidad Complutense
Sábado, 5 de Septiembre 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Sábado, 5 de Septiembre 2009 a las 23:29
130votos

Notas

Hola amigos: volvemos hoy con algunas nuevas frases latinas famosas, de las que de vez en cuando oímos o vemos citadas, sin saber a veces de dónde proceden, quién las acuñó por primera vez o con ocasión de qué suceso o acontecimiento.

JACTA ALEA EST: "la suerte está echada". Fueron las palabras que Julio César pronunció cuando se decidió cruzar el río Rubicón. Pasó a significar posteriormente algo así como "esto es ya irreversibre", la decisión que se ha tomado no admite vuelta atrás",

IS FECIT CUI PRODEST: "el autor del delito es aquel que saca provecho del mismo". Es una famosa frase de Séneca, alusiva a que en caso de duda el que sale beneficiario de una acción perversa es quien ha podido cometerla, aunque disfrace o esconda su autoría.

MEMENTO MORI: "Recuerda que has de morir". Jaculatoria con que los monjes trapenses suelen evocar la conciencia de la muerte y su inexorable llegada.

NEGO MAIOREM: "Niego la mayor". Frase que procede del lenguaje de la Escolástica. El silogismo lógico consta de dos partes, una mayor y otra menor, y de ambas se deduce una consecuencia. Por tanto, al negar o no aceptrar la mayor, todo el silogismo y su consecuencia se viene abajo.

NON BIS IN IDEM: "No dos veces por la misma razón". Lema aceptado por la jurisprudencia, según la cual no es posible juzgar a una misma persona dos veces por un mismo delito ofalta.

OMNIA MEA MECUM PORTO: "Conmigo llevo todo lo que poseo". Lema que se atribuye a diversos personajes ilustres de la antigüedad: sabios, filósofos, poetas... etc. Entre ellos a Biante, Simónides.
También era frase grata a los filósofos cínicos, que desprendidos de toda riqueza innecesaria, se jactaban de ir cubiertos solo con su zurrón y su bastón, confiados sólo en la posesión de su virtud.

OMNIA PRAECLARA RARA: "Todo lo precioso es valioso". Frase de Cicerón, que se hace eco en esta ocasión de su equivalente griega CHALEPA TA KALA, y que mi maestro Lasso de la Vega solía traducir por un gracioso "el que quiera azul, que le cueste". Lo vulgar abunda, lo exquisito escasea.

O TEMPORA, O MORES: "Oh, tiempos; oh costumbres". Famosa frase del orador Cicerón, escandalizado ante las nuevas modas de los nuevos tiempos.

PLAUDITE CIVES: "Aplaudid, ciudadanos". Frase con que los actores romanos invitaban al público a que festejaran y aplaudieran la representación que acababa de terminar.

PUNICA FIDES: "Lealtad cartaginesa". Frase irónica con la que los antiguos romanos criticaban la falta de lealtad propia de sus enemigos cartagineses.

PURUS GRAMMATICUS (MATHEMATICUS), PURUS ASINUS: "Quien sólo sabe gramática (matemática) es un auténtico asno". Dicho escolástico que critica la excesiva especialización de una rama del conocimiento. Quien sólo sabe de una cosa, aunque sea mucho, es un ignorante.

QUANTUM MUTATUS AB ILLO: "¡Qué cambiado respecto al de antes". Se aplica a una persona que hasta hace poco sostenía unas ideas o creencias, y que al poco tiempo (casi siempre por conveniencia) las abandona y se adhiere a otras muy distintas. Puede aplicarse con propiedad en ocasiones a algunos personajes políticos...





Lunes, 31 de Agosto 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Lunes, 31 de Agosto 2009 a las 16:40
131votos

Artículos

Dueños de un riquísimo repertorio de personajes mitológicos, cuando los antiguo griegos alzaron sus ojos sobre el horizonte, durante las despejadas noches de sus días, debieron observar que ciertas agrupaciones de estrellas se asemejaban por su forma o por su disposición a algunos de sus más familiares seres mitológicos.

Tal grupo -pensarían- se parece a un león, aquel otro a un cangrejo, a un cisne, a un caballo, a un centauro o a una nave.
Pero para su imaginación no podía tratarse de un LEON, UN CANGREJO,UNA LIRA o una NAVE... cualquiera. Disponían de un León de Nemea y de un Cangrejo a quienes Hércules se había enfrentado en los pantanos de Lerna; tenían una estupenda leyenda sobre un caballo PEGASO; se acordaban de que el dios HERMES había sido el inventor de la lira... de modo que decidieron metaforizar, esto es, trasladar por analogía icónica al espacio sideral unos conceptos que les resultaban absolutamente familiares.
Y si unos astros tienen aspecto de LIRA, la llamaremos la Lira de Orfeo, y si aquellas estrellas tienen forma de caballo, la llamaremos PEGASO, y si en el cielo hay un león ¿qué menos que sea el LEON DE NEMEA, y si vemos una nave ¿cómo no va a ser la NAVE ARGO de Jasón y sus Argonautas? Uno de los casos más llamativos fue el de la constelación PERSEO. Los griegos "vieron" que Perseo sostenía en su malo la cabeza de mirada petrificadora de Medusa, y ahora la moderna astronomía nos confirma que la estrella BETA PERSEI emite "guiños" debidos a intermitentes eclipses que se repiten cada 2 días, 20 horas y 40 minutos.

Así fue como los griegos dieron nombres a HERCULES, que aplasta la cabeza de la serpiente y lleva su maza en la mano); a ESCORPIO (consus pinzas y su aguijón); a TAURO (con sus cuernos y sus ollares); a ANDROMEDA, que aparece atada y con los brazos en cruz; los peines y el puente de la LIRA; el arco y las flechas de SAGITARIO, la popa, el remo y el mástil de la nave ARGO, etc. etc.

Denominaron a este proceso CATASTERISMOS, o transformación en ASTER (estrella) de un ser divino, un personaje heroico, de un simple mortal o de algún objeto inanimado.

¿Por qué imaginaron que esas criaturas habían pasado a estar en el firmamento? NUevamente su imaginación resulta prodigiosa:

a) algunos abandonan la tierra y pasan al espacio como CASTIGO o cumplimiento de una obligación: por ejemplo, CASIOPEA fue castigada porque osó rivalizar con la belleza de las Nereidas. Hubo de abandonar la tierra y marcharse al firmamento.

b) otras veces se debe a una recompensa o premio: la OSA MAYOR pasó a vivir eternamente en el cielo por haber sido la Osa a quien el gran Zeus sedujo; los hermanos gemelos GEMINIS han merecido estar en el firmamento como recompensa a su fraternidad; a TAURO le premió Zeus con ser transformado en estrella por haber llevado sobre sus grupas a su amada Europa;

c) otras veces se nos dice que algunos personajes se alzaron al cielo por propia iniciativa. VIRGO (la Justicia) se marchó al cielo por despecho a los mortales, al ver que los hombres no la respetaban en la tierra;

Y así, en este proceso, fueron proyectando sobre el propio Universo la idiosincrasia de su mitología y sus tradiciones, haciendo que la fama de sus criaturas míticas se impostara en una realidad física tan imperecedera como las estrellas.


Fue ERATOSTENES en su libro Mitología del Firmamento quien nos narra estas bellas transformaciones o catasterismo.






Domingo, 16 de Agosto 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Domingo, 16 de Agosto 2009 a las 09:26

PUBLICADO POR FRANCISCO GARCÍA JURADO. El placer que suscita la contemplación de una persona dormida ha sido tratado por nuestros autores de la Antigüedad y por otros autores modernos. Cuando este placer constituye una fuente de excitación, se denomina "Hipnofilia". Parece que Sexto Propercio y Marcel Proust practicaron, sin saberlo, esta costumbre tan singular.


BELLAS DURMIENTES, O EL VIEJO TEMA DE LA "HIPNOFILIA"
No se trata del inocente cuento que todos conocemos. La literatura, y también hoy día el cine, nos ofrecen buenos ejemplos de contemplación de bellas durmientes. Vamos a ver un ejemplo notable en la comparación del poeta Propercio y el novelista Marcel Proust. Propercio es un poeta latino muy cercano a nuestra sensibilidad moderna. Su amor y sus celos por Cincia, a pesar de los siglos que han pasado, están tan vivo como el primer día. Observemos con qué deleite contempla Propercio a su amada cuando duerme. Como no podía ser de otra manera, el poeta romano asocia esta contemplación a la figura mítica de Ariadna cuando queda tendida sobre la arena de la playa:

Tal como quedó tendida, al alejarse la nave de Teseo
languideciente, la Gnosia, en las desiertas playas,
y tal como en su primer sueño la cefia Andrómeda
se tendió libre ya de las duras rocas,
y no menos cansada la bacante tras sus continuas danzas
se abandonó desfallecida en el herboso Apídano,
así me pareció Cintia respirar suave reposo
apoyando su cabeza en vacilantes manos
cuando yo arrastraba mis pasos ebrios por el abundante Baco
y los criados agitaban las teas en la tarda noche.
Aún no perdidos todos mis sentidos, intento acercármele
apoyándome suavemente en su oprimido lecho;
y aunque arrebatado por doble ardor me impulsaban
de aquí Amor, de allí Líber, dioses crueles ambos,
a acariciar su cuerpo colocando suavemente mi brazo bajo ella,
y a dar besos y luchas con dispuesta mano,
sin embargo no osaba turbar el reposo de mi amada
temiendo los enojos de su probada crueldad;
(Prop. 1,3, 1-18 trad. de Hugo Bauzá en Alianza Editorial)

La representación de Ariadna dormida en Naxos, abandonada por Teseo, así como la de Ménades y ninfas vencidas por el sueño, es un tema propio del arte helenístico. Catulo hace una de las más importantes aproximaciones en su carmen 64. El hecho de que sea Dionisio quien encuentra a Ariadna dormida y que se enamore de ella ofrece perfecto un paradigma mitológico al amante cuando presencia el sueño de su amada. En este caso, debemos considerar que estamos ante una literatura de fuerte contenido iconográfico, presidida por las representaciones escultóricas de Ariadna dormida.
Lunes, 27 de Julio 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Lunes, 27 de Julio 2009 a las 16:39
34votos

comentarios

eSTIMADO iGNASI: gracias por tu incorporación al blog.
en efecto, la Dirección del Edipo es magistral. Muy respetuosa con el texto pero a la vez muy imaginativa y moderna. a mí tb. me encantó.
A mi juicio el camino correcto es compaginar las aportaciones de una dirección novedosa yde categoría, con el texto de Sófocles. Cosa que en este caso se ha logrado plenamente.
Buen verano
Viernes, 24 de Julio 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Viernes, 24 de Julio 2009 a las 10:40
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Artículos

Otra entrega (la segunda por ahora) de frases célebres de la Antigüedad.


FESTINA LENTE: "Date prisa con calma". La suerte de esta frase fue enorme. Equivale a nuestro popular "vísteme despacio que tengo prisa" o algo así. Según el historiador latino Suetonio, el emperador Augusto solía emplearla.

FINIS CORONAT OPUS: "El fin corona esta obra". Aunque no conozco muy bien su origen, es un lema que suele aparecer al final de los libros impresos. Los copistas de manuscritos, cuando daban por finalizada la copia de un texto solían poner como colofón algo parecido. "ASI COMO EL NAUFRAGO ANSIA VER LA COSTA DESPUES DE LA TORMENTA... ASI HE ANSIADO YO LLEGAR AL FIN DE ESTE MANUSCRITO".

FLUCTUAT, NEC MERGITUR: ""Está a punto de zozobrar, pero no se va a pique". Se dice de situaciones difíciles de las que conseguimos salir bien. Es el lema de la ciudad de París, en cuyo escudo aparece un barco en dicho trance.

FORTITER IN RE, SUAVITER IN MODO: "Actuar de hecho con energía, aunque con modos suaves". Lema de la Compañía de Jesús. Se remonta al Cardenal Acquaviva. Recomendable tb. para políticos.

GAUDEAMUS IGITUR, IUVENES DUM SUMUS: "Disfrutemos mientras somos jóvenes". Es una frase de la poesía goliardesca, luego tomada en préstamo por los estudiantes universitarios. De hecho es el himno "oficial" de la universidad.

HABEAS CORPUS: "Tengas derecho sobre tu cuerpo, tu integridad física". La persona arrestada tiene derecho a su integridad física. Aparece en la Magna Charta inglesa, luego sancionada con la Ley Habeas Corpus por el rey Carlos II.

HISPANI, QUIBUS 'VIVERE' EST 'BIBERE': "Españoles, para quienes es lo mismo 'vivir' que 'beber'.
Se refiere al juego de palabras que resulta al pronunciar igual la v que la b. Hay otras variantes parecidas.

HOMO HOMINI LUPUS: "El hombre es un lobo para el hombre". No habla muy bien de la supuesta bondad natural del género humano. Su primera cita la encontramos enelcomediógrafo PLAUTO....
Martes, 21 de Julio 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Martes, 21 de Julio 2009 a las 19:24

Las usamos, las oímos, las vemos de vez en cuando en algún periódico... comienzo hoy una lista alfabética de algunas expresiones famosas.


¿Quién las pronunció por primera vez? ¿A quién se les ocurrió? ¿En qué ocasión surgieron? ?Quienes se aprovecharon de ellas para incorporarlas a sus escudos de armas, o al emblema de sus familias?

ACCESIT: "se aproximó". Procede del lenguaje escolástico, y se decía del candidato que había obtenido un número importante de votos. Hoy en día se utiliza con el valor de "premio de consolación".

AD CALENDAS GRAECAS; Fue el emperador Augusto para referirse a una fecha inexistente (porque en el calendario griego no había calendas). Significa, pues: "posponer algo sin fecha fija".

A.M.D.G. (AD MAIOREM DEI GLORIAM): "A mayor gloria de Dios". Fórmula usual de los jesuitas, y se remonta al Concilio de Trento.

AD USUM DELPHINI: "Para uso del Delfín". Célebre colección de libros seleccionados por Bossuet para que el gran Delfín, hijo de Luis XIV, estudiara en ellos. Hoy se emplea para referirse a cualquier texto que ha sido corregido o expurgado en una edición crítica.

A FURORE RUSTICORUM LIBERA NOS DOMINE: "Señor, líbranos de la furia de los vulgares". Es una frase aristocrática (con ecos de las letanías litúrgicas). Fue el lema familiar de los Boselli.

ALTER EGO: "Otro como yo mismo". Se dice de alguien que debe o puede ser nuestro sustituto, con los mismos derechos y obligaciones.

AMICUS PLATO, SED MAGIS AMICA VERITAS: "Soy amigo de Platón, pero más amigo de la verdad".
Es decir, aunque seamos amigos, no por ello debo faltar a la verdad.

Domingo, 19 de Julio 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Domingo, 19 de Julio 2009 a las 09:24
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