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Blog de Tendencias21 sobre las implicaciones sociales del avance científico, tecnológico y biomédico.
Una red eléctrica basada en algoritmos de nueva creación que permita una gestión eficiente de las necesidades energéticas es una idea francamente interesante y sugerente. Greenpeace, nuevamente, ha puesto encima de la mesa un documento lleno de buenas ideas. El problema que parece haber viene de la mano de la materialización de esta idea ¿es viable en tiempos de crisis? ¿existe la tecnología adecuada y accesible a todas las regiones?.
Greenpeace ha hecho público un informe titulado La batalla de las redes en el que nuevamente nos dicen que Europa puede cambiar su sistema de gestión del consumo de la energía eléctrica. Lo novedoso esta vez está en que esta ONG apuesta por el desarrollo y la aplicación de las redes inteligentes para la gestión de esta energía.
Las redes inteligentes, tal y como se afirma en este informe, sirven para compensar la demanda dentro de una región. Una red eléctrica inteligente conecta las fuentes descentralizadas de energía renovable y cogeneración y distribuye la energía de forma muy eficiente. Las redes inteligentes son una forma de conseguir cantidades enormes de energía renovable sin añadir emisiones de gases de efecto invernadero al sistema y permiten desmantelar las fuentes antiguas de energía centralizada. El uso de tecnología avanzada de control y gestión permite que en general la red eléctrica sea más eficiente.
Las redes inteligentes necesitan software, hardware y redes de información capaces de producir datos con rapidez y dar respuesta a la información que suministran. Según Greenpeace ya existen lo que ellos denominan como, integrantes importantes de las TIC (que no sé si son individuos, grupos sociales, instituciones, empresas, etc.), que compiten ya por mejorar las redes energéticas del mundo y es posible que cientos de compañías acaben por trabajar en las redes inteligentes.
Entre sus principales conclusiones, el informe muestra la necesidad de eliminar el 90% de las actuales centrales térmicas de carbón y nucleares para 2030, con el objetivo de tener un suministro eléctrico estable y eficiente con un 68% de fuentes renovables para esa fecha.
La batalla de las redes expone por primera vez cómo sería una red inteligente para Europa en 2050. Basándose en exhaustivos modelos desarrollados por la consultora en ingeniería Energynautics, Greenpeace refleja cómo la gestión inteligente de la red, la tecnología de control y una red de líneas de transmisión eficientes pueden equilibrar de forma fiable la demanda con el suministro procedente de energías renovables variables a través del continente, incluso cuando haya poco viento o sol.
La idea es enormemente sugerente pero al tiempo que leemos el texto nos vienen a la cabeza una gran cantidad de dudas y de preguntas sobre las que no tenemos respuesta. ¿Cuánto costaría eso? ¿En esta situación de crisis es viable ponerse manos a la obra con ello? ¿El software ya está realmente disponible?, etc. Propuestas como las de Greenpeace son imprescindibles y necesarias. El problema de ellas es que, en ocasiones, parecen existir problemas de materialización. Espero que no sea el caso.
Las redes inteligentes, tal y como se afirma en este informe, sirven para compensar la demanda dentro de una región. Una red eléctrica inteligente conecta las fuentes descentralizadas de energía renovable y cogeneración y distribuye la energía de forma muy eficiente. Las redes inteligentes son una forma de conseguir cantidades enormes de energía renovable sin añadir emisiones de gases de efecto invernadero al sistema y permiten desmantelar las fuentes antiguas de energía centralizada. El uso de tecnología avanzada de control y gestión permite que en general la red eléctrica sea más eficiente.
Las redes inteligentes necesitan software, hardware y redes de información capaces de producir datos con rapidez y dar respuesta a la información que suministran. Según Greenpeace ya existen lo que ellos denominan como, integrantes importantes de las TIC (que no sé si son individuos, grupos sociales, instituciones, empresas, etc.), que compiten ya por mejorar las redes energéticas del mundo y es posible que cientos de compañías acaben por trabajar en las redes inteligentes.
Entre sus principales conclusiones, el informe muestra la necesidad de eliminar el 90% de las actuales centrales térmicas de carbón y nucleares para 2030, con el objetivo de tener un suministro eléctrico estable y eficiente con un 68% de fuentes renovables para esa fecha.
La batalla de las redes expone por primera vez cómo sería una red inteligente para Europa en 2050. Basándose en exhaustivos modelos desarrollados por la consultora en ingeniería Energynautics, Greenpeace refleja cómo la gestión inteligente de la red, la tecnología de control y una red de líneas de transmisión eficientes pueden equilibrar de forma fiable la demanda con el suministro procedente de energías renovables variables a través del continente, incluso cuando haya poco viento o sol.
La idea es enormemente sugerente pero al tiempo que leemos el texto nos vienen a la cabeza una gran cantidad de dudas y de preguntas sobre las que no tenemos respuesta. ¿Cuánto costaría eso? ¿En esta situación de crisis es viable ponerse manos a la obra con ello? ¿El software ya está realmente disponible?, etc. Propuestas como las de Greenpeace son imprescindibles y necesarias. El problema de ellas es que, en ocasiones, parecen existir problemas de materialización. Espero que no sea el caso.
Lunes, 28 de Febrero 2011
Perfil
Juan R. Coca
JUAN R. COCA Profesor Contratado Doctor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (España). Actualmente es director de la Unidad de Investigación Social y Enfermedades Raras de la Universidad de Valladolid.
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