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Blog de Tendencias21 sobre las implicaciones sociales del avance científico, tecnológico y biomédico.
En el campus de Soria de la Universidad de Valladolid se presenta un estudio pionero sobre la comprensión social de las familias y los enfermos afectados por enfermedades raras.
El jueves 28 de febrero se presenta en el Campus Universitario de Soria el primer libro colectivo de la Unidad de Investigación Social en Salud y Enfermedades Raras de la Universidad de Valladolid. En este trabajo se han unido investigadores del Centro de Excelencia Severo Ocho “CIC BioGune”, del Centro de Ciencias de la Salud de la Texas Tech University, de la Universidad de Salamanca y del Grupo Clínico Español Síndrome de Wolfram, coordinados por el profesor Juan R. Coca de la Universidad de Valladolid.
El trabajo parte de un enfoque interdisciplinar y está dividido en dos bloques. En el primero se estudia la compleja realidad social de las personas afectada. Se analizan aspectos educativos, psicosociales, relacionales, emocionales, etc. Una compleja conjunción de factores individuales y colectivos que afectan, directa o indirectamente, a los enfermos y a sus familias. En el segundo bloque se analizan tres patologías: las patologías priónicas, el síndrome de Wolfram y el síndrome post-polio.
La investigación
Las enfermedades de baja prevalencia se han convertido en uno de los retos más urgentes para las investigaciones sociales. Estas investigaciones han sido desarrolladas desde el ámbito biológico, farmacológico, médico, etcétera, pero los estudios sociales sobre la realidad de las personas afectadas no son habituales. Para cubrir este hueco un grupo de investigadores interdisciplinar se han unido para comprender la compleja realidad social de los afectados.
El coordinador del trabajo, el profesor Coca, reconoce la dificultad de resumir la compleja de red de significaciones que se interrelacionan. De hecho, indica, en el texto se podrá ver la importancia de denominado “diagnóstico tecnocientífico” para el establecimiento de la identidad de los afectados, la lucha entre la significación social entre lo normal y lo raro, la necesidad de adaptación psicosocial ante la existencia del carácter social de “raridad”, la confrontación con la estética del cuerpo, etc. Ello unido a los procesos de exclusión, al periplo para obtener un diagnóstico, a la necesidad de comprensión por los diferentes agentes sociales, entre otras muchas cosas.
Las enfermedades raras superan, con mucho, el ámbito médico. De ahí la necesidad de tender puentes entre las diversas disciplinas del conocimiento que permitan devolverles el nombre a las personas afectadas y que éstas puedan ser tratadas en un contexto social de diversidad. Los afectados muestran que, dependiendo las patologías, muchos afectados se sienten excluidos en mayor o menor grado. Por ello parece necesario transformar la sociedad y reinsertar a las personas comprendiendo su diversidad sin que ello suponga la exclusión o discriminación.
Las patologías raras
Actualmente se considera que existen entre 6.000 y 8.000 enfermedades raras, aunque algunos autores piensan que esta cifra podría estar bastante infravalorada. Muchas de estas patologías presentan dificultades para su diagnóstico y existen dificultades a la hora de conocer todos los casos existentes, puesto que algunos no se notifican, no se diagnostican o se diagnostican de manera errónea cierto porcentaje de casos.
Podemos decir que existe un componente de exclusión preocupante a nivel social y biomédico en las personas y familias afectadas. De hecho, las personas muy enfermas o con patologías muy complejas pueden llegar a pasar una gran parte de su vida en hospitales haciendo que se vean limitadas sus vivencias, sus relaciones sociales, etc.
La realidad social que están conformando las enfermedades raras depende en buena medida de nuestra propia configuración genética. Aproximadamente, el 80% de las enfermedades raras son precisamente genéticas. Como es obvio, ello no quiere decir que todas las ER sean genéticas. No obstante, esto podría traer consigo que para la ciudadanía, las ER se relacionasen con mutaciones y con la genética, casi de manera exclusiva. La realidad biomédica nos muestra que también existen numerosas patologías relacionadas con agentes infectivos que tampoco pueden ser olvidadas (priones, poliomielitis, leishmaniasis, etc.).
La identificación de las patologías raras con problemas genéticos trae consigo un cambio en la percepción social de la realidad propia. De hecho, diversos estudios (entre los que se encuentra este mismo libro) muestran que el conocimiento genético transforma el foco de la culpa y lo resitúa en nuestro interior. Es decir, cuando se produce un tipo de patología (a menudo infecciosa) las personas afectadas colocan la causa en el exterior, fuera de ellas. En cambio, cuando se realiza un análisis genético o uno de los descendientes presenta una patología de baja prevalencia, la causa se incorpora y para a ser considerada como un problema propio. De ahí que puede emerger cierta culpabilización tecnocientífica en los progenitores al preguntarse si es culpa suya que su descendiente se encuentre aquejado de una determinada patología genética, con los consiguientes efectos psicosociales.
Las asociaciones de afectados están funcionando como regulador de estos efectos psicosociales. La gran cantidad de información que tienen, unido a las reuniones periódicas que realizan, permite reducir estos fenómenos de culpabilización, favoreciendo la comprensión y racionalización de los procesos individuales y colectivos.
El trabajo parte de un enfoque interdisciplinar y está dividido en dos bloques. En el primero se estudia la compleja realidad social de las personas afectada. Se analizan aspectos educativos, psicosociales, relacionales, emocionales, etc. Una compleja conjunción de factores individuales y colectivos que afectan, directa o indirectamente, a los enfermos y a sus familias. En el segundo bloque se analizan tres patologías: las patologías priónicas, el síndrome de Wolfram y el síndrome post-polio.
La investigación
Las enfermedades de baja prevalencia se han convertido en uno de los retos más urgentes para las investigaciones sociales. Estas investigaciones han sido desarrolladas desde el ámbito biológico, farmacológico, médico, etcétera, pero los estudios sociales sobre la realidad de las personas afectadas no son habituales. Para cubrir este hueco un grupo de investigadores interdisciplinar se han unido para comprender la compleja realidad social de los afectados.
El coordinador del trabajo, el profesor Coca, reconoce la dificultad de resumir la compleja de red de significaciones que se interrelacionan. De hecho, indica, en el texto se podrá ver la importancia de denominado “diagnóstico tecnocientífico” para el establecimiento de la identidad de los afectados, la lucha entre la significación social entre lo normal y lo raro, la necesidad de adaptación psicosocial ante la existencia del carácter social de “raridad”, la confrontación con la estética del cuerpo, etc. Ello unido a los procesos de exclusión, al periplo para obtener un diagnóstico, a la necesidad de comprensión por los diferentes agentes sociales, entre otras muchas cosas.
Las enfermedades raras superan, con mucho, el ámbito médico. De ahí la necesidad de tender puentes entre las diversas disciplinas del conocimiento que permitan devolverles el nombre a las personas afectadas y que éstas puedan ser tratadas en un contexto social de diversidad. Los afectados muestran que, dependiendo las patologías, muchos afectados se sienten excluidos en mayor o menor grado. Por ello parece necesario transformar la sociedad y reinsertar a las personas comprendiendo su diversidad sin que ello suponga la exclusión o discriminación.
Las patologías raras
Actualmente se considera que existen entre 6.000 y 8.000 enfermedades raras, aunque algunos autores piensan que esta cifra podría estar bastante infravalorada. Muchas de estas patologías presentan dificultades para su diagnóstico y existen dificultades a la hora de conocer todos los casos existentes, puesto que algunos no se notifican, no se diagnostican o se diagnostican de manera errónea cierto porcentaje de casos.
Podemos decir que existe un componente de exclusión preocupante a nivel social y biomédico en las personas y familias afectadas. De hecho, las personas muy enfermas o con patologías muy complejas pueden llegar a pasar una gran parte de su vida en hospitales haciendo que se vean limitadas sus vivencias, sus relaciones sociales, etc.
La realidad social que están conformando las enfermedades raras depende en buena medida de nuestra propia configuración genética. Aproximadamente, el 80% de las enfermedades raras son precisamente genéticas. Como es obvio, ello no quiere decir que todas las ER sean genéticas. No obstante, esto podría traer consigo que para la ciudadanía, las ER se relacionasen con mutaciones y con la genética, casi de manera exclusiva. La realidad biomédica nos muestra que también existen numerosas patologías relacionadas con agentes infectivos que tampoco pueden ser olvidadas (priones, poliomielitis, leishmaniasis, etc.).
La identificación de las patologías raras con problemas genéticos trae consigo un cambio en la percepción social de la realidad propia. De hecho, diversos estudios (entre los que se encuentra este mismo libro) muestran que el conocimiento genético transforma el foco de la culpa y lo resitúa en nuestro interior. Es decir, cuando se produce un tipo de patología (a menudo infecciosa) las personas afectadas colocan la causa en el exterior, fuera de ellas. En cambio, cuando se realiza un análisis genético o uno de los descendientes presenta una patología de baja prevalencia, la causa se incorpora y para a ser considerada como un problema propio. De ahí que puede emerger cierta culpabilización tecnocientífica en los progenitores al preguntarse si es culpa suya que su descendiente se encuentre aquejado de una determinada patología genética, con los consiguientes efectos psicosociales.
Las asociaciones de afectados están funcionando como regulador de estos efectos psicosociales. La gran cantidad de información que tienen, unido a las reuniones periódicas que realizan, permite reducir estos fenómenos de culpabilización, favoreciendo la comprensión y racionalización de los procesos individuales y colectivos.
Miércoles, 27 de Febrero 2019
Hace unos años, concretamente en 2015, comenzó a gestarse una plataforma informática de gran relevancia para poner en contacto a investigadores, médicos, enfermos y asociaciones. Sin ninguna duda es una aplicación de gran relevancia social y esta importancia la convierte en noticia.
Las enfermedades raras parecen que son entidades circunscritas al ámbito médico. Ahora bien, diferentes investigadores de lo social sabemos que estas patologías superan, con mucho, el contexto biomédico y se adentra en lo psicológico, lo sociológico, lo ético, lo educativo, etc. Es un complejo tejido donde se imbrican diferentes contextos y agentes.
Todo ello hace que sea necesario tender puentes entre las diversas disciplinas del conocimiento que permitan, así, que las personas y familias afectadas vuelvan a sentir su entorno social como propio. Recuérdese que muchas personas con enfermedades raras son excluidas del espacio social por diversas razones. De ahí la necesidad de re-apropiación desde la diversidad y la equidad.
En este contexto nace Diseasemaps, una plataforma informática que cuenta con numerosas herramientas con un objetivo fundamental: poner en contacto a personas con necesidades sociales, psicológicas y biomédicas semejantes. No obstante, las personas unidas al proyecto también pueden buscar información sobre su patología, los síntomas, los potenciales tratamientos, etc. Incluso también se pueden encontrar historias de vida de otras personas afectadas. Actualmente presenta 1243 condiciones patológicas diferentes y está disponible en 16 idiomas.
La aplicación es muy visual y permite que puedas buscar a las personas de un determinado país en función de la patología que sea de interés. Resulta también sumamente interesante comprobar como cada condición tiene su propio foro. En este sentido, las asociaciones también tienen su lugar para poder divulgar su trabajo.
Esta plataforma tiene una gran importancia social por varias razones. 1) podría reducir la búsqueda de un médico o un investigador que ayude a comprender la situación en la que está un paciente o una familia, 2) está diseñada como punto de encuentro virtual permitiendo que las personas interesadas difundan la información en un mismo punto, reduciendo así el tiempo para estar informado, 3) permite incluso subir los trabajos científicos de una determinada patología. Todo ello conforma a esta plataforma como una especie de plaza pública virtual con grandes posibilidades de impacto social.
Todo ello hace que sea necesario tender puentes entre las diversas disciplinas del conocimiento que permitan, así, que las personas y familias afectadas vuelvan a sentir su entorno social como propio. Recuérdese que muchas personas con enfermedades raras son excluidas del espacio social por diversas razones. De ahí la necesidad de re-apropiación desde la diversidad y la equidad.
En este contexto nace Diseasemaps, una plataforma informática que cuenta con numerosas herramientas con un objetivo fundamental: poner en contacto a personas con necesidades sociales, psicológicas y biomédicas semejantes. No obstante, las personas unidas al proyecto también pueden buscar información sobre su patología, los síntomas, los potenciales tratamientos, etc. Incluso también se pueden encontrar historias de vida de otras personas afectadas. Actualmente presenta 1243 condiciones patológicas diferentes y está disponible en 16 idiomas.
La aplicación es muy visual y permite que puedas buscar a las personas de un determinado país en función de la patología que sea de interés. Resulta también sumamente interesante comprobar como cada condición tiene su propio foro. En este sentido, las asociaciones también tienen su lugar para poder divulgar su trabajo.
Esta plataforma tiene una gran importancia social por varias razones. 1) podría reducir la búsqueda de un médico o un investigador que ayude a comprender la situación en la que está un paciente o una familia, 2) está diseñada como punto de encuentro virtual permitiendo que las personas interesadas difundan la información en un mismo punto, reduciendo así el tiempo para estar informado, 3) permite incluso subir los trabajos científicos de una determinada patología. Todo ello conforma a esta plataforma como una especie de plaza pública virtual con grandes posibilidades de impacto social.
Lunes, 25 de Febrero 2019
En el año 2016 se ha publicado un texto donde se analizan los efectos psicociales y sociales que produce la epilepsia y que ha pasado un tanto desapercibido.
Marco Mula y Josemir W. Sander han publicado en el año 2016 un artículo en la revista del Royal College of Psychiatrists, BJPsych Open, de gran interés sociológico sobre la epilepsia. Esta patología es definida como una condición neurológica que afecta a 40-70 de cada 100.000 personas al año. No obstante, según los autores, en los países con escasos recursos, la incidencia de este tipo de patologías suele ser mucho mayor que las regiones con más recursos económicos: a menudo por encima de 120 casos por cada 100 000 personas al año. Así mismo, en los países con ingresos altos, las personas pobres también parecen tener una mayor incidencia de este tipo de patologías. Por lo que podríamos decir que existe un condicionante social en la probabilidad de la aparición de esta condición.
A su vez, existe un segundo factor social muy relevante en estos casos. La epilepsia es una condición altamente estigmatizada y, por ello, afecta a la calidad de vida de las personas que la padecen. Ello supone un incremento de la ansiedad, de la depresión y de la aceptación de la medicación. Este estigma, indican los autores, está presente en las diferentes regiones con independencia del nivel de ingresos de éstas.
Pues bien, la estigmatización parece ser responsable, como ya vimos, de la deficiente calidad de vida de los afectados y también del estado de ánimo de los mismos. Ello conlleva la aparición de fenómenos de ansiedad en los pacientes y en sus familias. Lo que puede conducir, después, a un incremento de la tasa de comportamientos agresivos asociados a la depresión y a la ansiedad.
En algunos países de ingresos bajos y medios, concretamente en Zambia, el 20% de las madres de niños con epilepsia se sienten estigmatizadas debido a la condición neurológica de sus hijos (Elafros et al., 2015). Por otro lado, en el mismo texto de Elafros et al. se indican que el 53% se perciben que algunas personas se sienten incómodas con las personas con esta condición, el 47% perciben inferioridad y el 44% sienten que los demás desean evitarlos.
En definitiva, las barreras sociales que presentan las personas con epilepsia son grandes, lo que genera brechas y disparidades sociales que deben ser tenidas en cuenta para implementar programas de educación social que aumente el conocimiento público y reduzca el estigma.
Referencias bibliográficas:
Elafros, M. A., Bowles, R. P., Atadzhanov, M., Mbewe, E., Haworth, A., Chomba, E., & Birbeck, G. L. (2015). Reexamining epilepsy-associated stigma: validation of the Stigma Scale of Epilepsy in Zambia. Quality of life research : an international journal of quality of life aspects of treatment, care and rehabilitation, 24(6), 1483-1489. doi:https://dx.doi.org/10.1007%2Fs11136-014-0868-4
Mula, M., & Sander, J. (2016). Psychosocial aspects of epilepsy: A wider approach. BJPsych Open, 2(4), 270-274. doi:10.1192/bjpo.bp.115.002345
A su vez, existe un segundo factor social muy relevante en estos casos. La epilepsia es una condición altamente estigmatizada y, por ello, afecta a la calidad de vida de las personas que la padecen. Ello supone un incremento de la ansiedad, de la depresión y de la aceptación de la medicación. Este estigma, indican los autores, está presente en las diferentes regiones con independencia del nivel de ingresos de éstas.
Pues bien, la estigmatización parece ser responsable, como ya vimos, de la deficiente calidad de vida de los afectados y también del estado de ánimo de los mismos. Ello conlleva la aparición de fenómenos de ansiedad en los pacientes y en sus familias. Lo que puede conducir, después, a un incremento de la tasa de comportamientos agresivos asociados a la depresión y a la ansiedad.
En algunos países de ingresos bajos y medios, concretamente en Zambia, el 20% de las madres de niños con epilepsia se sienten estigmatizadas debido a la condición neurológica de sus hijos (Elafros et al., 2015). Por otro lado, en el mismo texto de Elafros et al. se indican que el 53% se perciben que algunas personas se sienten incómodas con las personas con esta condición, el 47% perciben inferioridad y el 44% sienten que los demás desean evitarlos.
En definitiva, las barreras sociales que presentan las personas con epilepsia son grandes, lo que genera brechas y disparidades sociales que deben ser tenidas en cuenta para implementar programas de educación social que aumente el conocimiento público y reduzca el estigma.
Referencias bibliográficas:
Elafros, M. A., Bowles, R. P., Atadzhanov, M., Mbewe, E., Haworth, A., Chomba, E., & Birbeck, G. L. (2015). Reexamining epilepsy-associated stigma: validation of the Stigma Scale of Epilepsy in Zambia. Quality of life research : an international journal of quality of life aspects of treatment, care and rehabilitation, 24(6), 1483-1489. doi:https://dx.doi.org/10.1007%2Fs11136-014-0868-4
Mula, M., & Sander, J. (2016). Psychosocial aspects of epilepsy: A wider approach. BJPsych Open, 2(4), 270-274. doi:10.1192/bjpo.bp.115.002345
Viernes, 15 de Febrero 2019
Es una enfermedad pulmonar histiocítica rara cuya característica principal es la acumulación de células de Langerhans y otras células inflamatorias en las vías respiratorias.
Dedicado a Fina.
Nuestro sistema inmunitario es un conjunto de órganos, tejidos y células de diferentes tipos cuya función principal es la de evitar que en nuestro organismo se produzcan enfermedades. Buena parte de los mecanismos de defensa están centrados en el reconocimiento de lo propio (de las células de nuestro organismo) y de lo ajeno (que puede ser perjudicial).
Tal y como muestran en un trabajo reciente Pipa Vallejo et al. (2016), a partir de un progenitor celular común (denominado CD34+ y localizado en la médula ósea) se van formando las células del sistema histiocítico. Este sistema también es denominado como sistema mononuclear-fagocítico y está diferenciado en monocitos con capacidad fagocitaria y en células dendríticas, con función fundamentalmente presentadora de antígenos. Es decir, estas últimas se ocupan de presentar a los linfocitos T aquellas sustancias (antígenos) que producen respuestas inmunitarias.
Dentro de las células dendríticas nos encontramos las células de Langerhans (CL). Las CL no se encuentran dentro del tejido linfoide, sino que son células intraepidérmicas. Se localizan, por tanto, fundamentalmente en la epidermis y en la dermis, pero las podemos encontrar en todo el organismo y migran al ganglio linfático más próximo al detectar antígenos exógenos para generar la consiguiente respuesta inmunitaria (Pipa Vallejo, et al. 2016).
La proliferación intensa, desordenada y anormal de un tipo de células histiocitarias con un fenotipo muy parecido a células de Langerhans, da lugar a una forma de patología conocida como histiocitosis de células de Langerhans (Pipa Vallejo, et al., 2016).
Esta patología suele manifestarse entre los 20-40 años de edad y aproximadamente el 67% de las personas afectadas presentan diversos síntomas cuando son diagnosticados. Estos efectos están relacionados habitualmente con problemas respiratorios. No obstante entre un 15 y un 20% de las personas diagnosticadas también presentan efectos sistémicos de la patología, tales como la fiebre, los sudores, pérdida de peso, dolor torácico, etc.
Tal y como muestran Silva, et. al. (2018) al realizar un estudio imagenológico se puede comprobar la existencia de nódulos pulmonares (que en ocasiones se encuentran cavitados), de quistes de morfología irregular, de fibrosis, neumotórax y derrame pleural.
En la plataforma Orphanet se indica que la gran mayoría de pacientes con esta patología son fumadores. Este dato es concretado por Rodríguez y Mena (2011) quienes hablan de un 90% de los casos. Sin embargo, todavía no se conocen los mecanismos por los que el tabaquismo induce esta patología. En este sentido estos autores exponen que la mayor parte de los investigadores indican que los pacientes presentan una disfunción del sistema inmunológico. Mientras que otros autores exponen que podría tratarse de un proceso neoplásico o que estarían implicados virus o factores genéticos.
Sea como sea, se postula que los productos del tabaco predisponen a una combinación de eventos que conducen a un mayor reclutamiento y activación de células de Langerhans en las vías respiratorias menores (Orphanet, s/f). Ahora bien, Castillo et al. (2014) indican que los resultados sobre la relación con el tabaco evidencian que puede haber otros factores, más allá del tabaquismo, que influyen en la evolución de la enfermedad.
Referencias bibliográficas
Castillo D, Martin-Arroyo I, Moreno A, Balcells E, Villar A, Vicenss V, et al. Grupo CRAMPID. Histiocitosis pulmonar de células de Langerhans en adultos: aproximación a la realidad española. Medicina Clínica 2014; 143 (10):433-439.
Orphanet (s/f). Histiocitosis pulmonar de células de Langerhans en el adulto. Accesible en: http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/OC_Exp.php?lng=ES&Expert=99874
Pipa Vallejo A, Pipa Muñiz M, Pipa Muñiz C, Gangoiti Moratinos Z, Peña González I, Pipa Muñiz I, Pipa Muñiz A, González García M, De Vicente Rodríguez JC. Histiocitosis de células de Langerhans con implicación oral. A propósito de un caso. Avances en Odontoestomatología 2016; 32 (4): 187-193. Accesible en: http://scielo.isciii.es/pdf/odonto/v32n4/original1.pdf Fecha de acceso: 07/02/2019.
Rodríguez, E. y Mena, M. A. Histiocitosis pulmonar de células de Langerhans: a propósito de un caso. Medicina de Familia. SEMERGEN; 38 (3): 135-200. Doi: http://doi.org/10.1016/j.semerg.2011.07.007
Silva, J.P., Abrantes, T. y Reis. A. Histiocitose de células de Langerhans: Quistos pulmonares bizarros. Acta Radiológica Portuguesa 2018; 30 (3): 30-31. Doi: https://doi.org/10.25748/arp.13817
Nuestro sistema inmunitario es un conjunto de órganos, tejidos y células de diferentes tipos cuya función principal es la de evitar que en nuestro organismo se produzcan enfermedades. Buena parte de los mecanismos de defensa están centrados en el reconocimiento de lo propio (de las células de nuestro organismo) y de lo ajeno (que puede ser perjudicial).
Tal y como muestran en un trabajo reciente Pipa Vallejo et al. (2016), a partir de un progenitor celular común (denominado CD34+ y localizado en la médula ósea) se van formando las células del sistema histiocítico. Este sistema también es denominado como sistema mononuclear-fagocítico y está diferenciado en monocitos con capacidad fagocitaria y en células dendríticas, con función fundamentalmente presentadora de antígenos. Es decir, estas últimas se ocupan de presentar a los linfocitos T aquellas sustancias (antígenos) que producen respuestas inmunitarias.
Dentro de las células dendríticas nos encontramos las células de Langerhans (CL). Las CL no se encuentran dentro del tejido linfoide, sino que son células intraepidérmicas. Se localizan, por tanto, fundamentalmente en la epidermis y en la dermis, pero las podemos encontrar en todo el organismo y migran al ganglio linfático más próximo al detectar antígenos exógenos para generar la consiguiente respuesta inmunitaria (Pipa Vallejo, et al. 2016).
La proliferación intensa, desordenada y anormal de un tipo de células histiocitarias con un fenotipo muy parecido a células de Langerhans, da lugar a una forma de patología conocida como histiocitosis de células de Langerhans (Pipa Vallejo, et al., 2016).
Esta patología suele manifestarse entre los 20-40 años de edad y aproximadamente el 67% de las personas afectadas presentan diversos síntomas cuando son diagnosticados. Estos efectos están relacionados habitualmente con problemas respiratorios. No obstante entre un 15 y un 20% de las personas diagnosticadas también presentan efectos sistémicos de la patología, tales como la fiebre, los sudores, pérdida de peso, dolor torácico, etc.
Tal y como muestran Silva, et. al. (2018) al realizar un estudio imagenológico se puede comprobar la existencia de nódulos pulmonares (que en ocasiones se encuentran cavitados), de quistes de morfología irregular, de fibrosis, neumotórax y derrame pleural.
En la plataforma Orphanet se indica que la gran mayoría de pacientes con esta patología son fumadores. Este dato es concretado por Rodríguez y Mena (2011) quienes hablan de un 90% de los casos. Sin embargo, todavía no se conocen los mecanismos por los que el tabaquismo induce esta patología. En este sentido estos autores exponen que la mayor parte de los investigadores indican que los pacientes presentan una disfunción del sistema inmunológico. Mientras que otros autores exponen que podría tratarse de un proceso neoplásico o que estarían implicados virus o factores genéticos.
Sea como sea, se postula que los productos del tabaco predisponen a una combinación de eventos que conducen a un mayor reclutamiento y activación de células de Langerhans en las vías respiratorias menores (Orphanet, s/f). Ahora bien, Castillo et al. (2014) indican que los resultados sobre la relación con el tabaco evidencian que puede haber otros factores, más allá del tabaquismo, que influyen en la evolución de la enfermedad.
Referencias bibliográficas
Castillo D, Martin-Arroyo I, Moreno A, Balcells E, Villar A, Vicenss V, et al. Grupo CRAMPID. Histiocitosis pulmonar de células de Langerhans en adultos: aproximación a la realidad española. Medicina Clínica 2014; 143 (10):433-439.
Orphanet (s/f). Histiocitosis pulmonar de células de Langerhans en el adulto. Accesible en: http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/OC_Exp.php?lng=ES&Expert=99874
Pipa Vallejo A, Pipa Muñiz M, Pipa Muñiz C, Gangoiti Moratinos Z, Peña González I, Pipa Muñiz I, Pipa Muñiz A, González García M, De Vicente Rodríguez JC. Histiocitosis de células de Langerhans con implicación oral. A propósito de un caso. Avances en Odontoestomatología 2016; 32 (4): 187-193. Accesible en: http://scielo.isciii.es/pdf/odonto/v32n4/original1.pdf Fecha de acceso: 07/02/2019.
Rodríguez, E. y Mena, M. A. Histiocitosis pulmonar de células de Langerhans: a propósito de un caso. Medicina de Familia. SEMERGEN; 38 (3): 135-200. Doi: http://doi.org/10.1016/j.semerg.2011.07.007
Silva, J.P., Abrantes, T. y Reis. A. Histiocitose de células de Langerhans: Quistos pulmonares bizarros. Acta Radiológica Portuguesa 2018; 30 (3): 30-31. Doi: https://doi.org/10.25748/arp.13817
Jueves, 7 de Febrero 2019
El día internacional de las enfermedades raras pretende difundir y promover el conocimiento de las necesidades de las familias y personas afectadas, así como concienciar a la población de la problemática que rodea a estas patologías.
El jueves 28 de febrero presentaremos en el Campus universitario de Soria una investigación en la que se ha realizado un recorrido por la realidad social de las enfermedades raras en el contexto español.
La realidad social que estas patologías generan está repleta de aristas y matices de significación, narrativas, discursos e imaginarios. Ello hace muy complicado hacer un análisis determinado de las mismas. Es decir, cada realidad generada por una patología es diferente y hace que sea muy complicado hacer generalizaciones.
De cualquier modo, consideramos que es posible establecer una serie de líneas generales que conviene tener presente y que ayudan a los decisores sociales a tomar las acciones oportunas para ayudar a las personas afectadas.
1. Las personas y familias afectadas viven con sufrimiento, dolor y pena su vida.
2. El diagnóstico es vital para ayudar a establecer la identidad biomédica de los pacientes.
3. La carencia de información, la ignorancia genera cierta situación de exclusión médica.
4. Las enfermedades raras están relacionadas con procesos de significación social negativos.
5. Las relaciones en el contexto médico están siendo transformadas por estas patologías.
6. Las personas y familias afectadas por las ER viven su realidad, en muchos casos, en soledad y a través de una significación de su propia existencia basada en el carácter de raridad.
7. Una buena parte de las personas afectadas por ER no se sienten excluidas, mientras que otras se sienten raras y despreciadas.
La realidad social que estas patologías generan está repleta de aristas y matices de significación, narrativas, discursos e imaginarios. Ello hace muy complicado hacer un análisis determinado de las mismas. Es decir, cada realidad generada por una patología es diferente y hace que sea muy complicado hacer generalizaciones.
De cualquier modo, consideramos que es posible establecer una serie de líneas generales que conviene tener presente y que ayudan a los decisores sociales a tomar las acciones oportunas para ayudar a las personas afectadas.
1. Las personas y familias afectadas viven con sufrimiento, dolor y pena su vida.
2. El diagnóstico es vital para ayudar a establecer la identidad biomédica de los pacientes.
3. La carencia de información, la ignorancia genera cierta situación de exclusión médica.
4. Las enfermedades raras están relacionadas con procesos de significación social negativos.
5. Las relaciones en el contexto médico están siendo transformadas por estas patologías.
6. Las personas y familias afectadas por las ER viven su realidad, en muchos casos, en soledad y a través de una significación de su propia existencia basada en el carácter de raridad.
7. Una buena parte de las personas afectadas por ER no se sienten excluidas, mientras que otras se sienten raras y despreciadas.
Martes, 5 de Febrero 2019
Diversos investigadores han mostrado que la ciencia y la tecnología generan un marco que no se limita, exclusivamente, al análisis y la investigación sobre los hechos o sobre la verdad. El sociólogo Maurizio Meloni nos muestra que la biología es un buen ejemplo de ello.
En buena parte de las sociedades actuales la biología ha generado una transformación de la realidad a partir de la interpretación que realizamos de los hechos y de nuestro ambiente. Es decir, es habitual encontrar que cualquier persona explica su cotidianidad en base a procesos biológicos o biomédicos. La herencia, los genes, la transmisión de enfermedades, etc. son algunos de los elementos que nos sirven de argumentación y que condiciona nuestra vida.
Ahora bien, el conocimiento biológico –tras caer en cierto nivel de “desprecio” entre principios del siglo XIX y la Segunda Gran Guerra– ha ido adquiriendo gran importancia a raíz de la década de los 70. El mendelianismo o el lamarckismo fueron dos elementos que condicionaron sustancialmente las ideologías. El primero, el mendelianismo defendía una especie de determinismo genético sobredimensionado. El segundo, en cambio, hipertrofiaba la determinación ambiental. Ambos enfoques, como nos indica Meloni, tuvieron importancia partidista y fueron empleados por las derechas ideológicas y, paradójicamente, también por las izquierdas.
Ahora bien, el conocimiento biológico –tras caer en cierto nivel de “desprecio” entre principios del siglo XIX y la Segunda Gran Guerra– ha ido adquiriendo gran importancia a raíz de la década de los 70. El mendelianismo o el lamarckismo fueron dos elementos que condicionaron sustancialmente las ideologías. El primero, el mendelianismo defendía una especie de determinismo genético sobredimensionado. El segundo, en cambio, hipertrofiaba la determinación ambiental. Ambos enfoques, como nos indica Meloni, tuvieron importancia partidista y fueron empleados por las derechas ideológicas y, paradójicamente, también por las izquierdas.
Lunes, 4 de Febrero 2019
Perfil
Juan R. Coca
JUAN R. COCA Profesor Contratado Doctor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (España). Actualmente es director de la Unidad de Investigación Social y Enfermedades Raras de la Universidad de Valladolid.
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