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Después de semanas de tensión política y militar entre Rusia y Ucrania, finalmente ha estallado una nueva emergencia, una invasión por parte de los rusos que se suma al conflicto que permanece activo desde 2014 en Ucrania, un conflicto no tan olvidado por sus ciudadanos.
Un conflicto armado que tendrá consecuencias devastadoras para la situación de los derechos humanos en la región, poniendo en peligro vidas, medios de subsistencia e infraestructuras públicas y privadas, dando lugar a una grave escasez de alimentos y a un gran desplazamiento de personas.
Donde las víctimas y la defensa de los derechos humanos y de las personas refugiadas ya son las primeras preocupaciones en la situación actual. Cuando una guerra se desencadena, cuando un conflicto armado aparece o se recrudece, es la sociedad civil la que soporta los golpes más cruentos en forma de muerte, destrucción, violaciones de los derechos humanos y generación de movimientos forzosos de población y no vale sólo con establecer corredores humanitarios para salvar a la población.
Impacto y consecuencias
Con independencia de las primeras víctimas ya ocasionadas, las condiciones económicas y sociales ya se han visto afectadas negativamente. El desabastecimiento y aumento del precio de los alimentos y de productos básicos, incluidos los suministros energéticos y sanitarios, en solo los primeros días, están afectando a los derechos de la población a la atención sanitaria y a un nivel de vida básico en Ucrania.
Por otro lado, desde hace varios meses, la inflación en Occidente no deja de aumentar y en España ha alcanzado un 6,5% debido principalmente al incremento de los precios del gas y la dependencia energética.
En el escenario en el que Occidente ya ha empezado a reaccionar con la fuerza de las sanciones económicas y restricciones dirigidas a la economía y a las industrias rusas clave, ya están teniendo un impacto de gran alcance en el complejo ámbito de las materias primas afectando a algo más que a los flujos de las que pasan por Ucrania o se producen en ella.
Será grave la repercusión inmediata de un endurecimiento significativo, sobre todo, en los mercados de la energía, los metales y los productos agrícolas como consecuencias derivadas de las sanciones impuestas a Rusia como medida inicial de presión.
Las consecuencias de la utilización de la fuerza militar rusa han comenzado a ser devastadoras, más allá de la historia reciente de Ucrania que está marcada por conflictos con tropas rusas en el Dombás y en la anexión ilegal de Crimea.
La crisis humanitaria ya es un hecho en pérdidas humanas, movimientos de población y consecuencias económicas, en un conflicto que presuntamente nadie quiere.
El hambre, la sed, el frío y el miedo son ahora los estados más frecuentes en una población que tiene cortado el suministro eléctrico y de gas desde hace semanas.
Esta guerra en Ucrania lleva ya más de dos millones y medio de personas desplazadas y, al menos, 2.500 civiles muertos, según el balance ucraniano. Mientras continúa la ofensiva rusa en el país y millones de ciudadanos, que lo han perdido todo, van a seguir tratando de huir de la invasión y los bombardeos, ya que la economía de la región ha quedado devastada.
La inflación y el desabastecimiento de productos agroalimentarios, gas y petróleo son las principales amenazas y la invasión rusa ya está teniendo importantes consecuencias para la economía mundial. El precio del gas se está disparando en Europa, los mercados se encuentran en una situación muy volátil, y se han interrumpido muchas cadenas de suministro.
Rusia es el líder mundial en exportación de trigo y Ucrania se ubica cuarto en la lista, por lo que el bloqueo de los principales puertos de la zona ya ha derivado en un aumento en los precios de hasta del 40% en apenas dos semanas en los contratos. Juntos, producen casi la misma cantidad de trigo que la totalidad de la UE consume.
Además del trigo, los precios de las materias primas como el aluminio y el níquel se han disparado a máximos desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero y las sanciones occidentales interrumpieron los envíos aéreos y marítimos de productos básicos producidos y exportados por ese país.
Por todo ello, y como consecuencia, ya se estima que, a largo plazo, se notará la especial degradación de Ucrania que se puede convertir en un Estado fallido después de este conflicto, y tendrá repercusiones y movimientos sociales importantes.
Globalización, estrategia y repercusiones
Sin duda, este conflicto provocará la reestructuración de un nuevo sistema estratégico internacional donde el contrapeso político y democrático debe ser su mejor valedor para evitar una situación como la actual donde, Macron, presidente francés y actual ‘responsable’ de la UE en este semestre, pinta un panorama inmediato muy poco optimista. De hecho, se ha confesado “preocupado y pesimista” y ha pedido a Europa prepararse para “todos los escenarios”.
En este sentido, da miedo imaginar la magnitud que podría alcanzar la crisis de refugiados si aumentan las agresiones rusas en Ucrania. Será un desastre humanitario de escala continental, con millones de personas refugiadas, inicialmente buscando protección en los países europeos vecinos.
El conflicto entre Rusia y Ucrania es también ya más que una amenaza de crisis de materias primas que impacta a una cadena de valor muy larga y las relaciones comerciales por vía terrestre, marítima y aérea afectadas con la guerra.
Otra consecuencia para Europa de la guerra en Ucrania es que las empresas han comenzado a retirarse de Rusia o a cancelar sus actividades allí.
Seguridades e inseguridades
Sin duda, en los conflictos militares, lo primero es proteger a la población y deben rendir cuentas todos aquellos que cometan abusos o no den la protección obligada.
Así, se ha de priorizar en el reforzamiento de la seguridad ciudadana y la protección de las infraestructuras críticas y estratégicas, así como de embajadas, consulados y otros intereses locales en cualquier ámbito social y económico, así como los de otros países en función de la evolución del conflicto, y en especial las relativas a la ciberseguridad, y en particular a los puntos de carácter estratégico relacionados con el suministro energético.
En este sentido, es muy importante convocar y acudir a la cooperación de la seguridad pública y la seguridad privada para colaborar en la intensificación de las medidas de protección que se deben adoptar en puertos, aeropuertos e instalaciones de líneas aéreas o marítimas nacionales y extranjeras, así como en sus medios de transporte, que pudieran verse afectados o implicados. Igualmente se ha de establecer la colaboración en la vigilancia en otros puntos estratégicos como oleoductos, gaseoductos o centros de producción y distribución de energía eléctrica, objeto de posibles amenazas.
Con todo ello, y como recomendación, debemos potenciar una nueva cultura de seguridad con una visión sobre la base de las amenazas complejas e incrementar los recursos de análisis desarrollando el esquema de la Gestión Integral del Riesgo y las Seguridades.
Especial tratamiento exige la evaluación de los ciberataques y la ciberseguridad en la guerra de Ucrania pues, todo lo que está ocurriendo en el ámbito de la seguridad física, puede tener mayores consecuencias en el contexto de ciberamenazas puesto que los ciberataques pueden tener como objetivos instalaciones institucionales, aviones, barcos e infraestructuras críticas.
Salvo la protección de las personas, la ciberseguridad es ya más importante que la seguridad física y así figura desde hace años en el mapa de amenazas que elabora anualmente el World Economic Forum en su informe de riesgos globales.
En las soluciones de ciberseguridad se han de adaptar los controles al riesgo real y establecer nuevos planteamientos y herramientas para la Gestión Integral del Riesgo y las Seguridades con el objetivo de garantizar, en todo lo posible, el poder superar las crisis o contingencias con mayor resiliencia.
En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado la aprobación en las próximas fechas de un "Plan Nacional de Ciberseguridad" en plena escalada de la tensión en Europa por la invasión de Rusia a Ucrania. "La guerra desatada por Putin", afirmó Sánchez, ha provocado que España sea "plenamente consciente de la necesidad de garantizar la ciberseguridad, el funcionamiento de los servicios esenciales y la integridad de las infraestructuras críticas".
El presidente detalló que este nuevo plan conllevará "la creación de un sistema integrado de indicadores de ciberseguridad a nivel estatal, la constitución del Centro de Operaciones de Ciberseguridad de la Administración General del Estado" y también "la implementación de la Plataforma Nacional de Notificación y Seguimiento de Ciberincidentes y de amenazas".
"El Comité de Situación, activado para el seguimiento de la guerra en Ucrania, ha puesto en marcha un grupo de trabajo liderado por el Centro Criptológico Nacional encargado de nuestra ciberseguridad", relató igualmente Sánchez, que afirmó que el objetivo de las medidas que se adoptarán será "garantizar el uso seguro y fiable del ciberespacio, proteger los derechos y las libertades de la ciudadanía y promover el progreso socioeconómico".
Según alertó el CNI (Centro Nacional de Inteligencia), las ciberamenazas crecen exponencialmente y su impacto y su nivel de peligrosidad no deja de incrementarse y afectan a gobiernos, instituciones, empresas de todo tipo y a los propios ciudadanos.
El Gobierno llama a los operadores críticos a reforzar su ciberseguridad ante la guerra y el CNPIC (Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas) ha comunicado a los operadores de los sectores estratégicos la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad, aunque, de momento, no se ha detectado actividad fuera de lo habitual.
En este sentido y por su parte, el viceprimer ministro ucraniano Míjail Fedorov anunció recientemente el lanzamiento de un "ejército informático", instando a especialistas de todo el mundo a iniciar ciberataques contra Moscú y a reforzar la ciberdefensa de las infraestructuras críticas de Ucrania. En pocos días, el movimiento creció hasta contar con más de 400.000 miembros, según estiman las autoridades ucranianas.
Lo cierto es que estamos en momentos críticos para las seguridades e inseguridades, no solamente locales para el pueblo ucraniano, sino para todos los habitantes de esta aldea global sumida en una incomprensible situación de guerra.
Vivimos momentos para la reinvención y el cambio. La pandemia del COVID-19 nos ha vuelto a recordar que navegamos en un “mundo líquido”, adaptativo, que se caracteriza por atributos como la flexibilidad, la versatilidad y la resiliencia.
El polaco Zygmunt Bauman, premio Príncipe de Asturias 2010, fallecido en 2017, fue el autor del concepto complejo de modernidad líquida. El sociólogo acuñó el término de “mundo líquido” para definir el estado fluido y volátil de la actual sociedad, sin valores demasiado sólidos, donde la incertidumbre, por la vertiginosa rapidez de los cambios, ha debilitado los vínculos humanos.
Bauman luchó contra la superficialidad del momento, de tanta información y tan poco tiempo para profundizar y con tan poca base detrás. Su propio pensamiento sufrió la situación que tanto criticó y su “mundo líquido” se ha convertido en un concepto que cada uno interpreta a su manera.
En esta situación, y con la presión del COVID-19 hay muchas actividades, especialmente estratégicas y críticas, que se están sometiendo a procesos de cambio para seguir siendo viables y no generen riesgos para sus gestores.
Así podemos hablar de un nuevo concepto que, bajo el acrónimo LICA (Líquido, Incierto, Complejo, Ambiguo) evoluciona rápidamente.
En este sentido, cada actividad, cada servicio público o privado, requiere actualizarse con nuevos procedimientos y estrategias distintas. Desde el aeropuerto al hospital, desde los centros comerciales a las fábricas, todo deberá licuarse para sobrevivir en otras condiciones. Nos esperan más cambios radicales tras los que tendremos que aprender de nuevo a sobrevivir.
También las seguridades están sufriendo una nueva orientación y estrategia hacia el concepto de continuidad de negocio y funcionamiento.
Es fácil relacionar el término continuidad de negocio con el ámbito tecnológico o con las grandes organizaciones pero este no es exclusivo de las grandes infraestructuras pues las incidencias y los desastres afectan igualmente a las pymes y a los autónomos.
Cualquier organización, con independencia de su tamaño o sector de actividad, debe estar preparada para prevenir, proteger y reaccionar ante incidencias de inseguridad que pueden afectar e impactar en su actividad.
Hay que diseñar un Plan de Continuidad de Negocio que comprenda planes de actuación en emergencia, planes financieros y de comunicación y planes de contingencia destinados a minimizar el impacto provocado por la materialización de determinados riesgos o amenazas sobre la información y los procesos de funcionamiento de una organización.
Infraestructuras Críticas. Planes y gestión de Seguridad Global
Vivimos un panorama globalizado de nuevas amenazas, mayores riesgos en las actividades sociales, industriales y comerciales que ratifican nuevas demandas y exigencias de la sociedad para la protección de sus actividades con plenas garantías para su seguridad y, muy especialmente, en el entorno de las Infraestructuras Críticas o de funcionamiento esencial.
Así, por estas múltiples amenazas y los nuevos retos y desafíos para la seguridad, en la Estrategia de Seguridad Nacional (ENS-2021), en “Objetivos generales y líneas de acción de la Seguridad Nacional”, identifica cinco objetivos generales: “Avanzar en un modelo integral de gestión del riesgo y de crisis, promover una cultura de Seguridad Nacional, favorecer el buen uso de los espacios comunes globales, impulsar la dimensión de seguridad en el desarrollo tecnológico y fortalecer la proyección internacional de España”.
Y como riesgos y amenazas transversales se encuentran los ciberataques donde nos cabe destacar cinco recomendaciones para proteger estas infraestructuras críticas, como son la: Creación de una estrategia de ciberseguridad en cada país y así formar un frente de defensa que permita intercambiar eficientemente información de alertas, vulnerabilidades y amenazas para actuar rápida y coordinadamente; Mejorar la capacidad de inteligencia al incluir la protección de la infraestructura crítica dentro de las responsabilidades del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes Cibernéticos (CERT); Continuar con la implementación del Manual Administrativo de Aplicación General en las materias de tecnologías de la información y comunicaciones, y en la de seguridad; Continuar con la actualización del Catálogo de Infraestructuras Críticas; Realizar auditorías regulares que además de revisar el estado de la seguridad de la infraestructura, permitan conocer el nivel de implementación e implicación en la nueva cultura de seguridad.
En este sentido, cabe destacar la importancia de establecer nuevos planteamientos y herramientas para la Gestión Integral del Riesgo y las Seguridades. Debemos invertir en gestionar el riesgo para prevenirlo y garantizar, en todo lo posible, el poder superar las crisis o contingencias con mayor resiliencia.
Nuevos retos y oportunidades
Uno de los retos importantes, es el desarrollo de un nuevo concepto de Seguridad Global, con la convergencia de las seguridades, la transformación digital y la digitalización para la gestión operativa de la seguridad integral e integrada, pública y privada.
Igualmente, ante la gran variedad de riesgos inherentes a las Infraestructuras Críticas, su protección debe tener un enfoque basado en esta Seguridad Global, abordada como una gestión integral del riesgo, implementando un modelo holístico de seguridad incorporando la cultura proactiva de prevención y protección.
Igualmente, hemos de seguir avanzando hacia la integración operativa de la Seguridad Pública-Seguridad Privada (Cooperación, Colaboración).
Con todo ello, y como recomendación, debemos potenciar una nueva cultura de seguridad con una visión sobre la base de las amenazas complejas e incrementar los recursos de análisis y liberarlos de viejas patologías y rigideces desarrollando el esquema de la Gestión Integral del Riesgo y las Seguridades.
Acciones y reacciones
En cuanto a las nuevas acciones y reacciones cabe subrayar los avances establecidos hacia el planteamiento de seguridad integral e integrada, pública y privada, así como el inicio de la importante transformación en los Departamentos de Seguridad hacia un nuevo esquema o estructura neuronal con mayor implicación y compromiso de todos sus integrantes.
Todo ello con una nueva Dirección Ejecutiva Seguridad Global, en muchos casos basada en un liderazgo ejecutivo de mayor: Implicación permanente, Integración de las seguridades, Inteligencia corporativa, Innovación tecnológica, e Imaginación e Iniciativa muy proactiva.
Esto conlleva la revisión y nuevos planteamiento, principalmente dentro del Plan Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas, que se establecen con el contenido de los siguientes planes y bajo un enfoque integral: Seguridad física-Seguridad lógica; Coordinación de las actividades de los agentes implicados en la protección de IC, en sector público y privado; Medidas y aplicación de normativas, buenas prácticas, planes generales de protección, planes específicos de sector e instalaciones, coordinación con FFCC de Seguridad; y Canalización de la Cooperación Internacional.
Todo ello, exigirá nuevos programas de Formación Especializada con planteamientos y adecuación a los nuevos retos, exigencias y tendencias ya explicitadas.
Nuevos medios y medidas de seguridad
Ante la implantación o evolución de nuevos medios tecnológicos y medidas organizativas y operativas de seguridad hemos de plantear la revisión y reinvención de nuevos indicadores o métricas que permitan realizar una evaluación sobre la eficiencia y eficacia del tratamiento y gestión del riesgo y las seguridades.
Dentro de los indicadores, podemos encontrarnos distintos en función de lo que pretendamos analizar. Veamos los más comunes y aquellos que tienen una mayor utilidad práctica como: Indicadores en clave de riesgo, que cuantifican el perfil de riesgo de la organización. Indicadores de control, que se encargan de medir la efectividad, tanto de diseño como de desempeño, de un control específico; Indicadores de resultado, que hacen referencia a los términos de conclusión de una tarea; Indicadores de desempeño, que aportan información sobre el rendimiento asociado a una tarea, proyecto o proceso, en función de los métodos empleados para su ejecución; Indicadores reactivos y activos, que hacen referencia a los hechos consumados o a la identificación de los esfuerzos que se realizan desde la organización evitar riesgos; Indicadores de eficacia, relacionados con la capacidad para la consecución de una actividad; Indicadores de eficiencia, determinados en función de la capacidad para ejecutar un trabajo en condiciones de economía, recursos y ajuste de tiempo.
Todo ello basado en los nuevos planteamientos de transformación digital y digitalización con nuevas herramientas de gestión operativa en Seguridad Pública y Seguridad Privada así como, mediante la implantación de nuevas soluciones en sistemas y servicios integrados.
En este sentido, en la reciente convocatoria del Salón Internacional de la Seguridad, SICUR 2022, se han puesto de manifiesto los últimos desarrollos tecnológicos e innovaciones del sector que, igualmente, se encuentra inmerso en momentos de cambio y transformación.
Nuevos objetivos, nuevos retos, y también nuevas respuestas que han venido siendo exigidas durante dos años de una pandemia y que ha pasado por una adaptación, con nuevos criterios y responsabilidad hacia una nueva realidad, donde la digitalización e innovación son los pilares fundamentales.
Un sector de las seguridades con nuevos proyectos y estrategias de sus integrantes ante esta nueva realidad con tecnologías evolucionadas y nuevas soluciones en seguridad adaptadas a un diferente escenario tecnológico y de globalización, donde surgen nuevas amenazas y riesgos, muchos de ellos, impredecibles.
La seguridad privada se ha reinventado, evolucionado y adaptado para garantizar la prevención y protección de personas y bienes con una seguridad integral e integrada.
Pero, ninguno de todos los nuevos planteamientos y soluciones para los nuevos retos y exigencias de seguridad serán posibles sin la revisión, adecuación y adaptación al cambio de la reglamentación de Seguridad Privada por otras exigencias a nivel de requisitos como: tipo de contratistas homologados, certificaciones en el ámbito de seguridad de la información ante las nuevas amenazas como el ciberataque o el cibercrimen y las nuevas medidas de seguridad y ciberseguridad que debieran implementarse.
Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.
Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.
Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.
Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)
Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad
Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850