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“Todos a la Cárcel” es una película española de 1993 dirigida por Luis García Berlanga, que caricaturizaba las peripecias, apaños y corruptelas de empresarios y funcionarios de prisiones oportunistas, para tratar de sacar partido a su posición privilegiada. Pero, mucho han cambiado las cosas y, aunque las actividades y corruptelas en algunos casos ya se han convertido en corrupción con mayúscula, las cárceles son un potencial lugar de residencia no solo para los “malos amigos de los recursos ajenos”, sino que incluso lo podrían ser para los “buenos sin recursos”.
En “Todos a la Cárcel” la trama principal se centraba en un festejo preparado por Quintanilla, un hombre astuto y especializado en organizar este tipo de eventos colectivos y bulliciosos. Era un acto más bien político y clientelista, al que acudían las autoridades más representativas de la región, junto a otras personalidades del mundo de la cultura, las finanzas o el poder eclesiástico.
Tras muchas y complejas vicisitudes, el guión iba entretejiendo una serie de intervenciones y sucesos que desencadenaban un peculiar motín, concluyendo con la huida de Tornicelli, el director de la prisión y su joven amante transexual.
Hoy nos ocupan muy serias cosas: La desigualdad, la dependencia, el paro, las pensiones, los fanatismos patrioteros… Nos duele el dolor de quienes no merecen ser despojados, y vamos camino de organizar una manifestación con recogida de firmas y mítines enardecidos, acompañados de todos aquellos mayores necesitados a los que el Gobierno les niega o retrasa su imprescindible dignidad y residencia. ¿Qué nos aconsejaría hacer el guión del genial Berlanga?
Pues con el conocimiento de causa que los datos aportan, y aprendiendo de la experiencia que esa peli resume, podríamos buscar atajos fáciles, conclusivos y rápidos, que dieran soluciones eficientes a problemas difíciles.
Nuevo Plan de “Todos a la Cárcel”
Con esta adaptación del guión mencionado, a todo ciudadano de más de 65 años se le entregaría una pistola con seis balas (no necesariamente de verdad), y se le permitiría disparar a cuatro políticos, lo que no implicaría que tuviera que matarlos, habida cuenta de que en ningún caso, habría que desperdiciar mucha munición, ya que siempre está cara, aunque sea de goma.
Obviamente, con este tipo de “presunto atentado” el necesitado ejecutor terminaría en prisión, donde, como cualquier “delincuente”, tendría como dotación residencial –según el Régimen Penitenciario español (uno de los más progresistas de mundo)- una celda individual, en régimen de pensión completa: tres comidas al día, calefacción central, derecho de “vis a vis” una vez a la semana, televisión, ocio con instalaciones impresionantes, como piscina climatizada, biblioteca, aulas de informática y música, e incluso, un frontón, y todos los cuidados médicos y revisiones que requiera, incluido hasta un trasplante -caso de necesitarlo-, así como una amplia oferta de actividades deportivas y trabajo remunerado, además de una formación, incluso universitaria, si así lo solicita… Vamos, mejor que cuando trabajaban.
Es decir, todo cubierto sin más solicitud, añadiendo el hecho de que su familia podría visitarle tan a menudo como lo hace ahora o más.
¿Y quién pagaría todo ésto? El mismo Gobierno que le dijo que no se podía permitir ofrecerle una residencia después de haber cotizado y pagado impuestos por algunas decenas de años contando, además, que, ahora, estas personas “delincuentes jubilados” (más jubilados que delincuentes) no tendrían que pagar impuestos, por estar en un Centro Penitenciario.
Así que… todos a la cárcel, por el módico precio de atreverse a cometer un delito, que hay sitio para todos y, si no, se construirán más cárceles de lujo, sin necesidad de programas sociales o debates políticos que los aprueben, porque estarán en los Presupuestos del Estado.
Todo indica que el movimiento ha empezado ya pues nuestra población penitenciaria es un 32 por ciento superior al promedio europeo, pese a que los crímenes están un 27 por ciento por debajo.
Datos del año 2018 dicen que el Estado gasta más en el mantenimiento de un interno que en la prestación por desempleo de un padre con un hijo, cuyo máximo está en 1.242 euros. El coste de un interno en prisión está "entre 60 y 65 euros al día, unos 1.800 euros al mes, y en torno a 21.600 euros al año, si se tienen en cuenta todos los gastos que conlleva una prisión", según explicaba Francisco Llamazares, presidente de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones. Y eso que el coste diario por preso se redujo a la mitad durante la crisis: de 138,66 euros en 2010 pasó a 59,72 euros en 2015, y la densidad carcelaria también se ha reducido, o sea, que puede mejorar y hay sitio para muchos.
Pues lo dicho (y válgame la imprescindible ironía, dada la imposibilidad de comparar magnitudes): jubilados, desatendidos, marginados, despreciados, necesitados…“todos a la cárcel”.
Vivimos en un mundo global que se extiende en múltiples dimensiones, todas ellas con riesgos y amenazas, endógenos y exógenos. Los elementos de inestabilidad que afectan a la seguridad son prácticamente comunes a todos los países o regiones, aunque su más importante variación está en la distinta manera de percibir la realidad y reaccionar a ella, es decir, la forma de hacer frente a esas inseguridades. Y es esta percepción de los riesgos y amenazas la que más varía, teniendo en cuenta especialmente las condiciones geopolíticas, sociales, económicas y culturales.
Como todos conocemos, el año 2019 está siendo muy complejo y lleno de incertidumbres y conflictos en el contexto geopolítico y socioeconómico.
La inestabilidad política y la desilusión social y ciudadana, junto con la incertidumbre económica, están provocando y manteniendo niveles crónicos de manifestación social, incluida la violencia en las calles.
Dentro de este panorama, y siguiendo una tradición plasmada en la convocatoria de encuentros entre España y Latinoamérica, el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado (IUGM) para la Investigación sobre la Paz, la Seguridad y la Defensa ha celebrado los días 21 a 23 de octubre en su sede de Madrid, las X Jornadas Iberoamericanas sobre “Visiones y desafíos en un mundo globalizado”, con el objetivo primordial de reunir a expertos, especialistas y estudiosos en temas de seguridad de ambos lados del Atlántico para analizar, de manera abierta y rigurosa, la visión y el tratamiento de los riesgos, amenazas y vulnerabilidades a las que se enfrentan nuestras sociedades, así como las recomendaciones sobre los caminos que se debe recorrer en función de las capacidades nacionales y regionales.
Tres interesantes días en los que se ha compartido y debatido la información y el conocimiento actual sobre una serie de temas troncales, en torno a los que han girado las diferentes sesiones: los grandes desafíos a los que se enfrentan los países de Europa y América en un mundo cada vez más globalizado e interconectado; las diferentes maneras de hacer frente a la crisis migratoria; los múltiples y graves problemas que genera el crimen organizado que opera en marcos transnacionales; el cambio climático cuyos perniciosos efectos ya estamos empezando a ver y que se va a convertir en un grave problema para la seguridad sobre todo en determinadas zonas geográficas en las próximas décadas; el impacto de las tecnologías digitales en los conflictos bélicos de diferente carácter que asolan en la actualidad a diferentes países y regiones del planeta y, por último, el problema de las ciberamenazas, un desafío cuyas dimensiones y efectos todavía se nos escapan y que también afecta de manera muy intensa a la seguridad global de personas y países.
Cabe destacar la importante sesión que se inició con el tema “Las lecciones aprendidas por España en los desafíos a la ciberseguridad”, conferencia impartida por María del Mar López del Departamento de Seguridad Nacional de la Presidencia de Gobierno (España), que hizo un recorrido sobre las prioridades abordadas especialmente desde el año 2011 en sus diferentes versiones, así como la evolución de la Estrategia de Seguridad y Ciberseguridad Nacional, detallando las 13 líneas estratégicas.
Seguidamente, intervino Manuel Sánchez Gómez-Merelo, Director de GET y de Programas de PIC en el IUGM iniciando el tema de “Las ciberamenazas, el último desafío sin resolver”.
A continuación, el Coronel Ángel Gómez de Ágreda, Jefe del Área de Análisis Geopolítico de la Secretaría General de Política de Defensa (España); Carlos Ramírez Consultor en Prisma Consulting Latam (México) y Pablo Elizondo Director de SmartSoft (Costa Rica), desarrollaron sus intervenciones acercándonos sus percepciones, experiencias, realidades e inseguridades derivadas de las ciberamenazas, exponiendo sus reflexiones y recomendaciones y destacando la importancia de acometer proyectos eficientes, basados en el discernimiento, la profundidad y la ética.
Destacó el sentimiento común de que vivimos en una sociedad en la que, de forma habitual, los medios de comunicación, los gobiernos, las grandes corporaciones y los grupos políticos fabrican falsas realidades y generan más alarma social que seguridades.
Los ciudadanos precisamos ser reconfortados y asegurados, y no sólo alejados frívolamente de las tristes realidades en las que nuestras sociedades modernas se debaten, de espaldas a la propia realidad, cuya percepción siempre nos llega distorsionada.
En la “era de la comunicación global y de las redes informativas”, cada vez es más difícil mantener un control férreo de la información que afecta a nuestras vidas, a menudo infectada por un agente viral preconcebido, interesado y malicioso...
Vivimos con un serio problema de credibilidad y confianza en nuestras principales instituciones sociales (medios de comunicación, partidos políticos, planes de educación, sistema financiero, etc.) y, en general, la información que nos facilitan los medios tiene un envoltorio y contenidos más afines al deseo de ganar audiencias que al deber de formar e informar desde la veracidad, la ecuanimidad y el desapasionamiento.
La inmigración ilegal es uno de los mayores retos al que se enfrentan todos los estados, aunque con mayor y más compleja incidencia sobre los países más desarrollados, por las potenciales ayudas económicas y sociales que ofrece su opulencia. Sin embargo, sigue siendo un asunto mal analizado y peor tratado, una verdadera asignatura pendiente desde el punto de vista humano y social, que se agrava con inseguridad permanente.
Si hablamos de muros, siempre ha sido de especial referencia para el mundo el que inicialmente fue denominado “Muro de la Vergüenza”, que aislaba el sector occidental de la ciudad de Berlín del resto de la población de la antigua República Democrática Alemana (RDA). Parece que fue ayer cuando, en 1989, el mundo celebrara entusiasmado la “Caída del Muro de Berlín“, del que aún hoy se siguen vendiendo restos de bloques de hormigón como recuerdos emblemáticos de lo que no debería volver a suceder.
Pero, hemos de preguntarnos con responsabilidad si hay diferencia entre el “Muro de Berlín” y estas otras barreras, de dudosa justificación que han seguido estableciéndose en el mundo a lo largo del tiempo, como la que divide a Israel de los territorios palestinos, los vallados de Ceuta y Melilla en el norte de África, o el nuevo muro en vías de construcción en la frontera entre México y Estados Unidos.
Otros, se levantan a la desesperada, incluso en nuestro propio país, tratando de cortar flujos hacia otros destinos que nos usan de puente, como sucede ahora mismo en Bilbao y Santander, donde los inmigrantes de los campamentos de Calais, desmantelados en 2016, se amontonan con la intención de llegar a las Islas Británicas. En Santander llevan 1.100 asaltos a los ferris en lo que va de año, pero, en Bilbao lo han controlado gracias a un muro, en este caso, podríamos decir que “solidario” con nuestros vecinos.
En países con un mayor tránsito de inmigrantes como es el caso español, el control fronterizo se impone, ya que son elegidos como países de introducción a la UE, para después pasar a otros con mejores perspectivas económicas.
Los intereses de unas u otras partes se multiplican y forman un polvorín, ya que ser país receptor de inmigración es claro sinónimo de estatus, de ser una sociedad en paz y desarrollada económica y socialmente, a la que varios millones de ciudadanos están orgullosos de pertenecer, mientras que millones de extranjeros desearían poder entrar, al tiempo que otros varios millones, más pronto que tarde, se van a ver obligados a intentar el acceso de cualquier forma, por pura supervivencia.
Nuestro país es sin duda tierra de promisión, pero no somos precisos cuando hablamos de inmigración en España, porque nos vienen a la mente todas aquellas personas de origen subsahariano o árabe que llegan a nuestras costas en precarias pateras gestionadas por mafias, y no solemos contar con la inmigración procedente de los países latinos o asiáticos, así como la invasión turística que llega a nuestras costas y se queda para aprovechar las ventajas que nuestro país les ofrece.
Los inmigrantes “ilegales” son seres humanos tan legales como los demás, pero que han tenido la desgracia de verse obligados a abordar en precario su aventura hacia el futuro, enfrentando desde los países de origen un trayecto tan plagado de peligros, que muchos de los que lo emprenden esperanzados mueren en el camino.
El drama es que, después de dejar a cientos de compañeros en ruta, cuando llegan cerca de la última de las barreras, próximos ya a su límite de supervivencia, se enfrentan a barreras y mares con tal desesperación que saltan sobre concertinas y se arriesgan a navegar, sin que los mafiosos de turno tengan que hacer mucho para venderles su pasaje a la pesadilla, porque sus clientes, aun sabiendo que les engañan, pagan con todo lo que tienen -y aún deben- agarrándose al último clavo ardiendo aún al precio de perder su pobre vida.
Frente a esto, nada pueden evitar los muros (y prueba de ello son los importantes asaltos que siguen produciéndose a través de los vallados de Ceuta y Melilla), porque es un hecho bien sabido que se reduce la ponderación de la altura y peligrosidad de cualquier obstáculo según crece la desesperación de quienes lo enfrentan.
Sin embargo, los muros, las fronteras, los obstáculos al entendimiento y la verdadera globalización se siguen levantando de modo inexplicable en un mundo desarrollado, a costes acumulados casi siempre mucho más gravosos que los que devendrían de la suma de iniciativas para concitar soluciones a largo plazo.
Realidad insostenible. Vergüenza social
La realidad es que emigrar a otro país como único modo de supervivencia, ha creado un problema social en los países receptores de los flujos migratorios ya que, por un lado, está el deber humano de acoger a aquellas personas cuya vida corre peligro, pero, por otro, la sociedad del país de acogida siente a menudo la sensación de que puede peligrar la estabilidad y la seguridad de su población.
La migración internacional es hoy un fenómeno global causado por numerosos factores, incluyendo las desigualdades demográficas y económicas entre los países, además de la guerra, los estados fallidos, el hambre y las catástrofes y el deterioro medioambiental, que hacen incompatible con la vida la permanencia en muchos territorios que antes bastaban para la subsistencia.
Pero los muros tienen hoy un valor especialmente simbólico frente a esos miedos porque, más que defender la seguridad o soberanía de ningún pueblo supuestamente atacado por las hordas o necesidades de los otros, como antaño lo hicieron las murallas, en general separan a los países ricos de los pobres, protegiendo simbólicamente a los amenazados por ese sentimiento de aporofobia que anida en los corazones estrechados por la opulencia.
Todos tienen derecho a sentirse seguros, los unos en nuestra tranquila comodidad y, los otros, en su afán de alcanzarla, pero hay que resolver el conflicto de manera eficiente.
Si tenemos en cuenta que las barreras físicas han demostrado por lo común su ineficacia, lo verdaderamente indispensable es que se realice una adecuada política migratoria integral y universal, que sirva para resolver de raíz las consecuencias de la enfermedad que produce la auténtica vergüenza de nuestro siglo: una desigualdad inaceptable, sobre la que no podemos seguir poniendo paños calientes.
La globalización, mal entendida, pese a todas sus ventajas, ha seguido primando el beneficio a toda costa, otorgando un crecimiento exponencial a los países montados en los elefantes ciegos del consumo, mientras se esquilmaban y depredaban los territorios de donde salen las materias primas y la mano de obra barata.
Nada de lo que podamos sorprendernos es ahora que los pueblos más desfavorecidos y, en muchos casos, engañados y utilizados para la extracción de materias primas de un subsuelo que ya no era suyo, guerras de otros que se inventaron como suyas, proyectos de desarrollo que nunca llegaron y líderes caciquiles colocados ad hoc por las potencias interesadas en repartos y globalizaciones varias, salgan de su caverna a buscar la luz.
Ya hemos globalizado la humanidad. Hora es de humanizar la globalización.
El asunto de la inmigración en general, y de la inmigración ilegal en particular, es sin lugar a duda, uno de esos retos sobre los que demasiado a menudo, en vez de actuar, se dan discursos recurrentes y vacíos, poniendo de manifiesto las grandes carencias que tienen las instituciones de consulta y decisión al más alto nivel, y que, en el mejor de los casos, terminan en una declaración rubricada por algún alto dignatario, cuando no en una dejación de responsabilidad ante la realidad y drama de los derechos humanos.
Hoy, hablamos de solidaridad cuando ésta queda bien para dar una buena imagen, tranquilizar nuestra conciencia o creer que “hacemos algo”, pero, a la hora de sentarnos a estudiar y dar cauce y continuidad a las posibles soluciones los sentimientos de inseguridad sirven de combustible para seguir atendiendo sólo remedios momentáneos y cosméticos, dejando a la auténtica solidaridad constructiva y sostenible reducida a unos pocos gestos de acogida que se muestran en los medios a bombo y platillo, ensalzados en extremo por unos y criticados por otros como un ejercicio de buenismo que se ve como casi ingenuo, cuando no peligroso.
La triste realidad es que, mientras tanto, se levantan o incrementan nuevos muros, físicos o legales, que se cree que nos protegen, pero siguen siendo una justificación vergonzosa y un aplazamiento de la auténtica realidad que, para los necesitados, por pura supervivencia, sólo significan obstáculos a batir y retos a superar
Hoy, más que nunca, buscar soluciones que acometan el problema de la inmigración, legal e ilegal, lleva implícito un entendimiento a corto plazo de todos los países afectados para conseguir aplicar un protocolo común, desarrollado con rigor, a fin de abordar de manera eficiente y equitativa la diversidad de situaciones que se plantean habitualmente.
Sin embargo, de nada serviría enfocar la ordenación del flujo de migrantes si no nos planteamos un trabajo conjunto y profundo para establecer protocolos de supervisión y programas de desarrollo en los países de origen que sirvan a medio plazo para evitar que las personas tengan que abandonar sus familias y pueblos por guerras de poder, gobiernos autoritarios o, simplemente, por falta de los recursos más vitales para la supervivencia y el desarrollo.
Cuesta creer que, nuestro inteligente y poderoso primer mundo, ese mismo armado hasta los dientes, que gasta miles de millones en la exploración del espacio, y se plantea colonizar Marte, carezca del ingenio y de la voluntad política suficiente para colonizar sus corazones con semillas de consciencia y sembrar el desarrollo en cada rincón del planeta.
Nos encontramos en un camino irreversible hacia un Nuevo Orden Mundial en el que, lo que hoy llamamos globalización, no será más que el paraguas de fraternidad que alcance a cada rincón de la tierra, y no por ese supuesto buenismo que todavía se atribuye a los pacíficos, sino porque habremos comprendido y aplicado (por puro interés y sentido práctico si no lo hacemos por sentimientos) lo que ya nos decían nuestros mayores: que “no nos puede ser indiferente el dolor ajeno”; que “tenemos que saber ponernos en el lugar del otro”; que “es más barato repartir que destrozar el bien por el que peleamos”; que “es más productivo para todos el diálogo que la lucha”; que “hay que dar peces y enseñar a pescar”; que “sólo tenemos un planeta y tenemos que empeñarnos en cuidar en conjunto todos y cada uno de sus reinos”.
Todo ello, sin olvidar que, los campos de refugiados no son una solución, ya que supone vivir encerrados sin haber cometido ningún delito ni disponer de un espacio seguro donde poder desarrollar su cultura y supervivencia con sus familias que son derechos que deben respetarse.
Objetivos. Análisis y recursos
Mientras tanto, para trabajar por unos objetivos loables y sostenibles hemos de hacer cuanto antes análisis realistas y rigurosos de las necesidades y recursos a disponer y aplicar, teniendo en cuenta que:
La principal conclusión del Informe de síntesis de la REM (Red Europea de Migraciones) es que, reducir la inmigración irregular constituye una prioridad política en la UE y sus estados miembros y que la necesidad de acciones conjuntas y de cooperación entre éstos queda patente en el hecho de que muchas de las principales medidas resaltadas son aquellas que requieren un esfuerzo colaborativo (por ejemplo: patrullas fronterizas conjuntas, intercambio de información y análisis de riesgos y amenazas).
En cualquier caso, hay muchas maneras de tratar el problema del incremento de la inmigración ilegal en Europa, empezando por la más básica: establecer modos de entrada ordenada, legales y seguros, dejando de defendernos de la supuesta amenaza que su llegada supone para abordar la valoración de la juventud, renovación y fuerza de trabajo que ofrece su presencia
Para algunos países estas medidas son urgentes no sólo por el orden implícito sino por los beneficios que la propia inmigración puede producir. El caso de España es paradigmático: o facilitamos la entrada de inmigrantes o habrá un desastre demográfico a medio plazo y no habrá dinero para pagar a los pensionistas. Las cifras son contundentes: según estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, necesitaríamos 10 millones de habitantes extras de aquí al año 2050.
La realidad es que, sin la inmigración, muchos países de Europa agonizarán sin remedio pero, ese incremento debe ser rigurosamente dimensionado, filtrado y controlado para su regulación e inserción.
El apoyo a las economías locales y a la educación, reduciría el número de los que emprenden esa travesía por la falta de perspectivas. La cooperación internacional debe enfocarse en incentivar el desarrollo tecnológico y empresarial de esos países.
Este ordenamiento también debería prever especiales medidas para el adecuado trato y la justa contratación de los inmigrantes legales, una vez regulada su entrada pues es sabido que incontables empresarios se benefician de los inmigrantes ilegales, e incluso de los legales, utilizándolos como mano de obra barata.
Igualmente, como ayuda a la inmigración regular, la ayuda financiera y en capacidades estatales, focalizada en los países de tránsito, no sólo es necesaria para permitir que puedan administrarla identificando los casos más vulnerables, sino que es fundamental controlar directamente la aplicación de los recursos para evitar el fraude o enriquecimiento personal.
Por otro lado, hay que establecer planes operativos eficaces, compartidos entre países, para acabar con el tráfico de personas, pues las mafias, situadas principalmente en el norte de África, muchas veces asociadas a grupos terroristas como el llamado Estado Islámico, se aprovechan de la necesidad de millones de personas para explotarlos económicamente sin ofrecer la más mínima seguridad, o para utilizarlos en sus objetivos.
En definitiva, no es construyendo muros como se resuelve el problema de la inmigración ilegal, sino tratando también la brecha entre países ricos y pobres, promoviendo el desarrollo económico local, el empleo y el bienestar social de los países subdesarrollados, de modo que sus ciudadanos sientan posible la evolución de sus vidas en sus países de origen y descarten la migración como tabla de salvación y única oportunidad para lograr una vida digna o simple supervivencia.
Gestión de la crisis
La gestión de los flujos migratorios implica proveer asistencia directa a los inmigrantes y favorecer su protección; prevenir y combatir el tráfico ilícito y la trata de personas, así como promover el desarrollo de modelos de gestión migratoria que se adapten a las necesidades y realidades actuales para la adecuada atención de las personas.
Uno de los principales y más urgentes aspectos a tener en cuenta para la resolución de la crisis en la que estamos inmersos es analizar las verdaderas necesidades de migrantes en los distintos países de destino, generando protocolos de acogida consensuados y eficaces, que permitan la llegada pactada a los destinos predeterminados que corresponda, donde sean esperados y tratados como seres humanos, con todos sus derechos y no almacenables en guetos.
La OIM, como principal organización internacional para las migraciones, continúa trabajando con sus asociados para poder encarar los desafíos que conlleva gestionar estos flujos migratorios en forma ordenada y en condiciones humanitarias, a fin de poder beneficiar a las personas migrantes y a la sociedad de acogida.
Hasta la fecha, y con independencia de las verdaderas soluciones pendientes de implementar, hay que destacar que las medidas prácticas adoptadas en la entrada, así como los controles de frontera, han demostrado su eficacia.
Los recursos compartidos y las redes de información, tales como la base de datos de documentos falsos de la INTERPOL o el Sistema Europeo de Archivo de Imágenes (FADO), son instrumentos importantes para detectar documentos fraudulentos en la frontera.
Por otro lado, la cooperación entre los Estados miembros para garantizar la seguridad de las fronteras interiores y con los países vecinos (investigaciones y patrullas conjuntas) permite prevenir también la inmigración ilegal, no solo en la UE, sino también en los países de origen.
A modo de conclusiones
Los muros físicos no van a parar la inmigración ilegal, sólo la harán más cara y con mayores riesgos y peores consecuencias. Son un obstáculo, pero no imposible de superar, pues siempre serán vencidos o burlados por la imperiosa necesidad de supervivencia.
Sin embargo, no acaba el peligro en sus paredes porque, una vez alcanzado el otro lado, quedan por derribar las fortificaciones más inexpugnables: las que están en las mentes y corazones de la sociedad insolidaria. Los más vergonzosos muros son los de la inoperancia de la política y de los políticos, que son incapaces de ponerse de acuerdo en temas ya declarados fundamentales para la convivencia y el desarrollo en paz desde hace muchos años.
Tanto los unos, como los otros, son monumentos a la ignorancia, al egoísmo, a la insolidaridad, al fallo de la convivencia y la concordia; en definitiva, son monumentos al fracaso humano en el intento de civilizarse y humanizarse, al fracaso del hombre para conciliarse con las realidades que lo circundan en cada momento, incluso con excusas como que la inmigración ilegal genera inseguridad ciudadana. Podemos justificarnos y decir que hay “muros buenos y muros malos” pero, lo cierto es que “al otro lado del muro” siempre habrá una gran diferencia económica, étnica, religiosa, política o social a resolver.
“No quiero mi casa amurallada por todos lados ni mis ventanas selladas. Yo quiero que las culturas de todo el mundo soplen sobre mi casa tan libremente como sea posible, pero me niego a ser barrido por ninguna de ellas. Me niego a vivir en casa ajena como un intruso, un mendigo o un esclavo”.
Mahatma Gandhi
La nueva generación de comunicación por datos móviles 5G que aporta numerosas ventajas, causará también una gran transformación, una revolución en muchos aspectos, debido a las grandes velocidades de comunicación y, sobre todo, a la baja latencia, y especialmente para sus aplicaciones en la seguridad.
El 5G ha sido diseñado para ser más seguro que las redes móviles anteriores, por tanto, hablaremos también de seguridad, porque el riesgo y las vulnerabilidades, también parece que son reales. El 5G es ya un comienzo de realidad imparable, al menos en ciudades españolas como Barcelona, Málaga, Madrid y Sevilla.
Las nuevas ventajas que proporciona la tecnología 5G
Una de las grandes ventajas del 5G es la velocidad en las transmisiones de datos, podremos descargarnos archivos de una manera mucho más eficiente a como lo hacemos en la actualidad. Esta ventaja tendrá una gran influencia en la “nube”, ya que, al poder disfrutar de una mayor velocidad, podremos acceder a archivos, programas y aplicaciones remotas de una forma totalmente inmediata y sin esperas.
Esto supondrá un gran beneficio para las empresas en todo tipo de actividades industriales o comerciales y de logística automatizada, pero también de la videovigilancia inteligente o la monitorización de la seguridad, además de para otras organizaciones como las de atención sanitaria remota o las empresas de servicios al cliente o de soporte tecnológico.
Con el 5G podremos conectarnos mucho más a las cosas que nos rodean, con un salto enorme en la capacidad. Esta otra ventaja permitirá multitud de conexiones sin pérdida de cobertura que potenciarán el Internet de las cosas (IoT), los comandos de voz, la conducción autónoma, el reconocimiento facial, Ia interpretación de los comportamientos no verbales, la robotización, la gestión y control de sistemas en ciudades inteligentes, el procesamiento inteligente de imágenes, etc.
Prometen que la tecnología 5G será rápida, móvil y segura. Velocidad y latencia también favorecen una mejor conectividad desde más lugares, así como un mayor número de dispositivos conectados simultáneos a la red, los cuales en tiempo real se intercambiarán información los unos con los otros.
No solo se producirá un incremento de dispositivos conectados en nuestro hogar como iluminación, seguridad, electrodomésticos o la organización de las tareas domésticas, también se conseguirá conectar vehículos autónomos y permitir nuevas aplicaciones de realidad virtual y aumentada. Las conexiones a gran velocidad harán posibles operaciones a distancia y otras funciones en telemedicina y telecontrol.
Con todo ello estamos construyendo las redes del futuro y el 5G marcará el comienzo de la era de la inteligencia artificial.
5G servirá para conectar tanto a las personas como a entidades y empresas, las cuales deberán aprovechar esta tecnología tanto para adaptarse a lo que demanda la sociedad y el mercado, como para mejorar su gestión interna e innovar.
Lo cierto es que parece que «ya estamos en los primeros días de la revolución 5G», según señala Andy Purdy, CSO de Huawei, añadiendo que «Tenemos mucho trabajo por hacer en la tarea interminable de mantener nuestros datos, nuestra privacidad y nuestros servicios seguros, disponibles y libres de daños. Los malos actores siempre tratarán de explotar las vulnerabilidades para sus propias ventajas».
Oportunidades para Nuevos Servicios de Seguridad gracias al 5G
La seguridad va a ser uno de los campos que más se beneficiará de ella con nuevos servicios inteligentes y de valor añadido en sistema de alarma y control, el reconocimiento facial, Ia interpretación de comportamientos no verbales, la gestión de sistemas con procesamiento inteligente de imágenes, etc. todo ello hará de los locales u hogares un nuevo lugar protegido y controlado desde una Central Receptora de Alarmas (CRA) o desde una simple app, desde cualquier lugar y en cualquier momento, según los casos y circunstancias.
Así, ya hemos podido asistir al primer simulacro de emergencias ciudadana realizado en el Puerto de Valencia recientemente, donde, mediante el 5G se ha dispuesto de la información en directo y en tiempo real para la gestión de la emergencia y la seguridad mediante videovigilancia, reconocimiento facial y control de los sistemas.
La utilización de la tecnología 5G será clave en la prestación de servicios de comunicaciones críticas de banda ancha a operativos de emergencias y seguridad, así como en su aplicación a otros ámbitos como el sanitario, atención a la dependencia o gestión medioambiental presenta igualmente importantes ventajas.
Esta nueva forma de navegación facilitará el camino a tecnologías emergentes como la realidad virtual o los coches sin conductor. Asimismo, permitirá ver vídeos 3D, trabajar desde la nube, descargar archivos en total tiempo real o hacer videollamadas sin interferencias, entre otras de las acciones rutinarias en las que notaremos las mejoras.
Esto, favorecerá al IoT o Internet de las cosas, que hace referencia a objetos cotidianos que además de tener conexión a Internet tienen algún tipo de inteligencia y, por lo tanto, se utilizarán para optimización del tiempo y mejorar nuestra eficacia y calidad de vida Además, de que también se producirá un incremento de los dispositivos que tenemos conectados en nuestro hogar como las iluminación, la seguridad, los electrodomésticos o la organización de las tareas domésticas.
Riesgos y amenazas que traerá consigo esta nueva tecnología 5G y la obligada ciberseguridad
Ya se han propuesto varias medidas de protección para esta nueva tecnología, como que el tráfico en Internet esté encriptado desde el dispositivo hasta el núcleo de la red con un complejo cifrado de datos para más seguridad.
Sin embargo, por muchas medidas de seguridad que se aplique, siempre existe el riesgo de que 5G sea atacado y vulnerado. Por eso, por muy transformadora y revolucionaria que sea esta nueva tecnología, nunca debemos dejar de extremar las precauciones.
Sus conexiones serán más seguras que la infraestructura 4G actual, aun así, son muchos los desafíos a los que se enfrentan las empresas por cumplir los estándares reconocidos para garantizar la seguridad de esta tecnología.
Los operadores están trabajando para fortalecer su capacidad de prevenir, detectar y mitigar la inevitable actividad cibernética maliciosa dentro de los múltiples nuevos servicios que también transformarán la industria donde la protección de datos y los mecanismos de control y seguridad son imprescindibles.
Las redes de alta velocidad presentan también importantes riesgos, amenazas y vulnerabilidades de ciberseguridad. La agencia de Ciberseguridad de la UE ya ha advertido que no existen suficientes garantías de que las nuevas redes sean seguras. Al ser mayor la cantidad de usuarios conectados también existirá un mayor riesgo de ataques informáticos.
Por ello, las empresas de telecomunicaciones deben aplicar soluciones de seguridad más fuertes sobre esta nueva tecnología a fin de evitar ciberataques más complejos.
Los operadores están trabajando para fortalecer su capacidad de prevenir, detectar y mitigar la inevitable actividad cibernética maliciosa dentro de los múltiples nuevos servicios que también transformarán la industria donde la protección de datos y los mecanismos de control y seguridad son imprescindibles.
También existe el debate, al igual que en otras tecnologías actuales como la Inteligencia artificial o el Big Data, sobre la protección de los datos personales y la intimidad de los individuos. Sobre todo, tras la aprobación del RGPD europeo.
Estados Unidos pide a sus empresas que no utilicen tecnología de telecomunicaciones china de Huawei, indicando que hace años que el gobierno chino usa los dispositivos para espiar.
Para Andy Purdy, CSO de Huawei “Los beneficios del 5G superan con creces los riesgos. Es críticamente importante que el sector privado, en colaboración con el gobierno, fortalezca los esfuerzos para definir e implementar un marco de seguridad para 5G e IoT que aproveche estándares y mejores prácticas reconocidos internacionalmente”.
En España, el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, ha advertido recientemente que, con la llegada de la tecnología 5G, la seguridad «va a sufrir aún más» por lo que es preciso permanecer alerta ante los riesgos y oportunidades que brinda la revolución tecnológica para saber beneficiarse de ella., ya que los cambios tecnológicos provocan una gran inseguridad y «ruptura de la confianza, especialmente en lo que vemos, percibimos y nos dicen es cierto».
Para Sanz Roldán se está produciendo una revolución tecnológica radical y enormemente rápida y que el CNI debe estar y estará en el centro de esa revolución «Estamos bien situados, tenemos la infraestructura adecuada y un sistema de gobernanza (de la ciberseguridad) humilde, pero que está funcionando», ha animado Sanz Roldán, confiado en que militares, civiles, expertos y empresarios sepan aprovechar la oportunidad de «sentarse a pensar y a trabajar juntos».
Recientemente se ha publicado la Orden PCI/487/2019, de 26 de abril, sobre la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2019, aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional (BOE de 30 de abril de 2019).La Estrategia Nacional de Ciberseguridad española desarrolla las previsiones de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 en el ámbito de la ciberseguridad, considerando los objetivos generales, el objetivo del ámbito y las líneas de acción establecidas para conseguirlo.
Hacemos el resumen de la norma que, aún siendo una guía de bases generales, se manifiesta de manera clara y concisa en sus objetivos y esquema de planteamiento.
El documento se estructura en cinco capítulos.
El primero, titulado “El ciberespacio, más allá de un espacio común global”, proporciona una visión de conjunto del ámbito de la ciberseguridad, los avances realizados desde la aprobación de la Estrategia de 2013, las razones que afianzan la elaboración de la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2019, así como las principales características que impulsan su desarrollo.
El adecuado desarrollo y aplicación de este planteamiento, exige trabajar con un enfoque multidisciplinar en todos los sentidos, que englobe aspectos más allá de los básicamente técnicos, En este sentido, el sector privado juega un papel relevante como uno de los gestores y propietarios mayoritarios de los activos digitales de España, por lo que las capacidades de ciberseguridad residen en gran medida en las de sus empresas y entidades públicas.
Por otro lado, la adecuada transición de un modelo de ciberseguridad de carácter preventivo y defensivo hacia un esquema que incorpore elementos de mayor fuerza disuasoria requerirá de un contexto global de mayor competencia geopolítica.
Finalmente, la rápida evolución de las ciberamenazas aconseja una aproximación y desarrollo más proactivo de la ciberinteligencia.
El segundo capítulo, titulado “Las amenazas y desafíos en el ciberespacio”, determina las principales amenazas que derivan de su condición global y común, de la elevada tecnificación y de la gran conectividad que posibilita la amplificación del impacto ante cualquier ataque.
Clasifica estas amenazas y desafíos en dos categorías: por un lado, las que implican a activos que forman parte del ciberespacio; y por otro, aquellos que usan el ciberespacio como medio para realizar actividades maliciosas e ilícitas de todo tipo.
El tercer capítulo, titulado “Propósito, principios y objetivos para la ciberseguridad”, aplica los principios rectores de la Estrategia de Seguridad Nacional 2017 (Unidad de acción, Anticipación, Eficiencia y Resiliencia) a cinco objetivos específicos.
Su desarrollo principal, se plasma en el cuarto capítulo, titulado “Líneas de acción y medidas”, donde se establecen siete líneas de acción y se identifican las medidas para la implementación de cada una de ellas.
Dichas líneas de acción se dirigen a: reforzar las capacidades ante las amenazas provenientes del ciberespacio; garantizar la seguridad y resiliencia de los activos estratégicos para España; impulsar la ciberseguridad de ciudadanos y empresas; reforzar las capacidades de investigación y persecución de la ciberdelincuencia para garantizar la seguridad ciudadana y la protección de los derechos y libertades en el ciberespacio; impulsar la ciberseguridad de ciudadanos y empresas; potenciar la industria española de Ciberseguridad y la generación y retención de talento para el fortalecimiento de la autonomía digital; contribuir a la seguridad del ciberespacio en el ámbito internacional, promoviendo un ciberespacio abierto, plural, seguro y confiable en apoyo de los intereses nacionales y desarrollar una cultura de ciberseguridad de manera que se contribuya al Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional.
El quinto capítulo, titulado “La ciberseguridad en el Sistema de Seguridad Nacional”, define la arquitectura orgánica de la ciberseguridad.
Bajo la dirección del Presidente del Gobierno, la estructura se compone de tres órganos: el Consejo de Seguridad Nacional, como Comisión Delegada del Gobierno para la Seguridad Nacional; el Consejo Nacional de Ciberseguridad, que apoya al Consejo de Seguridad Nacional y asiste al Presidente del Gobierno en la dirección y coordinación de la política de Seguridad Nacional en el ámbito de la ciberseguridad y fomenta las relaciones de coordinación, colaboración y cooperación entre Administraciones Públicas y entre estas y el sector privado, y el Comité de Situación que, con el apoyo del Departamento de Seguridad Nacional, apoyará la gestión de las situaciones de crisis en cualquier ámbito, que por su transversalidad o dimensión, desborden las capacidades de respuesta de los mecanismos recursos habituales.
Consideraciones finales y evaluación
A modo de conclusión, en la nueva Estrategia Nacional de Ciberseguridad española 2019, se exponen una serie de consideraciones finales y se concretan los mecanismos para la actualización y evaluación de la propia Estrategia.
La experiencia adquirida desde la Estrategia de Ciberseguridad Nacional de 2013, ha permitido plasmar en este nuevo documento una actualización de las amenazas y los desafíos a los que nos enfrentamos, siempre en continua evolución.
Para adecuarse a este nuevo escenario cambiante, se propone un conjunto de Líneas de Acción y medidas más dinámicas, que permitan, si fuese necesario, una rápida adaptación del ecosistema de ciberseguridad nacional, basado en un modelo de gobernanza con una considerable madurez, donde debe participar activamente el sector privado y el resto de la sociedad civil.
En este sentido, la Estrategia se concibe como un documento vivo que ha de irse ajustando a la evolución de la ciberseguridad, por lo que deberá ser objeto de revisión continua, como también los planes específicos y sectoriales que de ella se deriven.
Se elaborará un informe anual de evaluación de la Estrategia donde figurará el grado de ejecución y cumplimiento de sus objetivos generales y particulares.
Por otro lado, a la vista del incremento de las amenazas y desafíos a la ciberseguridad y cómo los afrontan países de nuestro entorno, resulta cada vez más urgente dotarse de recursos económicos, humanos y materiales para hacer frente a los mismos. Una de las acciones especialmente relevantes en este marco es que el Centro de Operaciones de Ciberseguridad de la Administración General del Estado se encuentre adecuadamente dotado.
En resumen, la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2019 establece la posición de España ante una nueva concepción de la ciberseguridad en el marco de la Política de Seguridad Nacional.
La nueva ciberseguridad se extiende más allá del campo meramente de la protección del patrimonio tecnológico para adentrarse en las esferas política, económica y social.
Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.
Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.
Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.
Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)
Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad
Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850