Reseñas
Conversación con Lluís Duch. Religión, comunicación y política
Juan Antonio Martínez de la Fe , 13/06/2019
Ficha Técnica
Título: Conversación con Lluís Duch. Religión, comunicación y política
Autor: Ignasi Moreta
Edita: Fragmenta Editorial. Barcelona, 2019.
Colección: Fragmentos
Traducción: Sara García Chemhar
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 90
ISBN: 978-84-17796-02-0
Precio: 11 euros
Lluís Duch, calificado como el mejor antropólogo de la religión a escala hispánica, nos dejó en noviembre del pasado año. No así su pensamiento, sus planteamientos antropológicos, que mantienen toda su vigencia. Y un excelente resumen o guión de su visión sobre los temas a los que dirigió su atención, es este libro de formato pequeño, de reciente aparición, con autoría de Ignasi Moreta.
Ofrece esta obra una iniciación a Duch; unas páginas sumamente interesantes, ya que sintetizan su pensamiento, fijando los pilares sobre los que descansa su obra; obra que, por lo demás, es muy extensa y abarca ámbitos temáticos y disciplinarios muy diversos.
Es importante en Duch su voluntad de sistema, algo que se desprende de la lectura de sus obras en las que se refiere frecuentemente a “mi esquema antropológico”, “mi proyecto antropológico” o “mi modelo antropológico”; un sistema que, en los inicios de su desarrollo, bautizó como sociofenomenología.
Ignasi Moreta, el entrevistador y autor del libro, propone una serie de afirmaciones de las que se puede vislumbrar las tesis de Duch; frases como “para el ser humano no existe ninguna posibilidad extracultural”, “somos seres finitos capaces de los infinito”, “estamos siempre in statu viae hacia el status patriae”, “el ser humano no es ni bueno ni malo, sino ambiguo”, “los humanos somos seres gramaticales”, “el símbolo hace mediatamente presente lo que es inmediatamente ausente”, “la condición humana es adverbial, marcada por el espacio y el tiempo” o “Dios no es un a priori metafísico, sino un a posteriori ético”.
El sistema de Duch viene marcado por combinaciones binarias, entre las que destacan estructura/historia, mito/logos, romanticismo/ilustración, interioridad/exterioridad, continuidad/cambio, etc.
Como un avance del contenido de la entrevista objeto del libro, Moreta desgrana aspectos biográficos de Duch, tales como sus inicios centrados en Mircea Eliade o en Panikkar, de los que finalmente se distancia.
Apunta también a Duch como creador de lenguaje, por la concisión y contundencia de sus expresiones. Aporta el ejemplo de esta frase: “creo que, en nuestros tiempos, hay un claro desfase entre las preguntas religiosas y las respuestas religiosas”. Y aclara que hoy nos planteamos las mismas preguntas que ayer, es decir, seguimos siendo religiosos; sin embargo, lo que ha cambiado, y no poco, son las respuestas que ofrecen las instituciones religiosas, unas respuestas que no encuentran eco en nosotros. Y, como ejemplo más interesante, incluso, es su expresión de la “condición adverbial” referida a que el ser humano está condicionado inevitablemente por un espacio y un tiempo, como adverbios.
En esta aproximación a la figura de Lluís Duch, son varios los aspectos que aborda el entrevistador: su humanismo y erudición, la conversación y el humor, los vínculos con el mundo académico y los reconocimientos que recibió, para dar, finalmente, entrada a la entrevista que se publica, recuperada de una publicación previa en la revista Iglesia Viva correspondiente al período enero-marzo de 2014.
Así pues, inicia la entrevista planteando cuestiones de tipo biográfico, en la que, de sus años de estudios, destaca el aprecio por la historia de una disciplina, el valor de las humanidades, el modelo pedagógico, todo ello adquirido en sus estancias estudiantiles en Alemania. En este país recibió enseñanzas de figuras de la talla de Ernst Bloc, Eberhard Jüngel, Jürgen Moltmann, Walter Schultz, Ernst Käsemann, Otto Michel, Hans Blumenberg, Eugen Biser o Max Seckler, quien fuera director de su tesis doctoral. Una tesis que versó sobre el mito en Mircea Eliade, autor del que, como hemos dicho, terminó distanciándose.
En efecto: Eliade no apreciaba el valor de la historia en la existencia humana; incluso, tenía una relevancia totalmente negativa. Sin embargo, para Duch es de suma importancia lo que él llamaba el “factor biográfico”. Para Duch es fundamental la tensión entre los estructural (lo pre-judicial, en palabras de Gadamer) y lo histórico cultural; Eliade se queda en lo pre-judicial “y lo establece de una manera totalmente apriorística y, en cambio, yo creo que lo estructural, lo apriorístico, solo tiene una comprobación aposteriorística”. En el fondo, la comprobación ética carece de valor para Eliade, en el fondo, un antisemita, mientras que para Duch, muy judeocristiano, es esencial.
El paraíso perdido: esperanza
Para Duch, el mito del paraíso perdido es una de las ejemplificaciones más interesantes de lo que es el ser humano. Considera que este mito puede funcionar de tres maneras, dos correctas y una incorrecta. Una manera correcta de funcionar es como sentimiento de falta, de carencia; una sensación que pone en marcha uno de los más grandes sentimientos, a su juicio, del ser humano: la nostalgia, el dolor por lo que nos falta, “el deseo insatisfecho pero como algo doloroso, nostálgico”.
Otra forma de funcionar, también correcta, es como paraíso buscado, que moviliza, hace andar la utopía, la esperanza. Pero, frente a estos dos funcionamientos del mito, hay un tercero totalmente aberrante, el paraíso encontrado. “Es lo que los políticos, jerarcas religiosos, instituciones, etc., intentan presentar como algo conseguido, acabado”. Si es esta la manera de funcionar, estamos frente al totalitarismo, al lavado de conciencia, frente a todas las patologías totalizadoras y perversas. Esto es lo acaecido con los mitos políticos del siglo XX: nazismo, fascismo, dictaduras, … Lo que lleva a una incidencia directa en el calendario, incidencia de gran significación antropológica que, en el fondo, es una intervención en el espacio y el tiempo humanos; ejemplos de ello los tenemos en la revolución francesa o, más cercano a nosotros, las alusiones al primer, segundo, tercer, … año de la victoria.
Homo religiosus
En su antropología, Duch habla del ser humano como un ser finito capaz de infinito, lo que tiene mucho que ver con el tema de los estructural y lo histórico. Hay que distinguir entre lo religioso y las religiones históricas, lo político y las políticas, lo simbólico y los símbolos. Viniendo a las religiones, son éstas traducciones culturales de un fondo religioso, un fondo religioso que no tiene historia, en el sentido de acontecer, sino que viene dado con el hecho de la simple presencia del ser humano en el mundo.
Y matiza que el ser humano es religioso, más que en un sentido activo, en el sentido de que tiene esa predisposición. Y, de esta afirmación señala la importancia del símbolo, de lo simbólico en ese ser humano; lo que significa que puede hacer presente lo que está ausente, lo invisible a través de lo visible.
Ser religioso es, en definitiva, es ser un ser en búsqueda, que se siente incompleto, lo que lo conduce a una especie de inaceptabilidad de todo lo presente, aunque reconociendo que, pese a esa inaceptabilidad, es imprescindible para avanzar. Y aquí aporta uno de los pilares de su antropología: la praxis del dominio de la contingencia; es decir, este ser humano que es deseo, que es búsqueda, también está sujeto a la contingencia. Es la Modernidad el caldo donde adquiere importancia la contingencia, a medida que retrocede y va desapareciendo la idea de la providencia de Dios para ser sustituida por la ideología del progreso. Y esto es así porque el ser humano es un ser de sustituciones: ante la desaparición de una perspectiva surge otra que viene a ejercer la misma función de la que se abandona: “Ante la defunción de una forma histórica concreta aparece un equivalente funcional que se llamará o no religioso o no religioso, pero que adquirirá una función semejante a la que tenía lo que ha desaparecido”.
Hoy existe una ideología de la secularización, ante la que Duch es muy crítico, ya que, a su juicio, se confunde el cambio social, muy evidente por otra parte, con la secularización de la consciencia humana, cuestiones que no se pueden confundir; el cambio social es un cambio cultural, histórico, variable en el tiempo, mientras que la secularización de la consciencia humana supondría un cambio estructural en el ser humano. Y opina Duch que las centrales religiosas hablan mucho de los peligros de la secularización, refiriéndose a pérdidas de filiación, de adeptos, de objetivos inmediatos o, incluso, de la potencia político-económica de esas centrales; y esto, evidentemente, es otra cuestión que no tiene nada que ver con la esencial estructura del ser humano.
Ambigüedad y adverbialidad
El ser humano es una coincidencia de opuestos, una complexio oppositorum, de donde surge su ambigüedad, su provisionalidad y su relatividad. Porque es capaz de lo mejor y capaz de lo peor. “Esta indeterminación es lo que da origen a la ambigüedad del ser humano, es decir, un ser que no está predeterminado para el bien ni para el mal”. Duch se inclina por el modelo antropológico que considera al ser humano ambiguo en este sentido, descartando aquellos otros modelos que lo consideran fundamentalmente bueno o fundamentalmente malo.
Somos libres, afirma Duch, pero con una libertad condicionada, una libertad que, de alguna manera, se encuentra sometida, predeterminada por ciertas condicionalidades tales como el mismo vocabulario, la herencia del pasado, los códigos de justicia, … esa mochila en la que portamos un acerbo de herencias. Porque el ser humano no parte de cero, siempre es heredero, pero con la facultad de enfocar sus herencias a su manera. Y aparece aquí otro de los conceptos básicos de Duch, el de la adverbialidad: un ser humano determinado por un aquí y un ahora.
Estructuras de acogida
Se trata de otro de los fundamentos de la antropología de Duch: el ser humano necesita estructuras de acogida, de transmisiones, de mediaciones, de lenguajes. Y son las personas, las instituciones las que le proporcionan esa transmisión que necesita. Hay diferentes estructuras de acogida.
La primera es la de codescendencia, que se refiere a la familia que, en cada caso, tiene una concreta articulación cultural; pero lo que importa aquí es lo familiar. La segunda estructura es la de corresidencia, que comprende la escuela, la universidad, la política, las agrupaciones culturales, las de ocio, … Una tercera estructura es la de cotrascendencia, que recoge los simbolismos compartidos, como, por ejemplo, las religiones, que permiten hacer visible lo invisible y están relacionadas con lo simbólico. Finalmente, una cuarta estructura es la de comediación, es decir, los modernos sistemas de internet, de comunicación, etc.
En la base de estas estructuras anida un muy importante factor: la confianza, las transmisiones auténticas son las que se basan en la confianza; si no existe esta, tales transmisiones se quedan en una capa muy superficial, y corren el peligro de no quedarse. El problema es que en la actualidad esta cuestión de las transmisiones está sufriendo un muy negativo impacto de la desconfianza y, cuando esto sucede, una sociedad basada en la desconfianza es muy peligrosa.
¿Cómo se combate la desconfianza? Con el testimonio. “El testimonio es aquella persona que basa la verdad de lo que dice en la veracidad de su propia vida”, no es una cuestión demostrativa, sino mostrativa. Predicar con el ejemplo, sería la versión popular.
Religión y política
En esta conversación con Lluís Duch, se alude a una de sus obras más conocidas, Religión y política. Y comienza intentando definir el concepto de religión, acogiéndose a la que ofrece Paul Tillich: “religión es lo que nos atañe incondicionalmente”. En aquella obra, Duch trata de ver las implicaciones, las coimplicaciones, entre lo religioso y lo político; y lo hace concretando en lo religioso, no en las religiones positivas, y en lo político, más que en las políticas concretas. En definitiva, retorna a su planteamiento de la estructura más que a la historia, a la estructura religiosa y la estructura política del ser humano. Unos términos que son constitutivos en la presencia concreta del ser humano en su mundo cotidiano.
¿Se pueden separar ambos conceptos en el ser humano concreto? Poderlo hacer sería lo mejor que podría pasar; pero resulta imposible por una sencilla razón antropológica: el mismo ser humano es el sujeto tanto de lo religioso como de lo político.
Como consecuencia, lo político tiende a querer gobernar en el fuero interno del individuo, mientras que lo religioso pretende imponer su ética particular a toda la sociedad. Esto es así: toda religión histórica tiene apetencias políticas y toda política tiene apetencias religiosas: “ninguna religión se da por satisfecha con lo que podríamos llamar la cura de almas, por utilizar un término clásico, sino que también quiere hacerse presente en la calle. Ninguna política se queda satisfecha con la administración de la economía: también quiere incidir en las conciencias”.
Lluís Duch, un profundo antropólogo
La obra de Lluís Duch es amplia, muy amplia. Este libro, como se ha dicho, recoge una entrevista en la que este sabio monje benedictino expone con claridad y sencillez aquellos puntos que constituyen el eje de su pensamiento. Su lectura, sin duda, será de gran utilidad para quien desee acercarse a un autor reconocido por la profundidad de su pensamiento.
Título: Conversación con Lluís Duch. Religión, comunicación y política
Autor: Ignasi Moreta
Edita: Fragmenta Editorial. Barcelona, 2019.
Colección: Fragmentos
Traducción: Sara García Chemhar
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 90
ISBN: 978-84-17796-02-0
Precio: 11 euros
Lluís Duch, calificado como el mejor antropólogo de la religión a escala hispánica, nos dejó en noviembre del pasado año. No así su pensamiento, sus planteamientos antropológicos, que mantienen toda su vigencia. Y un excelente resumen o guión de su visión sobre los temas a los que dirigió su atención, es este libro de formato pequeño, de reciente aparición, con autoría de Ignasi Moreta.
Ofrece esta obra una iniciación a Duch; unas páginas sumamente interesantes, ya que sintetizan su pensamiento, fijando los pilares sobre los que descansa su obra; obra que, por lo demás, es muy extensa y abarca ámbitos temáticos y disciplinarios muy diversos.
Es importante en Duch su voluntad de sistema, algo que se desprende de la lectura de sus obras en las que se refiere frecuentemente a “mi esquema antropológico”, “mi proyecto antropológico” o “mi modelo antropológico”; un sistema que, en los inicios de su desarrollo, bautizó como sociofenomenología.
Ignasi Moreta, el entrevistador y autor del libro, propone una serie de afirmaciones de las que se puede vislumbrar las tesis de Duch; frases como “para el ser humano no existe ninguna posibilidad extracultural”, “somos seres finitos capaces de los infinito”, “estamos siempre in statu viae hacia el status patriae”, “el ser humano no es ni bueno ni malo, sino ambiguo”, “los humanos somos seres gramaticales”, “el símbolo hace mediatamente presente lo que es inmediatamente ausente”, “la condición humana es adverbial, marcada por el espacio y el tiempo” o “Dios no es un a priori metafísico, sino un a posteriori ético”.
El sistema de Duch viene marcado por combinaciones binarias, entre las que destacan estructura/historia, mito/logos, romanticismo/ilustración, interioridad/exterioridad, continuidad/cambio, etc.
Como un avance del contenido de la entrevista objeto del libro, Moreta desgrana aspectos biográficos de Duch, tales como sus inicios centrados en Mircea Eliade o en Panikkar, de los que finalmente se distancia.
Apunta también a Duch como creador de lenguaje, por la concisión y contundencia de sus expresiones. Aporta el ejemplo de esta frase: “creo que, en nuestros tiempos, hay un claro desfase entre las preguntas religiosas y las respuestas religiosas”. Y aclara que hoy nos planteamos las mismas preguntas que ayer, es decir, seguimos siendo religiosos; sin embargo, lo que ha cambiado, y no poco, son las respuestas que ofrecen las instituciones religiosas, unas respuestas que no encuentran eco en nosotros. Y, como ejemplo más interesante, incluso, es su expresión de la “condición adverbial” referida a que el ser humano está condicionado inevitablemente por un espacio y un tiempo, como adverbios.
En esta aproximación a la figura de Lluís Duch, son varios los aspectos que aborda el entrevistador: su humanismo y erudición, la conversación y el humor, los vínculos con el mundo académico y los reconocimientos que recibió, para dar, finalmente, entrada a la entrevista que se publica, recuperada de una publicación previa en la revista Iglesia Viva correspondiente al período enero-marzo de 2014.
Así pues, inicia la entrevista planteando cuestiones de tipo biográfico, en la que, de sus años de estudios, destaca el aprecio por la historia de una disciplina, el valor de las humanidades, el modelo pedagógico, todo ello adquirido en sus estancias estudiantiles en Alemania. En este país recibió enseñanzas de figuras de la talla de Ernst Bloc, Eberhard Jüngel, Jürgen Moltmann, Walter Schultz, Ernst Käsemann, Otto Michel, Hans Blumenberg, Eugen Biser o Max Seckler, quien fuera director de su tesis doctoral. Una tesis que versó sobre el mito en Mircea Eliade, autor del que, como hemos dicho, terminó distanciándose.
En efecto: Eliade no apreciaba el valor de la historia en la existencia humana; incluso, tenía una relevancia totalmente negativa. Sin embargo, para Duch es de suma importancia lo que él llamaba el “factor biográfico”. Para Duch es fundamental la tensión entre los estructural (lo pre-judicial, en palabras de Gadamer) y lo histórico cultural; Eliade se queda en lo pre-judicial “y lo establece de una manera totalmente apriorística y, en cambio, yo creo que lo estructural, lo apriorístico, solo tiene una comprobación aposteriorística”. En el fondo, la comprobación ética carece de valor para Eliade, en el fondo, un antisemita, mientras que para Duch, muy judeocristiano, es esencial.
El paraíso perdido: esperanza
Para Duch, el mito del paraíso perdido es una de las ejemplificaciones más interesantes de lo que es el ser humano. Considera que este mito puede funcionar de tres maneras, dos correctas y una incorrecta. Una manera correcta de funcionar es como sentimiento de falta, de carencia; una sensación que pone en marcha uno de los más grandes sentimientos, a su juicio, del ser humano: la nostalgia, el dolor por lo que nos falta, “el deseo insatisfecho pero como algo doloroso, nostálgico”.
Otra forma de funcionar, también correcta, es como paraíso buscado, que moviliza, hace andar la utopía, la esperanza. Pero, frente a estos dos funcionamientos del mito, hay un tercero totalmente aberrante, el paraíso encontrado. “Es lo que los políticos, jerarcas religiosos, instituciones, etc., intentan presentar como algo conseguido, acabado”. Si es esta la manera de funcionar, estamos frente al totalitarismo, al lavado de conciencia, frente a todas las patologías totalizadoras y perversas. Esto es lo acaecido con los mitos políticos del siglo XX: nazismo, fascismo, dictaduras, … Lo que lleva a una incidencia directa en el calendario, incidencia de gran significación antropológica que, en el fondo, es una intervención en el espacio y el tiempo humanos; ejemplos de ello los tenemos en la revolución francesa o, más cercano a nosotros, las alusiones al primer, segundo, tercer, … año de la victoria.
Homo religiosus
En su antropología, Duch habla del ser humano como un ser finito capaz de infinito, lo que tiene mucho que ver con el tema de los estructural y lo histórico. Hay que distinguir entre lo religioso y las religiones históricas, lo político y las políticas, lo simbólico y los símbolos. Viniendo a las religiones, son éstas traducciones culturales de un fondo religioso, un fondo religioso que no tiene historia, en el sentido de acontecer, sino que viene dado con el hecho de la simple presencia del ser humano en el mundo.
Y matiza que el ser humano es religioso, más que en un sentido activo, en el sentido de que tiene esa predisposición. Y, de esta afirmación señala la importancia del símbolo, de lo simbólico en ese ser humano; lo que significa que puede hacer presente lo que está ausente, lo invisible a través de lo visible.
Ser religioso es, en definitiva, es ser un ser en búsqueda, que se siente incompleto, lo que lo conduce a una especie de inaceptabilidad de todo lo presente, aunque reconociendo que, pese a esa inaceptabilidad, es imprescindible para avanzar. Y aquí aporta uno de los pilares de su antropología: la praxis del dominio de la contingencia; es decir, este ser humano que es deseo, que es búsqueda, también está sujeto a la contingencia. Es la Modernidad el caldo donde adquiere importancia la contingencia, a medida que retrocede y va desapareciendo la idea de la providencia de Dios para ser sustituida por la ideología del progreso. Y esto es así porque el ser humano es un ser de sustituciones: ante la desaparición de una perspectiva surge otra que viene a ejercer la misma función de la que se abandona: “Ante la defunción de una forma histórica concreta aparece un equivalente funcional que se llamará o no religioso o no religioso, pero que adquirirá una función semejante a la que tenía lo que ha desaparecido”.
Hoy existe una ideología de la secularización, ante la que Duch es muy crítico, ya que, a su juicio, se confunde el cambio social, muy evidente por otra parte, con la secularización de la consciencia humana, cuestiones que no se pueden confundir; el cambio social es un cambio cultural, histórico, variable en el tiempo, mientras que la secularización de la consciencia humana supondría un cambio estructural en el ser humano. Y opina Duch que las centrales religiosas hablan mucho de los peligros de la secularización, refiriéndose a pérdidas de filiación, de adeptos, de objetivos inmediatos o, incluso, de la potencia político-económica de esas centrales; y esto, evidentemente, es otra cuestión que no tiene nada que ver con la esencial estructura del ser humano.
Ambigüedad y adverbialidad
El ser humano es una coincidencia de opuestos, una complexio oppositorum, de donde surge su ambigüedad, su provisionalidad y su relatividad. Porque es capaz de lo mejor y capaz de lo peor. “Esta indeterminación es lo que da origen a la ambigüedad del ser humano, es decir, un ser que no está predeterminado para el bien ni para el mal”. Duch se inclina por el modelo antropológico que considera al ser humano ambiguo en este sentido, descartando aquellos otros modelos que lo consideran fundamentalmente bueno o fundamentalmente malo.
Somos libres, afirma Duch, pero con una libertad condicionada, una libertad que, de alguna manera, se encuentra sometida, predeterminada por ciertas condicionalidades tales como el mismo vocabulario, la herencia del pasado, los códigos de justicia, … esa mochila en la que portamos un acerbo de herencias. Porque el ser humano no parte de cero, siempre es heredero, pero con la facultad de enfocar sus herencias a su manera. Y aparece aquí otro de los conceptos básicos de Duch, el de la adverbialidad: un ser humano determinado por un aquí y un ahora.
Estructuras de acogida
Se trata de otro de los fundamentos de la antropología de Duch: el ser humano necesita estructuras de acogida, de transmisiones, de mediaciones, de lenguajes. Y son las personas, las instituciones las que le proporcionan esa transmisión que necesita. Hay diferentes estructuras de acogida.
La primera es la de codescendencia, que se refiere a la familia que, en cada caso, tiene una concreta articulación cultural; pero lo que importa aquí es lo familiar. La segunda estructura es la de corresidencia, que comprende la escuela, la universidad, la política, las agrupaciones culturales, las de ocio, … Una tercera estructura es la de cotrascendencia, que recoge los simbolismos compartidos, como, por ejemplo, las religiones, que permiten hacer visible lo invisible y están relacionadas con lo simbólico. Finalmente, una cuarta estructura es la de comediación, es decir, los modernos sistemas de internet, de comunicación, etc.
En la base de estas estructuras anida un muy importante factor: la confianza, las transmisiones auténticas son las que se basan en la confianza; si no existe esta, tales transmisiones se quedan en una capa muy superficial, y corren el peligro de no quedarse. El problema es que en la actualidad esta cuestión de las transmisiones está sufriendo un muy negativo impacto de la desconfianza y, cuando esto sucede, una sociedad basada en la desconfianza es muy peligrosa.
¿Cómo se combate la desconfianza? Con el testimonio. “El testimonio es aquella persona que basa la verdad de lo que dice en la veracidad de su propia vida”, no es una cuestión demostrativa, sino mostrativa. Predicar con el ejemplo, sería la versión popular.
Religión y política
En esta conversación con Lluís Duch, se alude a una de sus obras más conocidas, Religión y política. Y comienza intentando definir el concepto de religión, acogiéndose a la que ofrece Paul Tillich: “religión es lo que nos atañe incondicionalmente”. En aquella obra, Duch trata de ver las implicaciones, las coimplicaciones, entre lo religioso y lo político; y lo hace concretando en lo religioso, no en las religiones positivas, y en lo político, más que en las políticas concretas. En definitiva, retorna a su planteamiento de la estructura más que a la historia, a la estructura religiosa y la estructura política del ser humano. Unos términos que son constitutivos en la presencia concreta del ser humano en su mundo cotidiano.
¿Se pueden separar ambos conceptos en el ser humano concreto? Poderlo hacer sería lo mejor que podría pasar; pero resulta imposible por una sencilla razón antropológica: el mismo ser humano es el sujeto tanto de lo religioso como de lo político.
Como consecuencia, lo político tiende a querer gobernar en el fuero interno del individuo, mientras que lo religioso pretende imponer su ética particular a toda la sociedad. Esto es así: toda religión histórica tiene apetencias políticas y toda política tiene apetencias religiosas: “ninguna religión se da por satisfecha con lo que podríamos llamar la cura de almas, por utilizar un término clásico, sino que también quiere hacerse presente en la calle. Ninguna política se queda satisfecha con la administración de la economía: también quiere incidir en las conciencias”.
Lluís Duch, un profundo antropólogo
La obra de Lluís Duch es amplia, muy amplia. Este libro, como se ha dicho, recoge una entrevista en la que este sabio monje benedictino expone con claridad y sencillez aquellos puntos que constituyen el eje de su pensamiento. Su lectura, sin duda, será de gran utilidad para quien desee acercarse a un autor reconocido por la profundidad de su pensamiento.
Reseñas
Vida, la gran historia
Redacción T21 , 31/05/2019
Un viaje por el laberinto de la evolución
Ficha Técnica
Título: Vida, la gran historia
Autor: Juan Luis Arsuaga
Edita: Ediciones Destino. Barcelona, mayo de 2019
Colección: Imago Mundi. Volumen 298
Materia: Ciencia / Evolución
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 592
ISBN: 978-84-233-5574-7
PVP: 20,90 €
Hace unos 4.000 millones de años apareció la vida en la Tierra. ¿Era inevitable? ¿Y la raza humana? ¿Por qué estamos aquí? ¿Habría habido algún otro ser inteligente, si no hubiera habido humanos? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Somos libros o somos esclavos de nuestros genes? ¿Somos egoístas o somos altruistas por naturaleza? ¿Es compatible la teoría de la evolución con el cristianismo? ¿Puede la ciencia dar respuestas a quienes buscan entender el sentido de las cosas?
A partir de preguntas como éstas, y realizando un sólido repaso a las respuestas que la ciencia ha dado a lo largo de la historia, Juan Luis Arsuaga desarrolla una auténtica historia desde su origen hasta hoy en Vida, la gran historia. Este importante divulgador científico de nuestro país se embarca en un ambicioso proyecto: su mayor libro después de La especie elegida.
La novedad de esta obra, explica el propio autor, consiste en “suministrar al lector los datos que necesita, porque estoy convencido, dice, de que se contestan mejor las preguntas filosóficas desde el conocimiento científico que desde la ignorancia o el dogma.” También en ella se recogerá lo que han pensado las grandes luminarias de la biología evolutiva, para que se conozca el resultado de la indagación realizada por los mejores pensadores que ha habido.
Al final, considera el autor, cada cual debe sacar sus propias conclusiones porque más allá de los límites de la ciencia él se reconoce sin autoridad. “Todos nos hacemos la Gran Pregunta y todos nos la tenemos qué contestar. Eso es, precisamente, lo que nos hace humanos: la necesidad de preguntarnos por qué estamos aquí.”
Índice
El árbol de la vida
Prólogo
Primera parte. La evolución de la especie
Jornada I. La Tierra de nadie, tierra de todos
Jornada II. El método
Jornada III. Luca
Jornada IV. E pluribus unum
Jornada V. Tierra firme
Jornada VI. La medida del progreso
Jornada VII. La metáfora de los navegantes polinesios
Segunda parte. La evolución humana
Jornada VIII. Ardi y Lycy
Jornada IX. Los neardentales y nosotros
Jornada X: Por el bien de la especie
Jornada XI. El gran debate
Jornada XII. De insectos y humanos
Jornada XIII. El error de Wallace
Jornada XIV. Yo sé quién soy
Jornada XV. Los humanoides y el futuro de la evolución
Epílogo. Algo maravilloso va a ocurrir
Notas
Reseñas
La Rebelión de Atlas
Redacción T21 , 27/05/2019
Ficha Técnica
Título: La rebelión de Atlas
Autora: Ayn Rand
Edita: Deusto, Sello Editorial de Centro de Libros PAPF, SLU. Barcelona, mayo de 2019
Traducción: Domingo García
Colección: Ayn Rand
Materia: Novela
Encuadernación: Tapas duras con sobrecubierta
Número de páginas: 1.232
ISBN: 978-84-234-3051-2
PVP: 24,95 €
ePub: 14,99 €
La rebelión de Atlas de Ayn Rand es una novela trepidante y una indagación filosófica sobre la libertad y la razón Por primera vez en castellano, una traducción fidedigna de la obra maestra de la considerada pensadora más influyente de todos los tiempos. Mezcla de thriller de acción en las altas esferas y de reflexión filosófica sobre el Estado y el individuo, La rebelión de Atlas resume la filosofía de su autora en una historia que integra de forma magistral cuestiones relacionadas con la ética, la metafísica, la epistemología, la política, la economía y el sexo.
La obra se desarrolla en un contexto en que la economía de Estados Unidos se encuentra en ruinas. Las empresas cierran, en las tiendas es imposible encontrar los productos básicos y la población empieza a perder la esperanza en recuperar la prosperidad y la autonomía. La respuesta del gobierno es aumentar cada vez más las regulaciones, el control de cualquier actividad y el colectivismo.
La rebelión de Atlas es una novela de misterio, pero, como dijo Ayn Rand, «no sobre el asesinato del cuerpo de un hombre, sino sobre el asesinato —y el renacimiento— del espíritu humano». Es la historia de un hombre que dice que parará el motor del mundo, y lo hace. ¿Es ese hombre un destructor malévolo o el mayor de los libertadores? ¿Por qué tiene que luchar, no contra sus enemigos, sino contra aquellos que más le necesitan, incluso contra la heroína a quien ama?
La rebelión de Atlas es la obra cumbre de la gran defensora de la razón y de la libertad individual frente a los excesos del Estado y su mentalidad autoritaria, en ella, Rand expone cómo el declive de la competencia entre las grandes empresas, la desmoralización entre quienes deberían liderar la actividad económica y creativa y la inercia del ciudadano común conducen a la pobreza moral y material.
Sumario
Primera parte. No-contradicción
Capítulo I. El tema
Capítulo II. La cadena
Capítulo III. La cumbre y el abismo
Capítulo IV. Los motores inmóviles
Capítulo V. El clímax de los d’Anconia
Capítulo VI. Lo no-comercial
Capítulo VII. Los explotadores y los explotados
Capítulo VIII. La línea John Galt
Capítulo IX. Lo sagrado y lo profano
Capítulo X. La antorcha de Wyatt
Segunda parte. O lo uno o lo otro
Capítulo I. El ser que pertenecía a este mundo
Capítulo II. La aristocracia del pillaje
Capítulo III. Chantaje con todas las de la ley
Capítulo IV. La sanción de la víctima
Capítulo V. Cuenta en descubierto
Capítulo VI. Metal milagroso
Capítulo VII. La moratoria de cerebros
Capítulo VIII. Por nuestro amor
Capítulo IX. El rostro sin dolor ni miedo ni culpa
Capítulo X. El signo del dólar
Tercera parte. A es A
Capítulo I. Atlántida
Capítulo II. La utopía de la codicia
Capítulo III. Anticodicia
Capítulo IV. Antivida
Capítulo V. Los guardianes de sus hermanos
Capítulo VI. El concierto de liberación
Capítulo VII. “Soy John Galt quien habla”
Capítulo VIII. El egoísta
Capítulo IX. El generador
Capítulo X. En nombre de lo mejor de nosotros
Sobre la autora
Título: La rebelión de Atlas
Autora: Ayn Rand
Edita: Deusto, Sello Editorial de Centro de Libros PAPF, SLU. Barcelona, mayo de 2019
Traducción: Domingo García
Colección: Ayn Rand
Materia: Novela
Encuadernación: Tapas duras con sobrecubierta
Número de páginas: 1.232
ISBN: 978-84-234-3051-2
PVP: 24,95 €
ePub: 14,99 €
La rebelión de Atlas de Ayn Rand es una novela trepidante y una indagación filosófica sobre la libertad y la razón Por primera vez en castellano, una traducción fidedigna de la obra maestra de la considerada pensadora más influyente de todos los tiempos. Mezcla de thriller de acción en las altas esferas y de reflexión filosófica sobre el Estado y el individuo, La rebelión de Atlas resume la filosofía de su autora en una historia que integra de forma magistral cuestiones relacionadas con la ética, la metafísica, la epistemología, la política, la economía y el sexo.
La obra se desarrolla en un contexto en que la economía de Estados Unidos se encuentra en ruinas. Las empresas cierran, en las tiendas es imposible encontrar los productos básicos y la población empieza a perder la esperanza en recuperar la prosperidad y la autonomía. La respuesta del gobierno es aumentar cada vez más las regulaciones, el control de cualquier actividad y el colectivismo.
La rebelión de Atlas es una novela de misterio, pero, como dijo Ayn Rand, «no sobre el asesinato del cuerpo de un hombre, sino sobre el asesinato —y el renacimiento— del espíritu humano». Es la historia de un hombre que dice que parará el motor del mundo, y lo hace. ¿Es ese hombre un destructor malévolo o el mayor de los libertadores? ¿Por qué tiene que luchar, no contra sus enemigos, sino contra aquellos que más le necesitan, incluso contra la heroína a quien ama?
La rebelión de Atlas es la obra cumbre de la gran defensora de la razón y de la libertad individual frente a los excesos del Estado y su mentalidad autoritaria, en ella, Rand expone cómo el declive de la competencia entre las grandes empresas, la desmoralización entre quienes deberían liderar la actividad económica y creativa y la inercia del ciudadano común conducen a la pobreza moral y material.
Sumario
Primera parte. No-contradicción
Capítulo I. El tema
Capítulo II. La cadena
Capítulo III. La cumbre y el abismo
Capítulo IV. Los motores inmóviles
Capítulo V. El clímax de los d’Anconia
Capítulo VI. Lo no-comercial
Capítulo VII. Los explotadores y los explotados
Capítulo VIII. La línea John Galt
Capítulo IX. Lo sagrado y lo profano
Capítulo X. La antorcha de Wyatt
Segunda parte. O lo uno o lo otro
Capítulo I. El ser que pertenecía a este mundo
Capítulo II. La aristocracia del pillaje
Capítulo III. Chantaje con todas las de la ley
Capítulo IV. La sanción de la víctima
Capítulo V. Cuenta en descubierto
Capítulo VI. Metal milagroso
Capítulo VII. La moratoria de cerebros
Capítulo VIII. Por nuestro amor
Capítulo IX. El rostro sin dolor ni miedo ni culpa
Capítulo X. El signo del dólar
Tercera parte. A es A
Capítulo I. Atlántida
Capítulo II. La utopía de la codicia
Capítulo III. Anticodicia
Capítulo IV. Antivida
Capítulo V. Los guardianes de sus hermanos
Capítulo VI. El concierto de liberación
Capítulo VII. “Soy John Galt quien habla”
Capítulo VIII. El egoísta
Capítulo IX. El generador
Capítulo X. En nombre de lo mejor de nosotros
Sobre la autora
Reseñas
La monarquía del miedo
Redacción T21 , 23/05/2019
Una mirada filosófica a la crisis política actual
Ficha Técnica
Título: La monarquía del miedo
Autora: Martha C. Nussbaum
Edita: Ediciones Paidós. Barcelona, mayo de 2019
Traducción: Albino Santos Mosquera
Colección: Estado y Sociedad
Materia: Filosofía
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 304
ISBN: 978-84-493-3585-3
PVP: 22.00 €
Martha C. Nussbaum en “La monarquía del miedo” centra su mirada en la crisis política que mantiene a Estados Unidos sumido en un elevado nivel de polarización desde las elecciones de 2016. Aunque el ambiente actual está muy marcado por las divisiones de partido y la retórica de ruptura, la autora se concentra en algo que muchos han pasado por alto: lo político siempre es emocional.
Para ella, actualmente hay mucho miedo, y es un miedo que está a menudo entremezclado con la ira, la culpa (que se atribuye a otros) y la envidia. Muchos estadounidenses, continúa Nussbaum, se sienten impotentes, sin control sobre sus propias vidas. Temen por su futuro y por el de sus seres queridos. Temen que el sueño americano –la esperanza de que sus hijos prosperen y de que les vaya incluso mejor en la vida de lo que les ha ido a sus padres- haya acabado y que todo eso se haya esfumado ya para ellos.
Esas sensaciones tienen sus fundamentos en problemas reales que son difíciles de solucionar en lo inmediato. De ahí que pueda resultar atractivamente fácil transformar esa sensación de pánico e impotencia en culpabilización y en una “alterización” de los grupos “diferentes” como son los inmigrantes, las minorías raciales y las mujeres. ”Ellos/as” nos han quitado nuestros trabajos. O si no: la élite opulenta nos ha robado nuestro país.
Cuando las personas se temen unas a otras, y temen lo que les depara un futuro desconocido, el miedo las lleva fácilmente a culpar a unos cabezas de turco, a fantasear con venganzas y a que cunda una tóxica envidia de la suerte de los afortunados (ya sean estos los vencedores de unas elecciones o aquellas personas u organizaciones que ejercen el dominio social y económico).
Este libro aspira, dice más adelante en la introducción, a conseguir que entendamos mejor algunas de las fuerzas que nos mueven y, de paso, ofrece ciertas guías generales de actuación; pero su objetivo primordial es la comprensión de la realidad. Comprender siempre tiene una vertiente práctica, claro está, pues sin una mínima comprensión de las cosas nuestros actos están condenados a carecer de objetivos concretos y a ser improvisados sobre la marcha.
Basándose en una combinación de ejemplos históricos y contemporáneos, Martha Nussbaum desenreda toda esta maraña de sentimientos y nos proporciona así una hoja de ruta para que sepamos hacia dónde dirigir nuestros pasos a partir de aquí.
Sumario
Prefacio
1. Introducción
2. El miedo, temprano y preponderante
3. La ira, hija del miedo
4. El asco motivado por el miedo: la política de la exclusión
5. El imperio de la envidia
6. Un cóctel tóxico: sexismo y misoginia
7. Esperanza, amor, visión imaginativa
Agradecimientos
Notas
Reseñas
En el futuro
Redacción T21 , 22/05/2019
Perspectiva para la humanidad
Ficha Técnica
Título: En el futuro
Autor: Martin Rees
Edita: Editorial Crítica. Barcelona, mayo de 2019
Traducción: Joandomènec Ros
Colección: Drakontos
Materias: Ciencia y Tecnología
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
Número de páginas: 216
ISBN: 978-84-9199-102-1
PVP: 18.90 €
“En el futuro” es una obra del científico Martin Rees en la que el autor expone su preocupación personal, como ciudadano y como miembro de la especie humana, sobre los retos que se plantean en nuestro mundo y que ponen en riesgo la propia supervivencia de la vida en el planeta Tierra. Para él, la prosperidad de la población del mundo, que va en aumento, depende de la sabiduría con la que se haga uso de la ciencia y de la tecnología.
… Lo que está en juego es más importante que nunca; lo que ocurra en este siglo se hará sentir durante miles de años, dice el autor. Y continua, al abordar este tema tan amplio soy consciente de que incluso los expertos tienen un récord pobre en lo que a predicción se refiere… es fundamental acentuar el discurso público y político acerca de las tendencias científicas y globales a largo plazo.
Considera Rees que este siglo es especial en toda la historia de la vida humana, puesto que es el primero en el que la especie ostenta tanto poder y es tan dominante que tiene el futuro del planeta en sus manos, añadiendo que, la escala temporal en la que podemos planificar de manera razonable, o hacer predicciones seguras, se ha reducido en lugar de ampliarse.
El autor considera que el próximo siglo será drásticamente diferente al actual. Ha habido una disyunción explosiva entre las escalas de tiempo del cambio técnico y social, que se reducen cada vez más, y los periodos temporales de la biología, la geología y la cosmología, con duraciones de orden de miles de millones de años.
Destacando a continuación el que los humanos son ahora tan numerosos y tienen una “huella” colectiva tan pesada que tienen la capacidad de transformar, o incluso de devastar, toda la bioesfera.
Es evidente, dice, que gracia a la tecnología ha habido una bienvenida mejora en la mayor parte de la vida de la gente y en sus probabilidades de vivir: en educación, salud y duración de la vida. Sin embargo, la brecha entre cómo es el mundo y cómo podría ser es más amplia de lo que nunca fue…. Los apuros de las personas que forman parte de los mil millones situados en último lugar en el mundo de hoy se podrían transformar redistribuyendo las riquezas de las mil personas más ricas del planeta.
Por otro lado, Lo que le ocurra a nuestra progenie, aquí en la Tierra, y quizás mucho más allá, dependerá de tecnologías que apenas podemos concebir hoy en día. Los avances en campos como la biotecnología, la robótica y la inteligencia artificial, si se usan con sabiduría y prudencia, pueden ayudarnos a superar obstáculos a los que ya nos enfrentamos, como el cambio climático o la perspectiva de una guerra nuclear, pero no debemos olvidar que, aunque los avances venideros en Ciencia espacial darán al hombre la capacidad de explorar el sistema solar, no hay un «plan B» para nuestro planeta: no disponemos de alternativas a la Tierra si no cuidamos de ella.
Índice
Prefacio
Introducción
- De lleno en el Antropoceno
Amenazas nucleares
Amenazas ecológicas y puntos de inflexión
Mantenerse dentro de los límites planetarios
El cambio climático
Energía limpia (¿y un “plan b”?)
- El futuro de la humanidad en la Tierra
Cibertecnología, robótica e IA
¿Y qué hay de nuestros puestos de trabajo?
¿Inteligencia de nivel humano?
¿Riesgos verdaderamente existenciales?
- La humanidad en una perspectiva cósmica
Más allá de nuestro sistema solar
Vuelos espaciales, tripulados y no tripulados
¿Hacia una era poshumana?
¿Inteligencia extraterrestre?
- Los límites y el futuro de la ciencia
Dar sentido a nuestro mundo complejo
¿Cuán lejos se extiende la realidad física?
¿Acaso la ciencia “dará un frenazo”?
¿Y qué hay de dios?
- Conclusiones
La ciencia en sociedad
Esperanzas y temores compartidos
Notas
Índica analítico
Redacción T21
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850