ESTRATEGAR: Rafael Alberto Pérez


¿Quién es?
Rafael Alberto Pérez
Rafael Alberto Pérez
Autor de referencia en comunicación estratégica, conferenciante y consultor. Es consejero de The Blueroom Project - TBP Consulting para temas de turismo y ocio

Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.

En la actualidad divide su actividad entre impartir Seminarios- invitado por más de 170 Universidades y empresas de 14 países- y ejercer como consultor estratégico.









Firmas Invitadas

Una vez más da la impresión que los seres humanos tenemos una especial capacidad para volver nuestras más brillantes ideas contra nostros mismos.

Por su indudable interés hago eco de la noticia que aparece en la Newsletter de OCLACC (Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación) con sede en Quito, Ecuador.


De ciberguerras y algo más
Cancún, México, 13 de febrero (OCLACC).- ¿Estamos en los comienzos de la primera ciberguerra mundial? Aunque pueda sonar a ciencia ficción, lo cierto es que un grupo de expertos creen que sí. Se trata de representantes de Interpol, Gartner, varias agencias de seguridad internacionales y analistas y expertos de la empresa Kaspersky, que bajo el título "Seguridad de las Tecnologías de la Información en la era de la ciberguerra", se reúnen estos días en Cancún para debatir la cuestión. Según los expertos, Stuxnet fue el primer virus informático conocido capaz de sabotear, por sí mismo, procesos industriales. Fue creado con un único y letal propósito: boicotear las instalaciones atómicas iraníes, especialmente aquellas capaces de fabricar misiles con cabezas nucleares.
No había defensa posible contra Stuxnet, y eso fue lo que puso en estado de alarma a la comunidad internacional. Aunque nunca pudo demostrarse, la complejidad del virus parece apuntar a una acción militar encubierta por parte de los propios Estados Unidos, quizá con la colaboración de Israel.

Aunque el caso de Stuxnet ha sido el que ha puesto en marcha la cadena de reacciones a escala gubernamental, no fue esa la primera vez que en el mundo se utilizan armas cibernéticas. Kosovo en 1999, Taiwán en 2003 (atacada por China), Estonia en 2007, Georgia en 2008. Según los expertos, los ejemplos abundan.

De estos mismos días es la ya famosa ley SOPA, un intento (desesperado) de control por parte del gobierno norteamericano y que ha desencadenado, además de las protestas de Google, Facebook, Wikipedia y, en general, de las mayores empresas de Internet, una auténtica guerra de guerrillas en la red.

El colectivo Anonymous, por ejemplo, ha declarado la guerra a Estados Unidos y a muchas empresas globales. Como respuesta, Estados Unidos cerró Megaupload y la cosa se complica cada vez más... Anonimous anuncia la operacion Black out (apagón).

Uno de los datos más reveladores de la reunión de Cancún es que, durante el último año, una de cada diez grandes empresas en el mundo ha sufrido algún tipo de ciberataque. ¿Quién está detrás de esas acciones? La respuesta no es sencilla, según explicó en Cancún Michael Moran, Director de Ciberseguridad y Crimen de Interpol. Los ataques en la red no son algo nuevo, aunque en los últimos tiempos han alcanzado un grado de sofisticación y complejidad que sólo puede deberse a la acción de grandes y poderosas organizaciones. Como por ejemplo, los gobiernos de un número creciente de países. Pero no solo eso. Los ciberataques también son cosa de las grandes organizaciones terroristas, que gastan ingentes sumas de dinero para "reclutar" cerebros y diseñar ciberarmas cada vez más letales y precisas.

¿Cómo debería de responder un estado a un ataque del que no está clara la procedencia, ni la autoría? En términos militares convencionales, la respuesta sería evidente. Pero no cuando estamos en el mundo virtual. Allí transcurre una parte cada vez mayor de nuestras vidas. Y también la de las mayores empresas e instituciones de nuestra sociedad. Y no existen organismos de defensa, ni tratados, ni acuerdos de cooperación, aunque es cierto que las naciones están empezando a hablar de organizarse.

En palabras de Eugene Kaspersky, organizador del encuentro, "Vivimos en un mundo cada vez más peligroso. Todo, o casi todo, funciona aprentando un botón, y cada vez más máquinas están conectadas a Internet, o actualizan su software por Internet. Estoy preocupado porque esto es así desde lo más pequeño (particulares y pequeñas empresas) a los sistemas industriales más complejos. El malware es anónimo, no reconoce víctimas y ataca de forma aleatoria. Y ahora puede, además, dirigirse contra objetivos concretos. Lo único bueno de todo esto es que los gobiernos están empezando a darse cuenta de ello. Y tratan de reaccionar".

Con información de ABC.es

Rafael Alberto Pérez

Miércoles, 15 de Febrero 2012