CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Fernando Bermejo

Hace un tiempo, en el expositor de novedades de una biblioteca quee frecuento, me encontré un libro con la cubierta amarillo chillón y el curioso título “Youcat”. No sabiendo si me encontraba con un manual de autoayuda destinado a los gatos (o quizás a sus dueños), decidí abrirlo para averiguarlo.

Para mi sorpresa, el libro resultó ser una versión para jóvenes del Catecismo de la Iglesia Católica. Según parece, en la presentación del Compendio del CIC en Viena, alguien observó al cardenal Schönborn que el CIC resultaba incomprensible para la juventud católica (CAT). Por supuesto, había que hacer algo: una versión “joven” del Catecismo para las nuevas generaciones, en un formato atractivo y aligerado.

Y así nació “Youcat”, que supongo se refiere a la juventud de sus destinatarios (YOUng) y a su carácter católico. Quizás quiere apelar también a la identificación católica (YOU… CATholic). Tratado de doctrina católica para uso de las nuevas generaciones. Una idea, sin duda, muy guay.

Por ejemplo, ¿qué les dice YOUCAT (Youcat. Catecismo joven de la Iglesia Católica. UCAM-Encuentro, Madrid-Guadalupe, 2011) a los retoños cristianos sobre la pena de muerte? Aquí va el texto completo de la versión española:

Punto 381
¿Por qué se opone la Iglesia a la pena de muerte?
La Iglesia es contraria a la pena de muerte porque es “tan cruel como innecesaria” (beato Juan Pablo II, St. Louis, 27.01.1999). [2266-2267]
Todo Estado de derecho tiene por principio también el deber de castigar proporcionadamente. En la encíclica Evangelium Vitae (1995) el Papa no dice ciertamente que la aplicación de la pena de muerte sea en todos los casos una pena inaceptable y desproporcionada. Quitar la vida a un criminal es una medida extrema, a la que un Estado sólo debe recurrir en “casos de absoluta necesidad”. Esta necesidad se da cuando la sociedad humana no se puede defender más que con la muerte del reo. Pero estos casos, dice beato Juan Pablo II, “son ya muy raros, por no decir prácticamente inexistentes”.

O sea, en el preciso momento en que el joven católico “aprende” que la Iglesia se opone a la pena de muerte porque es tan cruel como innecesaria, aprende también que en realidad no se opone tanto tanto, porque a veces es necesaria. Claro que esos casos prácticamente no existen. Está claro que la Metafísica de Aristóteles está superada…

Esta es la claridad de ideas de los Schönborn y los Ratzinger (el libro lleva un prólogo de S.S. Benedicto XVI, que recomienda vivamente su lectura), y es la claridad de ideas que transmiten a los integrantes de esas masas enfervorecidas que aplauden a su santidad con lágrimas en los ojos. Pobres neuronas, pobres sinapsis. Que Dios nos coja confesados.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo

Miércoles, 6 de Febrero 2013


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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