CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Uso de la Ecritura en los HchAnd

I. El contenido

41. Cuando se entera Andrés crucificado de que los fieles lo quieren liberar, pronuncia una sentida alocución en la que, entre otras cosas, dice: “¿A qué viene esa gran afición (philía) por las cosas de la carrne?” (HchAnd 61,1).

Se trata de una idea muy paulina expresada con fórmulas como “caminar según la carne” (Rom 8,4), que expande diciendo “porque los que viven (“son”) según la carne sienten las cosas de la carne” (Rom 8,5; cf. 6-7). En la carta a los efesios se les habla de “los que hacen la voluntad de la carne” (Ef 2, 3). Y a los filipenses se hace una expresa referencia a los que confían en la carne (Flp 3,3). Siempre, la carne como principio de criterios y actividades.

42. Cuando Andrés logre al fin liberarse del todo y definitivamente, “se unirá al que ha nacido por todos y está sobre todos” (HchAnd 61,2).

En varios pasajes del NT encontramos la idea de que Jesús se ha entregado por todos. Lo dice claramente la 1 Tim 2,6: “El que se ha entregado a sí mismo para la redención de todos”. Es lo mismo que lo dicho en Tit 2,14: “Él se dio a sí mismo por todos”. Una idea repetida en los textos de la institución de la eucaristía, que refieren de la sangre derramada por todos (o muchos) según Mt 26,26 paral.; 1 Cor 11,24. El mismo evangelista Juan recuerda las palabras de Jesús en la sinagoga de Cafarnaún (Jn 6,51) dentro del contexto del discurso sobre el pan de vida.

43. Cuando el procónsul Egeates llega para presenciar la ejecución de Andrés, el apóstol le interpela con insistentes interrogaciones. En una de ellas le dice: “Poseo a aquél con quien estaré para siempre” (HchAnd 62,3).

La misma idea expresa Pablo escribiendo a los tesalonicenses. Y hablando de la resurrección después de esta vida, añade que “de esta manera estaremos todos con el Señor” (1 Tes 4,17). Un mismo verbo (súneimi) sirve al apócrifo y a Pablo para presentar su idea, en el apócrifo con la preposición como preverbio, en Pablo como preposición separada de la raíz verbal.

44. Andrés continúa perorando: “Poseo a aquél con quien conviviré por siglos incontables” (HchAnd 62,3). El verbo principal tiene un matiz de convivencia ciudadana.

También con la palabra políteuma se refiere Pablo a la existencia cristiana frente a la de los materialistas. Porque los cristianos, aunque permanezcan en esta vida, están ya espiritualmente en los cielos. Así lo entiende Pablo en Flp 3, 20 cuando asegura que “nuestra ciudadanía está en los cielos “. Para Andrés, la vida eterna será una especie de ciudadanía o vida ciudadana en compañía con el Señor, una vida vivida ya en esperanza mientras dura la peregrinación por este mundo.

45. “Que no te infunda miedo aquel ser terrible ni crea que te posee porque eres mío” (HchAnd 62, 3), dice Jesús consolando a Andrés.

Estas palabras, puestas en boca de Jesús, recuerdan las del mismo Jesús durante la tertulia después de la Cena: “He manifestado tu nombre a los hombres que me diste <tomándolos> del mundo. Tuyos eran, pero tú me los diste” (Jn 17,6; cf. 17,11).

46. El relato de los sucesos del Apócrifo cuenta de Maximila que “vivía guiada por el amor de Cristo” (HchAnd 64,2).

Esta idea de “dejarse guiar por el amor” está presente en el texto del NT expresada de muy diversas maneras. En 2 Cor 5,14 se afirma que “el amor de Cristo nos domina” (sunékhei). En Ef 3,17 se recomienda estar “arraigados y cimentados en el amor”. Amor que es una especie de forma de vida descrita con el verbo “caminar”: “Caminad en el amor” (Ef 5,2). La carta a los filipenses 1,9 recuerda que el amor del cristiano debe abundar (perisseúein). El amor, en efecto, es raíz de convivencia y reconciliación. El autor de la 2 Tes 1,3 siente particular alegría al constatar que el amor abunda plenamente (pleonázei) entre los cristianos. No podemos omitir en este lugar el mandamiento del amor, proclamado solemnemente por Jesús en la tarde de la Cena (Jn 13,34-35).

47. Estratocles, muerto ya Andrés, se dirige a su hermano Egeates para decirle que puede quedarse con todas sus riquezas. Porque él se conforma con que Jesús sea su amigo como él lo será de Jesús (HchAnd 64,3).

La afirmación esperanzada de Estratocles recuerda las palabras que se pronunciaron durante la Cena. Entonces Jesús, después de repetir “yo os he amado” (Jn 15,9.12), se dirige a sus discípulos para proclamar que “a vosotros os he llamado amigos” (Jn 15,15). Y añade un comentario que es una definición exacta de la amistad como la comunicación de sentimientos y conocimientos. Los siervos no conocen lo que hace su señor, mientras que los apóstoles, en virtud de la amistad que los une con Jesús, conocen todo lo que Jesús ha oído del Padre.

Saludos cordiales, Gonzalo del Cerro


Jueves, 1 de Abril 2010


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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