CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Análisis de los Hechos de Andrés

Después de revisar los variados documentos que refieren detalles de la leyenda de Andrés, surge la obvia pregunta: ¿Dónde está el resto de los Hechos del apóstol Andrés? ¿Dónde, ese presunto largo peregrinaje por las numerosas ciudades y regiones mencionadas en las distintas reelaboraciones de la leyenda? Hemos de reconocer que no lo poseemos. Pero en su defecto, la obra de Gregorio de Tours Liber de miraculis beati Andreae Apostoli, así como el resumen del Pseudo Abdías de Babilonia ofrecen un reflejo bastante fidedigno de los hechos primitivos. Y ello no porque se trate de una traducción, sino porque en esas obras encontramos los elementos fundamentales de la leyenda.

Los argumentos son, en mi opinión, absolutamente convincentes:
1. El libro de Gregorio de Tours se encuentra con los HchAnd griegos a partir del capítulo 34. Estratocles, hermano del procónsul de Patrás, Egeates, regresa de Italia y encuentra a su criado Alcmán enfermo de gravedad. Maximila, esposa del procónsul, consuela a Estratocles: El texto de los HchAnd dice literalmente: “No te preocupes, hermano, por tu criado. Pronto sanará” (HchAnd 2,2). La obra de Gregorio, que fuera publicada por M. Bonnet, fue reeditada en la colección Scriptores Rerum Merouingiarum, vol. I, parte II, por Bruno Krusch, Hannover 1969. El texto puede verse también en la obra de Prieur, pp. 567-651.

Otros detalles comunes en el relato de esta anécdota son el recurso al Apóstol, su venida al pretorio, la curación del criado, etc. Aunque es una realidad palpable que Gregorio resume intencionadamente; también lo es que recoge los datos esenciales: regreso del procónsul Egeates con el detalle nimio de su indisposición de vientre, las visitas de Maximila al Apóstol, los discursos de Andrés a la turba, su encarcelamiento, la condena, la crucifixión, el revuelo en la ciudad, la muerte, la sepultura y el posterior suicidio de Egeates. Todos estos detalles pueden verse en el Liber de Miraculis B. Andreae, de Gregorio, cc. 34-36, y en la obra de Abdías Uirtutes Andreae, III, cc.39-42.

Ahora bien, como ya he dejado claro en otros contextos, si Gregorio es sustancialmente fiel a los primitivos HchAnd en aquellas partes que también poseemos por otros textos, lo debe de ser también en los pasajes previos en los que describe el obispo de Tours las largas y prolijas peregrinaciones apostólicas del Apóstol.

2. Una razón apodíctica de lo que vamos diciendo la tenemos en las mismas palabras de Gregorio, que vienen a ser una sincera declaración de intenciones: “He encontrado un libro sobre los prodigios (uirtutes) del bienaventurado Andrés, que por su excesiva verbosidad era denominado apócrifo por algunos. De aquel libro, me pareció oportuno que, recogidos y seleccionados los pasajes de los milagros y omitidas aquellas partes que producían fastidio (fastidium generabant), se incluyeran en un pequeño volumen los admirables milagros. Ello proporcionaría agrado a los lectores y anularía la envidia de sus detractores” (Introducción a la obra).

El libro encontrado y resumido por Gregorio De uirtutibus Andreae es evidentemente el de los Hechos Apócrifos de apóstol Andrés, libro al que algunos, de acuerdo con el testimonio de Gregorio, llaman “apócrifo”. El libro original tratado por Gregorio tenía una “excesiva verbosidad”, detalle que concuerda con la incoercible tendencia retorizante del autor de los HchAnd. Como prueba puede verse el capítulo 42 de los Hechos, correspondiente al códice Va 808, 10. Allí se multiplican las anáforas, las condiciones, las interrogaciones retóricas hasta tienta y siete precedidas de (Cf. A. Piñero & G. Del Cerro, edición de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles, vol. I 203).

Con todo este material, Gregorio retractat (repasa), enucleat (desentraña), pratermittit (suprime). De estos tres verbos y de la realidad de los textos deduce también Prieur similares conclusiones: “il elimine”, “transforme”, “attenue”, “supprime”, “reduit” (o. c. pp. 11-12). En efecto, hijo de otra época, pues muere en el año 595, Gregorio evita las estridencias del original. Por ejemplo, el problema de la continencia absoluta de Maximila lo despacha diciendo que “raramente mantenía relaciones con su marido". Por razones obvias silencia toda la historia de Euclía, la sierva que sustituyó a Maximila en el lecho conyugal (HchAnd 17-22).

La presentación del caso de los hermanos de Filipos de Macedonia, hijos de una familia que iban a casarse con dos hermanas parientes suyas, confirma una vez más las intenciones de Gregorio. De lo que se trataba no era de evitar el matrimonio, sino la unión entre personas parientes entre sí, lo que convertiría el matrimonio en un caso de incesto. La exégesis de la epístola del Pseudo Tito daba otro sentido a la intervención de Andrés, cuyo efecto era evitar el matrimonio para que los pretendientes permanecieran santos.(Cf. la carta del Pseudo Tito en la edición de De Bruyne, en Rev. Bénédict., 1925, p. 60. (Continuaremos).

Saludos cordiales y Feliz Año Nuevo. Gonzalo del Cerro

Jueves, 31 de Diciembre 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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