CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Un Comentario a las tres “Cartas de Juan” (169-01)
Hoy escribe Antonio Piñero



No son muy abundantes los comentarios científicos a las Cartas del corpus johánico, por lo que este libro que presento hoy es bienvenido. El más conocido es el de Raymond E. Brown, The Epistles of John, Doubleday, Garden City/New York, 1982, que es básico. En castellano, que yo sepa, hay otros, por ejemplo de F. J. Rodríguez Molero, de la B.A.C. (nº 214) de 1967, y otros traducidos, como el de R. Schnackenburg y el de J. Michl, en el “Comentario de Ratisbona al Nuevo Testamento” (serie católica: Regensburger Kommentar zum Neuen Testament, de 1977; creo que los dos son de Herder).

Su ficha es:


Domingo Muñoz León, Cartas de Juan (Comentarios a la Biblia de Jerusalén), Edit. Desclée, Bilbao 2010, 234 pp. ISBN: 978-84-330-2443-5.

El autor, Domingo Muñoz, sacerdote, ya jubilado, pero aún en la brecha, ha sido Colaborador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el Instituto Francisco Suárez, durante muchos años. Es un reputado aramaísta, de la escuela, en sentido amplio, que se formó en torno a Alejandro Díez Macho. El lector que haya visto el volumen VI de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento”, de Edit. Cristiandad, vol. VI, Madrid 2009, lo apreciará por haber hecho una buena traducción y casi un comentario (más que notas) al corpus de escritos en torno al apócrifo Esdras. En este corpus de escritos destaca el Libro 4 de Esdras que es uno de los apócrifos más importantes del Antiguo Testamento.

Domingo Muñoz no pretende en este volumen que hoy reseñamos hacer un comentario con una forma externa estrictamente científica –aunque sin duda se basa en innumerables lecturas-, sino un acercamiento al texto que sea “más digerible” para los cristianos normales, no especializados (en ellos pueden incluirse muchos sacerdotes para quienes la formación del Seminario queda ya muy lejana). Por ello, este “comentario” está libre de notas y de continuas referencias bibliográficas. Hay una “Bibliografía selecta”, al final, que dice lo esencial.

El presente volumen es un libro sobre todo para creyentes, que intenta de algún modo que la comprensión del texto ayude ante todo al crecimiento espiritual del lector. Por ello el autor no oculta que va buscando hacer un desarrollo de los grandes temas de las tres cartas a base de continuas referencias al Nuevo Testamento –naturalmente en especial al Cuarto Evangelio- y al conjunto de la Biblia, sin meterse en otras honduras filológicas e históricas.

El libro está estructurado del modo siguiente:


A. Un proemio o introducción que trata de los temas generales previos al comentario. El autor presupone como algo prácticamente demostrado la existencia de una “comunidad johánica”, que es una escuela de cristianismo. Por ello, esta introducción procura desarrollar los temas que ayuden a comprender el marco vital de esta comunidad. Así, trata de

Los rasgos fundamentales de la “Escuela de Juan”: cómo era el grupo; si se desarrolló autónomamente o más bien a la sombra de uno de los apóstoles directos de Jesús, y luego qué rasgos pueden caracterizar a esta comunidad de fieles a Jesús.

Entre otros rasgos destaca: su fe en un Jesús considerado ya plenamente Hijo de Dios real y óntico; un grupo preocupado por actuar en su vida lo que cree el mandamiento esencial de Jesús, el de la caridad fraterna; una comunidad preocupada por la revelación y la verdad, en el sentido de precisar “contra”, o "respecto a" otros grupos cristianos cómo es de verdad Jesús, y cómo hay que vivir su promesa de vida eterna, y finalmente una comunidad “apostólica” en el sentido que se halla preocupada por dar testimonio de Jesús y por la proclamación del Evangelio (en concreto al versión que conocemos como "Cuarto Evangelio").

La introducción se complementa con el tratamiento de otros temas: cómo era la actividad literaria, litúrgica, homilética y catequética de ese grupo johánico. Luego, cuál es la lengua, el estilo y cómo sería la biblioteca del grupo (es decir cuáles eran sus lecturas espirituales) y muy importante también, qué relación literaria y teológica mantienen las tres cartas con las otras dos grandes producciones que llevan el nombre de “Juan” en el Nuevo Testamento: el Cuarto Evangelio y el Apocalipsis.

La última parte de la “introducción” explica que fue probablemente la ciudad de Éfeso el lugar donde se asentó finalmente la Escuela y cómo fue la vida de esa comunidad en medio de la crisis religiosa que, según Domingo Muñoz, se vivía entonces en Asia Menor. Todo este conjunto sirve al autor para situar teológicamente a la comunidad, que está detrás de las cartas, en el conjunto de la Gran Iglesia.

B. La parte importante del libro está dedicada a la traducción y comentario de las tres cartas. La primera de ellas, naturalmente, se lleva la parte del león, por su amplitud e importancia. La estructura del comentario –en las tres cartas- se desarrolla así: de nuevo, una introducción específica para cada carta, y luego el comentario como tal.

La introducción desarrolla los temas usuales: estructura de la carta (superficial y de fondo), autor, destinatarios, fecha de composición, género literario, intención del escrito y su teología, o ideas principales.

En la primera carta el comentario es suficientemente amplio. Aparte de analizar el prólogo y el epílogo del escrito, el tratamiento del contenido teológico está dividido en tres partes que resumen las ideas eje:

a) "Vivir en la luz"; primera exposición del don y de la tarea de la comunión del cristiano con Dios.

b) "Vivir como hijos de Dios" ( = segunda exposición del don divino y de la comunión con la divinidad)

c) “En las fuentes del amor”: tercera exposición del don y de la comunión con Dios.

Como se observará, los temas de las cartas son pocos en sí, pero densos y su exposición se efectúa como en círculos concéntricos expansivos.

Comentaremos en las próximas notas algunas de las ideas matrices de este libro, sobre todo de la Introducción.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Martes, 22 de Febrero 2011


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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