Notas
Escribe Antonio Piñero
Es razonable preguntarse por qué compusieron estos desconocidos, a quien podemos llamar Pseudo Mateo y Pseudo Lucas estos dos capítulos iniciales y los añadieron a las obras de sus admirados evangelistas ya terminadas. Y la respuesta: sencillamente porque ambos “Pseudos” cayeron en la cuenta independientemente de que imitar el estilo de biografía teológica de Jesús que había inventado el predecesor de los dos, el evangelista Marcos, había producido una obra imperfecta: faltaban los primeros pasos del héroe en este mundo. Marcos, en efecto, había iniciado su evangelio con la predicación de Juan Bautista y con el bautismo de un Jesús adulto que se sentía atraído por la predicación de éste. Pero al ejecutar este propósito, el Pseudo Mateo y el Pseudo Lucas se basaron en fuentes absolutamente distintas, a veces contradictorias (no sabemos de dónde las sacaron; probablemente leyendas de sus respectivas comunidades, suponemos que en Siria /Antioquía, Mateo, y en Éfeso, Lucas. Pero lo cierto es que y compusieron obras que presentan estos rasgos del mismo personaje, Jesús de Nazaret en su nacimiento e infancia, de manera imposible de casar entre sí. Es como si estuvieran contando los orígenes no del mismo héroe, sino de dos, casi completamente distintos: casi diría que dos “Jesuses” muy distintos. La segunda razón que motivó a los “Pseudos” para hacer estas presuntas añadiduras (insisto que esto es una hipótesis plausible nada más, porque estrictamente hablando no tenemos documentación alguna al respecto y antes del 200 la obra de pegado estaba ya concluida) fue para indicar, que como otros grandes personajes de la antigüedad, Jesús tuvo también una infancia prodigiosa. Ya antes de mostrarse al mundo como adulto era alguien muy importante y con una niñez prodigiosa. Pseudo Mateo –y Pseudo Lucas- al narrar los prodigios que rodean el nacimiento de Jesús señalan que éste es más extraordinario trascendental aún que los héroes paganos, dioses o semidioses que se solían presentar como ejemplos ya desde las escuelas. Por ejemplo, el héroe Hércules, o los casi divinizados Alejandro Magno, Julio César o Augusto. Los cristianos del primer cuarto del siglo II, o por ahí, que fue cuando se hizo la edición de las cartas de Pablo ya que Ignacio de Antioquía cita 1 Corintios claramente, no podían tolerar que Jesús no fuera un héroe desde pequeñito como sus amigos paganos pregonaban de personajes famoso, incluidos filósofos de mucha altura como Platón. Así que los huecos de la infancia de Jesús fueron rellenados con historias legendarias que tienen mucho que ver con temas de los que hoy llamamos Antiguo Testamento o Biblia hebrea, como veremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero NOTA Enlace a una entrevista realizada por César R. Espinel sobre temas diversos del Nuevo Testamento https://www.youtube.com/watch?v=Ccs7trADUC4
Martes, 19 de Diciembre 2023
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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