CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero



Hoy escribe Antonio Piñero


Respondemos a la pregunta formulada ayer. ¿Sería posible que el núcleo del relato de Zaqueo se remontara aún más arriba, a un nivel más antiguo? Según Bovon, no parece lógico postular que la comunidad o el autor del Material propio se lo hubieran inventado entero. Por tanto, hay que pensar que lo han recibido por tradición.

El argumento no es contundente porque tenemos escenas muy importantes de la tradición evangélica de Lucas que parecen que carecen de todo fundamento histórico, por tanto son un invento de la comunidad la que él pertenece, a él mismo o al autor del Material propio. El ejemplo más palpable está en los dos capítulos que inician el Evangelio: los relatos de la infancia. Y dentro de este bloque, el episodio de los pastores, por ejemplo, parece totalmente legendario. Igualmente, el episodio del niño Jesús perdido y hallado en el Templo, del que hay otros casos iguales de historias rabínicas. Y yéndonos al final del Evangelio, el episodio de los dos caminantes a Emaús es –en opinión casi unánime de los comentaristas- una invención didáctica del Evangelista.

Por tanto no sería en nada imposible que toda la perícopa fuera un invento de algún profeta de la comunidad u otro, como más arriba he indicado. De hecho, el episodio de Zaqueo se parece a otros relatos de vocación y de controversia, como el de Leví (5, 27-32) o el del paralítico de Cafarnaún (5, 17-26).

El mismo Bovon reconoce que

“Los primeros cristianos de entonces recordaban la liberalidad de Jesús al disponer de la gracia, y el ofrecimiento generoso de perdón que éste practicaba. Recordaban también que tal actitud había suscitado las reacciones hostiles de muchos en Israel. La “muchedumbre” del v. 3 y el “todos” del v. 7 representan en este estadio a esa parte del pueblo elegido que actualizaba la actitud de descontento (“murmuraban”, “recrimina¬ban” del v. 7) del pueblo en el desierto, según el libro del Éxodo.

“El relato de Zaqueo ofrecía un arma a los cristianos, minoritarios dentro de Israel, y diseñaba la respuesta a las vehementes críticas suscitadas contra sus esfuerzos misioneros y sus prácticas comunitarias. Los vv. 7 y 9 (quizá solamente el 9b, pues el 9a puede ser una glosa lucana) nacieron en este estadio de la evolución del relato.Se puede imaginar evidentemente que toda la narración vio la luz en esta época. Es decir, a un nivel de la tradición oral”.

Sin embargo, para Bovon esta hipótesis no es válida:

“Esto me parece inverosímil, pues la primera parte la historia manifiesta un carácter anecdótico que no era indispensable a la polémica contra os ricos de la comunidad y que está ausente de otras narraciones análogas.

Según Bovon, es preciso suponer un cuarto nivel, arcaico, el de una tradición aún más primitiva, que no conocía más que la aventura digna de mención ocurrida a Zaqueo. El pequeño y poderoso jefe de publicanos había puesto todo su interés en ver a Jesús. Su recuerdo se había conservado también por el hecho de que el Maestro había honrado al publicano con su presencia.

Aunque los principios de la “Historia de las formas” estarían en contra, no sería inverosímil que desde el origen la atención del relato se dirigiera también hacia los creyentes, y no únicamente hacia Cristo. En consecuencia, no está excluido que en este estadio de la tradición se hayan conservado recuerdos biográficos (no inventados, pues), tales como la conversión de Cornelio en presencia de Pedro o el encuentro inesperado de Zaqueo y Jesús.

(Extractado de las pp. 235-238 del comentario arriba mencionado).

La conclusión es: a este nivel cuarto de antigüedad es muy posible que estemos tocando recuerdos reales del Jesús histórico. Por tanto, he aquí una historia que en su núcleo más estricto podría remontarse al Jesús histórico.

En mi opinión, la conclusión sería bastante pobre y lo que podemos obtener de ella sería sólo confirmatorio de que Jesús trató con publicanos dispuestos a abrirse a su predicación del Reino de Dios, con la intención de que se arrepintieran, repararan sus deudas (como manda la Ley de Moisés) y se dispusieran a cumplir ésta desde ese momento en adelante.

Para contrastar y someter a crítica esta impresión obtenida del análisis del texto sobre Zaqueo el filólogo / historiador utiliza una serie de criterios o herramientas deductivas que se formulan de la manera siguiente: (G. Theissen – A. Merz, El Jesús histórico. Manual, Trad. española, Salamanca, Sígueme 1999, 139-143) y que Gonzalo del Cerro ha estudiado y comentado con precisión -en el capítulo “8. Criterios de historicidad para la reconstrucción de la figura del Jesús histórico. Algunas reflexiones sobre su valor”, recogido en el libro Existió Jesús realmente. El Jesús de la historia a debate, Editorial Raíces, Madrid 2209:

• No es posible en este caso recurrir -para sustentar la historicidad del episodio de Zaqueo- recurrir al denominado "criterio de testimonio múltiple": es decir, diversos testimonios de una tradición si son independientes entre sí elevan la posibilidad de poder identificar un legado auténtico de Jesús. Para aplicar este criterio los exegetas han elaborado cuadros de perícopas en los que aparecen los testimonios sobre Jesús recogidos en una, dos, tres o más estratos de tradición. Ejemplo de división:

A. Dato sobre Jesús por dos estratos de tradición: Mt y Lc = Q
B. Dato sobre Jesús por tres estratos de tradición: Mc Mt y Lc
C. Dato sobre Jesús por cuatro estratos de tradición: Mc Mtesp y Lcesp y Jn.
D. Dato sobre Jesús por cinco o más estratos de tradición: Mc Mt y Lc y Jn y EvTom u otro apócrifo u escrito cristiano de segunda o tercera generación.

Nuestra perícopa, transmitida solo por LUCAS, no cumple que ninguno de estos supuestos.

• Si podría ser sustentada su historicidad por el "criterio de desemejanza", ya que no era común a los rabinos de su tiempo el mezclarse con los “pecadores oficiales”:

“Es legado auténtico de Jesús lo que no pueda derivarse del judaísmo o del cristianismo primitivo, o lo que no pueda encajar en el pensamiento judío o en la mentalidad cristiana posterior (es decir, después de la resurrección o etapa de reflexión teológica sobre Jesús)”.

Y podría también sustentarse ese mínimo núcleo básico de historicidad por el "criterio de coherencia": es legado auténtico de Jesús lo que coincide en el contenido con las tradiciones (aceptadas como auténticas de Jesús) a partir (del uso) del criterio de desemejanza, aunque (esos resultados) se ajusten al pensamiento judío y cristiano primitivo.

Y con esto hemos terminado esta muestra de análisis.
En los días que siguen abordaremos otro tema.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

Saludos


Martes, 21 de Diciembre 2010


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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