NotasHoy escribe Antonio Piñero Posibles estudios de Jesús. Según Flavio Josefo, Contra Apión, II 16ss, lo normal en la Judea de su tiempo (aunque probablemente se refiera solo a Jerusalén y a los ricos) era: a) Que la educación paterno/materna tratara exclusivamente sobre la Ley y sus preceptos como indican los textos siguientes Dt 4,9 (“Cuídate con todo cuidado de no olvidarte de cuantos tus ojos han visto… y enséñaselo a tus hijos y a los hijos de tus hijos…); 6,7s; 6,20s; 11,19sss; Pr 22,6. b) Que los niños (no las niñas, que quedaban excluidas y condenadas al analfabetismo) fueran a la escuela elemental en la sinagoga. Según los evangelios (Lc 4,16) la educación elemental se reducía a aprender a leer la Biblia, y de ahí a leer en general, a escribir, y las matemáticas esenciales para la vida de los negocios, los números esenciales. La organización de estas escuelas primarias, que se llamaban “Bet ha-sépher” (“Casa del libro”) es atribuida por el Talmud de Babilonia, tratado Baba-Bathra 21 A, a Joseph ben Gamba hacia los años 63-65… o a Joshua ben Gamala instituyendo escuelas elementales donde debían estudiar todos los niños desde los seis o siete años. En el anexo de la sinagoga instruidos por el hassán. Se ha discutido hasta si sabía leer y escribir. Tres pasajes al respecto: 1: Lc 4,16-17: “Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. 17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito:” 2. Jn 7,15: “Los judíos, asombrados, decían: «¿Cómo entiende de letras sin haber estudiado?»”. 3. Jn 8,6: “Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra”. Opinión de J. P. Meier: “”Los distintos textos de los evangelios prueban muy poco sobre la alfabetización de Jesús. Sin embargo, la argumentación indirecta basada en la convergencia de varias líneas de probabilidad nos lleva a pensar que Jesús de hecho sabía leer y escribir. Las consideraciones generales sobre el judaísmo palestino del siglo I, más el testimonio coincidente de las distintas corrientes de la tradición evangélica, junto con la aportación indirecta de Jn 7,15, hacen plausible que Jesús supiera leer las Escrituras hebreas y mantener debates sobre su significado” (I 289). Acerca de su oficio: los evangelios lo denominan “tékton”, en griego, es decir, “carpintero en todo aquello que concierne a una casa”, o incluso constructor de ellas. No veo razón alguna seria para rechazar el dato evangélico sobre el oficio de Jesús, aunque el dato no esté atestiguado por múltiples fuentes (“Criterio de autenticiodad: “atestiguación múltiple: más de una fuente independiente, o la menos que la noticia esté eatestiguada en géneros literarios de transmisión independiente). En todo caso podría dudarse el que este fuera el oficio del padre de Jesús, pero no el suyo, según un análisis fino de los textos. Son los siguientes: Mc 6,3: “¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joseto, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él.”. Mt 13,55: “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?”. Lc 4,21-22: “Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» La base de esta noticia es indudablemente del texto de Marcos. Por tanto se trata de un testimonio único. Pero se puede dudar si en el texto primitivo (1ª edición de Marcos; la que leemos nosotros es muy probablemente una segunda edición) se decía literalmente: “¿No es éste el carpintero, el hijo de María…” Ahora bien, se supone que Marcos lo toma de una tradición en griego a la que subyace una noticia que primitivamente se transmitió en arameo. Y en esta lengua, por la falta de adjetivos, “hijo del carpintero” podría significar simplemente “carpintero” (del mismo modo que “hijo de la iniquidad” significa inicuo; “hijo de hombre” = hombre.; “hijo de Satanás = “satánico”). Por tanto, “hijo de carpintero” podría ser el primer resultado de un original “hijo de la carpintería” que podría significar no que su padre (José) fuese en sí carpintero, sino que él, Jesús, era un carpintero. En síntesis: podemos aceptar que de cualquier modo lo que quiere decir tanto marcos como su noticia subyacente es que Jesús trabajaba la madera, era un carpintero (recordemos que el famoso rabino Hillel era zapatero). La única duda –puesto que Nazaret, según los restos arqueológicos actuales— era una aldea muy pequeñita, es si realmente tendría trabajo en ella para vivir, o si le era necesario buscarlo en las ciudades vecinas como Séforis o Tiberíades. Probablemente esto último, lo que pudo suponer para Jesús un abrirle los ojos a la vida y tener una mentalidad más abierta que la de un mero aldeano. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid Www.antoniopinero.com
Domingo, 13 de Noviembre 2016
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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