Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
No parece razonable que se formulara la pregunta --que aparece en el título de esta postal-- un grupo de judíos piadosos, bien formados en las Escrituras, y que debían de conocer los libros de literatura religiosa (por ejemplo, el Libro de los jubileos; los Testamentos de los XII patriarcas; el ciclo de Henoc), . Además, la orden de Jesús de guardar silencio deja confundidos a los discípulos. ¿No están ya más que acostumbrados a que Jesús les orden ocultar su mesianismo? ¡Lo realmente incomprensible consiste en por qué los discípulos estén tan confundidos! Es difícil de creer que los judíos del siglo I hubieran ignorado la idea de la resurrección, incluso aunque fueran escépticos al respecto... y menos los discípulos de Jesús. Son estas preguntas espontáneas del lector de hoy, las que indican que la situación dibujada en la perícopa es artificiosa, y que algo no funciona con lo que hubo de ser la verdad histórica. Si la enseñanza de Jesús sobre temas importantes era continuada, debían de haber sabido responder a la cuestión y no preguntarse nada. Dijimos ya que la noción de resurrección está ya atestiguada en algún estrato muy tardío del Antiguo Testamento, pero que --seguro-- era muy conocido de Jesús y seguidores íntimos = Dn 12, 2: “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno.”) y era una fuente importante de controversia entre las sectas judías del siglo I. Lo sabemos por • Los Evangelios: ejemplo: Mc 12, 27-28 disputa de Jesús con os saduceos acerca de la resurrección: “No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error.» 28 Acercóse uno de los escribas que les había oído y, viendo que les había respondido muy bien, le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”, • Los Hechos de los apóstoles 23,6-8: “Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; por esperar la resurrección de los muertos se me juzga.» 7 Al decir él esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos y la asamblea se dividió. 8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; mientras que los fariseos profesan todo eso.”) y • Flavio Josefo (Antigüedades de los judíos XVIII 14 “Los fariseos creen que las almas tienen fuerza para ser inmortales y que bajo tierra hay retribuciones y castigos según la vida haya sido virtuosa o llena de maldad”). De cualquier modo, lo primera respuesta a estas preguntas de los lectores es confirmar que se trata de una pregunta o declaración redaccional, compuesta por el evangelista. Tal perplejidad debe ser interpretada en el contexto de la referencia precedente de Jesús a su propia resurrección, al parecer como un acontecimiento aparte de la resurrección –griego del NT "anástasis"—general que habría de preceder a la instauración del reino de Dios. El problema de los discípulos pudo ser imaginarse el modo cómo los dos acontecimientos podían relacionarse entre sí y no el hehco en sí de la resurrección de un piadoso antes del Reino: ¿cómo encajar una resurrección general, al menos de los justos, y una particular y especial (¿antes de la general? ¿con qué características? etc.). Es evidente por 1 Corintios 15, 20-28 que ésta era una cuestión que ocupaba a los cristianos primitivos, pues lo que le interesa a Pablo en ese pasaje era establecer el orden correcto de las resurrecciones: primero Cristo, como una suerte de “primicia”; luego, tras o en su “llegada”, la de “los suyos” (es decir, los cristianos); finalmente, quizás, la de todo el mundo para ir al "Juicio". Algo parecido se trata también en 1 Tes 4, 13-17. He aquí los textos: 1 Corintios 15, 20-28 "¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron. 21 Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. 22 Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo. 23 Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su Venida. 24 Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad. 25 Porque debe él reinar = hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. = 26 El último enemigo en ser destruido será la Muerte. 27 Porque = ha sometido todas las cosas bajo sus pies. = Mas cuando diga que «todo está sometido», es evidente que se excluye a Aquel que ha sometido a él todas las cosas. 28 Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo". 1 Tes 4, 13-17: “Hermanos, no queremos que estéis en la ignorancia respecto de los muertos, para que no os entristezcáis como los demás, que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús. 15 Os decimos eso como Palabra des Señor: Nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la Venida del Señor no nos adelantaremos a los que murieron. 16 El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. 17 Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor”. Seguimos. Concluimos pronto. Saludos cordiales de Antonio Piñero. Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 16 de Septiembre 2011
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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