CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero


Hoy escribe Antonio Piñero


El capítulo 5 del libro de VanderKam y Flint que comentamos es interesante para quienes no tienen ideas claras sobre qué es el texto masorético de la Biblia hebrea, cuáles son los manuscritos antiguos que han servido para edición de la moderna --y prácticamente única-- edición científica existente, la de Kittel-Kahle, qué es el Pentateuco samaritano y sus características, cómo es la Biblia griega de los Setenta (LXX) y qué libros trae que no fueron aceptados luego como canónicos por los rabinos de finales del siglo I de nuestra era y sí, en general, por los católicos.

Son muy interesantes los resultados del capítulo 6 (Los Rollos bíblicos y el texto de la Biblia del Antiguo Testamento) para las cuestiones en torno a la revelación e inspiración de la Biblia. Creo q son un revulsivo contra los que creen en una inspiración al dictado y al pie de la letra por parte de Dios o un ángel del texto sagrado. La Biblia que leían los qumranitas tiene muchísimas variantes --adiciones, substracciones y variaciones sobre los mismos textos, que pueden dejar asombrados a cualquiera—- respecto al texto considerado hoy canónico (¡por cierto copiado del ms. B19 de Leningrado del siglo XI -no es un error: décimo primero- d.C.!).
Hasta hace relativamente poco se creía –siguiendo los estudios de Frank M. Cross- que el texto de la Biblia se había transmitido en tres grandes vertientes:

1 El texto palestino, generado y transmitido durante siglos en el Israel antiguo.

2. El texto babilónico, el transportado a Babilonia por los exiliados desde el 587 a.C. (caída de Jerusalén ante las tropas de Nabucodonosor)

3. El texto egipcio, traducido al griego en Alejandría

Otro investigador señero Emmanuel Tov, ha corregido este panorama y ha propuesto que los textos de Qumrán muestran aún más diversidad, más tipos textuales:

• Textos presamaritanos o palestinenses

• Textos protomasoréticos o protorrabínicos

• Textos de la supuesta Biblia hebrea que fue la base de los LXX.

• Textos no alineados o libres

• Textos también libres pero compuestos “según la práctica de Qumrán”.

Por último Eugene Ulrich, el último editor de la serie oficial de volúmenes de edición de los textos qumranita, ya mencionada, Discoveries in the Judaean Desert, ha propuesto que un análisis detenido de los textos de Qumrán, aparte del texto Samaritano y del de los LXX, muestran restos de ¡nada menos! doce ediciones literarias (cada una con sus variantes) y ¡quizás de diecisiete!

Ello supone que el texto sagrado no era fijo, sino fluido, que no se considerada como revelado al pie de la letra, sino según el sentido, y que los escribas, o quienes les dictaban, se creían capacitados para recomponerlos y cambiarlos a su manera, probablemente porque también se creían inspirados por el Espíritu para hacerlo.

Creo que queda claro el porqué de un hecho capital: hoy día los descubrimientos de Qumrán más otras constataciones no permiten sostener de ningún modo un texto fijo de la Biblia, con vocales y consonantes, hasta quizás el siglo VII d.C. y cómo la teoría de la inspiración literal es insostenible: ¿cuál de esos múltiples textos, siempre considerados sagrados, es el inspirado en realidad por el Espíritu Santo?

Respecto al canon de las Escrituras entre los habitantes de Qumrán: ¿cómo se logra saber qué libros eran para ellos ya sagrados y cómo se iba preparando para que en siglos posteriores se declararan canónicos? La respuesta es compleja y VanderKam y Flint enumeran diversas razones que resumo. Eran sagrados si se indicaba:

• Que tenían estatus de “escrito”, atestiguado por la fórmula “según está escrito en el libro…”

• Si un libro se adscribía a un profeta reconocido, por ejemplo, David, Salomón, Isaías, que se sabía inspirado

• Si se sostenía repetidas veces que su mensaje provenía de Dios o de un ángel.

• Si un libro es copiado muchas veces, es decir, si se conservan de él muchos manuscritos, lo que indica su importancia y respeto hacia él.

• Si un libro es considerado digno de ser traducido al griego o al arameo.

• Si se hacen comentarios (pesharim) acerca de su texto o se construyen profecías a base de él.

• Si libros de Qumrán se muestran como dependientes de un texto anterior, que se supone ya autoritativo; por ejemplo, textos como el Génesis apócrifo, Jubileos o 1 Henoc (a propósito: la tradición española procede del latín, y "Henoc" se escribe con /h/; escribirlo sin ella es acomodarse a la tradición inglesa y no tener en cuenta (como hacen desgraciadamente los traductores del libro que comentamos, quizá por ignorancia de una tradición venerable) los siglos de la tradición española.

Seguiremos con nuestro repaso del interesante libro de VanderKam y Flint.


Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

Viernes, 7 de Enero 2011


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





Tendencias de las Religiones


RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile