Notas
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilía XI Bautismo de Clemente El autor de las Pseudo Clementinas, el “yo, Clemente” omnipresente a lo largo y ancho de toda la obra, recogió y expuso detalladamente el largo discurso de Pedro. Al final de la Homilía XI, refiere con especial interés los datos de su bautismo, la condición esencial para poder optar a la herencia del reino de los cielos. Clemente ofrece los varios pasos para el acontecimiento trascendental en la nueva vida, “el nuevo nacimiento” en palabras del relator del protagonista del suceso. Siguieron unas recomendaciones del mismo Pedro dirigidas a los presbíteros delante de toda la asamblea de los fieles. Refería cómo el Señor y Verdadero Profeta explicó a sus discípulos que el Maligno, después de hablar con él durante cuarenta días y de no haber logrado nada de él, intentaría enviar de sus seguidores a unos encargados de engañar a los discípulos de Jesús para extraviarlos. Por eso recomendaba no recibir a nadie, apóstol, maestro o profeta sin haber comparado su predicación con la de Santiago, el llamado hermano de mi Señor, a quien se le ha confiado la tarea de administrar la iglesia de los hebreos en Jerusalén. Era la advertencia contenida en el principio de la carta preliminar de Pedro a Santiago. Recomendaciones en orden a la seguridad de la predicación Era una recomendación que debían observar aunque se presentara con testigos, para que la maldad que habló cuarenta días con el Señor sin conseguir nada, no cayera después del cielo a la tierra como un relámpago y mandara contra los discípulos a un predicador, como ahora había enviado a Simón con pretexto de predicar la verdad en el nombre de nuestro Señor, pero para sembrar el error. Por esta razón, el Maestro dijo con rotundo interés: “Muchos vendrán a mí con vestidura de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7,15-16). Final de las jornadas de Trípolis Dichas estas cosas, envió a sus acompañantes a Antioquía de Siria diciéndoles que lo esperaran allí al día siguiente. Una vez que se marcharon, Pedro libró de enfermedades, padecimientos y demonios a muchos enfermos de las turbas que habían creído, los bautizó en las fuentes que había junto al mar, celebró la eucaristía y nombró obispo a Maroones, el que lo había recibido y que ya era perfecto. Designó a doce presbíteros, estableció a numerosos diáconos, organizó el tema del cuidado de las viudas y habló sobre el orden de lo que convenía a la comunidad de la Iglesia, recomendando obedecer al obispo Maroones. Al cabo de tres meses, se despidió de los de Trípolis de Fenicia y tomó el camino de Antioquía de Siria. Así termina el material narrativo de la Homilía XI, que abre de par en par los marcos del texto con la intención de presentar algunos de los sucesos básicos de toda la historia de la novela pseudo clementina. Tal es el momento y lugar de algunos de los reconocimientos de los miembros dispersos de la familia romana del autor de toda la obra. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Domingo, 31 de Mayo 2015
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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