Notas
Escribe Antonio Piñero
6. El siguiente criterio más que instrumento o norma de discernimiento por sí misma es un criterio complementario que da verosimilitud a lo conseguido por otros criterios. La inserción de Jesús en las coordenadas de su momento histórico puede designarse como criterio de plausibilidad histórica y se expresa así: “Es verosímilmente histórico en la reconstrucción de Jesús aquello que encaje con los datos obtenidos por medio de los criterios anteriores y contribuya a situar plausiblemente a Jesús en su contexto y coordenadas judías. También será histórico lo que en este contexto y en la figura global de Jesús obtenida anteriormente contribuya a explicar situaciones peculiares del cristianismo primitivo que se pueden aclarar por la influencia de Jesús en sus seguidores. Por tanto, sería verosímilmente histórico en nuestras fuentes “lo que cabe entender como influjo de Jesús en sus seguidores y al mismo tiempo sólo puede haber surgido en un contexto judío”. Curiosamente, este criterio de plausibilidad histórica conduciría más bien a sostener lo contrario al “criterio de desemejanza”, ya que sostiene que todo lo que se afirme de Jesús pero no puede encajar en el previsible contexto judío de su época tiene los visos de no ser histórico. Esta observación es correcta, pero la investigación histórica debe ser siempre un modelo de equilibrio y deben conjugarse diversos criterios. Ejemplos: · El bautismo de Jesús dentro de las coordenadas de los seguidores del Bautista tal como las dibuja Flavio Josefo en Antigüedades de los judíos XVIII 116-117: un movimiento de regeneración judía, tras la muerte de Herodes el Grande del que participan otras muchas gentes de la época y que se entra en el arrepentimiento como condición necesaria para la venida del reino de Dios que se esperaba. · Los milagros de sanación y exorcismo de Jesús · Las características no solo espirituales sino también materiales del reino de Dios · Las pretensiones mesiánicas, incluso regias, de Jesús al menos al final de subida pública. Dificultades: como he indicado más arriba, este criterio no es más que un apoyo a lo anteriormente fijado por la investigación, cuyos resultados se hacen plausibles, simplemente, porque encajan con el contexto judío de la época. 7. Criterio del estilo de Jesús Varios autores, sobre todo confesionales, enumeran entre los criterios calificados como secundarios o complementarios lo que denominan “estilo peculiar de Jesús”, sobre todo, el estilo vital: es el resultado del conjunto de lo que habla y las acciones de Jesús en los Evangelios cuya impresión general, por mucho que estos escritos sean obras de propaganda no puede ser radicalmente erróneo ni radicalmente tergiversado. Así la crítica interna de los evangelios puede valorar como propio del personaje Jesús en cuanto a sus palabras/dichos un cierto “sonido personal y un colorido inconfundible”. A Jesús le gustaba la “descripción concreta, intuitiva, pintoresca, la agudeza ingeniosa, la antítesis tajante”. Ejemplos: · Las parábolas en su mayoría · Los dichos hiperbólicos de Jesús referidos al Juicio, del estilo de Mc 9,45: “Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehena” (véase Mt 18,18).. Crítica de este criterio: Más que criterio es un indicio solo relativamente sólido de autenticidad. No puede aplicarse a los hechos como si Jesús tuviera un estilo de “amor al prójimo” de “crítica de la hipocresía”, etc., porque este criterio supone que ya se tiene un conocimiento suficiente de los hechos o dichos de referencia. Para emplear este “criterio” se debe poseer previamente un retrato de Jesús que sirva de punto de comparación en el estudio de los datos discutidos y discutibles. Concluiremos pronto esta sección Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Martes, 6 de Diciembre 2016
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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