Notas
Hoy escribe Gonzalo del Cerro
Niveles diferentes en el uso de la Biblia 5. Denominaciones Aunque las denominaciones podrían incluirse dentro de la categoría de las fórmulas fijas, dedicamos un apartado distinto a esta clase de referencias porque tienen un carácter especial. De hecho, las denominaciones son formas de designar objetos o personas; representan una categoría muy significativa ya que la denominación es la expresión habitual, institucionalizada, de un concepto o un contenido. Las denominaciones están frecuentemente compuestas de nombre con un genitivo determinativo. Si tenemos en cuenta que ese sintagma se deriva de una fórmula hebrea en el llamado estado “constructo” de los nombres, en el que es obligada la omisión del artículo, comprenderemos por qué en el griego del Nuevo Testamento es frecuente la omisión del artículo en casos en los que sería de uso corriente. “Palabra de Dios” (Debar Adonay) es una fórmula compuesta del sustantivo dabar (palabra), en estado constructo debar (palabra de). El estado constructo no puede llevar artículo, lo que explica por qué razón encontramos fórmulas como lógos Kyríou y similares sin artículo. Vamos a ver algunos ejemplos que aclaran lo que pretendemos designar bajo el epígrafe de “denominaciones”. a) En los HchAnd (Pap. Utrecht 15,22) se habla de Dios como del “Rey inmortal de los siglos” (Hechos Apócrifos, vol. I 155), que es la expresión utilizada en la doxología de la 1 Tim 1,17. Igualmente habla Andrés (HchAnd 4,2) de la necesidad de convertirse del error a la “fe en Dios” (pístis toû theoû), con variantes (fe en Cristo Jesús, fe en el Señor) formas usadas en Rom 3,22; Gál 2,20; Sant 2,1. El demonio se encara con Andrés llamándole “hombre siervo de Dios”, que era la denominación corriente de apóstoles y profetas, pero también de simples cristianos: Hch 16,17; Tit 1,1; Sant 1,1; 1 Pe 2,16. b) Los HchJn 37,1 hablan con natural espontaneidad de las grandezas de Dios (megaleía toû theoû) de la misma manera que los Hechos canónicos de Lucas 2,11. En HchJn 106,2 se menciona el “misterio de la economía”, que recuerda la “economía del misterio” de Ef 3,9. En la historia de Drusiana, iba Juan con Andrónico al sepulcro para “partir el pan”. La fórmula ordinaria para designar la celebración eucarística era la conocida ya en numerosos pasajes del NT: Hch 2,46; 20,7.11; 27,35; 1 Cor 10,18. c) Los HchPe 17,11 dicen de Dios que es iudex uiuorum et mortuorum, título que Pedro atribuye a Jesús en el sermón que pronunció en casa del centurión Cornelio (Hch 10,42). El autor de HchPe (17,17) conoce la denominación de “ángel de Satanás”, conocida por 2 Cor 12,7 (ángelos satanâ). Para Pablo, se trata de las pesadumbres que sufre el hombre por las insidias del diablo. En HchPe el ángel de Satanas es Simón Mago, enemigo endémico de los apóstoles y de su ministerio. d) Los HchPlTe 17,1 se refieren a Dios como al “Dios de las venganzas”, expresión muy conocida desde el AT y usada ya en diferentes contextos del Éxodo y de los Salmos, v. gr., Sal 94, 1. En el mismo lugar se habla de Dios celoso. El mismo Pablo repite la noticia de que “Dios envió a su propio Hijo”, lo que ya afirmaba en Gal 4,4. Y Tecla invoca a Dios Padre como “hacedor del cielo y la tierra” (HchPlTe 24,2). Pablo, por su parte, invoca a Dios como “escrutador de los corazones”, lo mismo que lo proclaman los Hechos de Lucas: Hch 1,24 y 15,8. e) Los HchTom 133,1 conocen y usan la expresión “pan de vida”, porque los que lo comen permanecen para siempre incorruptos, lo mismo que los que comen el pan vivo que ha bajado del cielo según Jn 6,35.48.50s. 58. Es lo que decía Jesús en el sermón que pronunció en la sinagoga de Cafarnaún (v. 35). Sabido es que Tomás bautizaba “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, como en HchTom 27,2; 49,2: etc. Un detalle típico de los HchTom es el detalle de que recoge en cuatro ocasiones la confesión que siguió a sus dudas sobre la resurrección: “Señor mío y Dios mío” (HchTom 10,1; 81,1; 144,2; 167,2; Jn 20,28). De todos estos ejemplos tendremos ocasión de mencionar numerosos casos cuando lleguemos al análisis de los textos bíblicos. Recordamos, por ejemplo, que los HchTom recogen el texto de la oración del Padrenuestro prácticamente completo (144,19). El texto recoge también logia atribuidos a Jesús, como el conocido: “Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá” (Mt 7,7; HchTom 53, 2). Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
Jueves, 5 de Noviembre 2009
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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