CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Juan en las Uirtutes Iohannis o milagros de Juan

El tercero de los grandes escritos apócrifos, que contienen básicamente toda la tradición sobre el apóstol Juan de Zebedeo, es el que lleva como título el de Virtutes Joannis, Virtudes o Milagros de Juan. Opto por la palabra “Milagros” para traducir la palabra del original Uirtutes. En este sentido debemos interpretar cualquier uso de la palabra Virtudes referida como título de la obra. Respetando el título tradicional latino, señalaré la obra como VJ.

No es un escrito independiente, ni siquiera totalmente original, sino que está relacionado íntimamente con otros escritos anteriores, de los que depende y a los que sirve de confirmación o complemento. Es lógico, sin embargo, que la época de su origen imponga en su autor aspectos propios de una mentalidad nueva, siempre perceptible en detalles de contenido y de vocabulario. El título o epígrafe de Virtutes satisface a las necesidades y preferencias de personas sencillas, a quienes dicen más los hechos que la dialéctica.

La colección, que contiene esta obra, fue publicada por vez primera por F. Nausea en Colonia el año 1531 con un título sorprendente: Anonymi Philalethi Eusebiani in uitas, miracula, passionesque Apostolorum Rhapsodiae (“Rapsodias compuestas por el anónimo Filaleto Eusebiano sobre las vidas, los milagros y las pasiones de los Apóstoles”). El autor dividió el largo capítulo IV de las Uirtutes Ioannis (VJ) en dos partes, con lo que la obra vino a tener once capítulos. El mismo siglo XVI, el año 1552 W. Lazius publicó en Basilea una segunda edición, a la que puso como título Historiae Apostolicae, auctore Abdia Babyloniae Episcopo (“Historias apostólicas, compuestas por Abdías, obispo de Babilonia”).

Al principio de la colección recuerda el autor que los libros canónicos cuentan detalles sobre los discípulos de Jesús, pero resultan escasos para la devoción de los cristianos. Además, los libros que narran sucesos de su ministerio apenas contienen otra cosa que sus martirios. Por esa razón, el autor procura recoger los prodigios (Uirtutes) realizados por los distintos apóstoles, presentados en obras independientes.

Un dato que debemos tener en cuenta es que el hecho de que varios manuscritos, al margen de la colección, reproduzcan solamente los capítulos I-IV de las VJ, es una prueba fehaciente de que la obra no es originalmente unitaria. La impresión que causa su lectura es la de una labor de concentración y resumen de tradiciones dispersas y más amplias.
Es evidente que las Uirtutes Ioannis constituyen una sección de la obra del Pseudo Abdías Virtutes Apostolorum (“Milagros de los Apóstoles”). Como hemos visto en otros apócrifos, la obra de la colección atribuida a Abdías es oriunda del siglo VI. El autor de las VJ es igualmente anónimo, pero podemos colegir a partir de las características de la obra que más que autor es, en palabras de Junod-Kaestli, compilador. Es decir, se sirve de textos preexistentes que reúne y organiza según sus personales criterios. Del prefacio del autor se deduce su intención y su proyecto. Por lo que a las VJ se refiere, por la selección de temas, el orden y la organización general, “se debe considerar que él es el verdadero autor de las Uirtutes Ioannis en la forma que conocemos” (cf. Junod-Kaestli, Acta Ioannis, p. 753.

El lugar de su composición es con toda probabilidad Francia. El autor del prefacio conoce el texto de la introducción de Gregorio de Tours al libro sobre los Milagros del bienaventurado apóstol Andrés. Los estudios de Lipsius y de Duchesne sobre el tema, aceptados unánimemente por los autores, abundan en estos datos. Pueden consultarse, en efecto, R. A. Lipsius, Die apokryphem Apostelgeschichten und Apostellegenden, I-II 1883-1890, esp. I 117-170; L. Duchesne, “Les anciens recueil de légendes apostoliques”, en Compte-rendu du troisième Congrès scientifique international des Catholiques, Bruselas, 1895, 69-79.

El protagonista de la tradición

El autor está firmemente convencido de que el protagonista de esta obra no es otro que el apóstol Juan, el discípulo amado, uno de los hijos de Zebedeo. Al margen de la polémica sobre la identidad de los diversos personajes que con el nombre de Juan aparecen en la tradición cristiana primitiva, el hijo de Zebedeo y hermano de Santiago, paisano de Pedro y Andrés, tenía muchas cartas en la mano para despertar en la comunidad cristiana un vivísimo interés, que se tradujo en abundantes tradiciones que ponían de manifiesto una devoción profundamente asentada en el corazón de los fieles.

Los Hechos Apócrifos de Juan (HchJn) fueron un polo de atracción de recuerdos y tradiciones, pero fueron también un centro de expansión de datos que volvieron a aparecer en relatos y en reelaboraciones diversas. Lo hemos visto ya con los Hechos de Juan, escritos presuntamente por Prócoro, discípulo de Juan y uno de los primeros siete diáconos (Hch 6). Ahora abordamos otra obra, las Uirtutes Iohannis, -“Virtudes o Milagros de Juan”- enmarcada dentro de la mencionada colección atribuida al Pseudo Abdías, obispo de Babilonia, conocida bajo el epígrafe general de Uirtutes Apostolorum.

Los autores de los apócrifos dan por supuesto que el Juan reflejado en sus relatos y tradiciones es el hijo de Zebedeo, el apóstol que figura en el primer cuarteto de las listas de los Doce, el que fue llamado al apostolado en el mismo contexto cronológico y geográfico que los hermanos Pedro y Andrés, de quienes era compañero de profesión. Es el apóstol Juan, del grupo de los íntimos de Jesús, el que habla en los apócrifos de experiencias personales como la de la Transfiguración o del gesto de reclinar su cabeza en el pecho del Maestro durante la última cena; es el apóstol a quien amaba Jesús, el mismo que al pie de la cruz recibió de Jesús el encargo de cuidar de su madre, como así lo hizo de acuerdo con las tradiciones recogidas en la literatura apócrifa.

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro


Lunes, 22 de Noviembre 2010


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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