CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Escribe Antonio Piñero



Pregunta:


Los señores Earl Doherty y Frank R. Zindler, fundamentan la teoría del MITO CRISTO o Mito de Jesús, con dos argumentos que paso a mencionar:

1.- Una conspiración de silencio: En la literatura del siglo I, excluidos los evangelios, apenas hay referencias a la actividad de Jesús. Ninguno de estos textos registra sus enseñanzas, sus milagros ni el proceso que llevó a su ejecución. Earl Doherty llama a esto, de forma irónica, «una conspiración de silencio».

2.- Errores de tipo geográfico y sociocultural de la Palestina del I siglo, evidenciados en ciertos relatos evangélicos (evangelios sinópticos), los que de paso revelan que los evangelistas NO fueron en definitiva testigos oculares de los hechos, sino simples coleccionistas de historias, pues no eran judíos de pura cepa, ni tampoco vivieron en la Palestina de antes de la destrucción del templo (año 70 d.c.).


Respuesta:


¡Esos señores acaban de descubrir el Mediterráneo!! Bien considerados, los argumentos son simplistas y diría que hasta estúpidos y son archiconocidos.

A. Naturalmente: Jesús pasó desapercibido casi totalmente para el imperio de la época. Si hubiera tenido un periódico global, no sé si a muerte de tres insurrectos en la levantisca Palestina, habría suscitado un mínimo comentario de dos líneas en la página final.

¿Y qué? ¿Acaso otros personajes históricos de los que nadie duda dejaron alguna huella o comentario sobre ellos más que una simple mención, como es el casi –sin lugar a duda—del Testimonio de Flavio Josefo, tan negativo respecto a Jesús, una vez depurado de las glosas de escribas cristianos. O el mismo de Suetonio, bien analizado, o incluso el de Tácito, a pesar de las discusiones…

B. ¡Otro Mediterráneo! Ya sabemos que los evangelios no son el producto de testigos oculares. ¿Acaso lo fue Tito Livio de lo que narra de la historia de Roma? Y por supuesto que comenten errores geográficos. Pero bien leídos, y separando las dos figura superpuestas que en ellos se dibujan sobre un mismo personaje –la de un rabino, o maestro de la Ley fracasado-- y su idealización posterior como mesías celestial, proporcionan informaciones históricas impagables. Un ejemplo: casi todo lo que sabemos del fariseísmo anterior al año 70 lo debemos a los evangelios,

El que no haga esta distinción, el que no tenga en cuenta que la figura de Jesús fue repensada e idealizada y reescrita, pero conservando la base histórica del rabino fracasado y casi ignoto fue el Jesús galileo, le costará mil dolores de cabeza explicar no solo la redacción de los evangelios, sino la figura de Pablo y todo el cristianismo posterior.



Pr.:


¿Usted que tipo de lectura me recomendaría para avanzar en el conocimiento de las escrituras sobre todo del Nuevo Testamento (desde un punto de vista critico/religioso)?
¿Que opina acerca de la biblia Peshitta en comparación con otras biblias?


R.:

Yo le recomendaría la que creo la mejor de mis obras hasta el momento, en este sentido: “Guía para entender el Nuevo Testamento”, Editorial Trotta, 4ª edic. 2011. Hay versión electrónica.


La Peshita nada tiene que ver con las Biblias modernas. Se trata de la más antigua versión al siríaco del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Es del siglo III y sus lecturas en el Nuevo Testamento sirven, y a veces, mucho como confirmación de lecturas dudosas de los manuscritos griegos. Para Usted no le va a servir de nada para lo que Usted pretende, aunque como el arameo de Galilea, la lengua materna de Jesús, es lo más parecido que hay al siríaco, algunas de las retrotraducciones (a partir del griego) de palabras de Jesús pueden parecerse relativamente a lo dicho en arameo por Jesús. Hice una reseña en mi blog (utilice el Buscador empleando una sola palabra clave) del libro de Abdelmunin Aya, “El arameo en sus labios. Saborear los cuatro evangelios en la lengua de Jesús”, de Fragmenta Editorial, Barcelona 2013, que hace reconstrucciones de sentencias famosas de Jesús a parir del árabe clásico y del arameo de la Peshita.


Pr.:

Hola. Según Heródoto, los egipcios eran negros. Si no me equivoco, en sus libros usa la palabra \"melanos\" o algo parecido (lo siento, no sé griego) para referirse a ellos. ¿Es así? Por otro lado, ¿el Cam que aparece en la Biblia era negro o blanco?


R.:


“Mélanos” en griego significa negro, ciertamente; de ahí “melanina”. Pero también tostado, ennegrecido por el sol. Puede por tanto, referirse a eso último. En hebreo Cham, significa “cálido o caliente”, raíz “chmm”. Es posible que el egipcio/copto Kem tenga algo que ver con ese vocablo habreo, y ciertamente en egipcio significa “negro”, pero también “tostado por el sol”.

El Cam de la Biblia (Génesis, episodio de la desnudez de Noé) era ciertamente blanco para los hebreos, pues era hijo de este patriarca.




Pr.:


Usted me puede explicar cómo fue la historia del bautismo, de donde viene realmente ese rito, sé qué es, de Juan el Bautista pero porque la iglesia católica bautiza a los niños, cuál es la historia de este ritual. Gracias.



R.:

Siento no haberme ocupado de la historia del bautismo, porque se sale de mi ámbito de concentración de trabajo. Los datos del Nuevo Testamento los tiene Usted en un buen Diccionario de la Biblia como los comentados por mí n el Blog de la Editorial Herder, de Sal Terrae o de Clíe.

Si le es posible, vaya a una buena biblioteca teológica (Seminario o Universidad) y busque un diccionario de teología. O lea "Conceptos fundamentales del cristianismo" (editor J. J. Tamayo) de la Editorial Trotta, 2ª edic. reformada, que le informará completamente.


Pr.:


¿A qué se debe esa "ocultación" de la herencia que los egipcios legaron a los griegos? Quiero decir que se considera al Hélade la cuna de la civilización europea, pero gran parte de lo conseguido por los griegos es ¡egipcio! Tanto en arte como en ciencia. Todos los sabios griegos beben del conocimiento egipcio.



R.:


Los griegos jamás ocultaron nada. Platón, por ejemplo, siempre dijo que la sabiduría venía de Egipto. Pero en general los griegos no concretaban, o lo hacían muy vagamente qué es lo que habían tomado de los egipcios. De hecho, luego la remodelación de esa sabiduría fue tan portentosa por parte de los griegos que se puede decir que es propia. Hoy día los libros sobre la sabiduría egipcia abundan, a veces demasiado y con poco conocimiento de causa.


Pr.:


¿ En donde aparece Jesús resucitando a Lázaro que tiene 4 días de muerto, no cree usted que el evangelista fallo en ese relato. Primero, ¿por qué si Lazaro ya estaba muerto, entonces, quiere decir que estaba en el reino de Dios, por qué Jesús lo resucita si él predicaba el reino de los cielos? Además para un Judío creerse un Dios era algo blasfemo.



R.:


• Lea bien el Evangelio de Juan capítulo 12 y usted mismo se responderá si el evangelista falló o no. Además, la inmensa mayoría de los investigadores cree que esa resurrección no es histórica. Pertenece al fono legendario de “tradiciones” que tenía la comunidad que está detrás de los diversos autores de ese evangelio. Y el conjunto del texto le da un significado altísimamente teológico y simbólico que usted captará si lee despacio. Le recomiendo el Comentario al Evangelio de Juan de Raymond E. Brown, de Edit. Verbo Divino. En conjunto es el mejor que conozco y está traducido al español.

• No estaba en el reino de Dios, que para los judíos y para Jesús también era en la tierra de Israel , al menos en su primera fase. Además, las almas, según los judíos de la época, separadas del cuerpo, estaban en el Hades/ Sheol esperando el juicio.

• Lo resucita para seguir en esta vida hasta el juicio definitivo y para demostrr el poder de Jesús.

• Para el Evangelio de Juan Jesús no se creía Dios; era Dios y en él se había encarnado el Logos, o palabra divina. Lea, por favor, el comienzo del Evangelio.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Sábado, 11 de Abril 2015


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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