CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
El Evangelio de Juan. La construcción de un texto complejo: orígenes históricos y proceso compositivo (583) (II)

Escribe Antonio Piñero

Hace un par de semanas inicié un breve comentario a la obra del Profesor Gonzalo Fontana, de la Universidad de Zaragoza, cuyo título encabeza de nuevo esta postal. Aunque su cometido en la universidad es la enseñanza superior del latín, sus “incursiones”, como él mismo dice, en el ámbito de los estudios sobre el cristianismo primitivo son más que notables. Como me interesa mucho atraer la atención sobre su trabajo, y que este no se reduzca al parco ámbito de los lectores de una monografía universitaria, voy a hacer, como comentario, un par de cosas. En primer lugar, ofrecer un resumen de su contenido tal como se presenta en su obra, en las páginas 13-17. El texto está en inglés, pero me permito hacer una traducción al español, que no será al pie de la letra, sino un tanto amplificada, o parafraseada, de manera que se entienda bien por todos y se conozca casi con las propias palabras del autor cuál es la hipótesis que gobierna su libro. Y la segunda, un breve comentario a las conclusiones de la obra.

He aquí, pues, como el Prof. Fontana presenta su obra:

»El objetivo de este volumen es presentar una nueva hipótesis sobre el proceso de composición del IV Evangelio. En contra de la idea de que este escrito fue compuesto por Juan, el hermano de Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, discípulo de Jesús, uno de los Doce (opinión discutida hace muchos tiempo), propongo que el texto es el resultado de un proceso muy largo y complejo y que no es la obra de una sola persona.

»En primer lugar el libro pone de relieve que la denominada “comunidad johánica” (una suerte de etiqueta aplicada al grupo social del que emergió el texto) fue la que recogió y produjo sus propios materiales orales y algunas leyendas que sirvieron para poner de relieve su identidad específica dentro del grupo de seguidores de Jesús.

»El más importante de esos elementos fue la creación “del discípulo amado”, figura probablemente compuesta para servir de contrapeso al prestigio de Pedro el héroe de los evangelios sinópticos. Esa comunidad johánica se consideró a sí misma como el grupo procedente de ese discípulo ideal a quien Jesús había confiado una serie de mensajes espirituales desconocidos al resto de grupos cristianos. Tales mensajes quedaron materializados en el texto que la comunidad produjo como “evangelio”. Sin embargo, al contrario que otros textos del canon cristiano de Escrituras sagradas, que pueden adscribirse a un autor único, el evangelio de Juan se presenta como una obra compleja que ofrece al estudioso una serie de problemas solo resolubles por medio de una hipótesis estratigráfica. En otras palabras, esta obra evangélica, tal como la podemos manejar hoy día, es el resultado de la intervención sucesiva de varias manos. Ello nos permite pensar en fases diferentes de un proceso compositivo, que podría ser el siguiente:

»1. La primera mano o estrato es el que se podría denominar “Evangelio de Juan”. Fue este un escrito muy parecido a los evangelios sinópticos, pero del que queda muy poco en la obra conocida hoy como Cuarto Evangelio. La principal novedad de este primer producto, o “primer evangelio johánico” es la disposición de las obras de la vida pública de Jesús de acuerdo con el calendario litúrgico judío.

»Puesto que el autor de este primer texto conoce muy bien el modelo inventado y puesto en circulación por el evangelio de Marcos, este “Primer Evangelio de Juan” hubo de ser compuesto, naturalmente, después del evangelio de Marcos. Por tanto, aproximadamente, al final de este decenio. El estudio propone, además, la hipótesis de que este primer texto contenía parábolas (que en el texto actual han desaparecido) y algunos episodios “sinópticos”, como por ejemplo la Transfiguración. La existencia de este texto primitivo se deduce principalmente de los restos del papiro Egerton II.

»2. A este marco inicial se le añadió en un segundo estadio una gran cantidad de material que se encuentra originalmente en el evangelio de Lucas. Los elementos más significativos de este estrato son: la creación de la figura de Lázaro; la caracterización de Judas como un agente de Satán; y la presencia de algunos relatos cuyo origen se halla también en el material lucano, como la curación del hijo del funcionario real.

»De hecho, la contribución más importante de esta segunda forma del Cuarto Evangelio podría ser la creación de la figura de Lázaro. En ese segundo evangelio del Evangelio de Juan, Jesús culminaba su misión retornando a la misma orilla del río Jordán en la que la había comenzado. Y desde allí, el Jesús johánico parte para celebrar su última pascua en Jerusalén. Sin embargo, el interpolador de material lucano decidió que la estancia en Betania podría tener un significado muy potente: Jesús no solo sería ungido, como ocurre en los evangelios sinópticos, sino que realizaría el más famoso de sus milagros: la resurrección de Lázaro. A primera vista, tanto este episodio como el personaje carecen de paralelo en los sinópticos. Pero de hecho toda la constitución de la figura de Lázaro procede de elementos obtenidos del evangelio de Lucas. El libro procede entonces a intentar probar este aserto.

»A. Lázaro vive en Betania, ciudad que es conocida para el lector porque es donde tiene lugar la unción sinóptica: es este el episodio narrado en Lc 7, 37-50, aunque en este evangelio se presenta la unción en un contexto muy diferente.

»B. En los sinópticos se realiza la unción no en la casa de Lázaro sino en la de un fariseo desconocido, Simón el leproso (Mc 14, 3; Mt 26, 6). A pesar de que en el evangelio de Lucas se reinterpreta el relato de la unción muy profundamente de modo que se transforma en la historia de una pecadora arrepentida, el texto presenta el nombre del propietario de la casa donde acontece este episodio, Simón (Lc 7,40).

»C. Lázaro es el hermano de Marta y de María. El lector conoce ya estas figuras también por el evangelio de Lucas (Lc, 10,38-40). Debe señalarse, sin embargo, que Lucas no las relaciona con ningún Lázaro, y que tampoco las sitúa en Betania. Lucas no podía presentarlas en este contexto, ya que casi toda la predicación de Jesús en su evangelio tiene lugar en Galilea y no en Judea.

»D. Además de este Lázaro hay otro personaje en el Evangelio de Lucas que tiene el mismo nombre, el mendigo ulceroso de la narración sobre el rico epulón en Lc 16, 19-21.

»La hipótesis sostiene que la resurrección de Lázaro y el personaje no son otra cosa que una fusión de elementos tomados del evangelio de Lucas, con un propósito concreto. El interpolador deseaba concluir la misión de Jesús de una manera excelente y pensó que no había mejor final que la resurrección del amigo de Jesús. Para conseguir su propósito tomó como punto de partida el relato de la unción en Betania: la mujer que ungió a Jesús no es en su evangelio una desconocida, como ocurre en Mc y Mt, ni menos una mujer pecadora como en Lc, sino uno de los habitantes de la casa de los amigos de Jesús. El interpolador tomó su nombre, y se inspiró, en el episodio lucano de Marta y María (Lc 10,38-42).

»Además no necesitaba otra cosa que el nombre del personaje resucitado por Jesús y este surgió por medio de la unión entre el fariseo Simón, leproso, y el mendigo lleno de úlceras de la parábola lucana. Es posible, además, que las últimas palabras de esa parábola lucana (cap. 16) proporcionaran al interpolador la idea para el personaje Lázaro del evangelio johánico: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco quedarán persuadidos aunque resucitara uno de entre los muertos” (Lc 16, 22-31). El gran reto para el interpolador fue el decidirse a transformar a este mendigo, Lázaro, en un personaje amigo de Jesús y resucitado por él. ¿Acaso no podrían persuadirse los incrédulos de la maravillosa potencia de Jesús por medio del relato de una prodigiosa resurrección?

»3. En un momento posterior –3ª fase-- se insertó en el texto del Primer evangelio johánico ya reformado una buena cantidad de material teológico de muy elevada factura teológica y mística. Es en este estadio cuando el Jesús del cuarto evangelio no habla ya del reino de Dios sino de sí mismo como una entidad transcendente altamente espiritualizada.

»4. Esta gran cantidad de intervenciones posteriores sobre el texto primitivo dio lugar a un relato que tenía un gran número de inconsistencias narrativas. Y aquí es donde interviene –4ª fase-- el último editor del texto que intentó arreglar todo el conjunto aunque, hay que confesar, que de una manera no totalmente feliz.

»Es preciso admitir que esta hipótesis interpretativa de la construcción del evangelio johánico (cuyas pruebas se ofrecen a lo largo del libro) descansa solamente en una serie de claves textuales inseguras y ambiguas proporcionadas por el análisis del texto mismo tal como se presenta hoy. De hecho apenas hay pruebas palpables que nos permitan dar cuenta de estos orígenes, ni tampoco hay testimonios directos del porqué de la actuación y de las intenciones del autor o autores de un texto que al final resulta ser muy diferente a los evangelios sinópticos. Este proceso constructivo transformó el texto en un unicum, en verdad muy difícil de explicar.

»El libro intenta sustentar esta hipótesis, que en algún caso puede parecer aventurada, por medio de la reconstrucción de la trayectoria histórica y de la dolorosa situación por la que pasó el grupo johánico. El libro sostiene que este grupo pasó unos decenios aislado en Samaria y que más tarde viajó hasta Éfeso donde entró en contacto con otros grupos cristianos de origen gentil. Este contacto produjo necesariamente controversias y disensiones dentro de un grupo que era judeocristiano, tal como se muestra en el Apocalipsis que es un producto de otro conjunto de judeocristianos que se encontraban también en Asia Menor y probablemente también en Éfeso. Así pues estos años de la comunidad discurrieron en dos espacios: Samaria y Éfeso. De hecho es posible que una de las contribuciones más importantes del capítulo dedicado a sustentar esta reconstrucción histórica es la caracterización del misterioso Natanael que es el “discípulo israelita” por excelencia; en otras palabras, es un discípulo procedente del reino del norte, el antiguo Israel, cuya capital era Samaria.

»Muy importante es también otra contribución de esta sección del libro, pues aborda la presentación y el análisis histórico de un documento epigráfico muy importante, la número 713 de las Inscripciones de Éfeso, que muestra que miembros importantes del gobierno imperial, que actuaban como protectores de los samaritanos asentados en esta zona de Asia Menor, vivían en Éfeso. Por tanto, y esto es muy importante, se puede probar y contextualizar la existencia de una comunidad específicamente samaritana que vivía en Éfeso. Y además que en esa comunidad había cristianos.

»Un tema adicional en esta hipótesis interpretativa es la respuesta a una pregunta usual: ¿por qué precisamente Éfeso fue la cuna de tantos escritos cristianos primitivos? La respuesta radica en una conjunción de factores. En primer lugar los cristianismos un tanto “excéntricos”, asentados en esta ciudad, necesitaban generar textos que pusieran de relieve sus particularidades doctrinales y su identidad cristiana específica.

En segundo lugar, otras comunidades cristianas contemporáneas de diferentes regiones –y, en consecuencia sus productos literarios también— eran víctimas probables de convulsiones políticas generadas en el periodo entre las dos guerras judías (70-135), lo cual hacía la vida muy difícil. Pero es curioso que las comunidades judías (y también las cristianas) que estaban en Éfeso vivían una situación menos conflictiva que en otros lugares. No hubo allí revueltas mesiánicas; no se produjeron las matanzas de judíos como en otros lugares de la época de los emperadores flavios y de los años del reinado de Trajano (muerto en 119).

»Aunque los cristianos en Asia Menor sufrieron persecuciones por parte del estado desde el comienzo del siglo II, fueron únicamente acciones ocasionales que no pueden de ningún modo compararse con las campañas de exterminio sufridas por los judíos –y judeocristianos-- en Palestina, la Cirenaica, Siria o Chipre. Este es el motivo por el que las facciones cristianas emergieron como los únicos propietarios, o casi únicos, del “nombre cristiano” dentro del Imperio Romano. En contraste, estos grupos cristianos pujantes de los primeros días fueron aniquilados con toda posibilidad, o condenados a meros supervivientes marginales. No es extraño, por tanto, que se produjeran tantas obras cristianas en Asia Menor y en concreto en Éfeso.

»Este libro, pues, trata de dos cuestiones íntimamente relacionadas, pero que desde el punto de vista metodológico deben ser abordadas desde dos perspectivas muy diferentes. Por un lado, está el reto filológico, a saber hay que formular una hipótesis que arroje luz sobre el proceso de composición del texto del cuarto evangelio que es un verdadero misterio. Y por otro lado, está el reto o cuestión histórica referida al grupo social que dio origen a este evangelio. Por este motivo el punto de partida de este libro descansa sobre una consideración a priori: puesto que el texto del Cuarto evangelio es una manifestación de la fe y de la identidad de un grupo específico muy diferente de otros grupos cristianos primitivos, hay que pensar que la trayectoria histórica de este grupo condicionó decisivamente el proceso de escritura del cuarto evangelio. Es preciso, por tanto, analizar esta trayectoria histórica.

Hasta aquí el resumen de la hipótesis de generación del Cuarto Evangelio en cuatro etapas. Espero que haya materia para pensar.

Como dije, al tratar de las conclusiones, volveremos sobre estos temas.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com


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Recuerdo mis firmas en la Feria del Libro de Madrid o asimiladas.




· Hoy, 5 de junio de 2015 a las 11.30 horas en La “Feria de los Libros del Olivo” c/ Hermosilla 103, Madrid.


· Mañana sábado, 6 de junio 2015, en la caseta 251, de Editorial Planeta, firmaré con José Luis Corral, ejemplares de El Trono Maldito", hacia las 13.30


· El próximo domingo, día 7 de junio 2015, en la Feria del Libro del Retiro, caseta 208 de la Editorial Trotta, de 12 a 14, firmaré los libros que tengo en esa editorial en especial la “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino” .

· El próximo viernes 12 de junio del 2015 firmaré los libros que tenga a disposición del público la Librería Antes, una entidad dedicada sobre todo a la historia.
Me imagino que firmaré libros de EDAF, de Laberinto y de Trotta.
El número de caseta es 108.

Saludos de nuevo

Viernes, 5 de Junio 2015


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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