Notas
Hoy escribe Gonzalo del Cerro
Correspondencia de Pablo con los corintios (3 Cor) El papiro Bodmer X, del siglo III, que seguimos en la edición de los Hechos Apócrifos de A. Piñero y G. Del Cerro, comprende las cartas que los corintios dirigieron a Pablo y la respuesta del apóstol desde Filipos. El conjunto tiene una parte narrativa, que se ha conservado en el PHeid. Pero el texto epistolar de varias versiones latinas completa el texto del papiro Bodmer, que es el único testigo griego del conjunto. El episodio de la vida de Pablo corresponde a su estancia en la ciudad de Filipos, narrada también en los Hechos de Lucas. El texto del papiro, muy mutilado, habla de la llegada de Pablo y su alojamiento en la casa de un personaje conocido entre los hermanos. La situación que refleja el relato de los sucesos es de tristeza y preocupación. Corrían rumores de que Pablo se hallaba cercano a su salida de este mundo. Más que rumores eran las noticias que llegaban de Corinto sobre las enseñanzas de Simón y Cleobio que negaban ciertas creencias consideradas como indiscutibles. Negaban, por ejemplo, la resurrección de los cuerpos, detalle conocido también casi con las mismas palabras por 1 Cor 15,12. Según los dos disidentes, el cuerpo del hombre no era hechura de Dios, como tampoco lo era el mundo. La crucifixión de Jesús no había sucedido en realidad, sino sólo en apariencia. Jesús no había nacido de María ni procedía de la estirpe de David (PHeid 45). Cuando los corintios se enteraron de que Pablo se encontraba en Macedonia, le enviaron por medio de los diáconos Trepto y Eutico una carta. Le exponían los motivos de su preocupación y le rogaban que viniera a Filipos para remediar los problemas surgidos. Las doctrinas de Simón y Cleobio representaban un vuelco total al evangelio predicado por Pablo, evangelio que los corintios guardaban con fidelidad. La carta 3 Cor 1 (Papiro Bodmer X, I) comienza con la enumeración de los responsables de su envío, que son Esteban con los presbíteros y compañeros Dafno, Eubulo, Teófilo y Zenón. Esteban es el que aparece mencionado en 1 Cor 1,16; 16,15.17; Eubulo puede ser uno de los que envían saludos en 2 Tim 4,21. Simón y Cleobio son los dos personajes que aparecen nombrados en el PHeid. Pervierten la fe de los corintios enseñando doctrinas ajenas a la predicación de Pablo y de los demás apóstoles. Es la razón de la súplica razonada de Esteban y sus compañeros: “Ven a nosotros” o “escríbenos”. Añaden luego una serie de doctrinas que constituyen el elenco de sus novedades: Niegan la autoridad de los profetas; no admiten que Dios sea todopoderoso; no habrá resurrección de la carne; el hombre no ha sido creado por Dios; Cristo no ha venido en carne humana ni ha nacido de María; el mundo no está gobernado por Dios, sino por los ángeles. Razones todas de suficiente peso por separado, cuánto más en su conjunto para solicitar con urgencia la venida de Pablo. 3 Cor 2. Este capítulo, de carácter narrativo, es exclusivo del PHeid. Cuenta cómo Trepto y Eutico llevaron la carta a Filipos, donde se encontraba Pablo en prisión. La aflicción que sintió el apóstol al recibir tales noticias de Corinto queda reflejada en la exclamación que pronunció con palabras de Flp 1,23: “Desearía morir y estar con Cristo más que permanecer en este cuerpo” y escuchar tales cosas mientras me encuentro encadenado viendo cómo prosperan las obras del diablo. En medio de una gran aflicción, respondió Pablo a los corintios con la carta siguiente. 3 Cor 3 (Papiro Bodmer X, II). Escribe Pablo, prisionero de Cristo Jesús, a los hermanos de la iglesia de Corinto y comienza con el saludo griego Khairein! Asegura haber transmitido lo que a su vez recibió de los apóstoles: Que Jesucristo nació de María de la estirpe de David cuando fue enviado a ella el Espíritu Santo para que apareciera en carne mortal y trajera a los hombres la resurrección de los cuerpos. Porque Dios Padre fue el creador del hombre y lo buscó después de su caída para devolverle la vida por la gracia de la adopción. Envió en primer lugar a los Profetas para apartar del mal a los judíos y llevarlos a la salvación. Pero como el diablo trató de arrastrar a la humanidad con los placeres, Dios Padre envió el Espíritu Santo a María la galilea que lo recibió en su seno y alumbró a Jesús para la salvación del mundo. Jesús dejará claro que engañan los que enseñan que el mundo no fue obra de Dios Padre. Por ello, ruega Pablo que los excluyan de la Iglesia, ya que los fieles no son hijos de la desobediencia sino que han sido llamados para la resurrección. Ahora bien, no habrá resurrección para aquellos que afirman que no habrá resurrección de la carne. El ejemplo de las semillas es útil para explicar y comprender esta doctrina. Pero la Escritura ofrece el ejemplo de Jonás, devorado por un monstruo del mar por no querer predicar la palabra de Dios en Nínive. Dios escuchó su oración y Jonás volvió del abismo profundo. Con mayor razón, los que han creído en Cristo Jesús resucitarán como él mismo resucitó. Si un cadáver arrojado a la tumba del profeta Eliseo recobró la vida, también resucitaréis vosotros, que habéis sido arrojados sobre el cuerpo, los huesos y el espíritu del Señor. El profeta Elías resucitó al hijo de la viuda, como nosotros resucitaremos a ejemplo de Jesús. Si los corintios aceptan esta doctrina, no deben causar molestias a Pablo, sino seguir con fidelidad la doctrina recibida de los santos apóstoles y el santo evangelio. Los ateos que se apartan de esta doctrina, ya están sumidos en el fuego devorador. Pablo concluye su mensaje pidiendo a sus fieles que se aparten de ellos por la virtud del Señor y augurándoles la paz. Entre el final de la carta y el episodio de Frontina hay una gran laguna en el texto del PHeid. Por el contexto se deduce que Pablo seguía predicando el evangelio con insistencia en la doctrina sobre la castidad. La joven Frontina, hija de Longino y Firmila, se adhiere al magisterio de Pablo y renuncia al matrimonio. Pablo y Frontina son condenados. Longino culpa a Pablo como responsable de la situación y logra que la condena de Pablo y la joven se concrete en que mueran despeñados. Cuando vuelve el texto del papiro (PHeid 41), está hablando Longino sobre la conveniencia de despeñar vivos a Frontina y a Pablo. Acudió gran gentío cuando sacaron a Frontina. Todos, empezando por los padres de la joven y los soldados, lloraban y se lamentaban. Por algún suceso, desconocido por una nueva laguna, murió Frontina. Entonces Pablo se postró de hinojos rogando a Dios por la joven. El resultado es que la joven resucitó. La muchedumbre escapó huyendo atemorizada. Pablo tomó a la joven de la mano y la condujo a casa de sus padres. La gente gritaba: “Sólo hay un Dios, que creó el cielo y la tierra, el que ha resucitado a la muchacha en presencia de Pablo” (PHeid 42,20). De la nebulosa del papiro se deduce que se celebra una eucaristía, en la que participa Longino, convertido a la fe de Pablo. Templo de Apolo en Corintio. Al fondo la Acrocorinto. Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
Lunes, 27 de Junio 2011
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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