NotasHoy escribe Antonio Piñero Señala Jacques Schlosser, nuestro autor de cabecera en el tema presente, a propósito del vocablo “abba”, que la valoración de los aspectos lingüísticos es bastante compleja, pero que incluso sin adentrarse en el terreno de los especialistas en lengua aramea se pueden efectuar algunas observaciones al respecto que ayudan a comprender el porqué del uso de abba y no el de otras foprmas de la palabra. Uno a las indicaciones de Schlosser la de otros estudiosos. La primera es que, tanto en el arameo de la época en Galilea como en el arameo general, se iba perdiendo el uso del vocativo en el habla popular. Este caso se sustituía comúnmente por el empleo del nominativo. Este casa valia y se empleaba también tanto como designación del sujeto (“el padre”) como de apelativo (¡oh padre!). Por consiguiente, si en el arameo de la época se empleaba “abba” para designar al padre de familia, tanto en nominativo como en vocativo, ¿es acaso muy extraño que Jesús utilizara el vocablo en vocativo para dirigirse a Dios? En absoluto, pues -como hemos visto- seguía la tradición desde el Antiguo Testamento, que llamaba a Dios Padre, no muchas, pero sí en casos muy notables. Cierto que este corpus decía "dios es Padre" y no "¡Oh Padre!". ¿Pero hay alguna gran dificultad en el paso de un caso (nominativo) a otro (vocativo)? No la hay. Por tanto, aunque el uso sea novedoso en Jesúsno parece en sí de una audacia inaudita. Sencillamente: el vocativo “aby” no se utilizaba en la lengua corriente. Segundo: Dado que tanto en hebreo como en arameo "ab" significa “padre”, es muy posible que el vocablo “abba” con dos /bb/ (técnicamente: con una consonante “geminada”) puede provenir en principio del lenguaje infantil. En efecto, "madre" se dice en arameo "im", y las niños al parecer acostumbraban a geminar la consonante y denomina a la madre como "imma". Igualmente, de "ab" se pudo pasar a "abba". Que se escribía así da testimonio incluso Pablo de Tarso cuando afirma que era un uso cristiano posterior denominar de este modo al Padre celestial (véase Gálatas 4,6 y Romanos 8,15). Ahora bien, que el origen del vocablo sea “infantil”, no significa que más tarde, con el paso del tiempo y con el uso, no pudiera el término pasar al lenguaje “normal” incluido el de los adultos. Parece ser que así fue, como hemos visto ya en textos un poco posteriores a la época de Jesús. De hecho los especialistas en arameo -comenzando por James Barr, que escribió un famoso artículo argumentando que “abba” no significa “papaíto”, sino simplemente padre/papá- y otros muchos lo afirman mostrando textos diversos como prueba de que el vocablo era usado tanto por adultos como por niños. Nosotros hemos ofrecido el más famoso de estos pasajes -el referido al rabino Hanán, nieto de Honí, el trazador de círculos- en el que se distingue entre el “abba que da lluvia (Dios) y el abba que no la da (el rabino)” (Talmud de Babilonia, Taanit 23b) . Por tanto, se impone otra conclusión: tampoco hay nada de extraño que un adulto como Jesús utilizara el término "abba". Se ha argumentado que este texto que acabamos de citar es muy tardío (siglos V o VI); que el arameo es babilónico, no de Palestina, y que en él se habla de Dios como “Señor del universo”, expresión que no era común en el Israel de tiempos de Jesús, sino de época posterior. Por tanto –se concluye- este texto no vale para probar que en tiempos de Jesús se utilizara la expresión "abba" por parte de los adultos. Concedamos que es posible que así sea. Pero de todos modos el pasaje aducido muestra cómo era propio del judaísmo llegar a aplicar a Dios la designación de “abba” tarde o temprano. La religión y sensibilidad religiosa judías no veían en ello motivo de asombro. Jesús, en todo caso, fue un adelantado. Ofrecemos hoy otro texto que prueba este uso de abba para “padre” por personas mayores. Se trata de un “targum”, una traducción/paráfrasis aramea de la Biblia, para ser leída el sábado en las sinagogas (puesto que los judíos corrientes no entendían bien el hebreo bíblico, ya que hablaban arameo. Había que traducirles la Biblia). El texto es una paráfrasis de Génesis 19,34, donde se cuenta que la hija mayor de Lot se acuesta con su padre (previamente emborrachado) para asegurar la descendencia ya que viven en una cueva, en un desierto, y no hay varones con los que casarse. El texto dice así: « Al día siguiente, la hija mayor dijo a la menor: “Ya sabes que yo dormí ayer con mi padre (“abba”); démosle a beber también esta noche vino. Entra y duerme con él y conservaremos la sucesión de nuestro padre (Targum a Génesis, llamado “Neófiti”, probablemente de finales del siglo I d.C.). » Otro caso más: habla Dios que promulga el decálogo, pues el targumista -traductor- hace que Dios comente el mandamiento “Honra a tu padre y tu madre para que se prolonguen tus días…” “Por causa del honor del padre (abba) y de la madre (imma) lo hago habitar en el mundo venidero” (Targum Fragmentario a Éxodo 20,12, del siglo I d.C. probablemente). Por tanto, conviene insistir en el argumento: Dada la analogía entre el Padre celestial y el padre terreno, y dado que desde el Antiguo Testamento se llamaba a Dios “padre”, aunque no fuera en vocativo, ¿qué hay de muy raro y de muy especial en la utilización por parte de Jesús de este vocablo en sus oraciones a Dios? Hay otro pasaje famoso de una oración judía que confirma la conclusión. Se trata de la plegaria judía que comienza con la expresión hebrea “Abinu, malkenu”, que significa “Padre nuestro, Reu nuestro”. El texto está recogido en el Talmud de Babilonia (tratado Taanit, “Ayunos” 25a) y se dice que el inventor fue el rabino Aquiba, hacia el 135 d.C. Dice así: « Padre nuestro, Rey nuestro, hemos pecado ante ti Padre nuestro, Rey nuestro, no tenemos otro rey Padre nuestro, Rey nuestro, ten misericordia de nosotros » No parece que el rabí Aquiba inventara nada en el modo de dirigirse a Dios, pues lo leía en su Biblia desde siempre. Por tanto, parece que Jesús tampoco. No se ven signos algunos de una conciencia de “filiación” superespecial en Jesús por el hehco de la utiliozación del vocablo "abba". Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com ……….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” trato del siguiente tema: “Los apóstoles, discípulos y amigos de Jesús” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo
Lunes, 23 de Marzo 2009
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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