CONO SUR: J. R. Elizondo

Ex diplomático, analista internacional y periodista, es muy serio pero también tiene su lado divertido: dibuja caricaturas de actualidad. Los muros del escritorio, en su casa, están cubiertos de esos ingeniosos "pepemonos". Le pedimos que haga uno del general peruano Donayre pero, con la mano derecha enyesada, debe conformarse con decir lo que haría:-Donayre gritando a voz en cuello y a Alan García diciéndole "¿Por qué no te callas, Donayre"? Abogado, profesor de Relaciones Internacionales, ex embajador en Israel, fue Fiscal de la Corfo en el gobierno de Allende, lo que pagó con exilio: "Por instrucción del Presidente tuve que estatizar la banca". Casado con Maricruz Gómez de la Torre (hija de peruanos), con quien tiene dos hijos y un nieto, entre sus trofeos no sólo hay cuadros de grandes pintores, también el Premio de Periodismo Rey de España. Con 19 libros publicados, en marzo lanzará "La Historia de la frontera marítima Chile-Perú". Entrevista de Raquel Correa.



-Una de sus obras es "Chile-Perú, el siglo que vivimos en peligro". ¿Todavía vivimos en peligro?

-Estamos siempre en peligro, porque hemos tratado de llevar las relaciones de manera bilateral en un problema trilateral. Si queremos la fiesta en paz, tiene que ser reconocido el tema como trilateral porque siempre habrá un tercero en discordia: Bolivia. El pleito de la frontera marítima con Perú es la reacción en diferido del "abrazo de Charaña". Para que nunca más Bolivia pudiera pretender territorio ex peruano, se demandó el mar que correspondía a ese territorio.

-¿Hay peligro de guerra?-

Toda relación bilateral que tiene conflictos tiene un mínimo y un máximo. Lo mínimo es manejar el conflicto mediante soluciones pacíficas; el máximo, la guerra. Con Perú hemos vivido en peligro de conflicto armado durante 100 años, después de la guerra que se solucionó malamente.

-Pero Chile ganó ese territorio en la guerra.

-Esa es la teoría realista del poder, según la cual la victoria confiere derechos. Eso duró jurídicamente hasta los años 40, cuando la Carta de la ONU proscribió la guerra como método de solución de controversias.Cada vez que se plantea un tema de soberanía -marítima o territorial- se produce el peligro de que no se maneje dentro de cauces pacíficos. Uno sabe cómo se inician los conflictos, pero no cómo terminan. En 2005 hubo un momento de mucho peligro, cuando Toledo aprobó la Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo y Lagos tuvo lo que "El Mercurio" llamó sobrerreación. Hubo sobrerreacción y, como tal, quemó la posibilidad de disuasión. El gobierno de Lagos manejó mal el tema.

-Usted dice que la política exterior chilena "es secreta". ¿Qué significa?

-Parto de la base de que la política exterior de un país es pública. Pero en Chile se ha convertido en secreta porque hemos tenido casos en que los Presidentes ni siquiera conversan con los Cancilleres para definir situaciones. Lo que estamos viendo hoy es un conflicto en que ha operado la diplomacia presidencial, sin la previa preparación de la diplomacia ordinaria. En toda América Latina piensan que diplomacia presidencial es prescindir de las Cancillerías. La excepción es Brasil. Y Perú, excepto en este momento: Alan García actuó con la diplomacia presidencial subdesarrollada.

-¿En qué momento?

-Cuando convoca a su gabinete y llama a Michelle Bachelet para disculparse por las palabras del Comandante en Jefe del Ejército. No creo que eso haya sido propuesto por Torre Tagle: es demasiado burdo.

-¿Qué opina de la reacción de la Presidenta de darse por satisfecha con esa explicación, ignorando que estaba ante todo su gabinete?

-Aquí hubo exceso de astucia de Alan García y falta de malicia de nuestra Presidenta. Ella no se dio el tiempo necesario. Debió decir "le agradezco su deferencia, pero voy a consultar con mi Canciller y le respondo apenas pueda". Actuó de buena fe, pero le faltó la intuición de que estaba siendo objeto de una jugada. La diplomacia se inventó para que no antagonizaran, frente a frente, los Jefes de Estado: una especie de parachoques. En la dictadura luchaba la diplomacia militar con la profesional. Resultado: casi guerra con Argentina.

-Se dice que gracias a Pinochet nos salvamos de la guerra con Argentina.

-Pinochet manejó bien el conflicto una vez creado, pero tuvo mucha culpa en la creación del conflicto. No supo manejar los tiempos. Cuando tuvimos el fallo arbitral favorable no debió aceptar que se fijara de inmediato la línea de bases en la proyección marítima. Debió darse un tiempo para que Argentina asumiera esta derrota diplomática. Los argentinos dijeron que el laudo era "insanablemente nulo". Un diplomático con experiencia, si se hubiera atrevido, le habría dicho a Pinochet "esperemos uno o dos añitos".

-¿A la Cancillería chilena le falta profesionalismo?

-Le falta una barbaridad de profesionalismo. Primero, los cuadros superiores -equipos directivos, jefes superiores y más de la mitad de los embajadores- cambian en cada gobierno. Ahora no tenemos ni el cedazo del Senado para nombrar a los embajadores.

-¿Partidario de sólo diplomáticos de carrera?

-La meta estratégica es que siempre sean diplomáticos de carrera, salvo en el cargo de ministro. Una diplomacia profesional es esencial para la seguridad nacional que tiene dos alas: una para hacerse amigos y otra para evitar que nos ataque el enemigo. Tan importante como tener FF.AA. profesionales es tener diplomacia profesional.

-De los últimos años, ¿a quiénes señalaría como los mejores?

-Frei nombró cancilleres profesionales. Carlos Figueroa venía de hacer una excelente gestión en Argentina, nuestro vecino estratégico fundamental; José Miguel Insulza y Juan Gabriel Valdés. Lagos no logró cancilleres expertos. Tal vez pensaba que sabía todo lo que había que saber de política exterior. Nombró a Soledad Alvear, que fue una excelente ministra de Justicia, y a su lado puso a un especialista: Heraldo Muñoz. Los choques entre ambos eran diarios, así que la jugada fracasó.

-¿Y ahora?

-Tengo una gran impresión de Foxley. Está en la estrategia de la política exterior desde la época de Aylwin. Es considerado el padre del regionalismo abierto. Como ministro de Hacienda tuvo gran participación con Enrique Silva Cimma y la política exterior se llevó entre RR.EE. y Hacienda sin conflictos. La política exterior comercial fue diseñada por Hacienda. Foxley logró gran expertisse a partir de su cargo en Hacienda.

Donayre "dejó en muy mal pie a su presidente"

Rodríguez Elizondo destaca que "Alan García tiene un carisma impresionante y una gran preparación académica. Estudios de posgrado de ciencia política y spciología; tiene libros de verdad. Entre ellos una novela: "El Mundo de Maquiavelo".

-¿Y es maquiavélico?

-Es maquieveliano. Especialista en Maquiavelo.

-¿Es una anécdota la de Donayre o algo grave?

-Lo que debió quedar como anécdota de un general chacotero que nos agrede en un brindis, debió manejarse por canales diplomáticos para apagarlo poco a poco, pero se transformó en un conflicto a nivel de Jefes de Estado.

-¿Chile debió llamar a su embajador de inmediato?

-No. Pienso que Alan García nos ganó la batalla por la información. No pensó cómo le molestaría a Michelle Bachelet el escenario que había montado. Hablar en ese escenario y decirle ambiguamente que Donayre salía del cargo, lo que ella entendió que sería un castigo... Con buen manejo diplomático y buena información, esto debió quedar como anécdota. El procedimiento montado por García debió ser reparado por su Canciller: un buen diplomático tendría que haber pensado que se sabría que estaba todo el gabinete escuchando el llamado telefónico.

-Donayre se defiende diciendo que habló en privado.

-Había dos cámaras grabando. Y civiles y altos oficiales. ¿Quién le cuida las espaldas a Donayre cuando dice cosas graves y por qué se demoró tanto en llegar a YouTube? ¿Algún enemigo lo hizo llegar o se puso él para convertirse en figura política, lo que está sucediendo?

Comenta que sus amigos peruanos le dicen que Donayre "es muy inteligente e intelectualmente muy preparado". Yo pensaba que era un chacotero frívolo. Esa batalla política la ganó él. Dejó en muy mal pie a su Presidente. El que debe estar más preocupado es Ollanta Humala. Compiten en lo mismo: el nacionalismo con base militar". Alan García debió darse cuenta que esto iba contra su política de cuerdas separadas: que mientras se está pleiteando en La Haya, Chile y Perú deben tener las mejores relaciones. Antes que nada, por lo que dijo contra un vecino estratégico, debió pedirle la renuncia (a Donayre). Después llamar a la Presidenta Bachelet para darle explicaciones y decirle que lo había dado de baja. No haberlo hecho refleja que no marcha bien su relación con la principal fuerza: el Ejército.

-¿Chile no debió romper relaciones con Perú?

-Sería darle en el gusto a los extremistas del Perú, los enemigos de Chile. Coincido con José Antonio García Belaúnde, quien dice "esperemos que pase la Pascua". El conflicto ahora lo tiene Alan García: este general puso en aprietos a su Presidente; le tiró un torpedo a su política exterior más importante: su política vecinal. Perú tiene un grave problema. Así que esperemos que pase la Pascua...

Entrevista publicada en El Mercurio el 7 de diciembre 2008.

José Rodríguez Elizondo
Lunes, 8 de Diciembre 2008



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Editado por
José Rodríguez Elizondo
Ardiel Martinez
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.





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