Bitácora
El mundo y Perú deben apreciar que Chile asuma solución pacífica
José Rodríguez Elizondo
El principal medio comunicacional de la Universidad de Chile, U al Día, también entrevistó a Jose Rodriguez Elizondo sobre el tema de la demanda peruana ante la Corte Internacional de Justicia. Sumada a la entrevista de El Comercio on line, ya reproducida en esta Bitacora, conforman dos versiones del mismo experto dirigidas a lectores de los dos países en pugna. A continuacion la entrevista del medio universitario chileno.
José Rodríguez Elizondo, profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, advierte que pese a existir un escenario jurídico y de argumentación favorable a Chile -respecto a la demanda peruana por fronteras marítimas-, en estas materias no existen absolutos.
La reciente demanda peruana ante la Corte Internacional de Justicia por los límites marítimos con Chile, tiene un efecto directamente jurídico frente a la corte de La Haya, pero también genera un contexto político-diplomático muy delicado, afirmó el profesor José Rodríguez Elizondo a U al Día, precisando que en estos escenarios “nadie puede asegurar que las cosas no se malogren”.
El académico de la Universidad de Chile analizó el origen y evolución histórica de esta controversia marítima con Perú y advirtió que el pleito no sólo tiene un ámbito jurídico internacional, sino también uno observado por la sociedad civil, donde existe –entre otros factores- “la ley de los medios (de comunicación), la cual dice que las buenas noticias no son noticias y, por lo tanto, se van a destacar siempre las cosas que sean urticante para la sensibilidad chilena y peruana”, situación que confirma lo sensible de esta situación.
Pese al paso dado por Perú, que significa la iniciación de una larga ruta jurídica que puede durar entre tres a seis años, ambos gobiernos han manifestado la esperanza de que el pleito no perjudique las buenas relaciones bilaterales y se encuentran persuadiendo a sus respectivos pueblos para sembrar la calma y confianza en sus argumentos.
El experto en Relaciones Internacionales explicó el contexto en que se dan estos discursos de buena vecindad, en medio de un conflicto jurídico de fronteras marítimas.
“El fondo es que desde el punto de vista del Perú esto va mucho más allá de ser simplemente un planteamiento jurídico. He sostenido, en todos mis escritos, que aquí estamos frente a una estrategia política, diplomática y jurídica del Péru que arranca de 1977”, introdujo el profesor para remontarse a los años 75 – 76, cuando el gobierno peruano se vio enfrentado a un consenso chileno-boliviano sobre cesión de territorio ex peruano a Bolivia, para facilitarle una salida soberana al mar.
“Como el Perú tiene una posición diplomática de apoyo a Bolivia, pero de rechazo a cederle territorios que fueron peruanos antes de la guerra, el presidente Morales Bermudez inventó una solución de soberanía tripartita para no tener que decirles que no”, explicó .
“De esto se deduce que no existía en el imaginario peruano de la época la posibilidad de ver a ese mar como mar peruano, es decir que el Presidente Morales Bermudes estimara que Bolivia estaba pidiendo el acceso a un mar que le pertenecía. La mejor defensa que pudo haber tenido en ese entonces, frente a esa pretensión de un corredor por el territorio ex peruano, habría sido: miren, esto no tiene sentido porque se va a salir a un mar que me pertenece”, agregó el académico.
A partir de ese momento, “esta estrategia tuvo un manejo de largo plazo. La iniciativa, llevada por el Perú, fue ir escogiendo los momentos oportunos para activarla o no activarla”.
Comienzan los intentos peruanos
José Rodríguez Elizondo recordó que en 1986 se produjo la primera manifestación pública de esa estrategia. Recién asumido Alan García en su primera Presidencia, envió a su Canciller Allan Wagner –actual agente del Perú- a negociar con el gobierno de Augusto Pinochet la solución llamada “equitativa distribución de las aguas de la frontera marítima”.
En ese entonces, explicó el académico, no hubo resultados de ese intento de negociación diplomática. “Se ignora qué respondió el gobierno de Pinochet. El único testigo abonado para esto sería el ex Canciller Jaime del Valle, que no ha dicho ni escrito nada sobre esto”, comentó.
Luego, el académico se remontó a lo que sucedió en el gobierno de Alejandro Toledo entre el año 2000 y 2005.
“El tema había estado en la agenda peruana, pero siempre de bajo perfil, hasta que el gobierno de Toledo entró a una muy mala relación con el gobierno de Ricardo Lagos”, afirmó, explicando que se sucedieron varios problemas hasta que se desencadenó el mayor de ellos.
“Alejandro Toledo sacó del archivo el proyecto de Alan García de 1986 y lo convirtió en ley. Para este efecto, hizo aprobar por el Congreso Peruano un texto fijando la proyección de las líneas de base del dominio marítimo del Perú. Esta proyección de líneas de base interfería el dominio marítimo que Chile ha considerado siempre bajo su soberanía, por lo cual el gobierno de Toledo cambió cualitativamente el escenario. Ya no se podía seguir negociando como en la primera época, pues unilateralmente se había establecido que el tema era ley de la República para los sucesores de Toledo”, precisó.
Entre la espada y la pared
Cuando llegó Alan García a la presidencia –explicó el académico- se encontró con esta situación problemática “que lo ponía a él entre esta espada de Damocles -de la ley que hizo aprobar Toledo- y su proyecto de mantener una mejor relación con Chile por motivos obvios de desarrollo político y económico, incluso en el marco de la APEC”. Agrega que José Antonio García Belaunde, canciller de García, reconoció que “Toledo maltrató gratuitamente la relación con Chile”.
La situación para el Presidente de Perú se fue acelerando y desembocó en la demanda presentada a La Haya y el llamado a su pueblo –en cadena nacional y con la banda presidencial terciada- a la prudencia, responsabilidad, unidad y respaldo.
En este contexto, de conflictos jurídicos de máxima envergadura, pues los actores involucrados son Estados nacionales, el Gobierno chileno optó por el camino pacífico de concurrir a la Corte Internacional de Justicia.
“Creo que el mundo y el Perú deben apreciar el hecho de que Chile esté asumiendo la solución pacífica de las controversias contemplada por la Carta a las Naciones Unidas”, opinó el académico.
Al respecto, José Rodríguez Elizondo recordó una situación similar que vivió nuestro país con Argentina en los años 70, en el caso del Laudo arbitral, donde el gobierno del país vecino negó a Chile la posibilidad pacífica de concurrir ante la Corte Internacional de Justicia, pues identificó el pleito con un Casus Belli.
“Desde ese punto de vista un analista objetivo puede decir que la estrategia peruana tuvo éxito al solo posicionar el tema en la Corte Internacional de Justicia, sin que se haya producido un Casus Belli”, observó el profesor Rodríguez.
No obstante, también “debe ser considerado como un mérito del talante pacífico de Chile, con su voluntad de solución de las controversias por la vía jurídica”, relevó el abogado experto en materias de Derecho Internacional.
El escenario que viene
Dado que el proceso jurídico internacional puede durar un mínimo de tres años y fácilmente unos seis, el Presidente peruano Alan García -en el fondo- tiene la certeza de que va a ser otro Mandatario de su país el que va a conocer los resultados, comentó Rodríguez Elizondo.
Desde esa mirada, “él puede plantear la necesidad de mantener una muy buena relación porque sabe que el problema grueso le va a corresponder a sus sucesores”, agregó el académico.
Finalmente, el abogado y profesor de la Universidad de Chile advirtió que pese a tener “la mejor argumentación jurídica y la mejor posición jurídica, no es menos cierto que el Derecho Internacional no es absoluto, es decir que en materia de Derecho hay siempre opiniones. En segundo lugar todavía no se ha descubierto el tratado perfecto y, por último, no podemos dar por seguro que los jueces nos van a dar cien por ciento la razón”.
Texto: Zafiro Fleming
Viernes 18 de enero de 2008
Editado por
José Rodríguez Elizondo
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.
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