Bitácora
La estrategia de RSE ha sido, para muchas organizaciones, algo que tanto su aplicación como sus efectos tenían un ámbito exclusivamente externo a la expresa: ONGs, Sociedad Civil, grupos de presión, etc., alejados de ella y sin repercusión en sus sistemas de gestión ni en sus estructuras organizativas.
Muchas entidades han considerado que el objetivo final de la RSE era sólo ayudar a mejorar su reputación corporativa y diferenciarlas positivamente de sus competidores, razón por la que, durante bastante tiempo, se la ha considerado una estrategia de Marketing más, dependiente jerárquicamente de las Direcciones de Marketing.
Sin embargo, hoy se acepta, mayoritariamente, que es un elemento crucial para el éxito del negocio y para la sostenibilidad de la empresa, por lo que ningún área organizativa de la entidad debe ser ajena a ella.
En estos artículos estamos analizando las grandes coincidencias que existen entre una gestión de Recursos Humanos basada en los principios del Marketing Interno y una estrategia de RSE aplicada a este ámbito.
En el artículo anterior indicábamos que la similitud de objetivos entre el Marketing Interno y la RSE aplicada a la gestión de los Recursos Humanos, la que denominábamos Responsabilidad Social Interna, RSI, era absoluta ya que ambos pretenden, como fin último, conseguir un mayor nivel de motivación y de satisfacción laborales del trabajador y, como consecuencia, una más sólida integración en la empresa.
El Marketing Interno considera a los empleados de la compañía como clientes internos, es decir, aquellos de los que depende, junto a los clientes externos que son los auténticos generadores de ingresos para la entidad, la viabilidad y sostenibilidad en el tiempo de la organización.
En un mundo empresarial globalizado y en continua transformación, parece lógico pensar que son esos trabajadores los que constituyen la auténtica palanca que va a facilitar los permanentes cambios de estrategia y de estructura organizativa que el mercado va a imponer.
Partiendo, entonces, del hecho, en nuestra opinión, incuestionable de que la plantilla de la empresa es el grupo de interés, el stakeholder, principal responsable del éxito de la compañía, deberíamos establecer una estrategia de Marketing aplicable a este cliente interno, similar, en su concepción, a la que se aplica al cliente externo.
Esta estrategia se deberá materializar en un sistema de gestión de RRHH que favorezca la incorporación a la empresa de personas que aporten valor a la misma y, posteriormente, de vincularlas a través de planes de desarrollo y de promoción interna personalizados, así como de fomentar su participación activa en los diferentes aspectos del negocio.
Dicha estrategia pasaría por las siguientes fases:
1.- Realización de un Estudio de Personal, del Mercado Externo e Interno de la Empresa.
El punto inicial de este Estudio sería la identificación y clasificación de los trabajadores en función de determinadas características como su talento, su potencial, su grado de motivación, su aportación de valor, etc.
Este análisis nos daría información acerca de las características, cualitativas y cuantitativas, de la plantilla de la que se dispone. Permitiría, también, detectar aquellas competencias que van a ser necesarias en el sector a medio y largo plazo.
De igual manera, indicará los perfiles de los trabajadores, de los que disponemos en la organización, que se puedan ajustar a esas competencias de futuro, las capacidades que deberíamos potenciar en los empleados actuales y los que deberán incorporarse en los próximos años.
2.- Diseño de una Estructura Organizativa y de un Modelo de Comunicación Interna.
Su objeto es que permitan fomentar unas relaciones fluidas en todos los niveles jerárquicos, así como conocer y poder participar en el establecimiento de políticas personalizadas de interés para aquellos segmentos o grupos de trabajadores que puedan aportar mayor valor a la empresa, o que se considere que tienen un alto potencial para desarrollos futuros.
3.- Implantación de Políticas Diferenciadoras
Será necesario establecer una serie de acciones o de políticas diferenciadoras para estos grupos o segmentos con el objeto de aumentar su nivel de satisfacción y, como consecuencia, su integración en la compañía, su participación en el negocio y su compromiso permanente con los valores y la cultura corporativa.
Esta estrategia de Marketing Interno se está viendo necesaria ya y, todavía, se constatará mucho más su necesidad a medida que las empresas vayan sorteando la crisis económica en la que están sumidas y consideren prioritario reorganizar o, mejor, reconstruir sus plantillas y sus caducas políticas de RRHH.
Serán sus clientes externos, cada vez más diferenciados, formados y exigentes, los que forzarán a sus compañías suministradoras a disponer de empleados que tengan una mentalidad fundamentalmente orientada a la generación de valor para ellos, por lo que deberán estar dotados de nuevas competencias y capacidades, de una visión completa del negocio y de una experiencia laboral en diferentes departamentos y posiciones.
Si las Áreas de RRHH no vislumbran este nuevo horizonte y siguen apegadas a sus clásicas políticas cortoplacistas, a nutrirse endogámicamente de empleados que sólo han trabajado en el ámbito de Personal y a gestionar sin visión de Marketing, es decir, sin considerar como base de su estrategia el servicio al cliente, nunca lograrán tener la influencia necesaria para que su función ejerza el liderazgo que las nuevas condiciones del mercado les van a exigir.
La RSI incide, con las salvedades correspondientes, en los mismos objetivos, ya que, como decíamos anteriormente, pretende una gestión de los Recursos Humanos responsable: mayor participación, verdadera igualdad de oportunidades, mejor Comunicación Interna, etc. y una calidad de vida laboral que deberíamos pretender que fuera excelente.
Analizaremos, en los próximos artículos, y desde esta óptica, los cuatro campos prioritarios en una estrategia de RSE aplicada a este ámbito: Integración, Conciliación, Discriminación Laboral y Acoso Laboral.
El Marketing Interno considera a los empleados de la compañía como clientes internos, es decir, aquellos de los que depende, junto a los clientes externos que son los auténticos generadores de ingresos para la entidad, la viabilidad y sostenibilidad en el tiempo de la organización.
En un mundo empresarial globalizado y en continua transformación, parece lógico pensar que son esos trabajadores los que constituyen la auténtica palanca que va a facilitar los permanentes cambios de estrategia y de estructura organizativa que el mercado va a imponer.
Partiendo, entonces, del hecho, en nuestra opinión, incuestionable de que la plantilla de la empresa es el grupo de interés, el stakeholder, principal responsable del éxito de la compañía, deberíamos establecer una estrategia de Marketing aplicable a este cliente interno, similar, en su concepción, a la que se aplica al cliente externo.
Esta estrategia se deberá materializar en un sistema de gestión de RRHH que favorezca la incorporación a la empresa de personas que aporten valor a la misma y, posteriormente, de vincularlas a través de planes de desarrollo y de promoción interna personalizados, así como de fomentar su participación activa en los diferentes aspectos del negocio.
Dicha estrategia pasaría por las siguientes fases:
1.- Realización de un Estudio de Personal, del Mercado Externo e Interno de la Empresa.
El punto inicial de este Estudio sería la identificación y clasificación de los trabajadores en función de determinadas características como su talento, su potencial, su grado de motivación, su aportación de valor, etc.
Este análisis nos daría información acerca de las características, cualitativas y cuantitativas, de la plantilla de la que se dispone. Permitiría, también, detectar aquellas competencias que van a ser necesarias en el sector a medio y largo plazo.
De igual manera, indicará los perfiles de los trabajadores, de los que disponemos en la organización, que se puedan ajustar a esas competencias de futuro, las capacidades que deberíamos potenciar en los empleados actuales y los que deberán incorporarse en los próximos años.
2.- Diseño de una Estructura Organizativa y de un Modelo de Comunicación Interna.
Su objeto es que permitan fomentar unas relaciones fluidas en todos los niveles jerárquicos, así como conocer y poder participar en el establecimiento de políticas personalizadas de interés para aquellos segmentos o grupos de trabajadores que puedan aportar mayor valor a la empresa, o que se considere que tienen un alto potencial para desarrollos futuros.
3.- Implantación de Políticas Diferenciadoras
Será necesario establecer una serie de acciones o de políticas diferenciadoras para estos grupos o segmentos con el objeto de aumentar su nivel de satisfacción y, como consecuencia, su integración en la compañía, su participación en el negocio y su compromiso permanente con los valores y la cultura corporativa.
Esta estrategia de Marketing Interno se está viendo necesaria ya y, todavía, se constatará mucho más su necesidad a medida que las empresas vayan sorteando la crisis económica en la que están sumidas y consideren prioritario reorganizar o, mejor, reconstruir sus plantillas y sus caducas políticas de RRHH.
Serán sus clientes externos, cada vez más diferenciados, formados y exigentes, los que forzarán a sus compañías suministradoras a disponer de empleados que tengan una mentalidad fundamentalmente orientada a la generación de valor para ellos, por lo que deberán estar dotados de nuevas competencias y capacidades, de una visión completa del negocio y de una experiencia laboral en diferentes departamentos y posiciones.
Si las Áreas de RRHH no vislumbran este nuevo horizonte y siguen apegadas a sus clásicas políticas cortoplacistas, a nutrirse endogámicamente de empleados que sólo han trabajado en el ámbito de Personal y a gestionar sin visión de Marketing, es decir, sin considerar como base de su estrategia el servicio al cliente, nunca lograrán tener la influencia necesaria para que su función ejerza el liderazgo que las nuevas condiciones del mercado les van a exigir.
La RSI incide, con las salvedades correspondientes, en los mismos objetivos, ya que, como decíamos anteriormente, pretende una gestión de los Recursos Humanos responsable: mayor participación, verdadera igualdad de oportunidades, mejor Comunicación Interna, etc. y una calidad de vida laboral que deberíamos pretender que fuera excelente.
Analizaremos, en los próximos artículos, y desde esta óptica, los cuatro campos prioritarios en una estrategia de RSE aplicada a este ámbito: Integración, Conciliación, Discriminación Laboral y Acoso Laboral.
Editado por
Javier Barranco Saiz
Licenciado en Ciencias Físicas y en Gestión Comercial y Marketing (ESIC), Javier Barranco Saiz es asimismo Master en Recursos Humanos (Instituto de Empresa). Su trayectoria profesional ha transcurrido en Orgemer Consultoría como Jefe de Investigación de Mercados y en el Grupo Telefónica como responsable en las siguientes áreas: División de Informática (Servicio de Marketing), Recursos Humanos (Estudios, Selección de Personal, Organización y Planificación), Relaciones Institucionales (Gestión Económica) y Fundación Telefónica (Gestión Económica, Marketing Social,Proyectos Sociales y Culturales,Voluntariado Empresarial). Actualmente Javier Barranco es Socio Director de Abalon Consultoría de Marketing. Ha sido profesor en los MBAs de Marketing y Recursos Humanos del Instituto de Empresa y de la Escuela Superior de Estudios de Marketing, ESEM. Ha publicado en Ediciones Pirámide, Grupo Anaya, los siguientes libros:"Tecnicas de Marketing Político","Planificación Estratégica de Recursos Humanos","Marketing Interno","Marketing Político"(2ª Edición) y "Marketing Social Corporativo". Además ha publicado artículos en" Capital Humano","Marketing y Ventas para Directivos","Revista T". Es asimismo miembro de de AEDEMO (Asociación Española de Estudios de Mercado, Marketing y Opinión) y de AEDIPE (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas).
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